Rodolf Weber

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Rodolf Weber

Es día era Sábado, Harry, Ginny, Luna, Marcus y Ron se encontraban desayunando muy temprano para después ir san Mungo para visitar a las chicas, cuando de repente se apareció un pequeño Dragón.

-Deben de venir de inmediato a San Mungo, una noticia los espera. -Era la inconfundible voz de Draco, despues de dar el mensaje desaparecio.

Harry se levanto de inmediato y los demás lo imitaron, sabían que no debía ser algo mano, porque escucharon la voz tranquila de Malfoy, pero aun asi no perdieron tiempo y se dirigieron a la Dirección, para utilizar la chimenea de McGonagall como en las ocasiones anteriores.

En cuanto llegaron al lugar, Todos se dirigieron a los cuartos de las chicas. Draco los esperaba en la puerta con una leve sonrisa.

-¿Qué paso? -Pregunto Harry sin aliento.

-Amber… -Dijo el rubio pero no le dieron oportunidad de explicarse, Ron palideció al igual que Marcus y abrieron la puerta donde se suponía estaba Amber, su palidez llego a un punto insospechado.

-¿Dónde está? -Logro articular con dificultad Marcus.

-Tranquilos. -intento calmarlos Malfoy. -Esta aquí. -Dijo señalando la habitación de Hermione que estaba a un lado de la de Amber.

Todos entraron a rápidamente y vieron recostada a Amber a lado de Hermione.

-¿Qué hace aquí? -Pregunto Ron Confundido.

Las voces hicieron que Amber despertara y se movió pesadamente en la cama de Hermione. Todos se quedaron mudos por la sorpresa mientras Draco sonreía.

-¿Amber? -la llamo dudoso Marcus y su hermana parpadeo varias veces antes de levantarse temblorosa de la cama.

-Marcus. -Le llamo en un hilo de voz.

-Despertó. -Dijo feliz Ron, pero no se acerco temeroso, tenía miedo que no correspondiera su amor ahora que por fin había despertado.

Los hermanos se abrazaron con fuerza mientras nuevas lágrimas salían de los ojos hinchados de Amber.

-Hermano te extrañe.  -dijo sollozando la chica. -Yo lo siento… Yo lo siento tanto. -Dijo entrecortadamente.

-Está bien, sabemos que no fue tu intención, todo está bien. -Dijo tratando de tranquilizarla.

Ron se mantenía recargado en el marco de la puerta, feliz y al mismo tiempo lleno de miedo. Era bueno que despertara, pero le dolía pensar que ya no lo necesitaba mas a su lado y que probablemente lo correcto será alejarse. Pensaba irse, todos estaba rodeando a la chica en ese momento, sabía que nadie se daría cuenta de su ausencia. Giro para retirarse, pero una voz lo detuvo.

-¿Ron? -La dulce voz de Amber le llamo. El pelirrojo la observo esperanzado.

-Qué bueno que despertaste Amber. -Le dijo con timidez con el rostro sonrojado -Es excelente saber que ya estás bien.  

Marcus ayudo a su hermana a ponerse en pie, quería acercar al pelirrojo, y este parecía que no se daba cuenta de las intenciones de la joven porque no se movía, no podía hacerlo por alguna razón, el cuerpo no le respondía.

-Sería bueno que le contaras lo que me dijiste ayer. -Comento Marcus dirigiéndose a Amber, ella sonrió apenada.

Eso hizo reaccionar un poco a Ron y camino titubeante hasta estar en frente de la chica. Marcus la soltó y todos salieron de la habitación, incluso Draco les dio un poco de privacidad.

-¿Qué me ibas a decir? -Pregunto el pelirrojo que sostenía con suavidad a la chica para que no cayera.

Amber se sonrojo y paso saliva con dificultad y agacho la mirada.

-Bueno, quiero agradecerte y… bueno yo quiero que sepas… quiero decir… que… -Dijo con dificultad la chica sumamente avergonzada.

Ron tomo su barbilla y la levanto con delicadeza para verla a los ojos, y no necesito mas palabras, todo está ahí, reflejado en sus hermosos ojos azules. La beso con ternura, fue un leve roce de labios, pero fue increíble para los dos.

-Te amo. -Le dijo Ron

-Yo también me enamore de ti. -contesto con sinceridad la rubia. -Gracias por estar conmigo, gracias por darme fuerza para salir de eso.

