Capítulo Único
Dolor...
Es lo que sentí aquel fatídico día por todo el daño que me hicieron esos humanos, los odio, los aborrezco, me dan mucho asco, son asquerosamente patéticos no merecen vivir...
Todo el tiempo era sufrimiento, pasar hambre y estar sola, hubo alguien que estaba a mi lado me protegía, me miraba y cumplía todos mis caprichos, es todo un encanto mi hermano...
Que podría decir de él, lo amo demasiado, es todo para mi, siempre está helogiando mi belleza...
Nunca olvidare el día que ataron y quemaron viva por atacar a un Samurái y sacarle un ojo con una orquilla de mi cabello, ese mismo bastardo insulto a mi amado hermano, en consecuencia termine...
Al borde de la muerte...
Jamás olvidare como aquel demonio bajo la helada nieve nos salvo a mí hermano y a mi, ofreciéndonos convertirnos en demonios, y quizás ser parte de las Lunas Crecientes.
Siempre le estaré agradecida de corazón es la definición de bueno y guapo.
Varios años después.
En este distrito las mujeres son mercancía y objetos se rompen, se usan, compran y venden, aquellos que no pueden pagar sus deudas simplemente morirán, las feas no merecen comer, y los que no son capaces de cumplir su papel solo les queda morir...
Sus muertes son inevitables dejen de posponerla más.
Distrito Rojo.
Una mujer se arreglaba cuidadosamente su cabello y coloco su orquilla, luego se puso su Kimono, además de algunos adornos en su cabello, se estaba poniendo lápiz labial a sus hermosos labios rosados, y luego salio.
Alguien a lo lejos la llamaba por lo visto era el dueño de la casa.
-Señorita Warabihime pueden venir un momento por favor – Llamaba el señor de la casa.
-Si ya voy.
Camine lentamente y me coloque frente a el, solo lo miraba con indiferencia ¿Quién se cree este anciano? Darme órdenes a mi? Yo la Oiran más hermosa de todo este distrito, el debía postrarse ante mi...
Solo sonreí disimuladamente intentando esconder mi furia no quería causar un alboroto innecesario, el me inclino en la cabeza.
-Señorita Warabihime disculpe que la moleste y tómese un poco de su tiempo, tenemos un cliente que ha pagado por sus servicios.
-Oh! Entiendo con que era eso, esta bien enseguida iré atenderlo.
-Es un hombre con mucho dinero y poder en este distrito, por favor trátelo bien.
-Puede estar tranquilo señor, yo no trataría mal a un buen cliente ¿Vale?
-Si lo entiendo, iré a avisarle y mandarlo a su habitación.
-Si será todo un honor, no se preocupe lo atenderé bien.
-Se lo agradezco señorita Warabihime.
Luego el inclino la cabeza y se fue rápidamente, esta no era la primera vez que pasaba esto soy la cortesana más deseada de todo este distrito, y la que más dinero genera a esta casa, por mi buen servicio.
Los humanos son estúpidos e incompetentes, son tan fácilmente manipulables, me dirigía a mi habitación y senté a la espera del cliente, unos minutos después escuche un llamo a la puerta y di permiso de pasar.
Al verlo era un joven que su edad rondaba entre los 20 años, su cabello era de un color castaño bastante lindo, además de unos ojos rojizos eran bellos y vestía un Kimono a cuadros café.
-Buenos dias lamento si la interrumpí, se que este es su trabajo pero... sabe siento algo de vergüenza.
-No pasa nada, siéntase como en casa, adelante tome asiento dígame ¿usted ordenó mi servicio?
-En realidad fue mi padre quien lo propuso, disculpe si la decepcione.
-Para nada, es un joven muy apuesto enorgullécete de tu belleza.
-Enserio? Jamás lo vi de ese modo.
-Bien, si su padre lo ha enviado es porque el es alguien bastante importante aquí ¿Verdad?
-Si, solo que el... el...
-Dígalo sin vergüenza no me reiré.
-El quiere que encuentre una mujer y me case, pero yo no quiero eso.
-Oh! Comprendo perfectamente.
-Si, como soy el único en la familia que aún no he tenido una intimidad con una mujer, me mandaron aquí...
-Si ya lo entiendo, ¿Esta bien con eso?
-¿A que se refiere?
