Capitulo 8
Inazuma Eleven no es de mi propiedad, el anime pertenece a LEVEL-5.
__Capitulo 8__
El partido contra el equipo Brain había comenzado. El juego se realizaba en un estadio cerrado y algo oscuro. Solo se encontraban los jugadores de ambos equipos, nadie más, ni siquiera los aficionados. Unas luces verdes, que colgaban del techo, parpadearon a la ves que unas rojas, volvieron a prenderse esta ves con las verdes con un poco menos de fuerza, y las rojas desprendiendo una luz mayor.
Los jugadores de uniforme gris mantenían sus ojos ocultos tras una especie de gafa compuesta por solo cristal alrededor de sus caras. Estas eran amarradas por sus orejas, y unos cables iban desde sus nucas hasta los extremos de sus cabezas.
Una nueva jugada de Raimon. Esta comenzaba a mitad del terreno de juego. Nathan pateo el balón, colgándolo en un buen punto para que Axel pudiera realizar su técnica. Aun que Axel ya se preparaba para rematar el portero contrario ni se inmuto, solo se quedo pendiente de las imágenes que le mostraba la pantalla de sus gafas. Eran los datos delantero. Cuanta fuerza iba a ejercer con cada pierna, cual era la más probable con la que rematará, probabilidades de que fuera un tiro normal o súper técnica, e incluso estadísticas de partidos anteriores. Axel chuto con su Tornado De Fuego. Tal y como demostró las estadísticas. Thomas, el portero, aun sin inmutarse reacción de inmediato realizando su técnica más "floja" Campo De Fuerza Defensivo. Y como ya dijeron sus gafas, lo detuvo sin el mínimo problema.
Las luces verdes del techo cambiaron de tono, ahora eran azules. Francis recibió el esférico, y pocos segundos de revivirlo Timmy estaba delante de él bloqueando le el paso. El chico de cabello morado se quedo mirando al más bajo, aun que en realidad miraba la información que le mostraba sus gafas. Eran las estadísticas de ese jugador. Timmy hizo un amago de ir a bloquearle por la derecha, pero fue inútil, los datos le mostraron que aria eso. Francis fue a la izquierda, dejando a Timmy sorprendido, casi sin tiempo de reacción fue a ese lado, pero antes de que pudiera darse cuenta Francis había cambiado de dirección y evitándolo.
Las luces volvieron a cambiar, ahora las rojas eran verdes. Max presionaba a Tyron, pero antes de que pudiera hacer nada paso a Neil, su mejor delantero. Este gracias a sus gafas consiguió analizar el momento justo para realizar un disparo. Era un chut normal, con una fuerza decente. Este pasó por debajo de las piernas de todos los defensas que fueron a cerrar su visión. Que el esférico pasara por ese lado dejo asombrado a Mark, y que los cuerpos de sus compañeros no le permitiera ver nada, hizo que le fuera imposible llegar a tiempo para detener el inminente gol.
El marcador cambió digital mente, mostrando una ventaja de cuatro goles para el Bain. Las luces de colores se apagaron, y la luz normal llenó ese lugar.
―"El partido a terminado. Por favor guarden los datos de la simulación". ―Esa voz rebotica resonó por todo el lugar. ―"El partido a terminado. Por favor guarden los datos de la simulación"
Los jugadores de Raimon habían quedados congelados, y con su figura algo borrosa. Incluso uno de los jugadores del Brain pudo atravesar su cuerpo. Bueno, eran solo un holograma, en verdad atravesó la nada.
Los jugadores se colocaron en fila al lado de la linea de banda, la que se encontraba enfrente del parco. Lugar donde un hombre de larga cabellera, ocultaba sus ojos por unas gafas similares a la de los jugadores, solo que las suyas no estaban conectada a ningunos claves, y no tenía un cristal, sino un circulo compuesto por partes mecánicas. Delante de él había un ordenador portátil, en el se veía los datos de la simulación del partido, en el centro se podía ver claramente un ventana en la que ponía la probabilidad de victoria la cual no llegaba al 100% , por un 0,1%. De todos modos, un gran resultado. Junto a ese hombre se encontraba otro, uno que vestía de morado y ocultaba sus ojos tras unas gafas de cristales oscuro. Junto a ese hombre el ultimo ser vivo presente. Jude Sharp, capitán de la Royal Academy, y "mano derecha" del comandante : Ray Dark.
