Tenemos Que Hablar
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Tenemos Que Hablar
Hermione llego con dificultad a la sala común de Gryffindor, se sentó con cuidado en uno de los sillones y levanto su pie para ponerlo en un pequeño banco, le estaba causando un poco de molestias al caminar y se notaba un poco hinchado, pero se negaba a regresar a la enfermería.
El hueco del cuadro se abrió y por el entro una guapa pelirroja con cara de preocupación.
-Hasta que te encuentro Hermione, está preocupada. -Le regaño un poco. -Harry y Ron fueron a buscarte a los jardines y Luna a la biblioteca.
-Perdón Ginny, no fue mi intención asustarlos. -Le contesto con algo de arrepentimiento. La pelirroja paro de regañarla cuando se dio cuenta por la carita triste de su amiga que algo había pasado.
-Te pasa algo. -Pregunto preocupada y se sentó al lado de su amiga.
Hermione sonrió con tristeza y una pequeña lagrima rodo por su mejilla. Ginny se apuro a abrazarla al verla tan afectada.
-Cuéntame que paso. -Le pidió con cuidado mientras abrazaba con ternura a su amiga y le quitaba algunos mechones de cabello que caían sobre su rostro.
La chica como pudo, entre lágrimas le explico todo lo que había pasado, desde la visita que le hizo Draco en la enfermería y sus intenciones de decirle toda la verdad.
-Quise contarle que yo fui quien lo ayudo en el callejón, pero no me dejo, me beso, bueno mejor dicho nos besamos y después me dijo que solo le importaba estar conmigo. Yo pensé que después, con el tiempo le podría decir la verdad, porque pensé que me estaba escogiendo a mí a pesar de todo, pero no fue así. -Dijo con profunda tristeza y comenzó a sollozar aun más fuerte.
-¿Te enamoraste de Malfoy? -Pregunto la pelirroja, pero Hermione no pudo contestar solo movió la cabeza de manera afirmativa y comenzó a llorar con más fuerza.
-Pero entonces no entiendo por qué lloras, si al parecer Draco te corresponde.
-Yo pensé lo mismo, pero después llego Amber con mi capa puesta y le dio a entender que ella era la chica que lo había ayudado en el callejón.
-¿Por qué lo hizo? -Pregunto sin comprender la pelirroja
-Amber está enamorada de Draco.
-¿Pero cómo pudo saber ella?
-Supongo que nos escucho platicando en mi habitación, puse un hechizo en la puerta para que no nos escucharan, pero me olvide de la puerta del baño que comparto con ella.
-Pero porque no le dijiste la verdad a Malfoy.
-No pude Ginny, cuando vi la emoción en su cara al verla y al pensar que era ella la desconocida del callejón se mostro tal complacido, tan feliz que incluso se besaron ahí mismo.
-Malfoy es un desgraciado y Amber una arpía. Como pudieron. -Dijo exaltada la pelirroja.
-Ya no importa Ginny. -Dijo tratando de auto converse y calmarse un poco, limpio su rostro con el dorso de su mano y sonrió débilmente a su amiga.
-Pero deberías decirle la verdad, que Amber es una impostora y que tú fuiste la que lo ayudo.
-Ya no tiene caso, Draco está enamorado de ella. Pudo elegirme a mí, pero la eligió a ella.
-Sola la eligió porque pensó que eras tú, cree que Amber es la chica que lo había salvado, de otra manera estaría contigo. Debes decirle no solo por ti, porque aun cuando no me agrada mucho Malfoy, Amber lo está engañando.
-No se… -Dudo Hermione por las palabras de su amiga, a pesar de todo no quería que Draco saliera lastimado y eso era algo muy probable tomando en cuenta que Amber lo estaba engañando. Pero estaba muy herida, muy decepcionada del amor.
-Es mejor que subas a mi habitación, si los chicos te ven así van a pedirte explicaciones y no creo que se las quieras dar.
-Tienes razón. -Contesto y se puso de pie con ayuda de la pelirroja y subió apoyándose un poco de su hombro para subir los escalones hacia las habitaciones de las chicas.
Llegaron a la habitación de la pelirroja y Hermione se sentó en la cama de su amiga.
-Es mejor que descanses Hermy, además tengo que ir a avisarles a los chicos que estas aquí para que no se preocupen. Trata de dormir un poco.
Hermione asistió con la cabeza y se recostó con cuidado haciendo algunos gestos de dolor al apoyar su espalda en la cama.