-Me refiero a que yo me robe su primera vez.
-Bueno... bueno... vera...
-Sino quiere no lo obligare.
-Es que si vuelvo asi mi padre el se enojara mucho, soy la burla de mi familia.
-Entiendo, en todo caso por favor recuéstese enseguida volveré.
-S...Si – Dijo el joven con un leve sonrojo.
Me levante y salí de la habitación quería algo de aire fresco, dentro de mis gustos era un hombre muy joven y su belleza me gustaba, seria un desperdicio no devorarlo...
Inhale y exhale unos minutos luego volví a entrar a mi habitación donde me esperaba, lo vi recostarse en el futon, luego me coloque frente a el, pasé mis suaves manos atraves de sus piernas, le di leves caricias.
Y le hice votar pequeños gemidos de placer, luego mi mano llegó hasta su entrepierna fue donde aquel joven se sonrojo y expulse algo de mi aliento cálido en su oreja para volver locas sus neuronas.
Lleve mi mano a su cuello dándole masajes, junte nuestras manos eran cálidas, sentía los dedos fuertes de un hombre seguí con lo mio, acerque mi rostro al suyo unos centímetros nos distanciadas...
-¿Quieres hacerlo? No te obligare a quitarte tu primera vez.
-No, estoy bien con eso... solo que no quiero parecer un grosero y aprovechado.
-Uhh? Que gentileza la suya.
-No es para tanto.
-Su padre ya hizo el pago, aunque la decisión lo toma usted.
-Si, pero yo...
-Tranquilo solo déjate llevar, no pienso ser mala contigo.
-¿Lo dice enserió?
-Si.
-Que alivio.
-¿Le parece bien si seguimos?
-C...Claro.
Uní mis labios con los de el dándole un pequeño pero rápido beso, y lleve mano agarrando su entrepierna, solo le daba pequeñas caricias dándole más y mas placer...
Coloque mi dedo en su labio silenciándolo unos momentos eso lo confundió, atrás suyo aparecieron unas fajas.
-Señorita Warabihime ¿Qué sucede? ¿Por qué me mira así? – Pregunto el joven.
-Lo lamento pero se termino – Respondió sonriendo disimuladamente.
-¿A que se refiere?
-Aquellos que son feos no merecen vivir muéranse todos juntitos, pero aquellos que nacen una belleza tendrán el honor de ser devorados por una bella demonio como yo...
-Que esta...
Unas fajas los envolvieron comenzando absorberlo hasta terminarlo, solo sonreí con malicia ahora formaría parte de mis reservas, luego de eso me limpie mi atuendo y salí de la habitación...
Le informe al dueño de la casa que el cliente decidió escapar, con tal de esconder la evidencia de lo que yo había hecho, posteriormente hallarían el cadáver de aquel joven mutilado, lo deje tirado en las afueras de las calles.
Y así lo hice parecer un suicidio.
Solo devoro a personas bellas y esta no era la excepción, yo nunca como a gente sucia, ancianos y personas feas, y muchos menos a asquerosos peces gordos me dan mucho asco.
Era otra noche como cualquier otra en el distrito, terminaba de ducharme y asearme soy una demonio, una muy higiénica y al terminar, me recosté en el futon no estaba cansada, solo que tomarme, un respiro.
Alguien entró por la ventana era un hombre de piel pálida, vestido con un taparrabos en la parte baja de su cuerpo, y llevaba una especie de bufanda, sus ojos eran dorados con, el Kanji rango superior.
Era mi amado hermano...
-¿Ya has terminado? Hermanita – Pregunto el hombre.
-Si, solo que me dio algo de lastima no pude evitar sentir misericordia por ese humano.
-Ya te lo he dicho hermanita, que no te relaciones con los humanos son asquerosos y patéticos.
-Si, pero...
-No quiero que te lastimen eso es todo.
-Onii-chan! Ya no soy una niña.
-Por cierto...
-¿Qué sucede?
-¿Piensas adoptar siempre esa apariencia?
-Oh! Es cierto!
Deshice mi apariencia habitual como cortesana, se dejaba ver a una mujer con una larga cabellera blanca y ojos de un color verde claro, vestida con un traje de bikini bastante revelador su figura era envidiable para cualquier otra mujer...
