Eventos del pasado

Aquí la peque tiene siete años.

SIETE AÑOS ATRÁS

La mujer se bajó del taxi en el que iba no sin antes pagar, llevando su bebé casi recién nacida en sus brazos.

Una vez el taxista se fue, miró hacia todos lados y se acercó a un callejón donde encontró una caja. La tomó y se acercó a la puerta del edificio, dejándote dentro de la caja con tu manta para luego sacar un sobre de dentro de su mochila, y al escuchar a alguien caminando y murmurando cosas, corrió para esconder en el mismo callejón junto al edificio.

Se quedó ahí observando hacia aquel hombre, y frunció el ceño al verle hablar consigo mismo.

Desde donde estaba escondida no podía oírle bien lo que decía, pero en un momento vio como un traje blanco como el de aquel vigilante, o superheroe, no sabía muy bien cómo decirle, que salía a veces en las noticias se acercó a la caja.

Con el ceño fruncido se iba a levantar para acercarse, pero al verle quitarse la máscara y que tomaste sus dedos en tus diminutas manos, volvió a agacharse y esconderse.

El tipo seguía hablando consigo mismo, antes de tomarte en sus brazos envolviendo la manta a tu alrededor y luego la carta, haciendo la caja a un lado con su pie para luego desaparecer el traje y entrar en el edificio.

La mujer salió de su escondiste y caminó para quedar a unos cuantos metros del edificio, viéndolo con los ojos llenos de lágrimas.

–Él va a poder protegerte, mi niña. Estoy segura de que lo hará...–Susurró para sí misma antes de ponerse la capucha de su sudadera y luego caminar lejos de ahí.

ACTUALIDAD

–¿Papá Steven podemos ir a por un helado?–Le preguntaste saliendo por la puerta del edificio hacia la calle, esperándole mientras él cerraba.

Por supuesto que si, pero primero tenemos que ir a tu chequeo médico y luego vamos a oor helado, ¿está bien?–Te dijo con una sonrisa, dejando las llaves en su bolso y tomando tú mano.

–¡Okey!–Le dijiste con una gran sonrisa mientras caminaban hacia la parada de autobuses, sin notar a la mujer que les iba siguiendo.

(.....)

Una vez tu chequeo médico terminó, Steven y tu fueron al parque donde había un carrito de helados.

Mientras Steven pagaba por los dos helados, tu le esperabas a una pequeña distancia junto a él sentada en una mesa desde donde podía verte.

La mujer que les siguió se acercó con una sonrisa y con mucho cuidado hacia ti.

–Hola linda...–Te saludó sin dejar de sonreír.

–Mi papá dice que no puedo hablar con extraños.–Le dijiste viéndola por un segundo para después voltear la vista hacia otro lado.

–Pero yo no soy una extraña, ya nos conocimos antes, solo que ya no me recuerdas porque eras muy pequeña.–Te dijo sentándose frente a ti, tomando tú mano en la suya pero la apartaste.–Linda yo soy tu—

¿Disculpe quién es usted y por qué está hablando con mi hija? Se lo digo con el debido respeto, pero la niña no está sola.–Le dijo Steven con el ceño fruncido, entregándote tu helado.

¿Y ésta de dónde salió y por qué le habla a nuestra hija?–Preguntó molesto desde el espacio mental.

–La señorita dijo que ya nos conocíamos, pero yo no la recuerdo.–Le dijiste viéndole hacia arriba donde estaba de pie.

Steven te ofreció una sonrisa y acarició tu cabeza, dejando su vaso con helado en la mesa mientras la mujer se ponía de pie y caminaba hacia un lado con Steven, lo suficientemente lejos como para que no escucharas, pero a la vez cerca para Steven estar atento a ti.

–Lamento haberme acercado a ella así como así, permíteme presentarme. Soy N/T/M S/A, la madre de la niña.–Le dijo extendiendo su mano hacia él.
(Nombre de Tu Mamá, Su Apellido)

¡¿QUÉ?!