―Jijiji. ¿No le a parecido magnifico, comandante? Estos son el orgullo de nuestra escuela, los guerreros del fútbol dirigidos por ordenador. ―Comentaba el hombre de menor estatura con orgullo y cierto tono de arrogancia.
―Es cierto. ―Contestó con su voz profunda y seria. ―No a estado nada mal. Aun que solo se hallan enfrentado a un programa.
―¿Acaso no ha reunido a la perfección todos los datos del equipo rival? Nuestro futbolistas cyborg serán capaces de conseguir la victoria contra estos rivales en un partido de verdad.
―¿Cómo una victoria? Derrotar al instituto Raimon no es un partido de fútbol. Es aplastar a unos insectos.
―Ah, si cierto. Discúlpeme. Claro, sera como limpiar los restos de una goma de borrar. Porque, aun que nos enfrentásemos al famoso Axel Blaze....
Los adultos siguieron hablando, pero Jude dejo de escuchar hace rato. Él solo pensaba en si era verdad que con unos simples datos serían capaces de ganar a un equipo tan "ESTÚPIDO" como es el Raimon.
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Nueva mente el equipo de fútbol del instituto Raimon se encuentra entrenando en la cancha de la rivera. Mark desde la portería guiaba a sus compañeros, les aconsejaba por donde debían presionar, o simplemente les animaba a seguir así. Las dos gerentes habituales se encontraban en la banca, Celia grababa el entrenamiento, mientras que Silvia era incapaz de apartar la vista de los jugadores, lo estaban haciendo tan bien.
―Es genial. El equipo cada ves mejora más.
―Si a este paso puede que consigamos otra victoria. ―Comentó a legre Silvia.
Sam comenzó a presionar a Ren, quien tenía el balón. El más bajo acelero un poco y freno de repente, dejando a Sam sorprendido y unos pasos por delante de él. Se apoyo sobre su píe izquierdo dando media vuelta, quedando en el punto justo para dar un pase a Kevin, quien estaba solo.
―Ren tiene un gran control de balón. ―Comentó Celia mientras miraba tras la pantalla de la cámara.
En el momento que chuto perdió el equilibrio, cayendo al suelo y dando un mal pase, cosa que hizo enfadar a Kevin. ¿Donde tenía la cabeza?
―A un que no tiene equilibrio. ―Añadió Silvia con una sonrisa nerviosa.
Aun en el suelo Ren miraba como acababa la jugada. Max agarró el balón y le pudo pasar antes de que llegara Nathan. El de cabello rosa se abalanzaba a la portería dispuesto a marcar, en un buena distancia se preparó para rematar. Mark se colocó en posición, echo para a tras su brazo, y lo lanzó hacía delante con fuerza mientras una llamas salían de su puño, realizando el Despeje De Fuego. El balón fue despejado, pero nadie fue a recogerlo. El ruido proveniente del puente llamó la atención de los jugadores, asiendo que todos miraran ese punto asombrados y extrañados.
―Esto no me gusta... ―Susurró desde el suelo Ren. No esperaba que nadie lo oyera pero alguien sí que lo hizo.
―¿Eso crees?
Su mirada castaña quedo clavada en el chico de cabello verde grisáceo. Este le tendía la mano con una sonrisa. Le devolvió la sonrisa y asesto su ayuda para levantarse. Ambos estaban en la misma clase, y como los dos eran novatos en Raimon, tanto en el equipo como en el instituto por algún extraño motivo comenzaron a juntarse para los entrenamientos y en los recreos, por lo que se llevan bastante bien.
