Pesadillas y Malos Recuerdos
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Pesadillas y Malos Recuerdos
El silencio reinaba en el lugar, en ocasiones le costaba trabajo quedarse dormida despues de haber tenido una horrible pesadilla, aun no se acostumbraba a esa sensación, trataba de calmarse y controlar su respiración agitada, gotas de sudor escurrían por su frente, no podía evitar sentir su garganta reseca y se sorprendió un poco al encontrar humedecidos sus ojos, otra vez estuvo llorando dormida.
Ya no recordaba que había soñado, sin embargo, no cesaba el golpeteo acelerado de su corazón y ese escalofrió que le recorría todo el cuerpo. Se decía a si misma que solo habia sido un sueño y que no tenia nada que temer, pero no era fácil y como siempre que tenia esos horribles sueños, sabía que tardaría mucho en volver a conciliar el sueño.
Se enderezo de su cama y apoyo su espalda en la cabecera, trato de recordar pero no lo lograba todo en su mente estaba revuelto y confuso, pero estaba convencida que no había sido nada agradable.
Continuamente soñaba con la guerra y por más que intentaba bloquear esas imágenes a veces era imposible y al mismo tiempo insoportable enfrentarse a todo aquello. Gritos de dolor, llantos desesperados, hechizos volando por todos lados, cuerpos tendido por doquier, sangre brotando por heridas que no se cerraban, rayos de luz impactando y rompiendo todo a su paso, desesperación y caos, el miedo de encontrarse a su paso con la muerte y dolor al ver los rostros de sufrimiento por las perdidas.
Instintivamente llevo su mano al cuello y sintió aquellas pequeñas pero significativas cicatrices en su cuello, una era la señal de tortura por parte de Bellatriz Lestrange hecha con una daga de plata después de torturarla y ante la amenaza de sus amigos la había presionado con fuerza contra la frágil piel hasta hacerla sangrar, la otra no era un recuerdo tan doloroso tomando en cuenta que ella misma la había ocasionado con la punta de la varita de Draco.
Descubrió su antebrazo y pasó sus dedos sobre otra herida de guerra como le llamaba ella, la palabra sangre sucia ya no se presidia a simple vista porque ella misma había aplicado un hechizo desilusionador para que no se notase, pero aun así al pasa sus dedos por aquel pedazo de piel se sentía la apenas abultada cicatriz.
Y como resultado de todo aquello que vivió al lado de Harry y Ron las pesadillas común mente se adueñaban de sus sueños y la perturbaban, en ocasiones se sentía tan perseguida por aquellas imágenes que era necesario tomar una pocion para dormir sin sueño y poder descansar al fin.
Sabia por Ron que a Harry le sucedía lo mismo los primeros meses, pero conforme pasaban los día había logrado superar un poco lo estragos de aquellos malos recuerdos, por eso no entendía porque a ella le costaba tanto trabajo lograr apartar de su mente aquellos malos sueños.
Le hubiera gustado poder contarles sobre aquellos sueños pero no deseaba abrir más sus heridas al recordar, aun era difícil sobrellevar muchas situaciones que les hacían recordar a los caído, como para que ella los mortificara mas con sus problemas.
Hermione suspiro por ese pensamiento, tenía que ser fuerte, quizás con el tiempo lograría que esos perturbadores sueños se fueran de manera definitiva.
Sabiendo de antemano que no podría conciliar fácilmente el sueño, decidió bajar para preparase un té que la relajara, procuro no hacer ruidos al salir de su habitación y bajo con cautela los escalones de piedra, con varita en mano. No era que la necesitara en realidades pero apretarla en su mano le deba un poco de seguridad y tranquilidad después de su pesadilla.
Entro a la cocina y puso a calentar el agua en lo que buscaba en la alacena los sobrecitos de té, escucho un pequeño ruido que la hizo sobresaltarse y se giro con la varita levantada.
