Encuentro Nocturno

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Encuentro Nocturno

Cuando Marcus subía las escaleras  que  daban a las habitaciones, encontró a su hermana saliendo de la habitación de Hermione, tratando de no hacer ruido.

-Ocurrió algo. -Pregunto extrañado y su hermana le hizo una seña para que guardara silencio y la siguiera a la sala para poder hablan sin ser escuchados.

Cuando llegaron a la sala, Amber se deja caer pesadamente en uno de los sillones y suspiro un poco más tranquila, a pesar de no ser muy amiga de la castaña le había afectado verla tan vulnerable llorando tan desconsoladamente y con tanta tristeza que ni siquiera se había atrevido a preguntarle por que estaba así, solo la dejo llorar recostada en su cama abrazando con fuerza la almohada mientras ella a su lado le acariciaba el cabello hasta que de tanto llorar se quedo dormida.

-Ya me das a decir que paso. -Le pregunto ya un tanto desesperado.

-No se muy bien que paso, solo que Granger llego hecho un mar de lagrimas, intente saber que le pasaba pero solo lloraba y se abrazaba a mi buscando consuelo, no sabía qué hacer, sabes que ese tipo de demostraciones emotivas no van conmigo, pero la vi tan mal que la acompañe a su habitación hasta que se quedo dormida, solo hasta entonces dejo de llorar.

-¿Pero que le paso? -Preguntaba preocupado. Amber se encogió de hombros.

-Te digo que no lo sé, no me dijo nada.

Marcus se movía de un lado a otro como animal enjaulado, sentía impotencia por no saber que le había pasado, hacia apenas unas horas ella estaba bien, no entendía que le había ocurrido como para ponerla en tan las estado.

Habían pasado ya varias horas, ya casi era tiempo de la cena y Hermione seguía en su cuarto dormida, o al menos eso pensaban los hermanos Turpie que no habían salido de la torre en el resto de la tarde.

-No vas a ir a cenar. -Le pregunto a Amber a su hermano.

-No tengo hambre.

-Claro que tienes hambre, lo que no quieres es irte por si Granger se levanta. Debes calmarte te recuerdo que no eres nada de ella, no deberías preocuparte tanto.

-Ya lo sé, pero no puedo dejar de pensar en ella.

-Anda vamos al comedor para que te despejes, estando del humor que estas no le serás de gran ayuda.

-Está bien. -Contesto no muy convencido su hermano y ambos salieron de la torre hacia el comedor.

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En el gran comedor ya comenzaba la cena, las cuatro mesas estaban llenas, y quizás todo parecía normal, de no ser porque Ronald Weasley contra todo pronóstico no probaba bocado, solo jugaba con la comida de su plato. Ginny y Harry lo veían con atención sin poder creer que el glotón de Ron no comiera como siempre lo hacía, eso les preocupaba, algo muy malo tenía que estar pasando para que perdiera el apetito de esa manera.

No lo habían visto el resto de la tarde después de que saliera a platicar con Hermione, de hecho se daban cuenta de que la castaña no había ido a cenar. Ron tenía una mirada triste, apagada sus ojos azules se veían turbios y opacos, no apartaba la vista de su plato comosi este fuera lo mas interesante del mundo.

-Te sientes mal Ron. -Pregunto Harry preocupado.

-Si -Contesto escuetamente

-Estás seguro, si quieres puedo acompañarte a la enfermería si te sientes mal.

-No es necesario, estoy bien. -Dijo mientras hacia una mueca que pretendía ser algo asi como una sonrisa, pero que pareció solo un gesto raro.

-¿Te peleaste de nuevo con Hermione? -Pregunto con cuidado la pelirroja, sospechando que esa era la razón.

-No, de hecho ya me perdono por mi estupidez. -Contesto Ron aun sin levantar la vista.

-Que bueno Ron, pero entonces no entiendo porque estas así. -Pregunto sin comprender Harry.

-Es mejor que hablemos de eso después. -Dijo y se levanto desganado de su asiento y para ir a su habitación.