―¿No os parece que cada ves ahí más gente siguiéndonos desde el puente? ―
―Pues es verdad Steve... ―"Susurro" Tod.
Mark confundido porque sus compañeros no continuaran entrenando se acerco para saber que pasaba.
―¿Pero que hacéis? No os paréis.
―No me digáis que ya por fin tenemos...
―¿Tenemos que? ―Preguntó confundido Mark.
―Nuestros propios hinchas. ―Contesto Nathan con tranquilidad.
Esa revelación fue demasiado repentina para el capitán. Este se puso tan nervioso que casi pierde el balón que tenía en las manos, incluso le costo volver agarrarlo. Todos estaban felices y entusiasmados. Eran sus hinchas, alguien creía en ellos e iría animarles en los partidos. La felicidad era notaría en los jugadores, o al menos en la mayoría. Jack estaba tan nervioso de tener que seguir practicando delante de sus aficionados que quería ir al baño. Desde la carretera al lado de la cancha, Nelly se encontraba sentada en su limusina, observaba sería a las personas del puente, esto no podía acabar bien si seguían ahí.
―¡Venga chicos a entrenar! ―Comentaba lleno de energía el capitán. ―Tenemos que dominar nuestras técnicas definitivas.
―¡Si! ―Contestaron la mayoría a unisono.
Y abrían comenzado a entrenar sino fuera por el pequeño detalle de que un coche entro en la cancha. Todos miraron sorprendidos el vehículo, era el de Nelly, por qué a decidido entrar en el campo con él. La sorpresa de Mark cambio a enfado una ves escucho las palabras de la chica. "Prohibido entrenar las súper técnicas."
―Pero que tonterías estas diciendo. Sino utilizamos la Súper técnicas, nunca podremos ganar el torneo de fútbol.
―¿¡Es que no veis toda esa gente!? ―Protesto enfadada.
―HA, te refieres a nuestro hinchas. ―Con esas palabras el enfado de Mark cambio a una enorme felicidad.
―Esa gente no son hinchas. ―Aclaro Axel una ves estuvo al lado de del capitán. ―Son espías de los equipos de fútbol. Están tomando todos los datos que pueden de nuestro equipo.
A todos se le cambio la cara. Sus apreciados hinchas, en verdad eran espías. Menuda traición.
―Cuando un equipo desconocido gana a la famosa Royal Academy, y después consigue una racha de victorias contra equipos muy conocido, es normal que pase esto. ―Aclaro Natsumi, haciendo que todos se dieran cuenta de su error.
―¡Pues claro! Si entrenamos las técnicas delante de los espías de nuestros rivales, es como si le estuviéramos enseñado las cartas que tenemos.
Unas nuevas palabras de parte de Celia, que hicieron volver a la Tierra a los jugadores.
―Precisamente, por eso mismo os lo prohíbo.
―Si, sería un desastre que pudieran estudiar nuestras técnicas.
―¡Pero Axel! ¿Cómo vamos a entrenar sin técnicas? ―Protesto el portero.
―El fútbol es algo más que usar técnicas definitivas. Están los pases, el fuera de juego, los lanzamientos. Hay un montón de cosas que entrenar. ―Intento animar al portero, pero solo sirvió para darle un idea.
―¡Por eso mismo! Tenemos que entrenar las súper técnicas en un lugar donde no puedan vernos nadie.
No mantuvieron por mucho más tiempo la conversación, y una ves la limusina de Nelly fue sacada de la cancha volvió a comenzar el entrenamiento. Pero como era normal, Ren tuvo que marcharse antes.
―¿Ese torpe de que va? ―Preguntó Kevin molesto.
Ninguno quiso contestarle, no por temor a su expresión, que podía tener un poco de culpa. Pero en verdad era porque no lo sabían. Cuando comenzaba a sonar su móvil salía de la cancha y se acercaba a su bolsa para agarrarla, se despedía de todos y se marchaba. Ya les contó que tenía que hacer cosas. ¿Pero que era tan importante como para saltarse los entrenamientos día tras día?
