Interrogatorio

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Interrogatorio

Era un martes por la mañana, la primavera había comenzado. Una mujer distinguida caminaba con aire resuelto por los pasillos del San Mungo, en su manos llevaba una regalo envuelto en papel dorado y un moño color granate, a su paso las enfermeras murmuraban al ver a aquella mujer en un lugar como ese.

Toco con suavidad la puerta y escucho la voz de un hombre. -Pase.

Narcisa giro el pomo de la puerta y entro con una gran sonrisa. Su hijo se quedo atónito al verla.

-Madre. -Emitió con sorpresa.

-Draco Hijo. -Contesto y lo abrazo de modo maternal, dejando la caja de regalo sobre el sillón donde antes estaba sentado su hijo.

-¿Qué haces aquí? -Le pregunto sin comprender su presencia.

-No es obvio. Vengo a visitar a Granger.

Draco levanto la ceja confundido, pero no dijo nada.

-Se que la amas y para mi es suficientes para preocuparme por su bienestar.

El rubio sonrió feliz. -Y ese regalo.

-Es para que este más cómoda. -Le contesto mientras levantaba la tapa de la caja de regalo para mostrarle el contenido.

Era ropa para dormir de fina seda y encaje, batas largas y vaporosas de un exquisito gusto. Las había mando hacer especialmente para la novia de su hijo, quería que estuviera cómoda, las tenía desde hace varias semanas, pero no había tomado valor para llevarlas.

-Gracias mama, se que le gustaran. -Narcisa sonrió complacida.

-¿Y como esta? -Pregunto y la miro con ternura recostada en esa cama como si durmiera.

-Igual -Dijo con tristeza el rubio, su madre lo abrazo para reconfortarlo. -Pero se que despertara, no me cabe duda que lo hará.

-Veras que si, muy pronto nos dará la sorpresa.

Narcisa Malfoy paso toda la mañana en esa habitación, al lado de su nuera y de su querido hijo, dándole palabras de aliento y esperanza.

-Ya es tarde debo irme Draco.

-Gracias por venir, no sabes lo que significa que vinieras.

-Hermione es tu novia y por lo tanto ya es como una hija para mi, si no vine antes es porque sentía vergüenza por mis errores pasados, pero me he dado cuenta que sin importar nuestro pasado, debemos seguir adelante, enmendar las faltas y seguir con la frente en alto.

-Así es mama, así es. -Le dijo y el abrazo con ternura y orgullo por escucharla hablar de esa manera.

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Amber se presento el día citado en el ministerio en compañía de sus padres y hermano. Ahí ya los esperaban Harry y Ron para brindarle su apoyo, a los demás no les permitieron asistir, de hecho se había hecho una acepción para que sus dos amigos estuvieran presentes, dado que se trataban de los salvadores del mundo mágico.

La chica Turpie estaba nerviosa, le habían aconsejado que dijera solo lo necesario y explicara el hechizo que se había aplicado a ella misma alterando su mente.

El interrogatorio seria en una de las tantas salas del ministerio, en forma de ovalo, no era de las más grandes ya que solo se realizaría un interrogatorio. El auror Rodolf Weber estaba a cargo, por tanto estaba sentado al frente en un pequeño podio de madera oscura que estaba un poco más alto que el resto de los lugares.

Con formalidad los magos y brujas estaban alineados a la espalda del Auror que efectuaría el interrogatorio. A los lados a poca distancia estaba los padres de Amber, Marcus, Harry y Ron. El pelirrojo lucia pálido y preocupado por el destino de su novia.

El ambiente en el lugar era tenso, Amber frotaba sus manos con nerviosismo, sentía un nudo en la garganta, costándole incluso pasar saliva, sabía lo que tenía que hacer pero no era sencillo, le costaba hablar de lo ocurrido, ni ella misma se perdonaba por sus terribles acciones, no esperaba la comprensión o el perdón de nadie, no lo merecía de cualquier modo, sabía lo que seguiría después de esto, y eso le aterraba, pero consideraba que ya era demasiado tarde para todo.

Cuando todo estuvo listo la sesión empezó con formalidad.

-Diga su nombre. -Le cuestiono el Auror, que era un mago ya entrado en años de cabello entrecano, no era muy alto.

-Amber Turpie. -contesto tratando de que su voz no se quebrara al hablar.

