Sabía Que Vendrías

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Sabía Que Vendrías

Repitió una y otra vez cada palabra, hasta que se quedo afónica, en ese lugar no podía saber qué hora del día era, pero seguía sin darse por vencida.

-Te necesito, ven por favor.

Cada cierto tiempo invocaba el lumus, que cada vez se presentaba mas y mas débil, solo lo utilizaba para saber si Amber seguía respirando. El demás tiempo seguía sumida en la obscuridad pidiendo ayuda en voz alta.

Lo repetía una y otra vez hasta el cansancio, como si fuera una larga letanía, un mantra que tenía que repicaba en el eco y que era repetido de manera continúa hasta estar extenuada.

El tiempo se hacía extremadamente largo y agobiante, pero intentaba mantenerse cuerda y consiente, pero por mas decidida que estuviera  era innegable el lamentable estado en el que se encontraba. Llego un momento en que la varita que había encontrado y que pertenecía a Lavender ya no servía de nada, porque ya no tenía fuerzas.

Su voz era ya solo un susurro que se amplificaba con el eco de la derrumbada cueva, haciendo pasar más que por un murmullo sin sentido.

-Ron tengo fe en ti… Ron siempre supe que regresarías por nosotros antes y se que ahora no me dejaras morir aquí. -Pensó la castaña a punto de caer en la inconsciencia.

Una mota de luz apareció flotando en la cueva y Hermione pensó en un principio que era un sueño.

-¿Ron? - llamo en la oscuridad aquel puntito de luz, con su corazón latir esperanzado.

-¿Hermione? -Escucho con alegría como le llamaba, su viejo amor, era su amigo.

-Sabía que vendrías. -dijo en un susurro y una tenue sonrisa intento surgir pero ahora incluso sonreír le dolía.

Ron no entendía lo que pasaba, había ido a su habitación a cambiarse para bajar a cenar y escucho un ruido proveniente de su baúl. Se acerco con cautela y busco que era lo que producía aquel sonido, y encontró entre sus pertenencia es desiluminador que había heredado de Albus Doumbledore.

Sin comprender del todo se lo pego al oído y escucho un leve murmullo que no entendió del todo.

La mente de Ron siempre solía trabajar lento, no sabía lo que significaba aquel ruido que hacia el desiluminador, la inteligente del grupo es Hermione y ella no está, pensó y contra todo pronóstico su mente llego a la respuesta de manera automática al recordar a la castaña. 

Cerró los ojos y deseo con todas sus fuerza, con toda su convicción poder encontrarla y escucho con más claridad el murmullo.

-Ronald Billius Weasley, más te vale que no tardes. -Escucho la débil voz de su amiga, que para su sorpresa lo reprendía.

Algo en su pecho se movió al escucharla, era la voz de Hermione llamándole, no lo pensó corrió por su varita y presiono el botón, una mota de luz apareció y entrando en ella llego a otro lugar.

No se movió por algunos segundos, hasta que escucho que lo llevan.

-¿Ron?

-¿Hermione? -Pregunto a su vez y al escucharla hablar ya no pudo espera más.

-Lumus máxima. -Invoco y aquel lugar se ilumino al instante con la luz proveniente de su varita. El lugar era muy reducido y no tenia salida por ningún lado, vio a todos lados levantando la varita, le tomo un segundo voltear a ver al piso.

Estaba feliz de encontrarla pero no se encontraba preparado para lo que vio. Su corazón se detuvo por un momento al verla tan mal, toda ella estaba maltrecha, maltratada, herida y sucia, tanto que no podía ni moverse. Simplemente no podía creer que esa muchacha que estaba tendida en el suelo casi agonizando fuera su amiga.

De un brinco se puso a su lado, se quito su suéter  y la cubrió un poco con el, tomo sus manos, estaban heladas, y ella lo veía con felicidad a pesar de todo. 

-Hermione. -trato de enderezarla un poco del piso, pero ella se quejo e hizo una mueca de dolor por lo que decidió que lo mejor era no moverla mucho,  Ron vio que a su lado estaba Amber y se estiro un poco para verla, también estaba herida, su cabello estaba empapado en sangre que comenzaba a secarse y formar costras, pero no estaba tan maltratada como Hermione, pero por más que veía a su alrededor buscando al agresor no veía nada no entendía lo que estaba pasando.