¡¿QUÉ VERGA DIJO LA MAMONA ÉSTA?!

¿Disculpe?–Preguntó frunciendo el ceño sin aceptar su mano.–Mire señorita, con todo respeto, pero esto no me parece apropiado. Usted no conoce a mi hija ni mucho menos a mi, tampoco tiene cómo comprobar que sea su madre. Así que le voy a pedir por favor se vaya y nos deje en paz.–Le dijo con voz suave pero s la vez molesto, alejándose de ella para sentarse contigo pero se detuvo al escucharla hablar.

–La encontraste en la puerta de tu edificio dentro de una caja siete años atrás.–Le dijo ella, y Steven frunció el ceño, volteándose para volver acercarse a ella.

¿Qué vergas dijo?

–La niña tenía cinco días de nacida cuando la dejé en la puerta de aquel edificio. Me escondí en un callejón cuando te escuché caminar y hablar solo.

Te vi hacer aparecer un traje alrededor de tu cuerpo antes de acercarte, y luego hiciste desaparecer tu máscara para tomar a la niña en brazos. Ella es mi hija.–Le explicó con voz temblorosa.

Jake iba a tomar el control pero Marc se le adelantó.

¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué estás aquí?–Le preguntó lanzando una rápida mirada hacia ti para asegurarse de que siguieras en tu lugar, y luego se volteó hacia la mujer ante él.

–Solo quiero estar con ella, tenerla de vuelta. No sabes lo difícil que fue para mi tener que dejarla sola.–Le dijo con la voz temblorosa y lágrimas corriendo por sus mejillas.

Ella es MI hija. Tu la abandonaste como si fuera un juguete del que después de aburrirte no vuelves a buscar más. Ni si quiera sabes su nombre, cuando la dejaste en la carta escribiste que nos hiciéramos cargo y no te buscáramos.–Le dijo visiblemente molesto.–¡Ni si quiera sabías quién iba a encontrarla! ¿Qué hubiese pasado si en lugar de encontrarla yo se la llevaba alguien más? ¿Un pedofilo tal vez? ¿Un asesino? ¿O alguien que no supiera cuidar de ella de la forma en que yo lo hago?

–Lo sé, sé que dejé a mi hija sin protección, ¡pero tu estabas ahí! ¡tu te quedaste con ella! Y te lo agradezco un montón, pero ahora estoy bien, ahora sí puedo hacerme cargo de ella y me gustaría formar parte de su vida si me lo permites.–Le dijo ella sonando desesperada.

No fíjate tu, no te lo permito.–Le dijo Jake tomando el control, viéndola molesto.

–Mira, yo guardé tu secreto, ¿okey? No dije nada ni tampoco lo voy a hacer porque sé que la niña está a salvo contigo, pero yo también quiero formar parte de su vida. Preferí dejarla porque tenía problemas con drogas pero—

A ver 'pérate tantito, mamá del año. A mi no me interesa saber cuales fueron tus razones para dejar a la chamaca en la puerta, ¿si me entiendes? A mi lo que me interesa es que te alejes de ella. La "niña" ya tiene una vida y una mamá. Y si llegas tu un día como si nada diciendo que eres su mamá, entonces me la vas a desestabilizar y mira que es bien difícil cuidar de la salud mental de un niño en estos días.

Durante siete años su mamá y yo nos hemos encargado de que nunca le falte nada y sea una niña feliz y sana, tanto física como mentalmente. Y escúchame bien que no te lo voy a volver a repetir otra vez, no me voy a arriesgar a que venga una mujer cualquiera de repente diciendo que es su mamá, que ni si quiera sabe su nombre y me altere a la princesa.