Mientras las preguntas de rigor se formulaban antes de entrar en materia, en una pequeña mesa a  la derecha estaba una mujer que tomaba nota del interrogatorio, a decir verdad solo mantenía su varita en mano, ya que el trabajo lo efectuaba una pluma blanca por si sola, garabateando sobre un pergamino con una velocidad asombrosa.

Amber contesto cada pregunta, su edad, estado civil, actual domicilio, año en el que estudia, casa a la pertenecía en dicho colegio, al igual que una gran variedad de cuestiones para saber de sus datos generales. La chica trato de mantenerse serena, hablaba con firmeza, pero sin perder el nerviosismo, tenía un gran hueco en el estomago, tomando en cuenta que no tardaría mucho en entrar en temas más escabrosos.

-¿Sabe por qué esta aquí?

Esa pregunta hizo que la rubia contuviera el aliento por unos breves segundos antes de contestar, tomando valor apretó sus puños y miro fijamente al mago que le interrogaba.

-Si, señor. Para ser interrogada por el caso de secuestro de Hermione Granger y Lavender Brown.

-Muy bien, sabe que está obligada a hablar con la verdad y que tenemos los medios para saber si miente. -Le dijo con formalidad el Auror.

-Si lo sé.

-Le recuerdo que este interrogatorio será parte de la información expuesta en un juicio posterior, para buscas a los agresores.

-Sí señor, lo sé.

-Muy bien. -Dijo el mago aclarándose la garganta para proseguir con una serie de preguntas.

-¿Es verdad que señorita Turpie que usted se auto hechizo?

-Si

-Nos puede exponer que hechizo fue el que realizo y cuál fue el fin.

-Fue el hechizo de quebrando o separación de lazos y lo realice para romper el vinculo que tengo con mi hermano gemelo Marcus. Deseaba ser independiente de pensamiento y emociones.

-¿Alguien lo sabía?

-No, a nadie le dije, lo hice a escondidas.

-¿Por qué?

-Me avergonzaba que mi hermano supiera de mis sentimientos y emociones, y sabia que no me permitiría hacerlo si le decía.

-Fue consciente de que lo efectuó mal.

-No señor. Me di cuenta hasta el final.

-Les recuerdo que a este interrogatorio se anexaran sus expedientes médicos, así como la declaración de sus médicos y de la Directora del Colegio de magia y hechicería Minerva McGonagall, quien tengo entendido tiene en su poder el libro del cual la Señorita Turpie tomo el hechizo. -Dijo el auror dirigiéndose a los testigos, mismo que asistieron con un movimiento de cabeza.

Amber sabía que apenas comenzaba y que estaba a punto de venir la parte más difícil de su relato. Su corazón estaba acelerado y sus manos sudaba por mantenerlas tan apretadas, por lo que extendió sus palmas sobre sus rodillas intentando controlarse un poco.

Siguieron un par de preguntas para saber las secuelas del mal logrado hechizo, la pérdida de memoria, lagunas mentales, personalidades múltiples, amplificación y distorsión de las emociones, así como del tiempo que permaneció inconsciente en el hospital y su lenta recuperación.

-Señorita Turpie, ¿Usted sabe quien o quienes secuestraron a sus compañeras?

-Si lo sé.

-Nos puede dar los nombres.

-Fui yo. -Esa respuesta dejo a todos atónitos, solo Marcus, Harry y Ron eran consientes de aquella terrible verdad.

La mama de Amber ahogo un grito y se aferro con fuerza al brazo de su esposo que palideció al instante.

El Señor Weber hojeo algunos documentos en su escritorio antes de proseguir, intentando mantener la sangre fría ante la confesión que estaba escuchando.

-Puede explicarnos cómo es eso posible, cuando según las declaraciones del día de la desaparición usted estaba con su hermano el señor Marcus Turpie y la Señorita Luna Lovegood a la hora de los hechos.

Amber tomo una gran bocanada de  aire antes de proseguir, su cuerpo temblaba por los nervios y volvió a cerrar con fuerza sus puños al rememorar esos recuerdos que sentía que no eran suyos de alguna manera, pero que a pesar de eso era consciente de que ella lo había hecho todo.

-Si señor. -Contesto haciendo una larga pausa.

-La escuchamos. -Dijo el auror para que prosiguiera.