-Sabía que vendrías. -Le volvió a decir tan despacio que el pelirrojo no entendió lo que decía, con toda la suavidad posible puso su cabeza sobre sus piernas y se inclino para poner su oído cerca de su cara para escucharla.

-¿Qué dijiste? -Pregunto hipando con voz temblorosa y quebrada, porque lloraba al verla tan mal. Ron tenía el rostro enrojeció y sus ojos nublados por las lagrimas, un nudo en su garganta le descomponía la voz al hablar y tenia un profundo dolor clavado en el pecho.

-Que sabía que vendrías… Porque tardaste tanto. -Le reprocho pero sonrió, o al menos eso intento.

-Debo sacare de aquí. -Le dijo y volvió a ver a su alrededor para buscar alguna salida, pero no había nada.

-Escucha Ron. -Dijo Hermione. -Solo podemos salir de aquí haciendo una aparición conjunta, pero yo no tengo fuerzas para hacerlo, lo tiene que hacer tú. Amber está muy mal.

-Pero no sé si pueda.

-Yo se que si Podrás

-¿Como lo sabes? Todavía fallo al aparecerme ¿Y si algo sale mal? -Dijo temeroso el pelirrojo.

-Yo se que puedes… confió en ti… eres capaz… -Le dijo mientras con debilidad levanto su mano para acariciar su mejilla pecosa y limpiar una lagrima. Ron sonrió escuetamente.

-Estás segura.

-Claro que lo estoy Ron. Pero antes debo de decirte algo. -Dijo y tocio un poco haciendo muecas de dolor.

-¿Qué? -Pregunto el pelirrojo sin saber qué hacer para reconfortarla

-Sobre quien me secuestro… -Dijo e inhalo con dificultad, sentía sus ojos pesados, se esforzaba por mantenerlos abiertos.

-¿Quién allá sido pagara con su vida? -Dijo alterado el pelirrojo, sabía que sea quien fuere el que se  atrevio a lastimarla de esa manera lo mataría si lo llegaba a atrapar.

-Escucha Ron, debo pedirte algo. -Dijo con voz aun más débil. -Tienes que prometerme que sea lo que sea aras lo que te pida.

-Por ti haría la que sea, te daría incluso mi vida con tal de no verte así. -Le dijo y nuevas lágrimas salieron de sus ojos.

-Entonces lo prometes.

-Si lo prometo. -contesto el pelirrojo

-Amber me secuestro… ella me hizo esto. -Dijo con dificultad la castaña y Ron apretó los dientes. -No te enfades, ella no está bien.

-McGonagall nos dijo que se aplico un hechizo que daño su mente. -Le conto el pelirrojo.

-Por eso mismo, Amber no sabía lo que hacía.

-Aun así ella tiene que pagar. -Grito enojado.

-Ron, prométeme que la cuidaras.

-¿Qué? -Pregunto el chico sin comprender.

-Ella no es mala.

-Mírate, mira lo que te hizo. -Le dijo con la voz quebrada el pelirrojo, no soportaba verla así, esforzándose tanto por respirar. -Tenemos que irnos ya.

-No tengo muchas fuerzas Ron… Escúchame, necesito que la protejas y estes a su lado todo el tiempo hasta que esté bien, ella necesita a alguien para salir de esto, se bueno con ella. Amber al final me salvo de morir aplastada, ella pudo escapar y no lo hizo. Esa es razón suficiente para darle una oportunidad, está enferma. -De nuevo la tos la hizo quejarse por el dolor en sus costillas. -Pídele a Harry que no la juzguen, no la entreguen al ministerio.

Ron la veía sin contestar, estaba enojado y contrariado, no comprendía como Amber por muy trastornada que estuviera, le causara tal daño a Hermione, y que encima de eso le estuviera pidiendo que fuera bueno con ella y la cuidara.

-No puedo Hermione.

-Ron lo prometiste, cuento contigo. -Dijo ya sin fuerzas, y la mano que acariciaba la mejilla del pelirrojo cayo si fuerzas a un costado de la castaña,  se había desmayo.