-¡Por Merlín! -Exclamo aun pálida por el susto. -Un dia de estos me provocaras un infarto. -Dijo aun con el pulso acelerado y la respiración agitada. Bajo la varita aun temblorosa y le exaspero la sonrisilla burlona que se reflejo en el rostro de Draco.
-Qué culpa tengo yo que seas tan miedosa. -Exclamo con una sonrisa de medio lado y viéndola de arriba abajo por su pijama y pantuflas.
-Que gracioso. -Contesto más calmada y siguió preparando el té. -Tampoco puedes dormir. -Pregunto mas como una afirmación.
-No al parecer padecemos del mismo mal. -contesto y jalo una de las sillas del pequeño comedor para sentarse.
-Quieres un poco de te.
-Me encantaría. -respondió y le acerco una silla a su lado para que la chica también se sentara. Hermione termino de servir el té en dos tasas, le entrego una al chico antes de sentarse a su lado.
-Bueno y porque no puedes dormir. -Pregunto la chica mientras le daba un pequeño sorbo a al te.
-Lo mismo iba a preguntarte.
-Pero yo te gane a sí que primero contestas tú.
-¿Quieres saber la verdad?
-Claro. -Contesto y coloco la tasa sobre la mesa.
-Y si te digo después me contaras porque no puedes dormir tu.
-Supongo. -Dijo la chica, y Malfoy levanto la ceja escéptico. -Está bien -Contesto al ver que su respuesta no le había convencido del todo al chico.
-Estoy nervioso. -Confeso
-¿Por qué? -Pregunto intrigada.
-Esa es tu segunda pregunta, primero tienes que contestar porque no puedes dormir tu. -Dijo dándole un pequeño sorbo a su taza y espero una respuesta.
-Tuve pesadillas. -Acepto un poco avergonzada y con las mejillas coloradas, lo que hizo reis al rubio.
-Vaya una Gryffindor miedosa, donde se habrá visto eso -dijo burlón el chico y después pregunto -¿Pesadillas? ¿Sobre que? -Ahora era el rubio el interesado en averiguar más.
Hermione primero funcia el ceño un poco contrariada por la burla del chico. -Contesta -Dijo después levantando una ceja dándole a entender que si quería saber, tenía que contestar primero.
-Estoy nervioso porque tengo una cita mañana. -Respondió y ahora era el quien tenia las mejillas en un tono rojizo.
La chica comenzó a reír, desquitándose un poco de la burla que le había hecho antes el rubio. -El gran Draco Malfoy nervioso por una cita, no lo puedo creer. - Y ambos comenzaron a reír.
-Yo tenía pesadillas sobre la guerra. -Hermione bajo la vista a su tasa mientras le contaba. -En ocasiones solo escucho gritos y gente llorando, otras veo en la lucha aquí en el colegio y otras tantas es cuando me torturan. -Dijo mientras se acariciaba el antebrazo y sentía la cicatriz.
No había levantado la vista de la taza, por lo que no se dio cuenta de la tristeza y culpa en el rostro del Draco.
-Vamos a la sala, los sillones son más cómodos. -Dijo Draco y se levanto de la silla para que la chica no se diera cuenta que estuvo a punto de llorar, se sentía muy culpable porque había presenciado como la había torturado su tía, en la mansión de sus padres.
Hermione le siguió con su tasa entre las manos. Se sentaron en un sillón largo una en cada extremo, la chica subió sus piernas.
-No fue mi intención que te pusiera triste. -Dijo la chica al ver el rostro del rubio
-No importa. -Dijo tratando de sonreír
-Claro que importa. No quiero verte triste. -Afirmo la chica y se acerco un poco al rubio para tomar su mano. -Son solo malos recuerdos que es mejor olvidar, solo espero que muy pronto se vayan del todos estas pesadillas. ¿Y con quien es tu cita? Con Amber. -dijo tratando de cambiar el tema y soltó su mano, pero decir el nombre de la chica Turpie le dolió un poco.