Sobresalía su enorme pecho y su cuerpo bastante desarrollado, llevaba puesto en su mejilla una flor de ciruela, y su cabello amarrado en una cola.
-¿Así esta bien, Onii-chan?
-Hermanita ya te he dicho que debes usar más ropa, no tienes remedio.
-Eh? Tu eres el que menos deberías decir eso, Onii-chan.
-Aunque si te hace feliz vestirte así, no tendré problema solo tapate más tu cuerpo se enfriara más.
-Eres el menos indicado.
-Y dime ¿Qué hiciste con ese cliente?
-Lo guarde en la despensa si quieres puedo dártelo para que lo devores tu, Onii-chan.
-No, esta bien, no hace falta solo avísame si necesitas ayuda los cazadores no deberían sospechar.
-Onii-chan...
-¿Qué sucede? Alguien volvió a molestarte.
-No, no es eso, solo que...
-¿Qué tienes ahora? No me digas que has metido la pata.
-No, solo que...
En solo instante fuimos tele transportados a una dimensión diferente, compuesta por diferentes habitaciones parecían interminables sin fin.
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Fortaleza Dimensional Infinita
En una dimensión completamente diferente se dejaba ver diferentes habitaciones, y puertas, terminamos cayendo al suelo, al caer yo logré amortizar mi caída y mi hermano no cayendo de cabeza.
-Mierda... avisen para la próxima – Dijo el hombre de pelo verde.
-Onii-chan! No seas tan quejón.
-¿Y ahora que nos han llamado a este lugar?
-Oh! Sera que Muzan-sama nos dará una nueva misión especial.
-De cualquier forma si nosotros fuimos llamados, es que bastante obvio que llamaron a los demás.
-Todos esos feos...
-Hermanita por favor cuida tus palabras, ellos son de rangos superiores al nuestro.
-Si lo se.
-Tranquila, nada malo te pasará mientras tengas a tu hermano.
-Onii-chan! ¿Dónde esta Muzan-sama?
-Ahora que lo dices...
Alguien más aparecería era una criatura blanca bastante horrible, con bocas donde debería estar sus ojos, mientras sus ojos en lugar de boca, sobresalía de un Jarrón poseía el Kanji de rango superior....
-Vaya, vaya, vaya si se trata de usted Gyutaro-dono! – Hizo una pausa – Ah! Y también la mocosa malcriada, yo el gran Gyokko hace su aparición – Dijo Gyokko.
-Ah? Que es lo que quieres? No molestes a mi hermana, sino te mataré – Amenazaba Gyutaro.
-Onii-chan! Mata a ese feo!
-Grrrrrrr! Mocosa insolente! Una zorra prostituta como tu no tiene derecho a hablarle así a un ser inigualable como yo.
-Imbécil te lo advertí – Decía Gyutaro.
-Enserio me enfrentaras tu solo? Quiero verte intentar derrotarme...niño.
-Tu...pedazo de basura vas a pagar por lo que le dijiste a mi hermana.
-Gyo Gyo esta bien...
Otra persona nos interrumpió era una sujeto de cabello plateado con ojos color Arco iris, poseía el Kanji rango superior 2, nos sonrió y apoyándose en nuestros hombros...
-Oh! De nuevo están peleando queridos Nakamas, estoy tan feliz que estén bien me destrozaría el corazón si perdiese a un amigo.
-Ah? Eres tu – Dijo la mujer.
-¿Y que te trae por aquí, Douma? – Pregunto Gyutaro.
-Ummm verán... estaba en mi templo y aparecí mágicamente aquí, deberían venir a visitarme algún dia.
-Oh! Douma-dono bienvenido! – Añadió Gyokko.
-Hola que gusto verte Gyokko ¿Es una vasija nueva? Que bonita es, te acuerdas la que me diste la uso para poner la cabeza de una niña en mi habitación.
-Esas no eran para plantar cabezas en ellas, pero admito que me agrada la idea – Dijo Gyokko.
En rápido movimiento tomó del hombro a aquel peli rosa, desde hace tiempo no se llevan bien terminan peleándose.
Casi siempre son problemáticos aunque no me molesta para nada Douma se me hace muy lindo quizás le pida divertirnos, por otro lado Akaza es serio y suele ignorarme al momento de hablarle...
Siento que se hace el difícil ante una bella demonio como yo.
