Avada Kedavra

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Avada Kedavra

En un rincón de la cueva estaba el encapuchado observando con detenimiento cada movimiento que hacia Hermione. En sus manos sostenía dos varitas que apretaba firmemente, sus ojos estaban llenos de malicia, de un odio insano, de repulsión en contra de esa muchacha que estaba amarrada.

Por su mente cruzaban pensamientos llenos de amargura que le hacían desear de manera desesperada matar de una buena ves a la Gryffindor. Se debatía entre infringirle más dolor, humillarla más, hacer que suplicara y se arrastrara pidiendo piedad o simplemente dejarse de juegos y matarla.

La vio quedarse dormida y su rostro dibujo una inmensa paz, se preguntaba que estaba soñando que la hacía verse de esa manera, y sintió de nuevo el odio y una tremenda envidia. Rechino los dientes y cuando se levanto para seguir con las torturas, se despertó y lagrimas silenciosa comenzaron a correr de nuevo por el rostro hinchado y amoratado de Hermione. Eso le dio una gran satisfacción.   

Se acerco de nuevo con lentitud a la silla donde estaba atada la chica, observando su estado, en esas condiciones parecía una vagabunda, sonrió ante ese pensamiento.

-Eres escoria. -Le dijo con odio y Hermione levanto la cabeza para mirarlo.

-Tú eres la escoria. -Le contesto con voz debilitada pero firme. Su contestación le hizo ganar una nueva bofetada, por lo que su boca se lleno de sangre y tuvo que escupir.

-Parece que quieres que te siga lastimando. -Dijo con diversión al verla escupir sangre mientras jugaba con las dos varitas en sus manos.

-Porque no me matas de una buena vez. -Le reto Hermione

-No sería divertido.

-No será que no tienes el valor para matarme.

-¡Estúpida!  -Espeto con enojo.

-Eres un cobarde que solo se esconde tras una capucha, si tuvieras un poco de valor me enfrentarías y te mostrarías tal cual eres. -Le grito con firmeza

El encapuchado rechino los dientes de tanto apretarlos.

-¿Quieres saber quién soy?

Hermione no contesto solo lo miro con firmeza retándolo.

Con un solo movimiento el mortifago bajando la capucha dejo al descubierto su rostro. Y comenzó a reír con fuerza por la cara de asombro de la castaña.

-¿Querías saber quién era? Pues aquí estoy, y como ya me has visto me dejare de juegos y te matare de una buena vez.

La castaña no podía decir nada, había quedado muda de la impresión, solo lo miraba con los ojos sumamente abiertos por la sorpresa y balbuceaba tratando de hablar sin conseguirlo.  

-Pero antes de hacerlo me voy a divertir un poco. -Le dijo y entero la punta de la varita en el cuello de la chica y comenzó a cortarla, como si se tratara de un cuchillo, haciéndole una pequeña pero profunda herida.

Hermione sonto un grito desgarrador por el dolor, que se amplifico por el eco de la cueva e hizo retumbar el lugar.

-¿Por qué? -Pregunto viéndole a los ojos, intentando mantenerse consiente.

-Porque te odio. -Contesto y le escupió el rostro.

-¿Por qué? ¿No entiendo por qué?-Volvió a preguntar con la voz desgarrada por el grito, su cuello sangraba bastante y qué decir del dolor que sentía en sus costillas rotas y su cuerpo golpeado. Su vista comenzaba a nublarse por la pérdida de sangre su cuerpo frio y engarrotado le pesaba. Intentaba mantener los ojos abierto, buscaba en su mente alguna explicación para lo que pasaba, pero no entendía, no podía comprender que estaba pasando.

-Ya te he dicho que te odio. -Replico su agresor.

Llego un momento en que Hermione dejo de sentir dolor, sin fuerza para sostener su cabeza se movía como si fuera de trapo, su respiración era débil al igual que su pulso, estaba perdiendo la batalla contra la muerte.

-Escúchame.  -Dijo en un susurro apenas perceptible, y con curiosidad su atacante se acerca hasta mantener su oído cerca del rostro de la chica. -Escu..chame…. -dijo con dificultad -Yo… n… yo no …. Te…. Yo no te…odio… Amber -Dijo al fin y sus ojos se cerraron.

Amber abrió los ojos con sorpresa, sin creer lo que había escuchado, como era posible que Hermione no la odie,  después de todo lo que le había hecho.

La desamarro de la silla y el cuerpo de la chica se precipito contra el piso como si fuera un costal de papas. No sabía si seguía con vida, pero no podía dejar de ver a Hermione que estaba desparramaba boca abajo en el suelo frio y lodoso.

