Entonces... ¿se queda o no se queda?

Steven estaba sentado en su escritorio, con un espejo grande doble frente a él, y a un lado suyo en la mesa, te había hecho una especia de silla con sus libros alrededor tuyo, tu manta y unos cojines para tenerte de cierta forma sentada para la reunión que iban a tener.

La semana ya pasó. ¿Qué vamos a hacer con la niña?–Dijo Marc con tono de voz serio, viendo a sus alters desde uno de los reflejos del espejo a la derecha de Steven, tu estando a su izquierda y el espejo de Jake también, aunque te podía ver desde ahí.

Steven se quedó callado, mientras tenía su dedo en tu mano y tu simplemente dormías junto a él.

Yo sigo pensando que la mejor idea es que se quede. Si la dejamos en un hospital u orfanato, no sé. Puede ser peligroso. ¿Cómo sabemos si la van a querer y cuidar de la forma en que nosotros lo hacemos?

Yo no hago nada de eso.–Respondió de vuelta con los brazos cruzados.

En algún momento vas a tener que hacerlo, pinche cabrón. ¿O qué crees que la mini señorita puede hacer las cosas sola? ¿O acaso ya no vas a volver a tomar el control nunca más en tu vida?

Mi punto aquí es que los tres tenemos trabajos. Steven acaba de recuperar su trabajo en el museo, tu trabajas por las noches en tu taxi y a veces en el día. Y yo estoy trabajando como consultor en el ejército. Y no me hagas empezar con lo de ser avatares de Khonshu. No me quiero ni imaginar lo que va a decir cuando se entere de esto.

¿Y a ti desde cuándo vergas te importa lo que el pajarraco diga o piense?

Mientras tanto, Steven simplemente te observaba dormir a la vez que los otros dos discutían.

Un secreto suyo, es que siempre se había imaginado tener una pequeña familia. O hijos aunque fuera. Y al primer momento en que te vio en su puerta, un pequeño rayo de esperanza comenzó a crecer dentro de él, y sólo creció aún más y más durante la semana que te tuvieron con ellos.

En el fondo no quería tener ésta conversación porque sabía que Marc no iba a querer que te quedaras.

Steven, ¿tú qué piensas?–Le preguntó sacándolo de sus pensamientos.

¿Qué? ¿De qué hablan?–Apartó la mirada de ti confundido, con voz triste y desanimada, lo cual no pasó desapercibido por Jake.

¿Qué acaso no estabas escuchando? Estamos hablando acerca de la niña. Qué vamos a hacer con ella. No tenemos tiempo para cuidar de ella.

¿Aún sigues con la idea de dejarla en un hospital?

Creo que es lo mejor que podemos hacer. Ninguno de los tres está capacitado para cuidar de una bebé, mucho menos con las vidas tan complicadas que tenemos con Khonshu tras nosotros, y además con nuestros trabajos no nos da tiempo. Va a ser lo mejor para ella dejarla en un hospital.

Yo puedo renunciar al museo y cuidar de ella. Así tendré más días libres, ustedes pueden seguir con sus trabajos y conseguiré alguna niñera. Tal vez la chica que vive en él piso de abajo pueda cuidar de ella. El otro día la escuché hablar con su amiga que necesitaba un trabajo.–Les dijo con voz suave y baja para no despertarte, con aún su dedo en tu mano.

¿Ves, Marc? Si hay soluciones. Vamos a estar los tres en esto, la princesa no tiene a nadie en el mundo. Su propia mamá la dejó sola cuando tenía a penas cinco días, la muy hija de su re putisima verga madre.

Mira. Sé que es un tema difícil para ti, ¿pero de verdad la vas a dejar sola? ¿Cómo sabes si cuando la dejemos en el hospital, después llegue a las manos de alguien que sea peor que Wend—

No digas su nombre.–Le dijo Marc con voz seria.