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―Estúpido castigo. ―Dijo con enfado al espejo al tiempo que se quitaba la lentilla del ojo derecho.
Se encontraba en casa, sola con sus mascotas. Cerro el pequeño bote, lugar donde guardaba las lentillas junto a un liquido. Ahora solo le queda quitarse la peluca y volvería hacer Rosenthal, la chica que pierde el tiempo en la calle sin hacer nada, y que tiene totalmente prohibido jugar al fútbol. El sonido de la puerta siendo golpeado por algo llamó su atención. Era Dabo que a entrar en el cuarto de baño golpeo la puerta con una parte de la correa, la cual sobre salia de su boca.
―Un poco de paciencia, Dabo. ―Dijo al tiempo que comenzaba a quitar las horquillas que amaraban su cabello a la peluca.
Una ves liberada apartó la peluca junto a una redecilla que dejó apelmazado su cabello. Comenzó a sacudir su cabeza, haciendo que volviera a tener algo de volumen, pero no había vuelto a tomar el mismo peinado de siempre. Salio del baño acompañada por el cánido hasta su habitación. Una ves dentro abrió las puertas del armario, sacando de el un objeto, el cual se utiliza para apoyar las pelucas. Colocó en su lugar la peluca y la escondió tras un montón de ropa, y junto a esta la caja de las lentillas. Cerró las puertas y se dejo caer en la cama con la cara hundida en la almohada. No podía parar de pensar en sus compañeros, no tenía otra opción, pero aun así se sentía fatal. Faltaba a los entrenamiento y encima solo les decía: "tengo cosas que hacer".Como sí entrenar con ellos no fuera importante.
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Era la hora del entrenamiento, y aun que sabía que todos estarían comenzando a calentar en la cancha del río ella no fue. Se encontraba en el despacho de la junta directiva, miraba por la ventana pensando en las palabras de ayer del capitán. "Tenemos que entrenar las súper técnicas en un lugar donde no puedan vernos nadie." ¿De donde iba a sacar un lugar así? Eso no aparece de la nada. En ese momento la puerta se abrió dejando ver al presidente de la junta tras una enorme caja llena de papeles y carpetas.
―Ho, Nelly no sabía estabas aquí.
―Papá.
―Por favor llamame: Presidente de la junta escolar. Recuerda que no estamos en casa.
Nelly miró sorprendida a su pa... al presidente de la junta escolar. No era normal que apareciera por el instituto. El motivo de su presencia era sencilla, la junta había decidido hacer reformas en el centro, por lo que tendría que estudiar los planos para saber que había y que no, o mejor dicho: que podían reformar y que no. Nelly vio la oportunidad perfecta para investigar de un lugar donde los chico pudieran entrenar sin ser vistos por nadie, por lo que se ofreció ayudar.
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Cada ves parecía que había mas personas en el puente. Desde abajo los jugadores lamentaban el no poder practicar las súper técnicas. Mark intentaba animar a sus compañeros con las palabras que le dijo ayer Axel: "El fútbol es algo más que técnicas definitivas" Pero la cara que puso, y que ejerciera mucha más fuerza sobre la espalda de Jack, al cual ayudaba a calentar, demostró que el también estaba molesto por no poder practicar las súper técnicas.
―¡Mark no aprietes tanto! Que eso duele
―Ah, lo siento Jack, perdona.
Los chicos decidieron dejar el tema a parte y comenzar con el entrenamiento. Pero antes de poder comenzar el sonido del motor de dos camiones llamó su atención. Y más lo hicieron una ves se detuvieron al lado del terreno de juego y abrieron sus compuertas. De dentro apareció un enorme ordenador que esta unida a otros aparatos, y en la parte superior un radar, aun que Tod lo confundió con una antena de televisión. Raimon miraba incrédulo a los camines ¿enserio habían llegado a tanto?
―¿Y quienes son esos dos? ―Preguntó intrigado Mark.
