Comenzando A Despertar
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Comenzando A Despertar
Por la noche después de mucho esperar que el rubio saliera de la habitación, Harry se había asomado con cautela abriendo la puerta, Malfoy ya estaba dormido sosteniendo la mano de la chica inconsciente, con la cabeza apoyada en un costado de la cama en una posición que no parecía muy cómoda, pero aun así se notaba que tenía un buen sueño porque sonreía dormido.
Harry no quiso despertarlo, llevaba mucho sin dormir, así que sin que lo notaran entro solo por un momento para ver de cerca a su amiga.
Se paró a unos pasos de la cama, del otro lado de donde estaba Malfoy, y paso un tiempo solo mirándolos fijamente, su corazón latía con fuerza, claro que estaba preocupado, decir que estaba aterrado de perderla era poco, no había palabra que explicara cómo se sentía de verla en esa cama debatiéndose entre la vida y la muerte. Hermione era su hermana, si no de sangre, si de corazón. Ella era su familia, su amiga, su cómplice de aventuras, su fuerza y soporte, fue la mano que lo sostuvo y la mente brillante que lo impulso hasta llegar al fin.
Más de una vez la castaña salvo su vida y sentía una tremenda impotencia por no poder hacer lo mismo por ella en este momento, no podía ayudarla a librar su batalla contra la muerte, estaba sola en esa lucha.
Los médicos no tenían mucha fe de que pasara la noche, pero lo que no sabían esos médicos era que su hermana era testaruda, no se dejaría intimidar por la frialdad de la muerte, no sucumbiría tan fácilmente, ella daría guerra.
Hermione no era alguien que se dé por vencida tan fácilmente, es obstinada y aguerrida, si lo sabrá el que en innumerables ocasiones había perdido contra ella, contra esa manera resuelta de comportarse, con esa forma de no soltarlo hasta obtener lo que buscaba, así era ella.
¡No, ella no se iría! No sin antes agotar las posibilidades y aun así buscaría la manera de mantenerse firme. Pensó mientras se enjuagaba las lágrimas del rostro.
¿Pero si lo inevitable pasaba? ¿Y si a pesar de la lucha moría? ¿Y si al final solo su vida se extinguía? ¿Y si jamás despertara? Se preguntaba y agito la cabeza para alejar esos pensamientos. El también tenía que ser fuerte y no pensar en eso. Un día a la vez, se dijo. Y coloco su mano sobre la mano libre de su amiga que descansaba en un costado, tratándole de infundir valor y fuerza, buscando demostrarle lo mucho que la quería y la falta que le hacía.
Antes de salir, vio otra vez a Draco dormido, aferrando la mano de Hermione. El amor es lo más poderoso, pensó, recordando al fallecido Dumbledor. Si algo la podía impulsar a mantenerse con vida era precisamente el amor que eso dos siendo tan diferentes se tenían.
Camino despacio hacia la salida, y al abrir la puerta afuera ya lo esperaban sus demás amigos, que con sigilo se asomaron por la puerta abierta, tampoco quisieron despertar a Malfoy y al igual que Harry también pensaban que a su amiga le gustaría que permaneciera a su lado. Así que terminaron cerrando la puerta sin hacer ruido.
Por eso Draco había dormido toda la noche a lado de la castaña. Y al despertar después de prometer que estaría a su lado hasta que despertara, le dio un corto beso, fue solo un suave roce de labios, y una caricia antes de darse cuenta que contra todo pronóstico ya era de día, los rayos del sol entraba cálidos por la ventana, hasta ese momento Draco lo noto y sonrió con felicidad.
Si bien Hermione seguía sin abrir sus ojos, había sobrevivido la noche y estaba ahí, recostada en su cama como si solo durmiera, su respiración era constante y tranquila. Su rostro recuperaba poco a poco su aspecto normal, solo la falta de cabello era el recordatorio de las terribles cosas por las que paso.
Se giro a ver hacia la puerta cuando escucho que se habría, una enfermera entraba a la habitación para checar a la chica.
-Puede salir un momento. -Le pidió y el rubio no le quedo más remedio que obedecer.
En la sala de espera estaba Harry, Ron y Ginny. Los padres de Hermione se habían ido a la madriguera con los señores Weasley a bañarse y cambiarse de ropa para después regresar al hospital.
Cuando los chicos vieron a Draco acercarse se levantaron preocupados, pero al ver el rostro relajado del rubio se tranquilizaron un poco.
-Paso la noche. -Dijo el rubio y todos sonrieron.
-Eso es una excelente noticia. -Dijo Ginny y se abrazo a Harry con felicidad.
-Ahora la están revisando una enfermera.
-Deberías de aprovechar para ir al colegio a descansar un poco y comer algo.
-Prefiero quedarme.
