15



—¿Cuánto falta?— dijo Tim con un hilo de voz cansado, pateando de vez en cuando el puesto del conductor.

— ¿Quieres dejar de patear?— ladró Jason, acomodándose en su lugar. Aunque este se encontraba a dos asientos de Tim, le molestaba el berrinche que hacía.

— Llevamos horas aquí adentro — dijo — sin comida, ni agua..., y con Dick cantando. — suspiro derrotado, dejándose resbalar por su asiento.

— Quedamos que esto sería un viaje familiar— hablo el patriarca.

— Pudimos haber ido a otro lado, no sé, tal vez al parque.—sugirió viendo de reojo al conductor.— O algún lugar que no requiera que estemos encerrados por más de una hora.

— Hubiera sido mejor. ¡Pero vamos!, acampar no es tan malo.— sonrió con orgullo el acróbata, — Pero si buscas a un culpable, te diré que el responsable de todo es Jason.

—¿Yo qué?— murmuro seguido de un bostezo, — Yo ni siquiera quería venir.

— Es un viaje familiar, y eso significa que todos vienen—contesto con simpleza el caballero de la noche, sintiendo como la paciencia se le agotaba con cada segundo que pasaba.

— Especifica familia, legal, adoptiva, ¿o qué?— pregunto el de mechón blanco tomado una postura amenazante. Ese viajecito se le hacía eterno.

— De todas las formas, Jason.— dijo apretando el volante con fuerza.

—¡Pa!— chillo el pequeño pataleando con desesperación, uniéndose al berrinche del adolescente.

Bruce suspiro cansado, no llevaban ni hora de viaje y pareciera que le quieren hacer la vida imposible.

—¿Qué pasa Damian?—pregunto denotando cansancio. 

—¡Sácame de esta cosa del infierno!— grito exasperado, tratando de quitarse de la silla de seguridad para niños, removiéndose como gusano en su asiento. Todos suspiraron a la par. Las vacaciones familiares no iban con ellos, preferían un patrullaje, que estar todos encerrados en un carro por horas.

— Ya lo hablamos, no saldrás de esa silla.— hablo serio, mirando de reojo a su copiloto, el cual estaba demasiado relajado comiendo unas papitas— Dick, deja de comer y mejor ayúdame.

— Claro, Bruce—contesto, sin darle mucha importancia— cuando me acabe esta delicia.

Tim se asomó un poco al frente, juntando el entrecejo al ver como el mayor comía tranquilo mientras él moria de hambre. Con enojo, le arrebato la funda de papitas de las manos con agilidad.

—¡Que te pasa!— grito asustado por el ataque repentino del adolescente.

— No te pases Dick, escuchas que me muero de hambre y tú solo comes como si nada— demando con enojo.

— Yo no desayune.— contesto ante las quejas de su hermano menor.

— ¡Tim dame!— dijo Damian tratando de conseguir bocado alguno. El joven solo ignoró las quejas haciéndose bolita en su silla, dándole la espalda a todos.

— Padre, Tim, no me quede dar— inflo, las mejillas con molestia.

— Tim, dale a Damian por favor— miro por el retrovisor al joven.

— El demonio comió en el camino, yo no.—refuto.

—¡Quieren callarse!— grito Jason, cansado de la situación tan infantil que tenían los menores.

—¡Esto es todo!, o se calman o nos regresamos— todos guardaron silencio acomodándose como se debe en sus puestos.

— No puede ser ¿Por qué se callan?, sigan, yo quiero irme a casa.— 

— Jason— hablo amenazante.

En esos cortos minutos donde el silencio reinaba, empezó a meditar lo que estaría haciendo en la mansión si no hubiera aceptado la idea de este viaje. De seguro estaría acostado viendo una película con Damian, o resolviendo uno que otro crimen con los chicos. Pero no, Dick dio la idea y Alfred lo apoyo. Ahora siente envidia del mayordomo, de seguro a de estar descansando y disfrutando de la casa vacía.

— Me siento mal—murmuro Tim, apretando su estómago con fuerza— ¿Podemos parar?— pregunto dudoso.

—¿Pasa algo?— pregunto Dick mientras volteaba a ver al menor. Pero al ver como el joven se puso pálido jalo del traje de Bruce para que pare, pero este estaba concentrado en sus pensamientos que no presto atención.

Damian solo trataba de alejarse de Tim, él estaba en el centro de los mayores y al notar como uno de ellos quería vomitar solo quería alejarse. — Aléjate Drake— chillo.

Esta vez Bruce si escucho las quejas y pararon en una gasolinera, apenas freno el auto, Tim salió corriendo hacia los baños, Jason y Dick fueron directo al pequeño mercado del lugar, mientras que Bruce sacaba a Damian de su pequeña prisión como él lo llamaba.

— Es humillante.— se quejó el menor mientras se sujetaba de la mano del mayor.

Su padre no dijo nada ante sus quejas, solamente trataba de sostener bien la mano del pequeño mientras seguía a sus hijos mayores.

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— Me niego a ir de nuevo atrás con los mocosos.— exclamo el mercenario, maniobrando con dificultad las bolsas de botana que recién habían adquirido. 

— Vamos Jay, aun falta hora de viaje—Exclamó Dick sin mucha emoción.

— Perfecto, tú te encargas de esa hora de los mocosos.— dijo dando solución al inconveniente de Grayson, mientras colocaba las bolsas en su respectivo lugar.