―Son jugadores de nuestro próximo rival. ―Aclaro Celia al lado del otro. ―Pertenece al equipo de fútbol del instituto Brain.
Sin hablar mucho más la menor de las gerentes le mostró su portátil, lugar donde había creado una bese de datos de todos sus futuros o posibles contrincantes. Las personas de dentro del punto de control del camión era Neil y Thomas, dos jugadores muy importante en el equipo rival de su próximo partido. Uno, su mejor delantero, y el otro portero y capitán, al cual no le han marcado ni un solo gol desde que esta en ese puesto.
―Y han venido a espiarnos en persona. ―Comentó con molestia Kevin. ―Que mal royo me dan.
―Hagamos como si no estuvieran. Venga a practicar el tiros. ―Ordeno Goenji antes de echar a correr a la portería.
Neil y Thomas observaban al equipo en silencio, recordaban las palabras de Jude la noche anterior, las palabras que le hicieron ir a buscar información en persona. Aun que él mismo había visto como destrozaban a Raimon en la simulación seguía insistiendo en que les faltaba el dato más importante de todos. Esa noche se encontraba de buen humor, por lo que le dio ese dato: El equipo entero son unos ESTUPIDOS, y el que más su portero y capitán: Mark Evans. Esa información era "imposible" de entender. Solo había una forma de hacerlo: Verlo con sus propios ojos.
La practica había comenzado y aun que intentaban ignorar a los del equipo Brain, a Ren le era imposible. Debería de estar concentrado en la practica, pero el echo de que esos sujetos se tomen tantas molestias para investigarlos le ponía nervioso. Era imposible que encontrara información de él, no solo por ser Ren Fire para ellos, sino que solo participo en el Torneo Fútbol Frontier cuando estaba en España, y en Japón solo participo en unos pocos cuando era pequeño, pero de eso hace muchos años. ¿Y sí habían atado coincidencias? ¿Y sí sabían que él no era Ren? Colocó su pulgar sobre su labio inferior y mordió la uña, necesitaba pensar en algo, e inconscientemente adoptaba esa postura siempre que quería tramar una estrategia. Aun que era pocas veces, ya que las ideas le iban apareciendo según iba actuando.
―¡Muy bien Nathan! Adelante Ren. ―Anuncio Mark feliz, pero a notar que el nombrado estaba de espalda se preocupo. ―Ren...
―¡Vuelve a la Tierra! Concentrate ―Protesto Kevin enfadado.
El nombrado volteo sorprendido, pero a ver las caras de sus compañeros no pudo evitar sentirse mal. Debía irse en poco tiempo y encima no estaba concentrado en el entrenamiento. A este ritmo solo le conocerán como: el chico de los malabares con el balón.
―Ah, lo-lo siento... ―Dijo apenado y algo nervioso. Su malestar cambio de repente a nervios, le da igual ser el centro de todas las miradas, siempre que no se de cuenta de ello, sino acaba bloqueándose.
―A... no, tranquilo. ¡Venga es tu turno! ―Dijo animado al tiempo que se preparaba.
Suspiro al tiempo que se acercaba al punto donde todos habían disparado antes. Según lo hacía no podía parar de sentirse nerviosos, seguía notando sus miradas. Pero no solo eso, también se sentía mal. Ahora todos creían que no se tomaba enserio al equipo, que era un estúpido que le gustaba el fútbol y que no... al tiempo que pisaba el balón abrió los ojos de golpe. ¡Eso era! Dio un paso atrás mientras alejaba de su cuello el pañuelo negro que siembre usaba para jugar. Dio un paso al frente y pateo con fuerza, el esférico iba alto, puede que se dirigiera a la escuadra, pero nada de eso, paso de largo.
―¡Lo siento! ¡Voy a por el balón! ―Dijo nervioso mientras salía corriendo a por el balón. ―Pues... a hacer el cafre. ―Pensó antes de agarrar el balón.
