La caja en la puerta
Steven había vuelto a perder el autobús como de costumbre cuando Donna lo dejaba haciendo inventario hasta altas horas de la noche.
Iba caminando por las oscuras calles de Londres mientras escuchaba a Jake desde el espacio mental regañarlo por no hacer nada al respecto y poner a Donna en su lugar.
–Jake, ya te dije que es mejor así. Acabo de recuperar mi trabajo, no puedo simplemente llegar y mandarla al diablo. No quiero volver a perder mi empleo.–Le explicó sacando las llaves de su bolso.
–Pendejo. Si la sigues dejando que te trate así, te van a terminar saliendo canas verdes de lo estresado que vas a quedar.
–Creo que ambos tienen razón. Entiendo que no quieras perder tu empleo otra vez, pero tampoco puedes permitirle pisotearte así como así todos los—. Iba hablando Marc, cuando Steven se detuvo en seco en mitad del camino al ver una caja fuera de la puerta de su edificio.
–No creo que entreguen correspondencia a tan altas horas de la noche... ¿o si?–Dijo apuntando hacia la caja mientras comenzaba a caminar hacia ella.
–¡¿PERO QUÉ HACES, CABRÓN?!–Exclamó haciendo que Steven diera un pequeño salto en su lugar y se detuviera.
–¿Y ahora qué te pasa?
–¿Cómo que qué me pasa, culero? Puede ser una bomba, pendejo.
–¿No estarás exagerando?–Le preguntó desde el espacio mental.
–Ah claro, después cuando nuestra cabeza esté de un lado de la calle y nuestra verga del otro díganme si no exagero. Ponte al menos el traje aunque sea.
Hacía solo un par de meses que Marc y Steven se habían enterado de la existencia de Jake. Y de que además él era avatar de Khonshu, por lo que de cierta forma ellos dos también seguían atados al dios.
¿Se enojaron cuando lo descubrieron? Muchísimo. También porque esa fue una de las razones que llevó a que Layla y Marc se divorciaran.
–Bien, bien. Me pondré el traje.–Rodó los viendo viendo a su alrededor a que nadie estuviera cerca, para después invocar el traje, acercándose con cuidado.
Poco a poco se fue acercando más y más a la caja, hasta que llegó y se asomó desde lo lejos, donde vio unas pequeñas manos sobresaliendo de ésta.
–¿Qué verga? ¿Un bebé?–Preguntó confundido.
–No "un" si no "una" bebé.–Le corrigió con tono de voz serio, mientras Steven se acercaba a la caja y se arrodillaba ante ella, dejando su bolso a un lado.
–¿Y cómo sabes tu que la chamaca en el futuro se va a seguir identificando como niña?–Le preguntó de vuelta.
Una cosa que a Jake siempre le ha gustado hacer desde que Marc supo de su existencia, ha sido molestarlo y joderle la vida.
–Hola pequeña...–Te saludó con una sonrisa, a pesar de que no podías verle. Pero se le notaba en el brillo de los ojos de su máscara.
Cuando lo viste, comenzaste a llorar lo cual asustó a Steven.
–No, no... hey no llores. Ya me quito la máscara. ¿Ves? No hay nada que temer.–Habló con voz suave, haciendo desaparecer su máscara.
Cuando viste su rostro, dejaste de llorar y extendiste tus pequeñas manos hacia él, así que Steven acercó sus dedos índices y los tomaste.
–¿Será la hija que la Llorona siempre anda buscando?–Preguntó en el espacio mental, viendo a través de los ojos de Steven.
–¿Por qué todo tiene que ver con la Llorona?
Steven simplemente los ignoraba mientras jugaba contigo, hasta que vio una carta entre la pequeña manta que tenías encima.
–Tiene una carta...
–Pendejo ya mejor tómala en brazos y entra el departamento que la chamaca se va a cagar de frío aquí afuera.
–No. Steven no la lleves dentro. Quítate el traje y ve a dejarla a un hospital o a la estación de policía. Esa bebé no es nuestra.–Dijo Marc con seriedad.
–Tú cállate, culero. Nadie te pidió la pinche opinión. Steven, envuelvela bien en la manta y llevátela pa' 'rriba donde podamos pensar bien en lo que hacer sin cagarnos de frío. Y te apuras.–Insistió.
–Muy bien... ahora te voy a tomar en brazos, ¿okey? Tu tranquila. Vas a estar mejor con nosotros.–Steven hizo desaparecer su traje y te envolvió bien en la manta, quitándose su chaqueta y también poniéndola alrededor tuyo, para después tomarte en sus brazos, recoger su bolso, la carta y haciendo la caja a un lado, abriendo la puerta.
Steven te llevó en sus brazos brazos con mucho cuidado, murmurando cosas a ti mientras subían por el elevador. Jake y Marc observando desde los espejos que habían.
Una vez llegó a su piso, se acercó a la puerta y la abrió con mucho cuidado de no soltarte, y luego entró.
La cerró y dejó su bolso sobre un mesón, acercándose a su cama donde te dejó recostada en medio, acomodando las almohadas alrededor tuyo.
–Muy bien... ahora veamos qué es lo que dice la carta.–Susurró abriendo el sobre.
