¿De Quién Eran Esos Labios?

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¿De Quién Eran Esos Labios?

Los días  pasaron sin más incidentes al menos por ahora, Hermione siguió haciendo equipo con Draco en la clase de Defensa contra las artes Obscuras, recibiendo una gran cantidad de puntos para ambas casas.

El rubio aun estaba un poco confundido por lo que comenzaba a sentir por la castaña, con el paso de los días pudo darse cuenta de muchas cosas que antes no había notado, por ejemplo, la manera en que la chica se mordía el labio cuando estaba concentrada o se ponía nerviosa, o como jugaba en ocasiones con un mechón de su cabello mientras leía algo interesante. Trataba de evitarla para no confundirse más, pero en ocasiones se sorprendía a si mismo vigilándola en el comedor o curiosamente pasaba más tiempo en la biblioteca del que había pasado en los años anteriores, para verla desde una mesa cercana a donde la chica acostumbraba estudiar y hacer sus deberes.

Era difícil para el encontrarse de repente tan interesado en 
Hermione, intentaba por todos los medios descubrir la verdadera razón por la que cambio, seguía preguntándose una y otra vez porque lo perdono, el porqué de manera tan repentina había decidido que era suficientes de ser enemigos, ahora se mostraba tan diferente con él, las miradas de odio y reproche se borraron por completo de los ojos cálidos de la chica.

En ocasiones pensaba que no merecía que lo tratara bien, al fin reconocía el gran error que  cometió, estaba cegado de alguna manera por los ideales de sus padres, la supremacía de la sangre, el derecho único de utilizar y poseer magia por ser de casta pura, la repulsión contra los mestizos y los hijos de muggles que consideraban peor que bazofia y un sin número de preceptos, de ideales erróneos, en muchas de las ocasiones carentes de sentido común considerando  raza inferior a aquellos que no conservaban el linaje de la sangre, repudiando a los que consideraban traidores de la sangre por amistarse o convivir con los que consideraban robaban y manipulaban sin derecho una magia que no les correspondía.

Y al final, después de tanta repulsión y negación de sus derechos por ser impuros, fue precisamente una impura hija de muggles, un traidor de la sangre y un mestizo los que lograron liberar al mundo mágico de la devastación.

Secretamente siempre la admiro, pero su orgullo le hizo ensañarse con ella, como era posible que alguien que no era puro fuera tan poderosa, como podía poseer tanta magia y lograr tantas cosas, mientras que el siendo hijo de magos de sangre pura, de una linaje superior nunca estuviera a su nivel.

Solo ella se atrevía a contradecirlo a enfrentarlo, a dejarlo callado con sus palabras elocuentes, a avergonzarlo con respuestas inteligentes, quizás Potter y Weasley lo desafiaban pero era diferente enfrentarse magia con magia, fuerza con fuerza, pero con Granger con simples palabras lo liquidaba, lo enmudecía, lo humillaba porque no podía decirle algo más que lo obvio, que ella era una impura y una sangre sucia. Y quizás al principio llego a afectarla, haciéndola pagar un poco al hacerla sentir menos,  pero después ya no sirvió de nada, Hermione admitía con orgullo su origen, se mostraba satisfecha de sus raíces, de ser quien era, de la magia que poseía a pesar de todo, porque después solo se esforzó mas para demostrar que la sangre que corría por sus venas no era diferente a la de nadie, incluyendo a los puros, a los selectos hijos puros que no estaba a su altura en conocimientos o  talentos. 

Por eso su aberración con la castaña, su infinito odio, sus ganas de buscar formas de torturarla, de herirla, de hacerle pagar por la osadía de sentirse superior a él y a los de su clase. Y después de tantos años se daba cuenta que todo lo que pensaba y creía era simple basura. Los poderosos, los puros solo eran escoria que se escondían cobardemente bajo los preceptos extremistas de un tipo malvado sin escrúpulos que no era más que un mestizo que repudiaba a sus iguales. Y ellos los sangre pura, los elegidos, los mejores, solo fueron títeres sin voluntad siguieron sus ordenes y al final acabaron siendo nada.