-¿Hermione? -Le llamo el pelirrojo con preocupación pero la castaña ya no reaccionaba, había llegado al límite de sus fuerzas.

Antes de hacer trasladarse mando un patronus a Harry, sabía que no se iba a poder aparecer dentro del castillo y necesitaría ayuda para llevar a ambas a que las atendiera.

Acomodo con cuidado a Amber boca arriba  y tomo la mano de ambas chicas desapareció.

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En el castillo rápidamente se dio el aviso de que las había encontrado. Harry estaba con Draco en el momento que el patronus de Ron llego a avisar que las encontró, necesitaba ayuda para llevarlas al castillo, se aparecería a la entrada del bosque prohibido.

Draco no podía describir que sentía en ese momento, estaba contento de saber que estaba viva, pero no sabía que tan lastimada se encontraba. Corrió con todas sus fuerzas, salió del castillo con rapidez, mientras que Harry avisaba a McGonagall,  Madame Pomfrey y a Marcus.

Necesitaban tener todo listo para trasladarlas a San Mungo de ser requerido, Ron les dijo que están heridas.

Ron llego apareció cerca de la cabaña de Hagrid, llego sin aliento y con la sensación de vacío en su estomago, pero llego completo y con las dos chicas a su lado. Suspiro aliviado, pero esa sensación le duro muy poco a ver de nuevo a Hermione bajo la luz de la luna se veía aun mas pálida, era desesperante verla así,  esperaba que no tardaran mucho en llegar, podía hacerlas levitar, pero no sabía si eso las lastimaría mas.

Observo con resentimiento a Amber, pero al verla inconsciente con ese semblante afligido, la sintió tan vulnerable y débil que hablando de cierta manera su corazón. Le prometió a Hermione cuidarla y así lo aria, estaría a su lado cuidándola hasta que se recuperara.

Draco fue el primero en llegar a donde estaban y al verla de esa manera sintio como sus piernas le fallaban de la impresión, estaba tan mal, tan lastimada, sintió que su alma se quebraba.

-Hermione, amor. -Le llamo suplicante sintiendo como se rompía su corazón al ver que no reaccionaba.

-Hay que llevarlas a la enfermería. -Le dijo el pelirrojo y  Draco tomo con sumo cuidado a la castaña y la llevo en brazos al castillo, mientras que el pelirrojo tomaba a Amber.

Llegaron con rapidez a la enfermería Madame Pomfrey ya los esperaba al lado de la Directora, ambas mujeres contuvieron el aliento al verlas entrar en brazos de unos pálidos muchachos.

-Póngalas en la cama con cuidado. -Les ordeno la enfermera. -Salgan por favor  para revisarlas.

De mala gana obedecieron, afuera ya estaba todos reunidos.

-¿Dónde estaban? -Pregunto la pelirroja Weasley casi sin aire por llegar corriendo.

-Creo que en una cueva.

-¿Cómo que crees? -Dijo Marcus contrariado.

-Las encontré con el desiluminador. -Se dirigió a Harry y el comprendió al instante.

-¿Qué es eso? -Preguntaron Draco y Marcus a la vez tratando de comprender que estaba pasando.

Harry les explico a grandes rasgos de que se trataba.

-¿Quién las secuestro? -Pregunto Draco aun en shock

-Hermione me dijo que fue Amber. -Dijo el pelirrojo y todos se quedan en silencio, Marcus se dejo caer de manera pesada en una silla y se tapo el rostro con las manos y comenzó a llorar. Luna se acerco al chico para consolarle.

-Pero como puede ser posible si Amber estuvo con nosotros cuando Hermione desapareció. -Dijo Ginny confundida.

-No sé. -Dijo desesperado Ron. -Pero Hermione antes de desmayarse me lo dijo y también me dijo que no fue culpa de Amber, que al final ella la salvo. No quiere que nada le pase, insistió en que no lo hizo consiente y necesita ayuda.

Todos lo voltearon a ver con incredulidad, incluso Marcus levanto la vista para verlo.

