09
Los pequeños rayos de sol se escabullían entre las grandes cortinas, besando con delicadeza los cachetitos del pequeño de la mansión que admiraba aun adormilado la figura de su progenitor. El pequeño había madrugado, a comparación de otros días, el era el ultimo en despertar.
Aun sintiendo sus ojitos pesar paso su manita a la mejilla del adulto a su lado. Bruce solo se retorció incomodo al sentir una manita algo fría en su cachete, tomando las sabanas que se encontraban al filo de la gran cama para taparse por completo y evitar los primeros rayos de sol que empezaban a asomarse en la habitación.
Al menor no le agrado para nada la actitud de su papi, sentía sus tripitas rugir, se moría del hambre. La noche anterior le toco cocinar a Bruce, lo que no era coincidencia. Sus hijos mayores habían salido desde temprano, y Alfred tuvo que irse de la ciudad por un par de días, dejando solo a padre e hijo.
Damian ya cansado de insistir, se tumbo sobre la espalda de Bruce, el nombrado al sentir un pequeño peso de mas solo soltó un gruñido de molestia y volteo a ver al causante de evitar su sueño.
Al ver a la pequeña figura sobre el, cambio su semblante serio por una sonrisa.
El pequeño aun estaba recostado sobre el, fingiendo estar desmayado.
Tomo al pequeño como si fuera un saco de papas, y lo cargo hasta llegar a la cocina, donde lo sentó en su sillita especial.
El gran y difícil desayuno del día había sido servido; ¿Qué mejor forma de empezar la mañana que una buena ración de cereal?.
En los adentros de Bruce sabia que Alfred estaría muy molesto por darle al menor de la casa azúcar a tan tempranas horas, pero esos malos pensamientos los ignoro. Si Dick seguía vivo a pesar de tanta azucar... no habría problema, solo seria una vez. A comparación de su hijo mayor, rara vez desayunaban tal cosa. Dick siempre mencionaba las variadas preparaciones que lograba hacer con una simple y sencilla caja de cereales.
Soltó un suspiro pesado, y le dio un largo sorbo a su taza humeante de café.
Ver al pequeño comer y sonreír ante las figuras raras que simulaban ser animalitos, mientras trataba de llevarse una pequeña cucharadita a su boquita y poder disfrutar de su desayuno, solo lograba que sus problemas desaparecieran y solo se concentrara en lo que era importante en esos momentos.
Pero sabia perfectamente que el momento feliz no iba a durar por siempre, en algún momento Damian debía regresar a la normalidad; a un niño de 10 años que se le prohibió toda su corta vida ser feliz y obligarlo a que el odio sea su mejor arma. Una mueca de disgusto se asomo en sus labios al solo pensar que esa pequeña cosita que despertaba con una sonrisa, que no tenia miedo de expresar sus sentimientos, el Damian que regalaba abrazos y pedía ser cargado cada vez que algo le asustaba, el pequeño niño que lo llamaba papi cada vez que podía, era el mismo niño de 10 años que respondía cortante acompañado de sarcasmo cada vez que se le era posible.
Damian jamás lo llamaba de otra forma que no sea : ¨padre¨. Cualquiera que viera a Damian en este estado no se lo creería ni de chiste.
Pero era egoísta el solo pensar que podría quedarse con un Damian de un añito...casi dos. Pero no podían culparlo, estaba haciendo uno de sus sueños realidad, criar a su hijo. Aunque en el fondo si extrañaba al Damian de 10 años, que a pesar de no demostrar sus sentimientos, o no pedir ayuda cuando la necesitaba, era buen niño, buscaba su aprobación.
Un pequeño chillido y el sonido de la cucharita cayéndose lo hizo regresar a la realidad.
El bebe miraba con miedo por donde había caído la cucharita, volvió su vista al platillo que estaba volcado sobre la mesa, esparciendo todo el contenido por su ropita y, unas pequeñas gotas cayendo al piso.
Bruce observo todo el desastre causado por su falta de atención al menor. Se dio un golpe mental por su estupidez al no vigilar al menor como se debía.
En cambio, Damian miraba todo el desastre que había causado con miedo irradiando de sus ojitos, sabía que había echo algo malo, y que se podían enojar con el, por su error. Volteo disimuladamente a donde estaba su papi, y al ver su cara de frustración y algo de enojo, junto a su seño fruncido, solo hizo que su miedo aumentara. Sus manitas temblaban, y su labio inferior no se quedaba atrás. No era gran cosa lo que había echo, pero sentía la culpa por haberse equivocado en algo que sus hermanos jamás habían echo en el tiempo que estuvieron en la mansión.