El pelirrojo sonrió feliz y la abrazo, se quedaron así por un momento y después la ayudo a sentarse de nuevo en la orilla de la cama.

-Ahora solo falta que despierte Hermione para que seamos todos felices por completo. -Dijo Ron

-Tiene que  despertara.

-Hermione es fuerte, ella lo va a lograr, ya verás.  -Sostenía con cariño la mano de su amiga

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Una profunda niebla se extendía por todo alrededor de manera implacable,  era difícil saber cuánto tiempo había pasado en ese lugar, todo parecía tan relativo, el espacio, el tiempo, las cosas en el entorno aparecían difusas como si solo se tratara de un sueño, pero ella sabía que no era así.

Buscaba la manera de salir de ese lugar, pero todo parecía extraño no encontraba la manera de lograr su objetivo, le había dicho a Draco que haría su mejor esfuerzo, y eso intentaba, pero todo aquello, resultaba sumamente extraño y caótico de alguna manera.

Como ya he dicho no tenía ni idea de tiempo que había transcurrido, podría tratarse de días, semanas o incluso meses, pero no tenía la manera de saber, sumida en el sopor que le provocaba el lugar, era un adormecimiento parecido al provocado por los somníferos, no lograba pensar con claridad, por tanto, no tenía la certeza de nada.

En ocasiones con un poco de suerte y cuando su mente adormilada se lo permitía, escuchada a sus amigos platicar, le hablaban de sus respectivos días, de las aburridas clases y los abrumadores deberes, le decían lo mucho que la extrañaban y se reían de vez en cuando  rememoraban algún hecho gracioso o algún incidente de sus aventuras pasada.

Era fácil saber quien estaba en aquella habitación tratando con sus pláticas de animarla a despertar. Harry siempre confiado en que abrirá los ojos tarde o temprano, aburrida de tanto dormir y desesperada por estarse perdiendo las clases que tanto amaba, esperaba verla pronto  escondida tras un libro o reprendiéndoles por no estudiar lo suficiente.

Ron pasaba breves momentos a su lado, pero no se lo reprochaba, sabía muy bien la razón, el pelirrojo  solía acercaba a su oído para decirle que cumplía  con su promesa, que día a día estaba con Amber sosteniendo su mano y cuidando de ella. Eso le brindaba una inmensa tranquilidad, porque muy a pesar de su inconsciencia encontraba a las palabras de su amigo un tono especial al hablar de la rubia.

Ginny y Luna, le hacían confidencias cuando lograban quedarse a solas con ella por algunos instantes, para platicarle de sus respectivas relaciones. La pelirroja cada vez más feliz y habiendo planes para el futuro, mientras que Luna le hablaba de Marcus y su depresión contante, ella se lo achacaba a ciertas criaturas que se mentían en las mentes de los magos para entristecerlos, pero ella decía que en cuanto despertaran ella y Amber esas criaturas lo dejarían en paz.

Sus padres pasaban algunas tardes a su lado. Su madre le leía un libro de cuentos, como cuando era niña, le narraba historias fantásticas de princesas encerradas en castillo, custodiada por dragones y brujas malvadas, que eran rescatadas por el valiente príncipe, al terminar suspiraba largamente, antes de acariciar su mejilla y besar su frente. -Dulces sueños princesa, pero pronto debes despertar. -Le decía antes de irse.

Draco siempre les daba espacio, se sentaba en un rincón en un mullido sillón en el que se quedaba para velar el sueño de su amor, salía muy pocas veces de esa habitación, solo bañarse y cambiarse de ropa, ya que incluso solía comer al lado de la chica.

Hermione lo sabía aun perdida en la bruma que la envolvía, podía sentir su mano aferrando a la suya, podía sentir su liento dulce en su mejilla cuando le hablaba al oído, susurrando palabras de amor y esperanza, podía sentir sus labios cálidos en su mejilla cuando le besaba.

También podía escuchar la varonil y profunda  voz de Draco al leerle los libros que más le gustaban, al igual que un sinfín de cartas de personas que no conocía pero que le deseaban una pronta recuperación.