Draco justificaba su repentino interés en Hermione por su sentimiento de culpa, por todo el daño que le causo en el pasado, pero no estaba seguro, muchos pensamientos rondaban su mente, también se sentía agradecido y de cierto modo liberado porque sin buscarlo o pedirlo fue perdonado. No entendía porque al estar a su lado sentía paz, confianza e incluso esperanza, por eso disfrutaba enormemente las clases de Defensa.

Hermione trataba a Malfoy con cordialidad, podía platicar en la clase de Defensa con mayor soltura y pudo arrebatar un par de sonrisas al rubio en algunas ocasiones, era un gran cambio en verdad, al principio la mayoría de sus compañeros se asombraban  que poco a poco el rubio se transformaba, mas aun cuando notaban como el repudio contra la sangre sucia de Granger había desaparecido por completo. Y si bien no eran los mejores amigos, se llevaban de buena manera, los conflictos entre ellos habían terminado, incluso los ataques en contra de Harry y Ron, ahora se mantenía indiferente, nos le hablaba, pero medianamente se llevaban mejor en la mayoría de las clases que compartían.

A Ron no le agradaba que Draco fuera pareja en clases con Hermione, sentía unos tremendos celos cuando los veía practicar juntos los hechizos, sentía hervir su sangre cuando la castaña le sonreía, le explicaba la teoría o lo animaba cuando algo no le salía bien, era como si poco a poco se estuvieran haciendo amigos y eso no lo toleraba, por muy bien que se comportara el Huron, en el pasado fue para ellos sus más grande enemigo, y verlos así le quemaba las entrañas.

Pero Ron no era el único que sentía los tremendos celos correr por sus venas cuando la castaña estaba al lado del rubio, dos  pares de ojos no perdían de vista ni un minuto a la pareja que formaba, la manera en que se compenetraban provocaba muchos celos. Y debido a eso habían superado por mucho a los demás compañeros de clase, incluyendo a Harry, Ron y los hermanos Turpie.

Hermione comenzaba lentamente a sanar sus heridas, seguía hablando con Ron, intentando retomar su amistad, en ocasiones era algo difícil olvidar del todo los momentos románticos que pasaron juntos, pero sabía que tenía que borrarlos para poder seguir adelante. Se aferraba a los buenos recuerdos y los guardaba en el fondo de su corazón, como valiosos tesoros.

El viernes llegaba y un ansioso Malfoy caminaba  de un lado a otro en la sala común de Slytherin esperando que llegara la hora de su cita con la desconocida. Su corazón estaba acelerado, se frotaba las manos con nerviosismo y cada tanto tiempo checaba la hora en su reloj de pulso. Esto estaba sacado de quicio a Pansy que estaba sentada en otro de los sillones al lado de Amber que también miraba extrañada la actitud nerviosa del rubio.

-Ya para Draco que me estas mareando. -Dijo con fastidio la morena

-¿Te ocurre algo? -Pregunto con curiosidad Amber

-Estoy bien. -Contesto secamente e intento calmarse, no necesitaba levantar sospechas, avergonzado recupero la compostura y se sentó mostrándose indiferente.

-¿Estás seguro? Te ves nervioso -Insistió Amber

-No es nada, solo estoy un poco cansado. Creo que mejor me voy a nuestra torre. -Le dijo a Amber.

Aun faltaban algunas horas y no sabía cómo pasar el tiempo, estaba comenzando a desesperarse, algo no muy propio en el que siempre se mostraba imperturbable, sin embargo, saber que volvería ver a su desconocida lo trastornaba.

Camino lentamente por los pasillos del colegio, por cada corredor, tomando su tiempo, buscando quizás que corriera más rápido, pero no tardo en llegar a la puerta de la torres de premios anuales, resoplo con fastidio antes de abrir la puerta, pensaba que quizás debería dormir un par de hora.

Abrió la puerta con lentitud y paso a la sala, no esperaba encontrarse con nadie ahí, pero se equivocaba, Hermione y Marcus charlaban animadamente, la chica reía animadamente de manera tan abierta y natural, que lo hizo sentir un hueco en el estomago, Marcus la veía sonriente, embelesado con una mirada enamorada y a pesar de ser tan obvio parecía que la castaña no notaba esas miradas.