-Se que lo prefieres pero si sigues asi vas a enfermar y no podrás cuidarla. -Le reprendió Harry.
-Nosotros nos quedaremos en lo que regresas. -Dijo el pelirrojo con seguridad, nosotros ya dormimos un poco y desayúnanos.
-Está bien. -acepto al final el rubio porque sabía que de cualquier manera lo obligarían a irse. Y de todas maneras no pensaba ausentarse más que un par de horas cuando mucho, le había prometido a su amor cuidarla hasta que despertara.
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Los días fueron largos y agobiantes, seguía delicada, su organismo aun estaba luchando por recuperarse y su pronóstico no era prometedor.
Malfoy consiguió el permiso para estar con Hermione el tiempo que duraba en el hospital, por sus buenas calificaciones fue fácil que lo otorgaran, además de que McGonagall sospechaba que de no darle el permiso el igual se iría a cuidar a su novia.
Draco había pagado para que la pasaran a una habitación más amplia y cómoda en otra ala del hospital, donde pasaba todo el día leyéndole los libros que a ella más le gustaban.
Por las tardes después de clases ese cuarto de hospital se llenaba, sus amigos no habían faltado ningún día desde que la encontraran, platicaban con ella como si les escuchara, le contaban sobre las clases, los maestros y los deberes.
Ginny le aplicaba con cuidado una pasta verdosa sobre su cabeza que hacia crecer el cabello de manera más rápida.
Infinidad de regalos llegaban todos los días, no solo de conocidos o amigos, magos y brujas de todos lados mandaban tarjetas, cartas, dulces y flores deseando su pronta recuperación, mandándole sus mejores deseos. Draco le leía cada carta que llegaba y Ron se comía todos los dulces.
Había pasado un mes de que encontraron a las chicas, el ministerio había indagado sobre su desaparición pero con las dos chicas inconscientes no podía saber a ciencia cierta que había ocurrido. Por otro lado, Lavender ya había despertado pero no podía recordar nada de lo que había ocurrido, fueron muy hábiles en borrarle la memoria de forma permanente, lo último que recordaba era dos semanas antes del baile, después de eso su mente estaba en blanco. Sola sabía que había despertado en un hospital sin saber que hacia ahí.
Ron cumplía con la promesa hecha a su amiga, todos los días después de pasar a ver a Hermione, se iba a la habitación de Amber para hacerle compañía. El pelirrojo no era muy bueno leyendo porque se aburría con facilidad, pero no por eso le falto plática en las muchas horas que pasaba al lado de la rubia. Le contaba sobre sus aventuras con sus amigos, sobre su familia y sus hermanos, claro que no podía faltar hablarle sobre el quidditch y a veces cuando las enfermeras se lo permitían la sacaba al jardín del hospital en una silla especial y le contaba como estaba el día y las personas que por ahí pasaban.
Era ya mediados de febrero, Ron salió al jardín empujando la silla de Amber, mientras le platicada.
-Hoy es un día muy agradable. -Dijo llenando sus pulmones de aire puro. -Como siempre las enfermeras Romina y Samara están hablando sobre los doctores, sentadas en su banca preferida, al parecer de nuevo las reprendió el jefe de enfermeras. -comento de manera casual mientras se encaminada hacia una banca en color blanco que estaba bajo un frondoso árbol.
Acomodo la silla a un lado de la banca, y no pudo evitar verla, acomodo con su mano un mechón de cabello rubio y sedoso que ya le llegaba hasta el hombro y lo puso tras su oído. Noto que con las semanas el semblante afligido que había mantenido su rostro a pesar de estar dormida, se había relajado, eso era bueno pensó y acaricio la mejilla pálida de la joven. La observo por un largo momento y para después continuar parloteando.
-El Doctor Miller estaba sentado en la banca de enfrente, comiéndose un gran sándwich cuando al morderlo se le cayó mostaza y le mancho su bata blanca. -Le contaba todo con detalle y comenzó a reír por lo gracioso que se veía el regordete medimago tratando de limpiar una enorme mancha amarilla de su pulcra bata y que en su afán de limpiarse rápido se termino cayendo de la banca.
Sin darse cuenta había tomado la mano de la chica y la acariciaba con cuidado mientras seguía detallando como uno de los pacientes era seguido por dos enfermeras porque se negaba a tomas sus medicamentos y se había dado a la fuga saliendo al jardín.
En esa plática estaba, cuando llego Marcus sin aire por haber llegado corriendo hacia donde estaban.
Ron se levanto al ver el semblante del chico.
-¿Qué pasa? -Pregunto con temor imaginando que algo malo le había ocurrido a Hermione.
-¿Qué le has hecho? -Le contesto con otra pregunta.
-¿Qué hecho de que? -Levanto los hombros confundidos, no entendía la pregunta de Marcus.