Solo en contadas ocasiones y cuando la suerte los favorecía algunas noches cuando conciliaban dormir, sus sueños se enlazaban y en ellos de nuevo estaban al lado del lago negro, bajo aquel árbol que cobijo sus platicas. Eran breves instantes, pero eran suficientes para inyectarles un poco de paz y esperanza.

Hermione sumida en aquella inmensidad solía caminar sin rumbo fijo, buscando la salida, meditando sus opciones, pero nada racional llegaba a su mente, era difícil poder pensar algo cuando no se tiene idea de donde se encuentre uno.

En ocasiones la niebla se despejaba un poco y la llevaba a lugares conocidos y especiales para ella. Podía encontrarse en un momento en casa de sus padres o en el parque a unas cuadras de ahí, en el gran castillo de Howard o la biblioteca, en el callejón Diagon o en Hogsmeade.

Podía ver cada detalle de aquellos lugares con tal claridad como si se encontrara de nuevo ahí, como si tiempo no hubiera pasado.

Después solo se hundía en el eco de las voces, escuchándolas una y otra vez.

-Tienes que regresar a mi lado. -Escuchada a Draco suplicante

-Eres Fuerte Hermione, ya debes despertar. -Le insistía Harry esperanzado.

-Hermione si no despiertas no te garantizo que pasare los EXTASIS. -Le decía Ron de manera contrariada.

-Amiga ya debes de abrir los ojos. -Ginny le pedía mientras peinaba su cabello que ya comenzaba a crecer.

Un día de improviso llegaron los señores Granger en compañía de un muchacho que nadie conocía, era un chico alto de cabello rubio y ojos café claro, su rostro se notaba pálido y miraba a su alrededor con desconfianza, por su manera de vestir sus duda era muggle. Por lo que todos se preguntaban que hacia ahí.

Caminaba a un paso de los padres de Hermione y caminaba en silencio con semblante triste y preocupado, llegaron a la habitación de la castaña y el chico entro poniéndose a un lado de la cama de su amiga y la miro con detenimiento.

Draco se había levantado de la silla a un lado de la cama de Hermione, para que sus padres se acercaran.

-Buenos días, Draco. -Saludaron al mismo tiempo sus suegros.

-Buen día. -Contesto cortésmente Draco.

-Te presento a Xavier, es amigo de la infancia de Hermione.

-Mucho gusto. -Dijo Draco y extendió su mano saludando al muchacho que lo miraba con curiosidad.

-Sabemos que no debemos decir nada de ustedes. -Se adelanto a decir la madre de la chica. -Pero Hermione confía en Xavier, ella misma se lo conto.

Draco frunció el ceño un poco contrariado sintió un poco de celos al saber de la existencia del chico y que su novia le tuviera tanta confianza y consideración como para contarle que era bruja a un simple muggle.

Después de unas horas los padres de Hermione se disculparon para ir a la cafetería, Xavier y Draco se quedaron en la habitación.

-¿Así que son amigos desde hace mucho? -Pregunto Draco con curiosidad.

-Si desde niños, somos vecinos y fuimos junto al jardín de niño.

-¿Y qué piensas de lo que somos? -Cuestiono con aire orgulloso.

-Es asombroso. -Le dijo levantando la ceja. -Hermione siempre fue sensacional. -Ese último comentario incomodo a Draco.

-Si ella es así. -Contesto

-Ella ya es tu novia ¿Verdad?

-Sí. -Afirmo con satisfacción.

-Al final te perdono. -Afirmo más para sí mismo que para Malfoy.

-¿Cómo lo sabes?

-Antes de comenzar las clases, la encontré un poco contrariada por algo que acababa de pasar, ayudo a su "enemigo". -Dijo poniendo énfasis en esa palabra. -Y si no me equivoco ese eres o mejor dicho eras tú.

-¿Cómo lo sabes?

-Hermione es muy inteligente, pero un poco despistada para ciertas cosas, yo estuve enamorado de ella desde hace muchos años, prácticamente desde siempre. Y cuando me la encontré ese día me di cuenta que algo en ella había cambiado, la manera en que hablaba de esa persona a la que había ayudado, no era normal.

Draco tomo aire sin sabe como tomar esas palabras, por un lado le molestaba saber que ese chico estaba enamorado de su novia, y por otro lado le simpatizaba su manera sincera de ser.

-Ella ya sentía algo hacia ti, aunque no se diera cuenta. -Dijo tajante Xavier, sin dejar de ver a Hermione. -Por eso le dije que debía perdonar y olvidar.