Draco sintió como el color lo abandonaba, porque le dolía verlos juntos se preguntaba, porque ese dolor se transformo tan rápido y se convirtió en rabia, en un enojo tan fuerte que tuvo que contenerse para no saltarle encima a Turpie, su cuerpo se tenso, se preparaba para atacar, apretaba sus puños con fuerza y sus dientes rechinaban al  chocar por sus mandíbula contraída.

¿Por qué? Se seguía preguntando una y otra vez, porque se sentía de esa manera, porque odiaba verla sonreírle a Marcus, porque se sentía herido y vacio, porque esas sonrisas no podían ser para él. Se sintió estúpido de repente al darse cuenta que no tenia porque sentirse de esa manera, pensaba subir por las escaleras cuando escucho su voz y eso le hizo salir de su transe.

-Te sientes mal Malfoy. -Pregunto la castaña al tiempo que se paraba del sillón y se acercaba unos pasos a donde estaba el rubio.

-No -Contesto débilmente el chico, pero sonrió levemente con satisfacción cuando volteo a ver a Marcus y este le miraba con resentimiento y con el ceño ligeramente fruncido.

-Estás seguro, te vez muy pálido. -Y le paso una de sus manos sobre la frente del chico para sentir su temperatura haciéndolo temblar.

Marcus respingo en su asiento al ver como Hermione posaba su mano delicada sobre la frente pálida del rubio, se levanto a la defensiva y se puso a espaldas de la chica, mirando enojado a Malfoy que era tan alto como él.

-Estas muy frio, quizás te vas a enfermar. No quieres que te acompañe a la enfermería. -Pregunto cortésmente la chica y Marcus apretó los puños enojado, más no dijo nada, sin embargo Draco noto ese movimiento y se sintió aun más complacido.

-No es necesario Granger, gracias pero mejor me voy a dormir. -Le dijo el rubio pero con una sonrisa tan sincera y una mirada tan profunda que hizo enrojecer a la castaña.

Hermione regreso al sillón al igual que Marcus, cuando Draco no muy convencido subió las escaleras de las habitaciones.

El rubio maldecía en silencio, porque le dijo que no lo acompañara a la enfermería, pero después se sintió tonto por desear tanto estar con la castaña cuando en pocas horas vería a su desconocida.

Draco estaba recostado sobre su cama, había intentado dormir un rato sin éxito, cuando escucho que tocaban su puerta.

-Adelante. -Dijo el rubio mientras se enderezaba de la cama

-¿Cómo te sientes?

Draco abrió los ojos con sorpresa al ver de quien se trataba y mas porque en sus manos llevaba una pequeña tasa humeante. Sorprendido se sentó en la orilla de la cama.

-Me siento bien. Posiblemente sea solo un ligero resfrió. -Mintió el rubio

-Si me imagine, por eso te traje esto. -Le dijo mientras le entregaba la tasa en sus manos, al hacerlo sus manos se rosaron por unos segundos por lo que la chica se sonrojo. -Es una infusión herbal, te ayudara para que te sientas mejor. 

-Gracias. -Le dijo el rubio

Ella simplemente sonrió. -Hasta mañana. -Se despidió  y salió por la puerta.

Draco la vio salir sin poder apartar la vista de la puerta y después miraba la taza en sus manos sin poder creer que Hermione se preocupara por él y le llevara una infusión para sentirse mejor. Cada vez le costaba entenderla más, porque era tan amable, porque era tan buena con él, cuando no lo merecía.

Dio un pequeño sorbo, en verdad era delicioso tan dulce como ella pensó. Al darse cuenta que le puso miel. Y de nuevo se sonrojo por los pensamientos que tenia cada vez que tenía cerca a la chica.

Y sin buscarlo o quererlo su mente comenzó a pensar solo en ella, en Hermione, en su amabilidad en su encantadora forma de ser, incluso cuando era tan posesiva y obsesiva en las clases, podía ser una fiera cuando se enojaba, pero en ocasiones parecía un ángel preocupado siempre por los demás, sin importar que no merecieran sus atenciones. Pensó que si Marcus se había dado cuenta que Granger le llevo una taza con te, posiblemente estaría enojado y celoso y eso lo hizo reír abiertamente. Como Hermione siendo tan inteligente no había notado que Turpie estaba enamorado de ella.