―Más te vale poner más atención en el entrenamiento. ―Protesto Kevin parecía que en cualquier mataría a Ren.
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El presidente de la junta y Nelly ya tenían una gran parte de todo el papeleo ordenador, y pensaban en hacer un descaso. Lo cual era buena idea. Nelly propuso de hace un poco de té después de acabar con lo que te estaba mirando. Pero cierto plano llamó su atención.
―Papá, ven un momento
El hombre con gafas la miró por unos segundos confundido, pero enseguida se acerco para saber que era. Nelly inclino la pantalla del portátil para que su padre pudiera ver perfectamente a que se refería. Era un edificio que se encontraba tras el bloque centrar del, instituto. Y según este tenía cinco plantas subterráneas.
―Valla, valla. Pero si es...
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Era tarde, pensado que mañana tendría que levantarse temprano para ir al instituto, si que lo era. Pero aun así seguía despierta. Bajo las escaleras de casa en puntilla, intentando hacer el menor ruido posible, aun que ella estuviera despierta no es que todos los residente de esa casa lo estuvieran, y tampoco le apetecía levantar a cierta persona. Con la única luz presente en el salón siendo la que se colaba por la ventana de la calle, se adentró en el. Se acerco a la pared y puso su mono en ella, guiándose por el tacto llego hasta la puerta del despacho de su madre, de la cual, por las rendijas se veía una leve luz. Trago saliva, cogió aire y lo soltó poco a poco. Pensaba que no llegaría ese día, bueno, seguro que iba a llegar, pero pensaba que sería más tarde. Pero la situación lo requería. Se armo de valor y llamo a la puerta.
―¿Adelante? ―Preguntó confundida una voz desde dentro.
Ya no hay marcha a tras. Abrió la puerta y entró despacio, sonrió de un modo forzado al tiempo que se echaba sobre la puerta ya cerrada. La habitación era espaciosa, estanterías llenas de libros era lo que más había en ese lugar. Una mesa frente a la puerta, en ella había un ordenador, tras la mesa una silla donde estaba sentada la adulta, la cual tecleaba algo sin apartar la mirada de la pantalla. La habitación era iluminada por una leve luz proveniente de una lamparita de la mesa. Andrea dejo de teclear y miró a su hija, apoyo los codos en la mesa y entrelazo sus dedos, para apoyar allí su barbillas. Rosen abrió la boca pero antes de que dijera nada la mujer hablo.
―NO.
―¡Pero si no sabes que es! ―Protestó indignada.
―Siempre que vienes a mi despacho cuando tu padre se a acostado es para lo mismo: pedir permiso para no ir mañana a clase. No has echo ruido, ni has encendido la luz, por lo que no quieres que tu padre se entere. Porque sabes que no quiere que faltes ni un día a clase. Son pruebas evidentes. ―Sentenció con seriedad y cierto tono de orgullo, al mismo tiempo se inclinaba sobre el respaldo de la sillas.
Rosen comenzó a reír aun más nerviosa mientras rascaba su mejilla derecha. Ahora que se ponía a recordar tenía razón. Pero no sabía que iba hacer peor. Decirle que se había equivocado o a lo que venia. Daba igual, tenían que hacer ese trato.
―Esto... mamá... no es eso.... ―Comentaba despacio mientras miraba a otro lado.
―¿Cómo? ―Volvió a colocar se recta y volviendo a la pose de antes. Se notaba algo enfadada.
―Haber, dejemos el juego de: abogada, acusada. Y comencemos con uno de guerra―Dijo con pereza al tiempo que se acercaba en la mesa y se sentaba en un de las sillas de enfrente. ―Esto es serio. Es una conspiración contra el general de esta casa.
―Osea, yo.
―No el que se cree general.
La mujer soltó una leve risa al tiempo que se volvía a inclinar. Hizo un movimiento de la mano para que supiera que podía seguir hablando.