Harry no tardo en seguirlo, sabia de alguna manera que Ron lo necesitara. -Nos vemos más tarde Ginny. La pelirroja asistió y lo vio salir apresurado por la puerta del gran comedor.

Rápidamente Harry le dio alcance a su amigo y caminaron juntos hasta llegar a la sala Gryffindor, atravesaron el hueco dando la clave a la señora gorda que los dejo pasar, Harry se sentó mientras que el pelirrojo de pie se recargaba en la chimenea.

-Me vas a decir que te pasa. -Pregunto con cuidado Harry.

-Lo que me tenía que pasar por ciego y estúpido. Termine con Lavender después de lo que paso en el comedor me di cuenta de muchas cosas, me disculpe con Hermione y me perdono, pero  ahora que me doy cuenta que la amo y que fue un estúpido egoísta  ella se niega a regresar conmigo, y no la culpo fui un idiota. -Dijo y golpe con furia la pared de piedra haciendo sangrar sus nudillos.

-Lo lamento. -Le dijo con sinceridad Harry y se levanto para ponerse al lado de su amigo, sobraba decirle que se lo había advertido ya bastante mal la estaba pasando, solo atino a apretar sus hombro de manera fraternal.

Ron tenía la cara enrojecida e intentaba no llorar pero no podía evitar que salieran lágrimas saladas de sus ojos, mismas que limpiaba rápidamente enojado y avergonzado de sí mismo con la mano. Sus nudillos sangraban un poco y comenzaban a inflamarse, mas no le importaba, sabía que merecía todo lo que le estaba pasando, tenía que pagar haber lastimado a Hermione.

Subieron rápidamente a su a habitación en cuanto escucharon voces acercándose, no queria que los demás se burlaran de él.

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En la torre de premios anuales, Hermione ya hacia un par de horas ya había despertado, pero sin ganas de ir a cenar, sentía los ojos hinchados  y le ardían, no se dio cuenta cuando se quedo dormida después de tanto llorar, recordó que Amber había estado con ella consolándola, tampoco noto cuando ella se fue. 

La castaña aun traía puesto el uniforme por lo que se levanto con lentitud y fue al baño para ponerse su pijama, al entrar vio su rostro, el contorno de sus ojos lucia inflamados y enrojecidos, se lavo la cara con agua fría para refrescarla y salió ya cambiada.

No tenia apetito pero sentía la boca seca por lo que decidió bajar por un poco de jugo, estaba segura de que todos estarían a esa hora en el gran comedor cenando, por lo que bajo rápidamente antes de que regresaran.

Entro a la cocina y se sirvió jugo de calabaza en un vaso y en eso escucho como se abría la puerta, por ella entraba Malfoy.

Hermione camino con lentitud con el vaso de jugo en su mano y se dirigió a las escaleras para regresar a su habitación, pero se topo con el rubio que se disponía a hacer lo mismo.

-Granger. -Dijo el rubio como saludo.

-Malfoy -Hermione sonrió ligeramente correspondiendo el saludo de la misma manera. -Hasta mañana. -Dijo la chica y se adelanto para subir primero.

Draco solo inclino la cabeza y la dejo pasar primero haciéndose un poco a un lado, Sonrió discretamente a sus espaldas por la pijama de ositos de la chica. Se le hizo muy raro que no fuera a cenar, no era que le importara pero se dio cuenta de la tristeza en la mirada caramelo de la Gryffindor. Trato de no pensar en eso y entro a su habitación para intentar dormir.

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Más tarde alguien tocaba la puerta de la habitación de Hermione y al no escuchar respuesta giro con cuidado el pomo de la puerta para pasar, sin hacer ruido entro de manera rápida para comprobar que estuviera bien y salió. Después de cerrar con mucho cuidado la puerta para no despertarla se giro. -Te dije que seguiría dormida, ya trae puesta la pijama. -Dijo un tanto fastidiada  a su Hermano.

-Gracias, solo quería saber que estaba bien.

-Eres todo un caso hermanito. -Dijo poniendo los ojos en blanco por la cara inocente que puso su hermano.