Ginny salió y bajo las escaleras, dejando a Hermione sumida en sus pensamientos. No quería enfrentarse a Draco, no tenia caso después de que el había elegido a Amber sobre ella, pero tenía miedo que por su silencio le hiciera daño.
No tardo mucho en quedarse dormida, después de todo solo había conciliado el sueño algunas horas y no había sido un sueño muy reparador, porque no conseguía sacar a cierto rubio de sus pensamientos.
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-Chicos. -Les llamo la pelirroja a Harry, Ron y Luna, mientras les daba alcance en los jardines del colegio -Hermione está en mi habitación durmiendo.
-¿Pero está bien? -Pregunto preocupado su hermano.
-Está bien, solo cansada y algo adolorida, pero estaba aburrida en la enfermería y no quería caminar hasta su torre por eso subió a la de nosotros. -Mintió la pelirroja dejando más tranquilos a sus amigos.
-Supongo entonces que la veremos en la comida. -Dijo Harry más tranquilo.
-Si solo necesita descansar y dormir un poco para que se recupere pronto. -Le contesto la pelirroja, en ese momento vio pasar a toda prisa cerca de ellos a Draco con la capa de Hermione en la mano, parecía que buscaba a alguien, lucia mas pálido y ojeroso de lo normal.
-Qué demonios le ocurre a Malfoy. -Dijo el pelirrojo Weasley. -Parece que está buscando al diablo. -Dijo con sarcasmo.
Harry se encogió de hombros, pero se le hizo curiosa la actitud del rubio que lucía desesperado. Por otro lado, Ginny sospechaba a que se debía, muy probablemente ya sospechaba de Amber y buscaba aclarar sus dudas.
Lo vieron alejarse a toda prisa sujetando con fuerza una capa que llevaba en la mano. Le pareció curioso pero nadie dijo nada, al menos por ahora.
Ginny les dijo a sus amigos que tenía que ir a la biblioteca porque necesitaba un libro para hacer unos deberes pendientes. Se despidió dejando a sus amigos platicando animadamente.
La pelirroja no llego a su destino, doblo en uno de los pasillos y cambio derrumbo para ir detrás de Malfoy. Necesitaba a toda costa decirle la verdad, sin importar si se enojaba Hermione, su amiga ya había sufrido lo suficiente por culpa de su hermano y al menos merecía una disculpa por parte del rubio platinado.
Draco encontró a la chica cerca del lago.
-Amber. -Le llamo decidido el rubio y la chica giro al escuchar su nombre.
-Hola Draco. -Le contesto con una gran sonrisa y se lanzo a sus brazos.
El chico levanto una mano para alejarla.
-Necesito hablar contigo.
-¿Qué quieres? -Pregunto molesta al ver la actitud fría del rubio.
-Quiero que me digas si es verdad que esta capa es de Hermione.
Amber palideció pero intento controlarse. -No esa capa es mía.
-Si es tuya explícame porque huele a su perfume.
-Yo que sé. -Dijo dudando
-¿Por qué me ayudaste ese día en el callejón Amber?
-Pues… porque yo...yo te quiero -contesto sin pensarlo
-Como puedes querer a alguien que hasta entonces no conocías. -Le dijo con firmeza al darse cuenta que mentía.
-Porque no puedes entender que yo estoy enamorada de ti. -Replico la chica y lo abrazo. Draco la separo de él tomándola por sus brazos.
-Tú no puedes ser la mujer que me ayudo ese día en el callejón.
-Claro que lo soy. -Replico nerviosa sacudiéndose para que la soltara.
-Mientes. -Le grito el rubio aun sosteniéndola con firmeza de sus brazos.
Amber estaba expuesta, de algún modo Draco se estaba dando cuenta que ella solo esta usurpando a Hermione.
-Eres una mentirosa manipuladora. -Le reprocho. -Como pude ser tan estúpido para creerte.
Harta de todo eso, sintiéndose humillada y llena de furia se soltó por fin del agarre del chico.
-Si eres un estúpido por no valorarme, por no darte cuenta cuanto te amo, me haces a un lado por la insignificante de Granger
-Cállate, no mereces ni siquiera decir su nombre.
La chica comenzó a llorar lágrimas llenas de odio y resentimiento.
-Como puedes preferirla a ella antes que a mí. -Su voz se entrecortaba
-Porque ella es sincera y tu una mentirosa. -Replico el rubio con seguridad.
-Ella es tan mentirosa como yo. Si fuera de otra manera te abría dicho quien era desde un inicio.
Malfoy no supo que contestar, pero estaba seguro que Hermione no era como Amber, su princesa Gryffindor había actuado desde el principio con convicción sin esperar nada a cambio, a pesar de ser su enemigo, a pesar de no merecer su ayuda.