Cuando su mente se despejo un poco de la imagen de la castaña, repentinamente se acordó de su cita, miro sobresaltado el reloj y se dio cuenta que ya iba retrasado 5 minutos, se coloco a prisa un suéter y su capa sobre su ropa y salió corriendo maldiciendo por su descuido, tanto esperar para el encuentro para ahora llegar tarde.

Por otro lado Hermione había tenido la precaución de salir con mucho tiempo de anticipación, para no toparse con Malfoy, por lo que su capa la había puesto en su mochila y se cambio en el baño de Miltred la llorona, donde espero paciente que se acercara la hora antes de salir.  Tomo sus precauciones poniéndose su capa y cubriéndose bien con la capucha, hizo el hechizo para cambiar su voz y salió por un pasillo secreto con cuidado para no ser vista.

Cuando estuvo al lado de lago negro aun faltaba media hora para el encuentro, se sentó en las raíces del árbol pegando su espalda al tronco como la vez anterior y espero. Cuando se dio la hora y no veía llegar a Malfoy, pensó que quizás no llegaría porque se sentía enfermo y eso la preocupo.

Pero después de unos minutos lo vio acercarse corriendo.

-Lo siento. -Se disculpo el rubio mientras se agachaba tratando de tomas aire. 

-Pensé que no vendrías.

Draco no sabía que decir, como explicarle que estaba pensando en Hermione y no se había dado cuenta de la hora. Pero recordar a la castaña le dio una idea.

-En verdad lo siento, es que parece que me estoy resfriando, tome una infusión  y me quede dormido. -Mintió para que su desconocida no se molestara por su tardanza.

-¿Y cómo te sientes?

-Mucho mejor, el te me sirvió de mucho. -Dijo el rubio sonriente al darse cuenta de que no se había molestado.

-Aunque si te siente mal, nos podemos ver otro día, está haciendo un poco de frio y podría hacerte más daño.

-No, en verdad que ya me siento mejor.

-Bueno si lo crees conveniente. -Dijo no muy convencida la chica. -Y que tal tu semana

-En general tranquila, solo tuve un pequeño inconveniente con un Ravenclaw y sus amigos, los mismos que me atacaron el en callejón.

-¿Por qué? -Pregunto interesada a pesar de saber la respuesta.

-Por mi pasado.

-No entiendo.

-Mi pasado de mortifago me persigue. Ese chico me culpa de la muerte de su padre y no lo culpo es normal que tenga tanto odio hacia mí.

-Y que paso. -Pregunto la chica

-Yo venía aquí cuando me alcanzaron el y sus amigos, querían un duelo, comenzaron a insultarme y a rodearme, buscaba venganza supongo.

-Te defendiste.

-Estuve tentado, evalué la situación no los hubiera vencido pero fácilmente pude haber vencido a tres con suerte cuatro, pero pensé que eso solo empeoraría mas las cosas. Para mi suerte me ayudaron.

-¿Quienes? -Pregunto para que siguiera contando lo que paso

-Supongo que conoces a Hermione Granger -Pregunto el rubio

-Si la conozco. -Dijo simplemente la chica

-Pues para mi asombro ella me ayudo, después llego Luna  Lovegood y Marcus Turpie. Y todo se soluciono sin necesidad de usar nuestras varitas.

-Y como te sientes por eso.

-Supongo que bien, pero no es fácil quitarse el estigma de lo que fui en el pasado, convencieron a Tom de mi inocencia, pero aun hay muchos que creen que sigo perteneciendo al lado obscuro y que yo soy el culpable de sus perdida.

-Eso no es importante Malfoy,  lo que importa es lo que tú crees de ti mismo, no lo que los demás piensen de ti. Todo está aún muy reciente hay todavía mucho dolor y sufrimiento en los sobrevivientes, es normal que te topes con este tipo de cosas, pero no desistas, demuéstrales que están equivocados, redímete.

-Pero como lo hago. -Pregunto el rubio con tristeza.

-Perseverando Malfoy, resistiendo, manteniéndote con la misma firmeza con la que enfrentaste a Tom y sus amigos. Sin violencia pero con convicción, con valor y fuerza.