Ni si quiera tienes pruebas, pudiste haber visto todo eso ese día por casualidad. Así que no me vengas con tus mamadas, y si sigues molestando a mi hija, entonces voy a tener que hablar con la policía. Ahora con tu permiso, pero ya me tengo que ir.–Le dijo sin quitarle la vista de encima, para después acercarse a ti y tomarte de la mano con suavidad.–Venga mija, ya nos tenemos que ir.

–¡Pero papá Jake! ¡El helado de papá Steven!–Dijiste viendo que se iban caminando dejando el helado atrás.

Otro día le compro uno.–Te dijo tomándote en sus brazos para irse caminando de ahí mientras comías tu helado, dejando a aquella mujer atrás.

(.....)

Más tarde cuando ya estabas durmiendo, Jake se sentó en el sillón, pasando ambas manos por su rostro y soltando un gran suspiro.

Layla que había ido a verlos salió de tu pequeño espacio y cerró la cortina después de hacerte dormir, acercándose al sillón para sentarse junto a Jake.

–¿Ahora sí me vas a decir qué fue lo que pasó hoy y del porqué estás así?–Le preguntó ella con suavidad, posando una mano en su espalda.

Jake tragó el nudo en su garganta y apoyó la espalda en el sillón, mientras Layla dejaba su mano en su rodilla.

La supuesta mamá biológica de T/N apareció. Se le acercó en el parque.–Le dijo viendo hacia sus manos en su regazo.

–¿Q-qué? ¿Cómo es posible?–Le preguntó ella atónita, volteando su cuerpo hacia él.

No sé... me parece que siguió a Steven cuando iban al médico. Y la verdad me parece que es verdad... describió todo lo que pasó esa noche frente a la puerta del edificio a la perfección. Incluso cuando vio a Steven invocar el traje.

–Dios... ¿y ustedes cómo están?–Le preguntó tomando su mano para acariciarla. Realmente esto es lo más cerca que Layla y Jake habían estado en todos esos años que se conocían. Y también era la plática más larga que jamás habían tenido.

Marc tiene sus dudas y no quiere aceptar el hecho de que puede ser verdad. Steven está en conflicto y molesto por la forma en que se le acercó.–Murmuró jugando con la mano de Layla sin levantar la vista.

–¿Y tú cómo estás?

Jake levantó la vista hacia ella por unos segundos, y luego soltó un suspiro volviendo a ver a su regazo mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.

Estoy muerto de miedo, Layla.–Susurró con voz temblorosa, levantando la vista hacia ella para verle con lágrimas en sus ojos.–Se me apretan las bolas del puro miedo de pensar que nos la puede quitar. Si esa mujer consigue llevarse a T/N entonces nosotros... n-nosotros... n-no voy a-a poder s-ser lo suficientemente fuerte cómo pa' contener a Steven y Marc... no voy a poder contenerlos porque ella es mi mundo, y si la pierdo... s-si la pierdo entonces ahí si que nos vamos a la verga.

Si esa mujer nos quita a nuestra T/N entonces vamos a caer en un pozo y nos vamos a hundir... y nadie nos va a sacar de ahí. Ni si quiera yo lo voy a poder hacer.–Soltó un fuerte sollozo, llevando su mano a su boca para morder la parte de atrás de ésta y no despertarte, apoyando ambos codos en sus piernas e inclinándose hacia adelante.

Layla soltó un pesado suspiro y tragó el nudo que se le hizo en la garganta, acercándose a él para abrazarlo y dejarlo en su regazo.

Jake comenzó a llorar mientras Layla acariciaba su espalda y dejaba besos en su cabeza, tratando de contenerlo sabiendo que no dejaría que los chicos le vieran así. Al fin y al cabo, él era el protector del sistema, el que siempre estaba bien y se mantenía firme y fuerte ante todo y antes cualquier inconveniente. Pero cuando se trataba de ti era un tema muy difícil y sensible para él.

Entonces si no dejaba que los chicos le contuvieran, Layla estaba dispuesta a hacerlo para que estuviera bien para ti y para los otros dos.

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