Bien, perdón. Pero de todas maneras, ten en cuenta de que es una posibilidad de que mi niña llegue a las manos de alguien como la muy puta de esa mujer.–Le dijo ya un poco más calmado, gesturando hacia ti donde habías comenzado a moverte y a llorar ligeramente.

Oh, no, tranquila... sh, sh, sh... ven aquí, tranquila. Aquí estoy.–Te tomó en sus brazos y comenzó a caminar alrededor contigo.

No es "tu niña", Jake.–Le dijo Marc con ambas manos en sus caderas, viéndole fijamente.–¿Ven? Es por esto mismo que no quería que la niña se quedara con nosotros. Se encariñaron con ella.

Ay no te pases de verga, mamón culero. No te hagas el desentendido ahora si el otro día en la noche te quedaste con ella, y sabes muy bien a lo que me refiero.

Marc soltó un suspiro y dirigió la vista hacia ti donde Steven se había vuelto a sentar contigo en la silla, sosteniéndote en su brazo izquierdo mientras tenías el dedo meñique de Steven en la boca y él te veía con una sonrisa y un brillo en sus ojos.

Se quedó pensando por unos segundos sin apartar la vista de ti.

Okey... si... bien...

¿Qué significa eso?

Significa que sí.

Entonces... ¿se queda o no se queda?–Le preguntó Jake, tratando de ocultar su emoción, aunque su gran sonrisa le delataba.

, T/N se puede quedar.–Pasó una mano por su rostro para que no vieran esa diminuta sonrisa en sus labios.

¡¡¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!! ¡LA PRINCESA SE QUEDA CON NOSOTROS! ¡Hombre si te pudiera abrazar ahora mismo y besarte, créeme que lo haría!

Por favor no lo hagas.

¿Escuchaste eso? ¡Ahora somos tus padres! ¡Vas a quedarte con nosotros!–Te dijo con una gran sonrisa, entre medio gritando y medio susurrando, con pequeñas lágrimas en sus ojos.

¡Ya dame el cuerpo, cabrón!–Dijo antes de forzar un cambio, tomándote con ambas manos y dando vueltas contigo una vez se puso de pie.–¡No te imaginas lo feliz que estoy, mija! Hermosa, preciosa de mi corazón.–Te acercó a él y comenzó a dejar besos en tú mejilla mientras te sujetaba con ambos brazos.

PERO.

¿Ahora qué?

¡Ah no mames, cabrón! Siempre cagando la fiesta, mamón. No me vengas con tus pinches problemas ni—. Comenzó a reclamarle molesto, viéndole hacia el espejo y dejando tu mejilla junta con la de él.

¿Quieren por favor dejar de criticarme por cinco minutos y escucharme? A veces pareciera que de los tres, soy el que tiene más sentido común y razonamiento.–Rodó los ojos, cruzándose de brazos.

Tienes razón, lo siento.

la niñ— si T/N, va a vivir con nosotros, primero debemos comprarle más ropa porque no puede vivir para siempre con esos dos vestidos que tiene.

También hay que comprarle más fórmulas para que coma, una carriola, un asiento de coche para el taxi de Jake, otra manta, juguetes, una cuna para que duerma en ella, más biberones y pañales.

También debemos ir al registro civil e inscribirla como nuestra hija...–Mientras Marc hablaba y caminaba en círculos dentro del espejo, Jake y Steven le observaban con una sonrisa viendo lo preocupado que estaba por ti.

Pues si son bastantes cosas las que tenemos que comprar... también debemos adaptar el departamento para ella cuando comience a gatear por el suelo, y después empiece a caminar.

Yo puedo encargarme de eso. También tenemos que encontrar una niñera que sea responsable y en la que confiemos para que no tengas que renunciar a tu trabajo.

Jake simplemente sonrió y luego siguió dando vueltas contigo, mientras Marc hablaba y hablaba de las cosas que debían comprar y hacer. A la vez que Steven solo le observaba con expresión feliz.

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