-No Hermione no es como tú. -Dijo y dándole la espalda comenzó a alejarse. La chica se quedo temblando de coraje al ver como su amor le daba la espalda y se alejaba a buscar los brazos de otra.
Cerca de ahí, Ginny había presenciado todo, se escondió cuando Draco pasó cerca. La pelirroja apenas pudo regreso al castillo corriendo, necesitaba decirle a Hermione lo que había ocurrido. Llego casi sin aliento a la habitación, tuvo que recargarse en una pared para recobrar el aliento, se acerco a su cama, pero Hermione ya no estaba ahí.
Se sentó cansada en la orilla de la cama tratando de pensar donde se había metido su amiga.
Draco también había corrido hasta el castillo en busca de Hermione, primero llego a la enfermería donde Madame Pomfrey lo reprendió por llegar corriendo, de mal humor le hizo saber que Granger había sido dada de alta desde hacia algunas horas.
El chico agradeció brevemente y se alejo corriendo para la molestia de la enfermera.
Cruzo los pasillos del castillo a toda prisa, pidiéndole a Merlín poder encontrarla, se dirigió a la Torre de Premios anuales con la esperanza de encontrarla. El tiempo le parecía eterno, estaba lleno de angustia y desesperación, cuzo el umbral de la puerta y no la encontró en la sala común, ni en la cocina.
Decidido subió las escaleras de las habitaciones y separo frente a la puerta de Hermione. La toco suavemente y al no escuchar respuesta giro el pomo de la puerta y entro. De súbito el color subió a sus mejillas y avergonzado desvió su vista hacia una de las paredes, tratando de no pensar en la imagen que acababa de ver.
-Qué demonios haces aquí. -Le reclamo la chica tratando de cubrirse más con la diminuta toalla que apenas le cubría lo necesario, tenía el rostro enrojecido por la vergüenza. En el momento que el chico entro, ella salida del baño, recién se había bañado y llevaba encima solo una ligera toalla.
-Necesito hablar contigo, sobre esto. -Le contesto el rubio sin voltear a verla y le mostro la capa que aun llevaba en las manos.
La chica dudo, al darse cuenta que ya sabia la verdad pero no estaba en un buen momento para hablar.
-Vete. -Le exigió la chica
-No hasta que hablemos.
-Que no te das cuenta que no estoy vestida. -Le reclamo la chica aun con el rostro enrojecido. Tarde se dio cuenta que no debió de decir eso, ya que los ojos grises de Draco se volvieron a fijar en ella.
Malfoy había intentado comportarse pero parecía imposible dejar de verla, se veía realmente hermosa, su cabello mojado se pegaba a su espalda y algunos mechones enmarcaban su rostro, la pequeña toalla dejaba a la vista sus largas y bien torneadas piernas, además de mostrar su increíble piel bronceada de sus sensuales hombros.
-Perdón. -Se disculpo y volvió su vista a la pared, pero no salió de su habitación.
-Que te vayas. -Grito de nuevo y fue a tomar su varita que descansaba en su cama. Al darse cuenta de eso Malfoy se adelanto y la tomo con suavidad de sus manos para evitar que lo atacara.
-Por favor, solo quiero hablar. -Suplico, pero no contaba que al tomar sus manos la chica no pudo seguir sujetando la toalla, que cayó inevitablemente dejándola completamente desnuda.
Draco se dio cuenta y no pudo evitar verla momentáneamente embobado, la chica lo aventó con fuerza y se agacho rápidamente para cubrirse de nuevo.
-Largo de aquí. -Le grito enojada y avergonzada
-No me iré hasta que hablemos. -Le dijo firmemente y tomo la varita de Hermione, hizo un hechizo en las puertas para que no pudiera salir, además de otro para que no los escucharan hablar y no los molestaran.
-Al menos me dejara cambiarme. -Le contesto resignada al darse cuenta que no tenia opción.
-Así te ves muy bien. -Le dijo el chico de manera seductora.
-Draco estas loco. -Dijo con reproche.
-Está bien cámbiate prometo no espiar.
Hermione no muy convencida vio como Draco se ponía en una de las esquinas de la habitación esperando que se cambiara y no teniendo opción se cambio lo más rápido que pudo con la ropa que ya tenía preparada sobre la cama. Sentía aun las mejillas calientes señal de que estaban enrojecidas aun por la vergüenza, ya que el enojo se estaba disipando al tener a su amor tan cerca y en esas condiciones.
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