Claramente Hermione había escuchado todo, no estaba dormida, solo fingió no deseaba que le preguntaran que había pasado al menos por lo que restaba de la noche, aun así agradecía profundamente a Amber su compañía y a Marcus sus atenciones.

Se enderezo un poco de su cama, no tenia sueño, ya había dormido lo suficiente, se sentia un poco más tranquila después de sacar todo lo que sentía, aun le dolía pensar en Ron, sabía que pasaría mucho tiempo para que las cosas se solucionaran por completo, sin duda aun lo queria mucho, pero le había hecho mucho daño y prefería dejar las cosas así, antes de seguir atormentándose, perdió la confianza que tenía en el pelirrojo, sería muy difícil recuperarla, aun así tenía fe en que tal vez en algún momento recuperar la amistad que habían tenido.

Hoy tenía que dejar atrás su primera decepción amorosa, ya era suficiente,  perdono a Ron por haberla lastimado, ya no quería seguir cargando también con eso. Se dio cuenta desde que perdono a Malfoy, que a veces por muy difícil que resulte perdonar a quien nos a hecho daño, es mejor liberarse de todo resentimiento a tener una existencia llena de rencor, tristeza y decepción. A veces las heridas son profundas y no sanaran por completo, algunas dejaran pronunciadas cicatrices como vestigios del daño provocado, pero al final de nada sirve llenarse de malos sentimientos. Perdonar no es fácil, es un largo proceso de sanación, pero al final es la única cura para poder seguir adelante sin la carga pesada de los malos recuerdos que lastiman cada vez más.

Se levanto de la cama y miro por la ventana que daba al lago negro, suspiro suavemente ante la hermosa vista, parecía un espejo resplandeciente, le dieron unas ganas tremendas de salir a tomar el fresco que se cambio de ropa y se puso encima su capa. Salió despacio de la torre cuidando que nadie la viera, se acomodo la capucha como precaución. Conocía de memoria la mayoría de los pasajes secretos, por lo que no le fue difícil salir del castillo y llegar a la orilla del lago, se apoyo en un árbol cercano y se quedo un rato de pie, admirando la belleza enigmática del lugar, recordando su primer año en el colegio, cuando cruzaron en bote el lago para llegar al majestoso castillo.

En la torre de premios anuales, Malfoy estaba recostado en su cama, de nuevo la imagen de aquella desconocida inundaba su mente, impidiéndole conciliar el sueño. Suspiraba contrariado, jamás se había sentido de esa manera, era acaso que estaba enamorado. Agito la cabeza para sacar ese pensamiento, como era posible, no tenía ni idea de quién era o porque lo había ayudado pero no podía, no debía ser posible que lo tuviera tan perturbado.

Desesperado comenzó a caminar de un lado a otro en su amplia habitación. Estaba confundido, pensaba el rubio, o era que quizás estaba enloqueciendo después de todo, muchos pensamientos giraban en su mente. Y después de un rato otro pensamiento llego inesperadamente haciéndolo sonreír. Recordó el duelo, como se sincronizo con la castaña sangre sucia a la perfección, sintió de nuevo la adrenalina de la lucha, esa sensación de satisfacción que tenia tanto tiempo no experimentaba cuando ganaron, todo gracias a ella. Y de nuevo llego la culpa cuando pensó en la pequeña herida en el cuello de Granger.

Enojado se paro frente a su ventana y lo que vio lo dejo helado por unos segundos, era tanta su obsesión por la desconocida que parecía que la veía a lo lejos a la orilla del lago recargada sobre un árbol, parpadeo varias veces para comprobar que sus ojos no le engañaban, su corazón empezó a latir con fuerzas, se decía a si mismo que no era posible, a esa distancia solo lograba ver a alguien con una capa, pero parecía ser una mujer por el tamaño,  que quizás alguien más tenía una capa en el mismo color escarlata que su salvadora.

Tenía que comprobarlo, no quiso ni cambiarse de ropa temiendo que volviera a desaparecer si perdía el tiempo, por lo que sobre su pijama de seda negra se puso su capa del mismo color, se puso sus zapatos y salió a toda velocidad, sin impórtale que lo vieran. En ese momento lo que menos le importaba era que lo castigaran.