-En verdad lo intento.

-Lo sé, se nota que estas cambiando Malfoy, poco a poco te será más fácil, solo no te rindas.

Malfoy escuchaba la enigmática voz de su desconocida y lo hacía vibrar, cada vez que hablaba con ella lo llenaba de nuevas esperanzas, le daban fuerza sus palabras de ánimo, la fe que depositaba en él lo hacían sumamente feliz, porque solo ella y Hermione lo hacían sentir asi, capaz y pleno.

La chica se levanto después de un rato y se despidió con la promesa de volverse a ver la siguiente semana. Draco la vio partir de regreso al castillo, la siguió con su mirada, hasta que se perdió por completo de su vista, suspiro feliz de haberla visto, de poder hablar con ella de nuevo. Después de transcurrido el tiempo que le daba de ventaja se levanto y camino también de regreso al castillo.

Cuando llego a su sala común, vio que alguien estaba en la cocina y se acerco a ver quién era. En silencio vio como Hermione preparaba otra infusión de hierbas.

-No puedes dormir. -Pregunto Malfoy despacio para no asustar a la castaña,  pero aun así la hizo brincar un poco.

Hermione en pijama y pantuflas giro y vio a Draco recargado en el umbral de la cocina, sonrió levemente y continuo preparando su te. -No podía dormir por eso baje a prepararme un te ¿Quieres uno?

Draco levanto la ceja con sorpresa por la invitación. -Si me encantaría

-Siéntate en lo que termino. -Le pidió la castaña. Acerco dos tasa y sirvió la infusión humeante en ellas y tomo miel para endulzarlas, cuando hubo terminado le ofreció una de las tasa al chico. Ella se sentó en una de las sillas frente a el y tomo un pequeño sorbo del te.

-Gracias. -Dijo el rubio llevándose la tasa a los labios.

-Solo ten cuidado porque está muy caliente. -Hablo apresurada la castaña para evitar que se quemara y el chico asistió con la cabeza.

-No me digas que saliste a estas horas y estando enfermo. -Le cuestiono la castaña frunciendo el ceño

-Mmmmmm… Solo salí un momento. -Mintió el rubio, sin saber que Hermione sabía muy bien donde había estado

-Deberías cuídate si no quieres enfermarte gravemente. -Dijo moviendo la cabeza de manera reprobatoria.

-Si madre lo que digas -Dijo bromeando y poniendo sus ojos en blanco. Ambos rieron por la broma.

-Como quieras, solo era una sugerencia. -contesto sonriente la castaña y se levantaba de la mesa llevando su tasa en las manos. -Hasta mañana Malfoy.

-Hasta Mañana Granger. Se despidió también el rubio pero él siguió aun sentado en la mesa disfrutando del té que le preparo su antigua enemiga.

Sentía una calidez en su pecho indescriptible que nada tenía que ver con la temperatura de la infusión, pero que lo hacía sonreír tontamente y de alguna manera era feliz.

Esa noche también soñó con ellas, con un cálido beso, fue un sueño confuso las veía a ambas a su derecha Hermione con su largo cabello castaño, sus ojos caramelo y esa sonrisa sincera y transparente, a su izquierda su desconocida con la capa escarlata sobre sus hombros y la capucha cubriendo su rostro, su melodiosa y enigmática voz. Comenzaron a girar los tres tomados de la mano tan rápido que sintió vértigo y se soltaron, y aparecieron frente al lago negro. Draco cerró los ojos y unas suaves manos se enredaron en su cuello, él la abrazo con fuerza acercándola aun mas,  sin abrir los ojos, sintió su calidez, su delicioso aroma a manzana y canela, sintió su corazón latir con fuerza, sus alientos se mezclaban y se acercaron aun mas hasta unir sus labios en un tierno beso.

Despertó con una sensación e hormigueo en sus labios y sin saber a quién beso en ese sueño, si era su desconocida o Hermione,  porque permaneció con los ojos cerrados disfrutando de unos cálidos labios sobre los suyos.

Se despertó acariciando  con sus dedos los labios y preguntándose ¿De quién eran esos labios? que lo habían enloquecido.

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