Un latido, dos latidos, tres, cuatro. Debía estabilizar mi ritmo cardiaco.

No entendía qué me pasaba, o tal vez sí.

No quería saberlo.

Me fui del bar sin despedirme, solo deseaba aclarar mi mente.

Aclarar mis nuevos recuerdos e intentar devolver los viejos.

Eros.

―Fue el tonto de Apolo―exclamó Eris acusando el chico a su lado.

―Él no puede saber nada de este mundo. ¿Qué parte no les quedo clara?―dije.

―En mi defensa yo solo iba a cantar un rato, pero la loca de Eris...―Apolo se levantó de su silla intentando defenderse.

―Si yo no hubiera ido el imbécil de Apolo había arruinado todo.

―No más de lo que tú haces, diosa de la discordia.

Eris se dispuso a lanzarse encima del chico. Ella odiaba cuando le recalcaban su error del pasado.

―¡Basta! Parecen dos niños, compórtense son adultos.

―Él empezó.

―Ella empezó―dijeron casi al unísono.

―Solo, váyanse. No quiero ver a nadie.

―Yo no quería hacer nada malo, no era mi intención―intervino Eris.

Cerré los ojos y respiré profundo.

―Vete.

Me senté en mi escritorio y me quedé observando el modelo de la Tierra.

Star

―Solo serán dos días―explicó Romance.

Tomé uno de los cojines del sofá y se lo lancé. Sin embargo no logró atraparlo.

―¿Por qué tanto?―espeté desde el sofá.

―Ya te lo dije, necesito ese empleo.

―Pero...―Agarré el cojín que recién le había lanzado―. ¿Estás seguro que trabajarás desde casa?

―Sí, fue lo primero que pregunte―dijo con obviedad.

―Nueva York queda muy lejos de San Francisco.

―Volveré. Lo prometo.

Hice una mueca, estaba cansada de las promesas, con que me dijera que iba a volver era suficiente, no necesitaba prometerlo.

―Entonces es un hasta pronto.

Asintió y sonrió.

Haris

Me encontraba en la cafetería dónde trabajaba Star, ella atendía a los clientes y de vez en cuando iba a mi mesa para saber si había encontrado algo.

Lastimosamente Eris y Apolo no existían en Internet solo aparecían los personajes de los mitos, los cuales era completamente irreales así que mi búsqueda estaba estancada.

Cuando Star terminó su turno hablamos de varias cosas, me contó que había estudiado diseño gráfico, que hasta ahora no había encontrado trabajo, ya que el último fue en una empresa dónde trabaja su ex-novio y ella no deseaba verlo más por lo que renunció.

―Sigo buscando, solo que a veces es difícil ir a las entrevistas debido a mis dos trabajos.

―Te ayudaré a buscar.

―Gracias, pero no es necesario―insistió.

Asentí dándole a entender que no lo intentaría pero yo sentía que debía ayudarla.

En la noche cuando llegué a casa dediqué mi tiempo a hallar un trabajo. Había uno que había llamado mi atención. Descargué la descripción y la hora de la entrevista para dárselos a Star. Luego de cenar, subí a mi habitación y me quedé profundamente dormido.