Marcus estaba atónito aun si aire y miraba fijamente a su hermana aun parecía dormir, pero algo había cambiado.
-Le a pasado algo a Hermione. -Pálido le pregunto a Marcus.
-No ella está bien. -Declaro pero no dejaba de ver a Amber de una manera rara y a Ron con una cara difícil de entender.
-¿Con un demonio de pasa entonces?
-Es Amber. -Le dijo al fin y se inclino hacia la silla donde estaba su hermana y le toco la mejilla con cariño.
-Pero si ella está bien. -Dijo un poco más aliviado el pelirrojo.
-Ese es el punto. -Contesto Marcus y una sonrisa se formo en sus labios.
-Explícate que no entiendo nada. -Se dirigió a chico que seguía viendo embelesado a su hermana.
-Es que ella está bien. -Dijo y una lagrima rodo por la mejilla de Marcus.
Ron se acerco vacilante aun sin comprender y tomo la mano de la Rubia que tenía los ojos cerrados. -¿Amber? -Le llamo. -Pero esta igual. -Dijo decepcionado al no recibir respuesta.
-No entiendes, ella está bien, se está recuperando. Ella está contenta, piensa que es divertido que un paciente termine huyendo de las enfermeras.
Ron lo vio con sorpresa, el cómo sabia que le estaba contando a su hermana. -¿Tu como sabes qué..? -Intento preguntar, pero antes de que acabara de hablar Marcus contesto.
-Ese es el punto Ron, mi enlace mental con ella regreso. Su mente aun esta confusa, pero tiene mejorías, esta es la prueba, puedo escuchar sus pensamientos, me está dejando entrar a su mente. -Le dijo feliz y sorpresivamente abrazo agradecido al pelirrojo. -Gracias.
Ron estaba rojo hasta la orejas, pero estaba feliz de que Amber se estuviera recuperando.
-¿Por qué me agradeces? -Avergonzado Ron le pregunto.
-Amber dice que tus historias son divertidas y que tu voz a hecho que no pierda del todo el camino. -Ron sonrió por la respuesta.
El pelirrojo se acerco al oído de la rubio y le susurro.
-Solo necesito que despiertes y te llevare a la madriguera para que disfrutes de la buena comida de mi madre.
-Me niego a decir eso Amber. -Dijo en voz alta Marcus.
-¿Qué? -Pregunto alzando la ceja el pelirrojo con intriga.
-Nada.
-Dime por favor.
-No. -Se negó rotundamente Marcus.
-Por favor. -Suplico el pelirrojo.
-He dicho que no. Ella tiene que despertar para decirte eso. -Dijo firme pero le giño un ojo a pelirrojo.
Ron entendió que era su manera de pedirle que siguiera recuperándose. -Está bien. -Dijo resignado. -Tienes que despertar muy pronto Amber, porque no me caracterizo por ser una persona muy paciente. -Le dijo mientras empujaba de regreso la silla al hospital. Marcus estaba feliz del progreso de su hermana, que al parecer estaba liberando su mente.
Ya anochecía y Ron tenía que regresar al colegio, en el vestíbulo ya lo esperaban sus amigos, solo faltaba el, les había dicho que se adelantaran porque necesitaba despedirse de Amber.
-Amber, debo irme pero sin falta estaré aquí mañana. Pero antes de irme necesito decirte algo. -El pelirrojo tomo la mano de la chica y la beso. -Debo decirte que no fue tu culpa todo lo que pasó, Hermione quería que los supieras, ella sigue inconsciente pero no se da por vencida, tu también debes de ser fuerte.
Ron noto que una lagrima resbalaba por la mejilla de la rubio a pesar de que sus ojos estaban cerrados.
-No llores, ni te sientas mas, a ella no le gustaría. Hermione te dio la oportunidad de redimirte, cometiste errores, pero debes despertar para enmendarlos, debes hacerlo. -Le limpio con cuidado la lágrima y acaricio su rostro.
Alguien toco la puerta y entro. El pelirrojo se alejo sobresaltado de Amber.
-Apúrate Ron que ya es tarde o no alcanzaremos cena. -Le dijo Ginny asomándose por la puerta y después salió.
Ron se acerco de nuevo a Amber y beso cariñosamente su frente, acerco su boca al oído y le dijo suavemente. -No soy muy bueno en esto. -Dijo haciendo una pausa. -Suelo ser muy torpe expresándome Amber, pero tienes que saber que me he enamorado y necesito que despiertes para podértelo decir viendo tus hermosos ojos. Que te quiero.
Roso sus labios con los de la chica y salió del lugar con una sonrisa. Tenía fe de que pronto sus ojos azules se abrirían, al igual como confiaba con determinación que Hermione despertaría.
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