La giro para verla bien, parecía una muñeca rota y desmadejada, llena de lodo y sangre, su cabeza desprovista de cabello, solo un par de mechones mal cortados seguían prendiendo sin forma de su cabeza casi calva. Su rostro deformado por los golpes estaba hinchado y amoratado, su labio inferior al doble de su tamaño habitual tenía sangre seca, su ceja derecha abierta,  una profunda herida en su cuello de donde seguía saliendo sangre. Su piel bronceada estaba pálida como la cera, con múltiples cardenales surcando su piel, el escote en forma de corazón del que había sido un hermoso vestido dejaba ver oscuros moretones y sangre pegada a la piel formando costras.

Amber la miraba incrédula, porque a pesar de todo, a pesar de su deplorable aspecto, su rostro hinchado lucia tranquilo. Sus últimas palabras retumbaban en su mente, tratándolo de hacer reaccionar.    

Se hinco a su lado y puso su oído sobre el pecho herido de la castaña y escucho un leve latido. Sus ojos se abrieron desmesurados y corrió  a un rincón de la cueva por unos frascos.

Se los dio a beber con rapidez y se quedo a su lado con su vista perdida, con su mente turbia debatiendo de nuevo.

-Mátala… mátala… mátala… -Una voz en su cabeza le exigía.

-Ella no me odia. -Decía con la poca cordura que le quedaba

-Miente, ella miente… mátala… mátala… -Escuchaba de nuevo y el odio comenzaba a adueñarse de ella nuevamente. -Esa sangre sucia te quito el amor de Draco, bebe pagar, debe morir… Mátala… mátala… No merece vivir.

Se levanto como autómata, aun escuchando las voces debatirse en su interior. Estaba llorando, lloraba con fuerza al ver a Hermione en el piso, estuvo parada ahí por largas horas sin poder decidir, sin poder saber qué hacer, solo lloraba en silencio.

Hermione despertó, al principio creyó que estaba muerta, su boca le sabia amarga, algo le había dado de beber. No se podía mover, le llevo unos minutos poder ver, la oscuridad en la cueva era casi absoluta y estaba tan débil que todo lo veía borroso, pero después de pasado un rato puedo enfocar su vista y la vio.

Amber estaba parada frente a ella, seguía llorando, pero cuando vio que despertó la castaña se limpio la cara furiosa con el dorso de la mano.  

-Eres fuerte sangre sucia. -Le insulto, y para su sorpresa la castaña le correspondió con una débil sonrisa, lo que la desconcertó por completo, ¿Por qué le sonreía? se pregunto.

-Estas mal Amber, necesitas ayuda. -Le dijo en un susurro.

Amber se burlo, pero no se movió de su lugar. Hermione se había dado cuenta como la chica decía una cosa y su miraba expresaba otra, estaba consciente que si su intención hubiera sido matarla no le habrá dado nada de beber para salvarla.

-No puedes matarme. -Le dio débilmente y se quejo por el dolor de su cuerpo.

-Claro que puedo, tu no eres nadie.

-No puedes Amber, porque yo se que eres buena.

Se burlo Amber -Eres ingenua, ¿Qué no ves como estas? ¿Acaso aun así dudas que te matare?

-Tú eres buena Amber, algo malo te pasa, pero sé que eres buena.

-Te equivocas, ya no soy buena, no desde que me quitaste lo que más amaba.

-Lo siento, pero yo también lo amo y el me ama a mi. -Le dijo con sinceridad. -Pero tu puedes encontrar a alguien más.

-NO -Grito enojada. -A mí nadie me quiere, estoy sola y nadie nunca me querra.

-Marcus te quiere Amber, tus padres igual.

Amber palideció mas cuando menciono a su hermano.

-Incluso Marcus te quiere más a ti que  a mí, me robaste también su amor.

-Eso no es cierto, Marcus te quiere, tienes que darte cuenta que hay mucha gente que te quiere.

-Mientes, Mientes… -Grito fuera de si mientras pasaba sus manos por su cabello y lo jalaba con desesperación.

-Todo tiene solución Amber, yo te puedo ayuda. Sé que no quieres  matarme -Le dijo con seguridad la castaña.

-En eso también te equivocas. -Contesto la chica Turpie y la apunto con su varita, sus ojos azules estaban oscurecidos por alguna razón y su voz denotaba odio en cada silaba que pronunciaba.

Al parecer su mente termino colapsando las últimas barreras de cordura.

-Vas a morir. -Le dijo apuntándole.

Hermione la observo apuntarle  pero no se asusto.

-Pase lo que pase Amber, te perdono porque sé que no eres tú misma la que está haciendo esto.

-Eres una estúpida, y como tal morirás. -Avada kedavra -conjuro  y un rayo de luz salió de su varita.

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