–Steven, no es buena idea dejar a la bebé aquí. Llevenla a ella junto con la carta a—
–¿Puedes cerrar el pinche hocico por cinco minutos? Veamos qué dice la carta y ya después te quejas y das tu opinión. A ver, pendejo británico. Lee.–Se cruzó de brazos en el espejo, sentándose en el reflejo de la cama, Marc de pie a su lado.
–"Para el momento en que ésta carta llegue a tus manos, significa que mi bebé ya no está conmigo. No sé quién eres, pero de verdad espero de todo corazón puedas quedarte con ella y hacerte cargo de la forma en que yo no pude. La niña tiene cinco días. Eso es todo lo que tengo para decir. No intentes buscarme. Gracias."
Eso es todo lo que dice la carta...–Dijo Steven atónito, dando vuelta el papel para ver si había algo del otro lado, pero no.
–¿De verdad no hay nada de nada?
–Nop. Eso es todo lo que dice.–Steven soltó un suspiro y se volteó hacia ti donde dormías profundamente en su cama.–Ni si quiera tiene nombre...
–¿Ahora si puedo hablar?
–A ver, culero. ¿Qué tienes para decir?
–Lo mejor que podemos hacer, es llevarla a un hospital donde puedan hacerse cargo de ella.–Explicó haciendo que Jake rodara los ojos y soltara un suspiro, levantándose del reflejo de la cama mientras Steven le observaba con su dedo envuelto por tu pequeña mano.–Solo piénsenlo. ¿Con quién estaría mejor la niña? ¿Con un grupo de doctores especializados que tratan todos los días con bebés...
O con tres hombres que viven en un mismo cuerpo, con vidas complicadas, un departamento diminuto y desordenado y que en sus vidas han tenido contacto con un bebé? ¿Qué piensan ustedes? ¿Mmm?–Se cruzó de brazos mientras Jake le veía con ambas manos en sus caderas, y Steven simplemente te observaba dormir.
–¿Cabrón cómo quieres que dejemos a la princesa con un montón de desconocidos que no sabemos si realmente la van a cuidar igual de bien como lo haríamos nosotros?
Jake y Marc se pusieron a discutir en el espejo, mientras Steven te observaba con una sonrisa y acariciaba tu pequeña y diminuta mano.
–Creo que el nombre T/N es lindo...–Dijo sin quitar la vista de ti, haciendo que los otros dos dirigieran su atención hacia él.
–Disculpa, ¿qué dijiste?
–Siempre me ha gustado el nombre T/N. Creo que es lindo, y le queda, ¿no creen?–Volteó la cabeza hacia ellos con un brillo en sus ojos.
Marc le quedó viendo sin poder creer lo que estaba escuchando, mientras que a Jake se le dibujó una gran sonrisa en el rostro y dio un aplauso con sus manos.
–¡Solucionado! ¡A mi también me gusta el nombre! T/N se queda. Ahora ya tiene familia. Problema resuelto.
–¿Qué? No. No está resuelto el problema. La niña—
–Se llama T/N, pendejo. ¿Qué acaso no te limpias los oídos?
–¡Ya basta! ¿Quién dejar de pelear por cinco minutos?–Se levantó de la cama bruscamente, haciendo que despertaras y comenzaras a llorar.–¿Ven lo que provocan? Ya... ya... tranquila, princesa... aquí estoy.–Te tomó en sus brazos y comenzó a pasear por la habitación contigo.
Mientras tanto, Marc observaba a Steven desde el espejo, Jake se le acercó.
–Marc, yo sé que esto es difícil para ti, créeme que lo entiendo. Yo también estuve ahí, y sabes que yo también la conocí de esa forma, tal vez incluso peor. ¿Pero de verdad vas a permitir que la niñita sufra?–Le habló con voz más suave, viéndole a los ojos.
Marc dejó ir un pesado suspiro y se volteó hacia donde Steven se había sentado en la cama a buscar en su teléfono qué podía darte de comer, contigo aún en su brazo.
–Veamos cómo va todo por lo que queda de semana. Ya después pensaremos en algo.–Dijo antes de desaparecer dentro del espacio mental.
–¿Todo bien con la princesa?–Le preguntó desde donde estaba en el espejo.
–Sí. Solo que ahora debo ir a alguna tienda donde vendan fórmulas para bebés recien nacidos que no puedan recibir leche materna. Porque no somos capaces de poder alimentarla por nosotros mismos.–Rió ligeramente, envolviéndote en la manta otra vez.
–Bueno, pero ya déjame el cuerpo que quiero conocerla. Y te apuras.–Steven le cedió el cuerpo y Jake se acercó a ti con una gran sonrisa.–Ay pero mira la princesa tan bonita y tan hermosa.–Susurró.
–¿Puedes ir a la tienda ya?–Le preguntó riendo ligeramente.
–Que sí... ya voy. Dios éste hombre que tanto me hincha las— ay no puedo decir esas cosas frente a ti.–Habló mientras te tomaba en sus brazos y te arropaba bien, caminando hacia la puerta para salir por ella, no sin antes habiéndose puesto su boina.
Bueno... ¿qué les pareció el primer capitulo? Aún tengo más planeados, aunque a medida que va avanzando la historia en cuanto a las edades, también pueden ir pidiendo situaciones que les gustaría ver 😁❤️
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