-Hermione me pidió que la cuidara y que estuviera con ella hasta que estuviera bien y se lo prometí, espero que no te moleste. Harry también me dijo que no la entregáramos al ministerio-Se dirigió primero a Marcus y después a su amigo, el solo movió la cabeza aceptando.

La puerta de la enfermería se abrió y por ella salió la directora.

-Están muy delicadas las trasladaremos a San Mugno. -Les dijo cabizbaja la directora.

Primero sacaron a Amber en camilla, traía ya puesta una bata y habían limpiado y vendado su cabeza, por lo que no se veía tan mal, solo pálida y grandes ojeras bajo sus ojos.

Cuando sacaron a Hermione, fue otra historia, a pesar de estar limpia y llevar otra bata igual a la de Amber, en el momento que la vieron pasar en la camilla todos contuvieron en aliento.

Habían rasurado su cabeza, y su rostro estaba deformado por la hinchazón de los golpes que recibió, la herida en su ceja y labio estaban limpias y cerradas, pero su  labio inferior estaba al doble de su tamaño, un gran y oscuro moretón sobre su ojo, marcas y rasguños en sus mejillas. Llevaba su pierna entablillada, e inmovilizaron su cuello, pero aun así se apreciaba una herida profunda en el largo cuello de la chica.

La palidez de su piel era tal que parecía un fantasma, estaba en extremo delgada, sus manos descansaban sobre sus costados, solo en su dedo brillaba el anillo que resaltaba mas por lo cetrino de su piel.  

Ginny ahogo un grito con su mano al verla de así y comenzó a convulsionarse por el llanto, Harry la abrazo con fuerza para tranquilizarla, pero era casi imposible cuando el mismo estaba vertía lagrimas silenciosas de preocupación y alarma al ver como Hermione estaba tan mal.

Marcus no tuvo el valor para verla, se sentía incapaz de soporta la culpa de verla postrada en una cama con los signos de tortura que le provoco su propia hermana. Permaneció en una silla sentado con el rostro entre sus manos, Luna lo abrazaba con cariño mientras le hablaba al oído dando ánimos.

Luna si la vio pasar y abrió los ojos desmesuradamente, mas no dijo nada, también lloro en silencio.

Solo Ron y Draco  la vieron antes de que la asearan, sabían muy bien que ahora aunque estaba herida y lastimada, no se comparaba al aspecto que tenía cuando la encontraron, nadie hubiera resistido ver a Hermione como la vieron ellos  

Solo llevo un par de minutos el traslado, en el hospital ya las esperaban varios medimagos para atenderlas lo más rápido posible.

Rápido se las llevaron a salas separadas, mientras en la sala de espera todos aguardaban por noticia.

Draco no encontraba su lugar, estaba nervioso por saber como estaba Hermione, caminaba de un lado a otro, mientras se acomodaba sus cabellos una y otra vez con desesperación, se sentaba por momentos, para después levantarse aun mas contrariado y comenzó de nuevo a dar vuelta de un lado a otro. Las horas avanzaban lentamente, ninguno de sus amigos había aceptado abandonar el hospital hasta saber noticias de las chicas.  

Se les notifico a las familias Granger y Turpie. En poco tiempo la sala de espera estaba abarrotada, la familia Weasley estaba presente también, al igual que los amigos mas cercanos del trió de oro.

Harry y Ron, habían decidido que lo mejor sería no contarle a nadie sobre que Amber había sido la secuestradora, hasta que ella despertara y contara con exactitud lo que ocurrió, aleccionaron a sus amigos para que no dijeran nada, todos guardaron silencio, en mucho porque la misma Hermione había pedido que no la entregaran al ministerio, ella la consideraba inocente. Y quienes eran ellos para juzgarla cuando la misma castaña no le reprochaba nada debido a su condición mental.

Ya amanecía y aun no sabían nada sobre la condición de las chicas, la sala de espera se había ido desocupando, solo algunos permanecían a la espera, los señores Granger y Turpie, Draco, Harry, Ron, Luna, Ginny y Marcus. La directora se había llevado a los demás de regreso al castillo, pero no pudo convencer a los demás para que fueran a descansar.

