Prólogo

• Argentina ~ Córdoba •

— Umm, aún me queda tiempo para otro partido.

Me encontraba en un sofá jugando videojuegos, estaba cambiado con uniforme de preparatoria.

• Media hora después •

— ¡Andate a cagar! — tiro el mando al sofá. — Con diez en el arco el chupa pija... ¿qué hora es? — miro mí reloj. — ¡La puta madre llego tarde! — me pongo mí chaqueta y mí mochila, saliendo de mí casa a toda velocidad.

Corrí lo más rápido que pude a mí colegio, sin percatarme lo que sucedía a mí alrededor. Ya había cruzado varias veces la pista sin que pase nada, pero una vez iba corriendo tan rápido que no me percaté de que un carro estaba pasando.

— ¿Ah? — escuché un claxon y volteé a ver. — ¡Aaaa- el auto derrapa para voltearse pero es muy tarde... y me atropella.

• ??? •

Ahh... mí cabeza... ¿qué?, ¿dónde estoy? — volteo a los lados pero solo veo un blanco impoluto. — ¿Estoy en el hospital?... ¿hola? — digo en voz alta.

¿?: Muy bien, elige un destino.

— ¿Ah?, ¿quién anda ahí?

Escucho como si alguien frente a mí me hablara, pero no logro ver nada.

¿?: Llámame Famber.

— ¿Eh?... otra vez... ¿de dónde me hablás?

¿?: Escucha, niño, tú acabas de morir y tienes muchísima suerte.

— ... ¿Qué?... ¡¿cómo voy a estar muerto si sigo conciente?!, ¿y si estuviera muerto cómo eso sería tener suerte, pelotudo?! — grito ya enfadado por esta situación.

¿?: Jajajaja, eres gracioso, chico, pero no, si estás muerto; mira...

De la nada algo empieza a brillar de forma espectacular, podría jugar que era más brillante que el sol, me tape mis ojos con mí brazo, pero a pesar de mirar esa luz durante unos segundos no me pasó nada, me quedé extrañado. Alzo mí ojo para ver que pasaba, cuando por fin lo logro ver, era... algo... algo muy extraño... entre toda la blancura, frente a mí se encontraba una blancura aún más grande, y tenía una forma humanoide.

— ¡¿Qué mierda?!

¿?: Te lo he dicho, chico, llámame Famber.

— ¡Qué nombre más pelotudo! — estoy tan confuso que solo atino a insultar.

Famber: Hey, más respeto con la autoridad.

— ... Esto no tiene sentido... ¿si he muerto, por qué aún me veo?... ¡¿iré al infierno?!, ¡no por favor, todo menos eso! — mis ojos se tornan llorosos.

Famber: Naturalmente hubieras ido al cielo, tu memoria sería borrada y reencarnarias en un bebé. Pero esto es un caso especial.

— ¿Un caso especial?... ¿por qué?, ¿acaso... eres Dios? — lo miro con algo de miedo.

Famber: Algo así, podría decirse que soy su mano derecha... Suficiente de palabrería, vamos al grano.

— B-bien.... — lo miro nervioso, esperando lo que diga.

Famber: Aunque no lo creas, soy muy generoso. Hace tiempo decidimos que cada 100,000,000 personas muertas, la última será premiada con renacer con sus recuerdos, pero era algo riesgoso, podrías renacer y contarle a todos tu anterior vida, y al buscar pruebas verían que tienes razón. Por lo cual decidimos que las personas renacerán en cualquier lugar que ellos decidan, menos la vida real.

Todo esto era como un balde de agua fría, muy fría. ¿Podía ir a cualquier lugar que quisiera?... Volví a creer que esto se trataba de una broma, y me enoje de que en verdad fuera así, de ser así les habría salido muy bien.

— P-prueba que esto es real y no una broma. — traté de decir con autoridad, pero mi voz me traicionó.

Famber: ¿Eres persistente, eh?, los humanos hoy en día podrían ver a Dios en la tierra destruyendo edificios con sus dedos y creerían que es un terrorista que había dejado bombas en esos lugares. Mira.

De pronto todo se rompe, el blanco pasa a ser negro, y mí cabeza empieza a doler enormemente. Me pongo de rodillas y me agarro la cabeza con mis dos manos por el dolor.

— ¡Agghh!, ¡duele como la mierda!, ¡paráááá!

Todos mis recuerdos empiezan a pasar por mí cabeza, desde mí cumpleaños 6 hasta el día de mí muerte, eran todos los recuerdos de los cuales tenía memoria y más.

— ¡Por favor para!... — empiezo a llorar por el dolor.

Famber: Está bien.

Todo acaba, el dolor se va y parece que nunca hubiera pasado nada.

Famber: Lo siento, me empezaba a molestar que no me creyeras, ¿qué dices ahora?

— S-si... definitivamente te creo... — transpiro aún con lágrimas en mis ojos.

Famber: Bien, entonces, ¿en dónde reencarnarás?, ¿y en quién?

- Yo... ah...ah... — sigo transpirando. — algún lugar con peleas y minas bonitas... ¡ya sé!, El Webtoon que acabo de leer. Q-quiero reencarnar en el Webtoon Unordinary, en el personaje de John.

Famber: No se diga más.

De la nada un portal morado con negro aparece detrás mío, absorbiendome como un imán.

— ¡Pará pelotudo!, ¡no te he dicho la edad con la que voy a reencarnar!. — digo mientras soy absorbido.

Famber: Muy tarde.

El portal empieza a cerrarse mientras estoy en su interior.

— ¡Ahhhh! — grito con mucho eco.

• ??? •

— ¡Ahhhh!.

¿?: ¡John!, ¿qué te pasa?

— ¿Eh? — miro frente a mí, viento a una chica de cabello verde.

Claire: John, ¿estás bien? — me mira preocupada.

— Ehh, ¿J-John?... Ooh si, estoy bien...

Claire: Ummm, está bien... entonces, John,¿puedes disculparte por haberme gritado antes?

— Ahh... O-oh si... ¿lo siento?

Claire: ... John, ¿estás seguro que estás bien?

— Ehh... n-no me siento muy bien, necesito descansar un poco...

Claire: Oh, si quieres puedo quedarme contigo y-

— ¡No! — le cierro la puerta en la cara. — ... Quizás no debí hacer eso... a quién le importa... — volteo y no conozco nada de lo que estoy viendo. — Tengo muchas cosas que asimilar...

Buenooo, ¿que les parece esta nueva historia?, denme sugerencias. Sé que es algo forzado pero es mejor que decir "reencarno y punto" xd. Se despide Famber.

06/10/22: Edité un poco el capítulo porque solo con verlo me daba sida visual. Solo cambié los diálogos del prota para que use más jergas, y puse la rayita ancha porque queda más piola. Tal vez haga lo mismo con los próximos capitulos... pero solo tal vez.

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