-Hola mujer del Biwa ¿No te gustaría pasar tiempo conmigo?
Ella no respondió quedándose callada, suele ser ignorar constantemente los coqueteos de Douma, ¿Qué se ha creído esa? Se cree la muy linda, no me cae para nada bien...
-Suéltame...
-Uhhh? – Dijo Douma.
-Que me quites tus asquerosas manos de encima – Repitió Akaza.
De un golpe le destrozo completamente la mandíbula dejando salir sangre a chorros, Akaza podía aguantar todo, que su señor lo regañara, o que Daki le coqueteara, incluso los comentarios desagradables de Gyokko.
Pero simplemente no puede soportar ni una palabra que sale de la boca de Douma.
El al instante disfrutaba haber recibido el golpe y se regenera sonriendo maliciosamente lleva su mano a su mentón.
-Oh! Que delicioso Akaza ya eres más fuerte, bueno al menos más que la última vez ¿No lo crees?
-Tu...
-¡Akaza! ¡Akaza! Oye...mírame cuando te hablo – Llamaba Daki.
-¿Y ahora que quieres? Niña.
Me acerque puse mi rostro cerca al suyo y expulse mi aliento en su oído era cálido, espere unos segundos pensando que resultaría...
-Hey! ¿A que vino eso? – Pregunto Akaza sonrojado al 100%.
-¡Ves Onii-chan funciono!
-Ya te dije que no debía demostrarme nada, sabes que confío en ti hermanita – Añadió Gyutaro.
-Eh! ¿Y eso que es, un nuevo juego? – Se preguntaba Douma.
-Uhhhhh? Oye... Douma ¿No querrías que nos divirtiéramos una noche?
-Ummmmh.
-Anda di que si.
-¿Y tu hermano esta de acuerdo con todo eso?
-¡Obviamente no! Hermanita no le pidas eso a nuestros superiores – Regañaba Gyutaro.
-Ves te lo dije, Gyutaro-dono ¿Quieres venir a mi morada?
-Ah? Paso, solo quiero estar al lado de mi hermanita.
-Eh! Pero me siento un poco excluido de toda la conversación.
No muy lejos en unas escaleras se postraba una anciano con un tumor en la cabeza, vestido con un Kimono y poseía el Kanji de rango superior 4.
Si ese era Hantengu no lo soporto es tan cobarde y miedoso, con solo acercarme aunque sea un poco se espanta, sus demás emociones no es tan nada mal, me agradan las de diversión y Odio...
-Que miedo, que miedo, que miedo – Repetía Hantengu aterrado.
Se escucho el sonido de un instrumento ser tocado había sido la mujer del Biwa, todos sentimos una gran presión en nuestros cuerpos, era el, el único quien podía llamar socio a nuestro señor...
-La primer luna creciente fue convocada desde un principio ha estado presente todo el tiempo.
Se dejaba ver en lo más bajos de las habitaciones a un hombre de larga cabellera rojiza vestido con un Kimono morado a cuadros y unos pantalones negros, arrodillado, su presencia ya imponía demasiado tanto que los demás le tenían mucho respeto.
-Si, ya estoy aquí y el amo Muzan también nos acompaña – Decía aquel hombre.
Todos levantamos las miradas en la parte de arriba había un hombre de cabeza haciendo experimentos sin ninguna molestia, sus súbditos solo se postraron.
-Rui fue asesinado... las 12 Lunas Demoníacas ahora están incompletas – Menciono Muzan.
Nos sorprendimos al oírlo al menos yo si me sorprendí escuchaba que la Quinta Menguante era el demonio favorito de mi señor, no se le notaba molesto, ni enojado.
-Que tontería... van pareciendo a los que les deje más características humanas pero eso ya no tiene relevancia – Dijo Muzan.
-¿Otra vez con esas palabras tristes? Disculpe mi señor ¿Ha habido alguna vez que no cumplí sus expectativas? – Preguntaba Douma.
El Progenitor de los Demonios lo miro unos segundos y luego se volteo.
-El clan Ubuyashiki no ha sido aniquilado aún, ¿Y que me dices sobre la flor azul del infierno?
-Yo...seguiré buscándola si hace falta, espero cumplir sus expectativas señor – Dijo Akaza.