La mayoría ya sentían los estragos del desvelo, se habían quedado dormidos en las sillas de manera incomoda, pero se negaban a retirarse, solo Draco no podía conciliar dormir  para el rubio el tiempo se había detenido, junto con su vida.

Todos fueron a la cafetería para desayunar algo, solo Draco se resistía, no tenia apetito, ni estaba dispuesto a dejar su lugar con la esperanza de levaran informes positivos del estado de Hermione.

Tenía un par de minutos que todos se habían ido a desayunar, cuando el rubio vio como Ginny entro de nuevo por la puerta a la sala de espera, en sus manos llevaba algo.

-Ten debes comer. -Le ofreció lo que llevaba

-No tengo hambre. -Negó con la cabeza

-Hazlo por ella Draco, a Hermione no le gustaría despertar y encontrarte tan desmejorado. -Le dijo la pelirroja ofreciéndole el sándwich y un jugo.

-Gracias. -Dijo el rubio sinceramente y tomo las cosas, sonriendo un poco.

-Sé que es difícil. -Dijo la pelirroja sentándose a un lado de Draco, con la vista fija en el piso. -Duele verla así, pero tenemos que ser fuertes. -Le puso una mano sobre la rodilla al rubio y por fin levanto la vista para encontrarse con los ojos grises que la miraban atentos. -Ella te quiere y te necesita en estos momentos, no había visto a Hermione tan feliz como lo estuvo contigo, no hay que perder la fe, hay que esperar lo mejor y para eso tú también tienes que estar bien. -Se levanto de su asiente para regresar a la cafetería, no sin antes darle unas pequeñas palmaditas a Draco en la espalda haciéndolo  sonreír con agradecimiento.

Aun sin mucho apetito comió y bebió lo que amablemente le había llevado la pelirroja.

Eran las 5 de la tarde cuando por el umbral de la sala de espera entro un hombre alto de cabello negro entrecano con una bata blanca que lo distinguía como medimago. Todos se levantaron al verle entrar.

-La familia de la señorita Turpie. -Dijo el medico con voz profunda de manera ceremoniosa.

-Nosotros. -Dijo un hombre alto de cabello rubio entrecano muy parecido a Marcus, abrazando a su esposa, una mujer muy guapa de ojos azules, avanzaron unos pasos para ponerse frente al medimago. Marcus también acerco poniéndose a un lado de sus padres, los demás guardaron silencio.

-La señorita Turpie está estable, tiene algunas contusiones en la cabeza y fractura de hombro, estamos tratándola para sanar el daño que ocasionado en su mente, la Directora McGonnagall nos informo sobre el hechizo que se aplico y estamos tratando de reversarlo, pero hasta que no esté consiente no sabremos si el daño será permanente o si tendrá secuelas de algún tipo. Físicamente está bien sus huesos fueron acomodados y sanados, es solo cuestión de esperar a que despierte para evaluarla. -Les explico

La madre de Amber sintió desmayarse cuando escucho que el daño podría ser permanente y comenzó a llorar llena de preocupación, su esposo la abrazo con mas fuerza para mantenerla en pie.

El medimago se disponía a salir, cuando una mano lo detuvo.

-¿Cómo esta Hermione Granger? -Pregunto desesperado Draco.

-Otro médico se está haciendo cargo de su caso, aun están valorando su estado, en unos momentos les avisaran. -Dijo cortésmente y el rubio lo soltó.

Pasaron solo algunos minutos cuando otro hombre entro por la puerta, este se veía más cansado y ojeroso que el anterior, había estado atendiendo a la castaña desde su ingreso en el hospital.

-Familiares de Hermione Granger. -Pregunto al entrar a la sala.

Los padres de Hermione se acercaron, Draco al momento se puso a su lado  y fueron rodeados por los demás amigos de la castaña que esperaban asustados noticias de su amiga.

-Somos sus padres. -Dijo en un hilo de voz el señor Granger, mientras apretaba la mano de su esposa.

Draco estaba temblando, hasta que sintió que alguien tocaba su espalda para darle valor, era Harry que a pesar de su semblante pálido trataba de transmitirle confianza.

El médico hizo una pausa para tomar aire y comenzar a explicar.

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