4. De como espantar a un hombre
Star no era la prudencia en persona, tampoco era muy calmada, solía ser temperamental en extremo.
Star poseía una belleza exótica, de esas que causan intriga, pero que a la vez poseen defectos que no tardan en mostrar.
Había muchos hombres en el bar que la observaban fascinados, ella tocaba la guitarra eléctrica, pertenecía a una banda de nombre extraño que trabajaba en este sitio.
Cuando la banda terminó de tocar, ella se acercó a la barra, me escondí bajo la gabardina extragrande que llevaba, solo me faltaba el acento británico para parecerme a Sherlock Holmes.
―Hola, Kiev.―Star miró a su alrededor―.Hoy hay mucha clientela, ¿no crees?
El hombre secó una copa: ―Sí, y todo eso gracias a ti.―Sonrió, luego tosió―.Y a la banda, claro.
Una alarma se encendió en mi cerebro; al barman le atraía Star, podría ser un buen candidato.
―Gracias, pero dile eso a Gary―susurró―, está histérico.―Río ― Al parecer su padre le quitó su tarjeta de crédito, por exceso de pago.
El otro soltó una carcajada
―Ya sabes, problemas del tercer mundo
Eso dos poseían una química increíble, hablaban con soltura y reían. Era perfecto.
―¿Quieres beber algo? ¿una margarita?
―La última vez que me embriagué con margaritas fue cuando terminé con el imbécil de mi novio. Me trae feo recuerdos.
―¿Entonces un cóctel?―insistió.
―Paso, hoy quiero tener mis cinco sentidos intactos.
―Claro.―El hombre me miró―. Amigo, ¿deseas tomar algo?
No―respondí con una voz más gruesa de lo habitual.
La chica achinó los ojos en mi dirección: ―¿Nos conocemos?
Nein―respondí en alemán.
Al menos el curso de alemán que había realizado me serviría del algo. Otro de las virtudes que debía poseer un ayudante de Cupido es hablar varios idiomas.
―¿Eres de Alemania? ―se intereso
¡Rayos!
―Si
―¿De qué parte?
Mierda. Di una ciudad rápido.
―Gurdefhtyk
―¿Gur...que?―Hizo una mueca.
Iba a descubrirme.
―Un pueblo muy pero muy pequeño, casi invisible.
Más bien inexistente.
―Vaya eso es interesante―expresó con desconfianza―¿Por qué escondes tu rostro?―dijo al darse cuenta que mantenía la cara oculta.
―Una alergia terrible. ―Me cubrí más el rostro―. Ser contagiosa
―¿En serio?―dijo incrédula.
Asentí.
Star se quedó callada y al cabo de un rato escuché que le susurraba al barman Que tipo más raro
― ¡Hola!―dijo alguien―Mi nombre es Jared, toma.―El hombre extendió su mano―. Una flor para otra flor.
Otro pretendiente. Genial.
—¿Acaso me veo desesperada por empezar una relación?—El hombre la miró incómodo—. Pues, no estoy desesperada—se levantó del asiento—. Ve a dar esa flores a alguien que si este desesperada.
Se fue dejando al hombre con un gran interrogante.
—Solo quería ser amable.
La seguí, ella entró al baño de mujeres, me quedé afuera esperando. Escuché desde donde me encontraba como Star gritaba imbécil. Entonces comprendí que era un poco precipitado pensar que ella querría volver a ver a otro hombre, después de lo que sucedió.
Me quedé pensando, cuando de repente una voz me asaltó:—¿Eres el loco del parque?—acusó.
Ignoré su pregunta y comencé a caminar en dirección a la salida.
—¡Espera!—salí de aquel lugar, toqué la pulsera que estaba conectada con la base de datos y me teletransporté de vuelta al Olimpo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top