-No es con ella, Amber es solo mi amiga.
-¿Entonces quien?
-¿Por qué tanto interés? -Pregunto con una sonrisa coqueta el rubio.
-Solo curiosidad. -contesto y dio otro sorbo a su te. Ella sabía muy bien con quien sería la cita de Draco, solo hacia preguntas para saber si había algo entre él y Amber.
Pasaron varias horas en el sillón platicando de muchas cosas, incluso aquellos temas que les causaban un poco de dolor, pero sabían que para poderlo superar también necesitaban desahogarse.
Así que al final cada uno conto al otro sobre sus vivencia durante la guerra. Hermione supo por boca de Malfoy sobre el maltrato y las amenazan en contra de su familia, de lo difícil que había sido para el tener que soportar incluso castigos físicos por sus errores, era escalofriante escuchar sus narraciones.
No sabían en qué momento había ocurrido, pero ya se encontraban uno al lado del otro recargados mientras hablaban de aquellos pasajes en sus vidas tan difíciles, en ocasiones alguna lagrima resbalaba de sus pupilas, pero ya no sentían vergüenza de verse de esa manera, así que continuaban sus relatos, haciendo algunas pausas cuando la voz les fallaba por el nudo en la garganta que se hacía al recordar tan tristes momentos.
No sintieron cuando los venció el sueño, amanecieron juntos, Draco estaba sentado recargando su espalda en un costado del sillón y Hermione apoyada en su pecho.
La primera en despertar fue la chica que se sobresalto un poco al principio, mas al estar tan cerca del rubio que dormía plácidamente, parecía un ángel, lo observo un momento y volvió a recargar su rostro en el pecho fuerte del chico y cerro los ojos, respiro su aroma y escucho el golpeteo tranquilo de su corazón, sentía su respiración pausaba y el calor de su suave piel era indescriptible, sintió un ligero movimiento y al abrir los ojos se topo con los hermosos ojos grises de Draco observándola.
-Buen Día. -Dijo separándose con las mejillas sonrojadas.
Draco no contesto pero la jalo delicadamente para recostarla de nuevo sobre su pecho y la abrazo, se quedaron así por largo rato. -Buen Día -Contesto al fin y la soltó con cuidado.
Hermione se separo un poco para ver su rostro, estaba sonriendo, parecía feliz, la chica también sonrió y se levanto con cuidado. -Nos vemos después -Dijo mientras se alejaba
El rubio suspiro con fuerza, no podía describir a ciencia cierta lo que sentía en ese instante, ¿Alivio? ¿Tranquilidad? ¿Felicidad? Habían pasado la noche platicando de sus miedos, de sus recuerdos tristes y de los momentos más difíciles para ambos durante la guerra, y eso le dio una paz indescriptible. Y luego despertar y verla recostada en el sillón con su cabeza recargada sobre su pecho, sentir su calidez y su aroma dulce a canela y manzana, su cabello ahora color chocolate, su rostro sereno con sus finas facciones, pudo notar algunas pecas en su pequeña nariz, los ojos cerrados con sus largas pestaña y una labios sumamente deseables. Y cuando abrió sus parpados dejaron al descubierto la calidez de sus ojos caramelo y sus labios reflejaron una adorable sonrisa. Ella se había separado, pero el todavía no esta listo para dejarla ir por lo que la había abrazado con ternura por unos instantes, para sentir esa calidez de nuevo en su pecho.
La vio subir las escaleras y sintió un poco de tristeza al verla alejarse, se dio cuenta en ese momento que ya no podía estar lejos de ella.
Se convencía en que pronto, muy pronto tendría que aclarar sus sentimientos y más aun hoy que vería a su princesa de capa escarlata.
Draco había tomado la decisión de hablar hoy con su desconocida para aclarar por fin sus sentimientos.
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