-Antes de contestar considero conveniente en empezar con lo que sucedió unos días antes del baile de Navidad. Yo encontré a Lavender Brown en el salón de pociones, la note nerviosa y la interrogue hasta que me dijo que hacia una poción para vengarse de Hermione Granger, me conto que por su culpa Ronald Weasley había terminado con ella.

-¿Qué tipo de poción era?

-Poción multijugos, quería suplantarla para hacer que terminara su relación con Draco Malfoy, al mismo tiempo que deseaba desprestigiar a Granger a los ojos de sus amigos.

-¿Qué ocurrió después?

-Le dije que entre las dos podíamos vengarnos, que yo también odiaba a Granger, por arrebatarme el amor de  Malfoy. No fue difícil convencerla de que juntas podríamos hacer algo mejor. A la poción que preparaba le faltaban solo un par de días para estar lista, pero yo tenía otros planes para vengarme, mismo que no le conté a Lavender hasta dos días antes del baile. 

-¿En qué consistían esos planes?

Los ojos azules de Amber se nublaron y su voz se quebró por un instante al comenzar la parte más difícil.

-Yo estaba furiosa, no podía contener el odio que corría por mis venas, estaba fuera de mí, sin  poder controlarme. Considere en mi locura que el plan de Lavender era muy leve para lo que merecía en realidad Granger. Cegada por el odio pensé algo diferente, algo mas definitivo para asegurarme que desapareciera para siempre, planeaba secuestrarla para después matarla, pero tenía que ser cuidadosa para que nadie lo supiera, por lo que iba a utilizar a Lavender para tal efecto.

De no estar sentada la señora Turpie se hubiera desmayado, sentía que su alma abandonaba el cuerpo ante tales declaraciones, no concebía la idea de que su hija fuera capaz de algo semejante, lloraba en silencio en completo shock, su esposo la sostenía intentando tranquilizarla, pero no era algo fácil cuando el mismo estaba al borde del colapso.

-Dos días antes del baile le conté a Lavender mi plan, ambas dejaríamos a Granger fuera de combate la primera oportunidad en el baile, la esconderíamos solo unos minutos para hacer una coartada, ella fingiría estar indispuesta y se iría pronto a dormir, después  ella me sustituiría en el baile para que no notaran mi ausencia y yo me encargaría esconderla en algún lugar seguro para matarla y esconder su cuerpo, omití decirle la ultima parte, pero aun así ella se negó, tenía miedo y yo en mi locura la amenace con decir que ella había preparado la poción multijugos.

La rubia continuo con su relato con la vista perdida en algún punto en aquella sala, sus ojos desenfocados no veían nada en realidad solo las imágenes acumuladas en su mente que trataba de explicar a los magos que tenía en frente y la miraban de manera acusadora, al saber al fin la terrible verdad, Amber no era una victimas mas, había sido el verdugo. 

-No le quedo más remedio que obedecerme, pero en el último minuto se acobardo, la amenace de nuevo y la abofetee, estábamos en el baño discutiendo cuando escuchamos que alguien venia, nos escondimos en uno de los cubículos, era Granger. Aproveche el momento, Lavender la distraería y yo la aturdiría, y así fue. Pero Brown se negaba a continuar, estaba llorando y no quería ayudarme más, así que no me quedo más remedio que usar un hechizo, Imperius.

A esas alturas los magos y brujas testigos murmuraban, la chica Turpie había usado hechizos imperdonables.

-Nos movimos rápido, Brown tomo la poción y regreso al baile, con las órdenes precisas de suplantarme el tiempo suficiente tomando la poción multijugos y encontrarnos al día siguiente al anochecer en el bosque prohibido en un lugar especifico. Yo hice levitar a Granger y me adentre en el bosque, antes ya había investigado y encontrado una cueva subterranea en las entrañas del lugar, la entrada  en un pequeño túnel  se extiende por varios kilómetros, tome la precaución de realizar hechizos de protección y de ocultamiento para  que pudieran rastrear la magia, ni nos encontraran, le día beber a Granger pasión del sueño, para que no despertara, estaba inconsciente y herida por el hechizo que lace a su espalda.

Marcus escuchaba a su hermana lleno de culpa se seguía sintiendo responsable de que todo eso hubiera ocurrido por no darse cuenta que Amber estaba mal.