Sin saber que más decir Draco, solo pudo prenunciar un sencillo. -Gracias.

Xavier sonrió y ya no pudo decir nada porque los padres de Hermione llegaron.

Duraron un rato mas, después de despidieron. Xavier antes de salir estrecho la mano de Draco.

-Cuídala, se que pronto despertara.

-Lo sé.

Xavier se acerco a Hermione y beso su mejilla.

-Jane, acuérdate que cuando niños me dijiste que no había imposibles, que por muy difíciles que se pusieran las cosas siempre había una manera de solucionarlo. Por favor busca esa manera, el mundo es un lugar muy triste sin ver tu sonrisa. Sabes que tu presencia ilumina la existencia de quienes te conocemos.

Xavier había tomado la mano de la chica y la apretaba con fuerza, mientras trataba de mantener una sonrisa y hacia un esfuerzo por no llorar. Beso su mano con delicadeza y salió de la habitación junto con los padres de la castaña.

Draco los vio retirarse y se sentó de nuevo en la silla a un lado de Hermione.

-Xavier tiene razón amor, sin ti la vida no es la misma, solo tú  puedes regresar esa luz al mundo. -Dijo y beso suavemente sus labios.

Era precisa noche Amber había despertado y lo primero que hizo fue ir a la habitación de Hermione para pedirle perdón.

Hermione pudo escucharla todo lo que le dijo, le partía el corazón escucharla tan mal y no poder consolarla, deseaba poder decirle que no era su culpa. La escucho llorar por largo rato con desesperación, le pedía que despertara y que la perdonara por todo lo que había hecho, la castaña no le guardaba rencor, sabía que no era ella misma.

La sintió tendida a su lado, tomando su mano, convulsionada por el llanto, ahogando sus gritos de dolor enterrando su cara en el colchón de la cama. Estuvo asi por largo rato, lo que le parecía interminable a la castaña que hubiera deseado  poder reconfortarla con un abrazo, pero no podía moverse.

Pasado un tiempo que le pareció abrumador se quedo tranquila, en silencio, pero aun tomaba su mano. Alguien la movió después, pero sentía la calidez de un cuerpo recostado a su lado, tenía la seguridad que Amber se había quedado dormida. Eso le dio un poco de calma.

Perdida en la niebla de su inconsciente solo pudo percibir que alguien hablaba a su alrededor, trato de prestar atención a lo que se decía, eran sin duda los chico. Escucho con nitidez la voz de Marcus llena de Felicidad, al igual que Ron, aunque el pelirrojo tenia la voz llena de dudas.

El corazón de Hermione comenzó a latir con más fuerza, cuando después de un corto silencio se confesaron su amor. Amber y Ron estaba juntos, eso la hizo feliz.

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La noticia de la recuperación de Amber corrió de prisa, muy pronto todo el mundo mágico sabía que Amber Turpie había despertado y parecía estar en buena condiciones para declarar sobre lo que ocurrió.

Una semana había pasado, Amber estaba aun en San Mungo, pronto seria dada de alta, solo esperaba su ultima revisión y como siempre Ron estaba a su lado, sin embargo algo empañaría la poca felicidad que habían tenido en estos últimos días.  El señor Rodolf Weber Auror designado por parte del ministerio para la investigación del secuestro de Hermione Granger y Laverder Brown, así como de la desaparición de Amber, se presento esa mañana para realizar el interrogatorio pertinente a la rubia.

-Buen día. -Saludo con formalidad el auror.

-Buen día. -Contestaron a su vez Amber y Ron 

-Señorita Turpie, soy Rodolf Weber, auror asignado a la investigación de su caso, vengo a traerle un citatorio para que se presente en el ministerio la próxima semana para tomas su declaración.

Amber palideció cuando el Auror se presento.

-Aquí tiene. -Le dijo tendiéndole un sobre.

-Gracias. -Contesto con sequedad la rubia y se despidió como pudo del Auror que de inmediato salió por la puerta.

Ron también estaba preocupado, sabía que a pesar de estar afectada por un hechizo mal realizado, tenía que responder por sus actos y no ayudaba en mucho que Hermione no saliera del coma.  El pelirrojo no tardo en abrazar con suavidad a su novia que estaba en shock por la noticia.

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