Para su suerte no se topo con nadie en el camino, salió del castillo casi sin aire por haber corrido desde la torre, ya estaba solo a algunos metros del lago, podía ver que sea quien fuera seguía paraba con la cara cubierta y apoyada en el árbol mirando hacia el lago.

Sin darse cuenta piso una rama seca que crujió al ser aplastada poniendo sobre aviso a la castaña que giro asustada y más aun al darse cuenta que era Malfoy el que se acercaba.

-Soy una tonta. -Pensó la castaña, solo a ella se le ocurría salir con esa capa, se le había olvidado que Malfoy la podía ver y darse cuenta que ella le había ayudado en el callejón. De inmediato con un hechizo modifico de nuevo su voz y cubrió mas su rostro bajando la capucha.

-Espera no te vayas. -Le suplico el chico al ver que se escondía tras el árbol. Y temiendo que saliera huyendo se quedo en el mismo lugar para no asustarla.

-Que quieres Malfoy. -Le dijo la castaña saliendo de detrás del árbol.

-Quiero saber quién eres. -Pidió el rubio

-Ya te había dicho que no es importante, es mejor que dejes las cosas así.  -Le dijo lo más segura que pudo, aunque estaba sumamente nerviosa, no quería ser descubierta.

Cuando la chica hizo ademanes de quererse ir, el rubio se desespero y dio solo unos pasos para acortar la distancia, levantando sus manos para que viera que no tenia nada en ellas intentando que no se alejara de nuevo.

-Por favor no te vayas, está bien si no me quieres decir quién eres, solo quédate un momento.

Hermione dudaba, por un lado quería salir corriendo del lugar, pero algo en la voz suplicante del rubio la detenía, no era común que Malfoy hablara de esa manera o que pidiera algo por favor, no iba con él esa actitud de debilidad, ¿Dónde había quedado el orgullo y la típica prepotencia propia de los Malfoy?

La castaña vacilaba entre desaparecer o quedarse al menos un momento como le pedía Draco. El rubio se daba cuenta de las dudas de la chica e intentando convencerla, camino alejándose un par de pasos.

-Quédate un momento, te prometo no acercarme, solo quisiera platicar contigo, si no me quieres decir quién eres está bien, no te presionare mas.

-¿Lo prometes?

-Sé que mi palabra no debe valer mucho para nadie, pero te pido que confíes en mi, Te lo Prometo.

La castaña no contesto  pero regreso sobre sus paso poniéndose a un lado del árbol y se sentó. El corazón de Draco salto de alegría, al darse cuenta que confiaba en el, a pesar de ser quien era, ella le daba un voto de confianza.

Malfoy camino despacio para no asustarla y se sentó al otro lado del árbol, solo el grueso tronco del árbol los separaba, la castaña apoyo su espalda en el tronco para cubrirse un poco más y el rubio hizo lo mismo, dándose cuenta que así estaría mas tranquila la chica.

-¿Qué quieres Malfoy? -Pregunto la castaña con una voz que no era suya.

Malfoy titubeo antes de contestar, ni el mismo sabio que pretendía. -Solo quiero hablar.

-Sobre qué quieres hablar.

-Es que no dejo de pensar… -Tartamudeo el rubio dejando toda su seguridad escapar sintiéndose vulnerable.

-¿En qué piensas? -Pregunto suavemente, ya un poco más tranquila.

-¿Por qué me ayudaste?

-Ya te dije, no era justo lo que te hacían, si fuera uno contra uno, no hubiera intervenido. No tolero las injusticias.

-Yo nunca he sido muy justo. -Dijo con vergüenza el rubio, decía la verdad, bastaba recordar como se había ensañado con los más débiles en sus años de colegio, como los insultaba y menos preciaba sin ninguna razón.

-Lo sé. -Confirmo la chica.

-Por eso no entiendo porque me ayudaste, merezco lo que me pasa, por todas las estupideces que hice, cause mucho daño e hice cosas abominables. -Dijo con dolor y frustración el muchacho.  