Harry y Ron estaban horrorizados por el relato, era la primera vez que escuchaban con detalle lo que había ocurrido, antes no se habían atrevido a preguntar nada a la rubia, porque aun convalecía y la veían sumamente afectada. Y a pesar de saber con anterioridad que ella había sido la responsable del secuestro y tortura le sorprendía y hacia estremecer la manera de actuar de Amber.

-Las búsquedas comenzaron esa misma noche del baile y al día siguiente desde muy temprano, lo se porque podía escuchar los gritos llamando a Granger y Brown. El eco resonaba en la cueva en la que permanecíamos ocultas, ya muy entrada la noche dejaron de escucharse gritos y pude salir de mi escondite para encontrarme con Lavender en el lugar que habíamos quedado, lleve a Granger levitando y la deje caer en el piso lodoso Brown ya nos esperaba. Le quite el hechizo para que fuera consientas, esperaba que se desquitara de Granger buscando su tan ansiada venganza al igual que yo, pero al verla inconsciente se asusto y comenzó a llorar.

Amber temblaba al recordar y su rostro mostraba horror y arrepentimiento, pero continúo hablando con la vista aun perdida en aquellos oscuros recuerdos.

-Estaba furiosa, la llame cobarde y la abofeteé de nuevo, cayó al piso y de rodillas me suplico que la dejara ir, que ella no quería lastimarla, yo estaba enloquecida de ira, quería parar, quería detenerme, pero no podía mi cuerpo no me obedecía,  veía todo borroso como si no fuera yo misma. Brown suplicaba una y otra vez, yo le decía que debía obedecer, la tome del cabello con fuerza y clave la varita en su cuello -Hizo una pausa y tomo aire jadeando como si se estuviera ahogando. -llena de rabia la lance al piso con fuerza y le lance un Crucio, la vi retorcerse de dolor en el piso… quería parar… quería parar… quería detenerme… deseaba tanto poder hacerlo… dejar de hacerle daño, pero no podía, juro que no podía. -Lagrimas escurrían por su rostro, sus ojos vidriosos y rojos estaba abarrotados de lagrimas que salían si parar. -Granger ya había despertado y me pedía que la dejara, que no le hiciera daño, yo me burle y le apunte de nuevo a Brown que seguía en el piso pero Granger  se atravesó, recibiendo el impacto y cayó de nuevo inconsciente.

Ron estaba desesperado, escuchando todo lo que decía Amber, le partía el corazón saber todo el daño que le hizo a su mejor amiga, se pasaba las manos por sus rojos cabellos con nerviosismo, confundido. Se decía a si mismo que su novia era inocente, que no sabía lo que hacía, pero era difícil, apartar el hecho de todo el sufrimiento que le causo a Hermione. 

-Reaccione un poco después de eso, no entendía como Granger era capaz de arriesgarse de esa forma, pero mi mente seguía enloquecida, se nublo de nuevo, fuera de sí y se apodero de nuevo de mis emociones y actos. Cure a Brown y de nuevo la manipule por el imperius, para que regresara un poco más de tiempo con mi apariencia, para que nadie sospechara. Ella regreso ante mí como le ordene, pretendía matarla también, pero no pude, me negaba a hacerlo, no quería, no podía, termine borrando su memoria y la deje en una cueva más alejada.

Amber comenzó a llorar con más fuerza haciendo que su voz sonara enronquecida, su rostro pálido estaba sumido en la angustia, hablaba como autómata. Sus padres no habían aguantado mas y habían salido de la sala. Tardo algunos minutos en poder seguir hablando, el llanto se lo impedía. Paciente el Señor Weber le espero.

La rubia se obligo a continuar su relato.

-Granger despertó después de varios días, el amarre a una silla, yo siempre mantuve mi identidad oculta por la capucha de mi capa y por medio de un hechizo modifique mi voz.  La mantuve con pociones revitalizantes y cure como pude un  poco sus heridas, pero después de hacerlo siempre regresaban a mi oleadas de odio, de rencor contra ella, tenia arranques incontrolables. Yo… yo la golpe en repetidas ocasiones, la insulte y humille, corte su hermoso cabello… pero ella estaba tan preocupada por Brown y por mí, porque creía que también a nosotros nos habían secuestrado, que algo se movía de nuevo en mi mente y me liberaba un poco, lo suficiente para alimentarla, para detenerme y no herirla más, pero… pero… todo se repetía… todo de nuevo… el odio regresaba, la furia me carcomía se apoderaba de mi voluntad y de mis actos, me enloquecía…

La chica volvió a guardar silencio un momento, temblando, su rostro estaba sin vida, palido como la cera.

