Capítulo I: Un frágil anhelo
La luz tenue de las velas baila sobre la mesa mientras Collete y Easton comparten una cena tranquila en su acogedor apartamento. El ambiente está impregnado de amor y complicidad mientras conversan sobre sus sueños compartidos de formar una familia.
—Imagino nuestro hogar lleno de risas de niños —dice Collete con una sonrisa.
Easton le devuelve la sonrisa, sus ojos brillando con la misma esperanza.
—Seríamos unos padres increíbles —responde con ternura.
Pero la conversación toma un giro sombrío cuando Collete menciona la próxima cita en la clínica de fertilidad. La tensión se cuela en la habitación mientras enfrentan la posibilidad de que su sueño de tener hijos juntos pueda desvanecerse.
—¿Y si no funciona? —pregunta Collete con voz temblorosa— Lo hemos estado intentando desde hace un tiempo. Tengo miedo de que nuestro sueño no se haga realidad. Yo quiero ser una madre.
Easton suspira, su expresión reflejando la misma ansiedad que siente en su interior.
—Lo importante es que estamos juntos, pase lo que pase —responde, tratando de infundir algo de esperanza en la situación.
Pero la realidad de la situación pesa sobre ellos como una losa, dejando un vacío doloroso en sus corazones. La cena termina en silencio mientras cada uno se sumerge en sus propios pensamientos, preguntándose qué les deparará el futuro.
Más tarde, mientras se preparan para irse a la cama, Collete se detiene en la puerta y mira a Easton con ojos llenos de lágrimas.
—Te amo —murmura, sabiendo que las palabras nunca serán suficientes para expresar la profundidad de su amor y su miedo a perderlo todo.
Easton la abraza con fuerza, prometiendo estar siempre a su lado, pase lo que pase. Pero en el fondo de sus corazones, ambos saben que enfrentan una prueba que pondrá a prueba incluso el amor más fuerte.
...
Collete se aferra a la mano de Easton mientras esperan en la sala de espera de la clínica de fertilidad. El ambiente es tenso, con el zumbido distante de conversaciones y el crujido de revistas viejas que nadie lee. El tiempo parece detenerse mientras esperan el llamado que cambiará sus vidas para siempre.
Finalmente, el doctor los llama a su consulta. La expresión en su rostro es seria, y Collete siente un nudo en el estómago mientras se sienta junto a Easton frente al médico.
—Lo siento —comienza el médico con voz suave pero firme— Los resultados de las pruebas han confirmado que concebir de forma natural no es una opción para ustedes. Quisiera recomendarles un método o posible solución.
Collete siente como si el mundo se detuviera. Sus ojos se llenan de lágrimas mientras mira a Easton, cuya expresión refleja el mismo dolor y desesperación que siente en su interior.
—¿Qué significa eso? —pregunta Easton, luchando por mantener la compostura.
El médico explica los detalles técnicos, pero las palabras se desvanecen en el aire. Collete apenas puede procesar la realidad abrumadora de lo que acaban de escuchar. El sueño de tener hijos juntos se desmorona ante sus ojos, dejando un vacío doloroso en su interior.
Salen de la clínica en un silencio pesado, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Collete se siente abrumada por la tristeza y la desesperación. Easton no es capaz de formular tan solo una oración, así que ambos deciden volver a casa.
Varias horas después…
La habitación está sumida en un silencio incómodo mientras ambos se enfrentan a la realidad de su situación. El aire está cargado de tensión mientras discuten acaloradamente sobre el costo financiero de los tratamientos de fertilización in vitro.
—Simplemente no podemos permitirnos gastar tanto dinero —dice Easton, su voz cargada de frustración.
Collete se siente herida por sus palabras, como si estuviera siendo culpada por algo que está fuera de su control.
—Lo sé, pero ¿qué otra opción tenemos? —responde con voz temblorosa.
La discusión se intensifica a medida que ambos expresan sus miedos y preocupaciones. Easton se siente abrumado por la presión de proveer para su familia, mientras que Collete lucha con la culpa de no poder concebir naturalmente.
Finalmente, la tensión se vuelve demasiado para soportar y Collete se retira a la habitación, sintiéndose sola y desamparada. Las lágrimas caen por sus mejillas mientras se pregunta cómo han llegado a este punto, al borde de la ruina emocional y financiera.
Mientras tanto, Easton se queda solo en la sala de estar, abrumado por el peso de sus propias palabras. Se pregunta si ha sido demasiado duro con Collete, si ha dejado que el estrés financiero afecte su relación de una manera irreparable.
El silencio se cierne sobre ellos como un muro impenetrable, separándolos incluso cuando más necesitan estar unidos. Y en el fondo de sus corazones, ambos se preguntan si alguna vez podrán encontrar una manera de superar esta prueba y reconstruir lo que una vez tuvieron.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top