-Se que no eres perfecto Malfoy y que has cometido muchas equivocaciones, como lo has dicho causaste mucho daño y sufrimiento a los demás, pero eres humano. Todos nos equivocamos, tal vez unos más que otros, pero no son nuestros errores los que nos definen, son las cosas que hacemos para repararlo los que nos hacen mejores o peores personas. A los ojos de los demás podrás ser un ex mortifago y te costara mucho esfuerzo cargar ese estigma pero al final lo que los demás vean no importa siempre y cuanto tu sepas lo que eres en realidad, el cambio lo haces tú. Si así lo quieres puedes cambiar las cosas y hacer lo suficiente para demostrarle al mundo que has cambiado que dejaste de ser el muchacho arrogante que eras para convertirte en un hombre nuevo.  

-Quisiera creer que puedo lograrlo.

-Pues eres un estúpido si no lo haces. Deja de compadecerte Malfoy no seas cobarde.

-No soy ningún cobarde. -Dijo un tanto molesto el rubio por las duras palabras de la castaña.

-Entonces demuéstralo, deja de preocuparte por tonterías y ocúpate en hacer el cambio. No digo que sea fácil, pero entre más tiempo pases lamentándote por lo que ya no tiene remedio  más te costara lograr un cambio.

-Puedes ayudarme.  -Pregunto suplicante el rubio

-No puedo, solo tú puedes hacerlo. Nadie puede ayudarte si antes tú no te ayudas a ti mismo. Puedes hacerlo Malfoy, solo falta que quieras hacerlo.

Malfoy meditaba las palabras de la chica, sentía un gran alivio al hablar con ella, seguía sin reconocer a quien pertenecía la voz y se moría por saber de quien se trataba pero no queria estropear las cosas y cumpliría su palabra.  

-Ya es tarde, tengo que irme, prométeme que vas a esperar 15 minutos antes de seguirme. -Le pidió la castaña levantándose con cuidado acomodándose la capa.

-¿Por qué?

-Promételo -Dijo simplemente

-Con la condición de volver a verte. -Pidió el rubio

-No -Dijo la castaña cortante.

-Por favor, prometo no presionarte o preguntar quién eres, pero por favor necesito volver a verte, no tengo con quien más hablar, necesito sentir que alguien me escucha. -Dijo suplicando el rubio, toda barrera se derrumbaba delante de esa chica, su ego, su orgullo terminaban por los suelos, pero necesitaba saber que volvería a verla sin importar nada más.

A Hermione le costaba trabajo mantenerse firme, las suplicas del rubio la debilitaban, escuchaba tanto dolor es sus palabras que no tenia fuerzas suficientes para negarse.

-Si acepto no volverás a preguntar quién soy, ni intentaras averiguarlo, no te acercaras más de lo permitido, nadie debe de saber de mí o que nos vemos y me darás 15 minutos de ventaja  antes de entrar.

-Si lo que quieras.

-Promételo

-Te prometo que haré lo que me pides.

-Nos vemos el viernes a las 12 en este lugar -dijo y salió corriendo de regreso al castillo, pidiéndole a Merlín que nadie la atrapara o se metería en serios problemas.

Llego de prisa a la torre y subió con cautela las escaleras de piedra, entro a su habitación y se tumbo en la cama agitada.

Se preguntaba por qué demonios no le había dicho que no a Malfoy, era peligroso seguirle el juego al rubio, si se llegara a enterar que ella era la encapuchada le traería problemas, a pesar de que ya lo había perdonado, ella era una hija de muggles y el un orgulloso Slytherin, si bien ya no eran enemigos tampoco podían ser amigos.

Malfoy espero el tiempo convenido antes de levantarse, miro hacia el lago que permanecía sereno y apacible y sonrió, estaba feliz porque volvería a ver a su desconocida, recordaba sus palabras y eso lo hacía sentir sumamente bien, renovado y con nuevas fuerzas.  Intentaría cambiar por él, pero especialmente por la chica que a pesar de no saber quién era le había dado sentido a su existencia.

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