-Ella me enfrento, me dijo cobarde y en ese momento me mostré, le dije quien era. Le hice un corte profundo en el cuello, me pregunto porque lo había, le dije que la odiaba…Ella tenía que odiarme… debía hacerlo… pero no lo hizo… ella me dijo "No te odio, yo no te odio Amber" y se desvaneció. -Dijo Amber en un susurro. -Solté sus amarres y cayó al piso. -Enmudeció de nuevo y por primera vez levanto la vista del punto infinito y miro con sus ojos enrojecidos al Señor Weber.

-Granger dijo que no me odiaba y eso me detuvo un instante. Mi mente me pedía matarla… mátala, mátala, esa palabra retumbaba en mi mente una y otra vez, pero no podía ella no me odiaba. Hermione vio en mi lo que yo  misma no podía ver, no solo no me odiaba,  me perdono a pesar de estarle apuntando con mi varita, a pesar de estar a punto de matarla… Hermione confiaba en mi lado bueno, me ofreció ayuda, me dijo que pasara lo que pasara me perdonaba…

Amber se levanto tambaleando de la silla, los demás la imitaron sin saber que aria. Su vista se perdió de nuevo en algún punto distante, miro con ojos extraviados y sumamente abiertos hacia el piso, como si aun pudiera ver a Hermione herida, tendida en el piso lodoso y húmedo  de aquella oscura cueva, su mano vacía simulaba sostener su varita. Todo su cuerpo se cimbraba de manera incontrolable, su rostro libido estaba descompuesto como una máscara llena de horror por sus propios actos.

-Estaba como muerta, trate de ayudarla sangraba mucho… le hice tanto daño… la lastime tanto… Hermione me sonreía y yo no comprendía cómo era capaz de sonreír así, sonreírme a mi cuando yo era su verdugo, cuando yo era el moustro que la estaba destruyendo… yo me debatía internamente, mi mente desquiciada me pedía matarla. Estaba de pie frente a ella, sontenia mi varita, mi mano temblaba, trataba… trataba de detenerme… intentaba parar, pero mi cuerpo se movía sin voluntad, mi boca pronuncio las palabras, la ultima maldición imperdonable, la de muerte salía de mis labios… -Lagrimas saladas escurrían del rostro demacrado Amber.

La chica seguía con la vista fija en el piso, sin parpadear, recreando ese ultimo instante, reviviendo el dolor, tomando por fin completa conciencia de todo lo que fue capaz de hacer.

-Hermione cerró los ojos, después de otorgarme un perdón que no merecía, ella confiaba en mí, yo no podía matarla, pero mi boca no se detenía… No podía callar… Lo hice… Conjure el hechizo… sabía que era el fin… pero en el ultimo instante levante la varita y el hechizo golpe el techo de la cueva haciendo que todo alrededor colapsara. Una enorme roca se desprendió del techo iba aplastarla… Bombarda grite sin pensar… después todo se oscureció…

Mientras  contaba lo ocurrido su cuerpo se movía como si aun estuviera dentro de la cueva, tensa sostenía su puño apretado manteniendo una varita invisible que levanto al explicar como la cueva colapso. Su cara se contraía por el horror al escucharse pronuncia cada palabra y al final, cuando termino de decirlo todo, de confesar todo las fuerzas lo abandonaron y colapso.

Marcus se abalanzo sobre ella para sostenerla y no se golpeara sobre el piso. Tuvieron que trasladarla  de nuevo a San Mungo para que fuera revisada, fueron demasiadas las emociones de ese día, mucho el terror de recordar el martirio al que sometió a Hermione.

El Señor Weber dio por terminada el interrogatorio, y se le asigno un auror para custodiar a Amber hasta el juicio que se llevaría a cabo semanas después, donde se definiría la responsabilidad, así como el castigo para la chica Turpie.

Se tomaría en cuenta el precedente del hechizo que se realizo, pero no podía olvidar que con o sin intención de causarle daño a Hermione, la castaña estaba en coma.

Ron fue el único que hablo con Hermione antes de quedar inconsciente, hablo con el Señor Weber para informarle que su amiga no deseaba que se juzgara a Amber, pero era difícil que se tomara en cuenta, considerando que el pelirrojo era novio de la chica y que Hermione no despertaba de su inconsciencia.

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