Pequeños hipidos se escapaban, junto a una vocecilla que trataba de pedir disculpas, pero lo único que salían eran murmullos difíciles de entender. Cerro sus ojos con fuerza, esperando recibir un golpe o algún grito por todo el desorden que ocasiono.
Bruce aun concentrado en limpiar la leche que se esparcía sobre la mesa, y gruñendo por haber permitido tal cosa, aunque no podía culpar al menor, era obvio que el como el adulto que era, no debía perderle la atención al bebe.
–Bien– dijo soltando un suspiro pesado por lo que tenia que limpiar– esto es un desastre.– expreso con frustración. Pero todo la cólera se había ido al ver la acción del pequeño. –¿Damian?.
Mordió su labio inferior, quería reprimir los sollozos para que el castigo no empeorara.
–¿Todo esta bien?– pregunto sin entender la reacción del menor.–Damian...
–Lo-o ...lo shiento– dijo bajito, dejando escapar un hipido.
–No tienes por que disculparte, solo fue un accidente– poso su mano en la cabecita del pequeño, dándole pequeñas palmaditas para calmar el llanto que se avecinaba.– No fue tu culpa.
–¿Gope?–pregunto cabizbajo sin siquiera atreverse a alzar la mirada y observar esos ojos azules, tenia miedo de verlo y recibir una mirada de odio y decepción.
–¿Golpe?–No entendía por que esa pregunta.
El pequeño asintió aun con la vista gacha.
–No, Damian, no tienes por que asustarte, yo no castigaría de esa forma por algo tan insignificante– trato de sonar lo mas sereno posible, al parecer solo recuerda algunas fragmento de sus recuerdos cuando vivió junto a Talia.–¿Quién te golpea?
–Mami– a pesar de saber que ella era la causante de su llanto y sufrimiento, sus palabras salieron con cariño y orgullo. La admiraba a pesar de todo. Y eso dolía.
Cargo al pequeño para cambiarlo de ropa, ignorando la información recientemente dada. No quería saber las horrendas cosas que había echo la mujer que se hacia llamar su madre.
Damian jugaba con el agua, reventando las pequeñas burbujas que se asomaban.
Bruce solo restregaba el cabello del menor, escuchando las risillas y el chapoteo que hacia con sus manitas.
El sonido de un teléfono hizo que las risillas pararan, y que Bruce tomara el teléfono sin despegar la vista del menor, el cual lo miraba con curiosidad.
–¿Hola?– una voz bastante reconocida para el caballero de la noche.
–Clark.– respondió cortante.
–Hey, ¿Cómo has estado?¿Qué tal el pequeño Damian?– pregunto intrigado por la situación en la que se encontraba el menor, mientras un confundido niño lo observaba dudoso y sin entender nada.
Un suspiro se escapo de los labios del mayor, alzando su mano para masajearse el puente de la nariz. –Todo bien, Clark.
–A si que todo va de maravilla.–bufó el kriptoniano.
–Al grano.–contesto bastante serio.
–Bien...te gustas ser directo, ¿eh?- sinceramente no esperaba un respuesta ante la bromita, pero valía la pena intentar.–Como sea, Me preguntaba si Jon podría visitar a su amigo. Sabes, a Damian no le vendría mal pasar un tiempo con alguien....¿como decirlo?, casi cerca de su edad.– trato de ser lo más razonable posible y aun así no recibía una respuesta.
El pequeño jalaba de la camiseta de su papi para volver a tener su atención y dejara el aparato hablante que tenia pegado a la oreja.
–Un momento Damian..– trato de tranquilizar al menor mientras seguía hablando con el kriptoniano.- No lo se Clark.
–Vamos, será lo mejor, de paso Lois te puede dar unos tips para que cuidar al bebé– con sus ultimas palabra solo logro que Jon quedara mas confundido que antes.
¿De que bebé hablaban?. En su cabeza solo pasaban un montón de preguntas e hipótesis.
–Bien.
–¡Perfecto!, nos vemos después, ad~– antes de que el periodista terminara de despedirse, el caballero de la noche corto la llamada.
Por su parte Clark solo observaba el teléfono algo curioso, mientras su bendición lo miraba exigiendo respuestas.
- ¿Y bien?- Lois se asomaba a la habitación donde se encontraba su marido eh hijo.
- Aceptó. - una sonría se asomo en el kriptoniano mientras revolvía el cabello azabache de su hijo.-Pronto podras ver a Damian.- una risilla burlona se le escapo.
Mientras que Jonathan no podia estar mas confundido.
¡Buenas!
El primer cap de las vacaciones xd
Discúlpenme :"v
De verdad quería poner más de Jon en este cap, pero la idea no me cuadraba.
Pero en el próximo definitivamente
Jonathan llegará para quedarse >:)
En fin... ¡Hasta el prox cap!
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