— ¿Por qué ustedes de copiloto? — Tim se metió en la conservación, lo cual no le daba mucha gracia.

— Somos los mayores, remplazo.

Bruce solo miraba cansado la discusión infantil de los mayores, mientras él cargaba a Damian en brazos, después de comprar un par de cosas para el camino el pequeño se quedó dormido.

—¡Bien! Tim, ira de copiloto— El adolescente miro sorprendido al mercenario, pensando que él iría de copiloto junto a Bruce.  Ya iba a tomar su lugar en el carro, sintiéndose orgulloso de aquel acto, — Y yo conduzco— después de esas palabras todo se derrumbó. Prefería ir mil veces con Buce, era todo más callado y tranquilo..., pero si iba con Jason o cualquiera de ese trío sabía que el viaje sería insufrible

—¿Y yo qué?— se quejó el mayor.

— Te tocará ir con los mortales— se giró en dirección del adulto a cargo.— Día de suerte, viejo, mientras tú duermes con tu bendición, yo conduciré. — inflo el pecho y paso su mano a sus mechas alborotados.

El adulto solo lo observo sin decir palabra alguna, la verdad necesitaba dormir, pero sabía que eso jamás pasaría si Dick estaba a su lado tarareando cualquier musiquita.

— Bien, pero Dick conduce.— ignoro las quejas del segundo de sus hijos para irse a acomodar en los asientos traseros.

— Ja—Dick rio triunfal, tomando las llaves del auto— Buena suerte para la próxima Jay —dijo dedicándole una sonrisa ladina. Todos estaban satisfechos con los lugares que les toco, menos Jason. Él cuál volvía su lugar anterior sin rechistar.

Al cabo de un par de horas, y una siesta acogedora para el mayo, Damian despertó con pesadez de su siesta, moria de hambre. Rebusco entre las fundas que estaban aún lado de él, pero nada, todos los paquetes de galletas completamente vacíos. Sintió como sus ojitos se cristalizaron y su labio inferior sobresalía, no quería llorar, pero sentía el impulso de gritar y reclamar sus alimentos, sin contar que necesitaba ir al baño y su papi estaba dormido.

Tim, al ver que el niño no despertó, volteo a verlo notando como el chiquillo apretaba con fuerza la camisa de su padre y sus ojos amenazaban en derramar lágrimas.

— Ay, no...—un pequeño lamento del joven antes que un grito lograra que todos se exaltaran. Bruce despertó de un golpe, viendo como el menor lloraba, apretando su camiseta con fuerza, moviendo su boquita, tratando de pronunciar palabra alguna en medio de llanto, y lágrimas que caían sin piedad de sus orbes verdes.

—¿Qué pasó?— pregunto alterado al no saber cómo tranquilizar al pequeño.

— No lo sé— Dick, que había frenado, apenas escuchó el grito, miraba a Tim con algo de enojo e incredulidad. Pues el chico era el único que estaba a tras con el bebé de la familia— ignorando al patriarca que estaba en su quinto sueño—.

— Ya, ya, ¿Por qué lloras, Dami?— Bruce trataba de calmar al pequeño que solo soltaba pequeños hipidos.

Jason, que un se mantenía indiferente ante la situación, se aclaró la garganta haciendo que todos lo observen.

— Es obvio que es fastidio lo que tiene el Demonio.— Dick lo miro confundido— Cuando el demonio estaba en la liga era caprichoso. Le molesta cuando interrumpen su sueño o no es alimentado en su momento, siempre se ponía a gritar como endemoniado cuando no cumplía con su horario de alimentación. Está más que claro que está fastidiado como cualquier niño pequeño. Incapaz de mantenerse sereno en un ambiente cerrado por mucho tiempo.— el rostro de todos era de puro asombro, exceptuando a Damian, que estaba a punto de llorar de nuevo.

— Vaya...— Dick estaba sorprendido por la información. Jamás pensó que Jason supiera tanto de niños.—¿Otro dato?

Jason solamente ni se dignó a contestar.

Bruce rebuscada entre las fundas algún alimento aceptable para el pequeño, pero todo estaba vacío, no había absolutamente nada. Todo se lo habían acabado mientras dormía junto al menor.

—¿Dónde está la barra de chocolate que compré?— preguntó con temor de que se la hubieran comido. Había comprado ese chocolate especialmente para el pequeño, sabía que en cualquier momento iba a enojarse por no haber comido nada.

Todo el auto quedó en silencio. Los mayores miraban a Tim, sabiendo perfectamente que él la había tomado.

— Lo lamento.— dijo con pena.

Damian estaba a punto de lanzarse encima del mayor si no fuera por qué su padre lo había tomado de la cintura, evitando que se moviera y cumpliera su objetivo.

— Tendremos que esperar hasta la próxima parada ¿De acuerdo?— trato de sonar lo más calmado posible para no atormentar al menor.

Aún falta para que este viaje acabe... No empezaron tan mal, ¿verdad?





¡¿Qué tal?!

(No me gusto mucho este capítulo, pero creo que está bien)

Me desaparecí como por ..., ¿Un mes entero?. Pero gracias a sus cometarios pude escribir el final, aunque este se me alargo dos capítulos más, (quería agregar la mayor parte de sus ideas o las que se me fueran posibles) pero bueno, tenemos más de esto para el rato.

Sin más que agregar, espero que les guste, no olviden dejar su estrellitas que me inspira a seguir con esta pequeña historia.


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