Muzan en furia golpea la mesa en la que hacía los experimentos, el que sus Lunas no lo consiguieran por más de cientos de años y estaba lejos de su deseo, su presencia rompía los frascos.
-Porque no han podido hallarla después de cientos de años Imbéciles yo... me estoy empezando a cuestionar porque siguen existiendo ustedes, su incompetencia más dolorosa que su mera existencia.
Todo se rompió quebrándose los frascos dejándose ver a un Rey Demonio furioso, Hantengu solo suplicaba que perdonara su vida y por su parte las demás Lunas solo agacharon las cabezas.
-No tengo nada que Objetar Ubuyashiki es astuto para ocultar su paradero – Decía la Primera Creciente.
-Discúlpenos a mi y a mi hermana mi señor, seguiremos con nuestra misión de erradicar a la cofradía mata demonios – Dijo Gyutaro.
-Onii-chan...
-Yo soy pésimo en investigaciones y rastreos lamento no servir para eso – Se excusaba Douma.
-Ustedes tienen el cerebro de un primate... ¡Amo Muzan ese no es mi caso! Conseguí información que le será de utilidad estoy seguro es reciente...
En un parpadeo su cabeza acabó en la mano del amo Muzan y su mirada reflejaba una absoluta frialdad, sangre caía al ser separada su cabeza del cuerpo de Gyokko.
-Alguna vez les he dicho que lo mucho que detesto el cambio, ya sean cambios físicos o emocionales... lo que busco algo sin cambios, un estado perfecto sin deterioros.
-Ahhh... la mano del amo esta tocando mi cabeza estoy extasiado – Pensaba Gyokko 100% sonrojado.
-No intentes darme información que no ha sido comprobada aún... tu silencio es más sutil.
Se escucho otra vez tocar a la mujer del biwa, la cabeza de Gyokko cayo al suelo, Muzan se limpia la sangre.
-Les aconsejo que ahora luchen como si sus vidas dependieran de ello, parece que los que consentido demasiado son una vergüenza para las Lunas Crecientes...
En solo un instante nuestro señor desapareció, y oímos de nuevo tocar a la mujer del biwa cada uno fuimos transportados a nuestros lugares asignados, me sentí inútil...
Llegamos al distrito rojo y mi hermano noto mi semblante decaído, solo me dio unas caricias en la cabeza y eso me confundió, no era tan cariñoso que digamos no desde que fuimos demonios.
-Onii-chan ¿A que viene eso?
-Hermanita todo estará bien, no tienes porque seguir llorando entraré, si tienes algún problema solo llámame.
-¡No soy una debilucha!
-Nunca dije que lo fueras, solo que no quiero que te lastimen.
-Si...
-Nos vemos luego – Se despedía Gyutaro.
El entró dentro de su hermana y por mi parte volví a mi apariencia de cortesana, alguien llamaba a la puerta de mi habitación era el señor de la cada, había otro cliente...
Fui guiada hacia el, era la misma rutina de siempre capturar y encerrar a los más bellos en mis fajas, y hacerlo aparentar un suicidio, algunas veces devoraba los cuerpos junto a mí hermano mayor.
En otras ocasiones Douma venía a visitarnos casi siempre le coqueteaba, terminaba echándolo sino mi hermano mal pensaría la situación.
Siempre me las arreglaba para no ser descubierta por los detestables humanos, de soló verlos me daban un profundo asco, de soló pensarlo que me tocaran ya me daba ganas de matarlos, era de esperarse nos maltrataron a mi hermano y a mi desde pequeños...
A nadie les importo si pasábamos frío bajo la nieve, o si teníamos hambre, recordé aquella promesa que me hizo Gyutaro que estaríamos juntos y que jamás me abandonaría, por un momento mis ojos se humedecieron.
Eso fue cuando era humana...
Pero ahora soy un demonio así que no tiene importancia...
Sigo la misma rutina asesinado a personas, devorándolas, disfrutaba ver sufrir a los humanos aunque algo en mi me hacía sentir diferente, ¿Compasión? No era eso ¿Amor? Tampoco eso, soy una Oiran distinguida y elegante la más deseada...
Y la más bella de todas...
Espero haya sido de su agrado este One Shot, es la primera vez que hago una historia con un solo capitulo si les ha gustado voten y comenten bueno si es que quieren, ahora si me despido hasta una proxima ocasion :D
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