―No puedo contarte todo el plan, pero... necesito que saques a pasear a Dabo en mi lugar. ―En ese momento la mujer volvió a ponerse recta mostrando un enorme enfado en su cara, pero antes de que pudiera decir nada Rosen comenzó hablar.― ¡Solo en la tarde! Necesito volver más tarde a casa. Y si tengo que sacar a Dabo no me da tiempo.
―Vuelves, sacas a Dabo y te vas. Solucionado. Dabo es tu responsabilidad, solo te pedimos que tú lo cuidaras.
―Y lo voy hacer.
―No se nota.
Rosen dejo caer su cabeza sobre el escritorio. Esto no iba bien. Sería los ojos por unos segundo para pensar que sería lo siguiente. Pensó en dejar las cosas así. Pero el recuerdo de ese chico de cabello rosa imitando la técnica de Axel, y el portero de cabello puntiagudo deteniendo el tiro de Axel, llegó a su mente, recordando porque estaba allí. No sabía como llegaron a jugar ese duele, pero eso no importaba, lo importante es que podían imitar sus técnicas. Tenía que entrenar con los demás, tenía que prepararse para el juego. Levantó la mirada y miró a los ojos a su madre. Andrea se sorprendió por ver esa seriedad y decisión en los ojos de su pequeña.
―Sí no fuera la única opción para... lograr mi objetivo no te pediría ayuda. Me encanta sacar a pasear a Dabo. Por culpa de tu marido es el único deporte que puedo hacer. ―Mintió, pero aun seguía resentida por lo del balón y botas.
―Eso ultimo podría rebatirlo. Pero sigue.
―Ya te lo e dicho. Necesito que saques a pasear a Dabo en la tarde. Solo hasta que haga sus necesidades. Yo cuando vuelva le daré el paseo largo. ¿Trato? ―Dijo sería mientras extendía la mano, dejándola en mitad de las dos.
―Um... cuéntame cual es ese objetivo.
―No puedo decírtelo directamente. Pero podrías sacar tus conclusiones si lo ves.
―Bien, muestramelo.
―No puedo ahora, pero si sacas a pasear a Dabo podrás verlo. Es cerca del instituto, en el puente que tiene los relámpagos.
―Con esa información podría ir aun que no saque a Dabo. ―Se esperaba una respuesta con tartamudeo, pero fue sorprendida por la seriedad y claridad de su voz.
―Sí no eres tu quien saque a Dabo en la tarde nunca podrás verlo. Ya que yo no podré estar en ese lugar.
Sonrió de medio lado y estrecho la mano con su hija. Esta soltó un suspiro de alivio y dejo caer su cuerpo sobre la madera a notar el tacto. Lo había logrado.
―Espero que valga la pena.
―Lo valdrá, ya lo veras.
Andrea volvió a sorprenderse, volver a ver esa sonrisa infantil y llena de energía proveniente de su hija le hizo sentir muy feliz. Sea lo que sea, ese objetivo, seguro que es muy importantes para ella. Para hacer que vuelva a sonreír de ese modo tenía que serlo.
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―Todos los equipos que se han enfrentado al equipo Brain hasta el momento, dicen que juega un fútbol frío, preciso y sin errores. ―Leyó Celia de su base de datos.
Mark, Nathan, Kevin, y Axel se encontraban junto a la gerente dentro de la sede. Estos cuatros querían saber más sobre su adversario por lo que fueron a la sede junto a Celia para leer de su base de datos.
―Cero, cero, cero ,cero. ¿No les han metido ni un solo gol? ―Preguntó extrañado el portero.
―No, de echo no le han marcado ni un solo gol desde que ese Thomas Feldt ocupo el puesto de portero.
―Bien, en ese caso ya tenemos algo más para animarnos. ¡Vamos a ganarles! ―Gritó animado el capitán.
―No me parece que sea un motivo para animarnos.
―Sí han sido capaces de imitar el Tornado De Fuego, no me extraña que hayan sido capaces de detenerlo. ―Dijo Kevin
―Al final decían la verdad cuando dijeron que tenían todos los datos del equipo.
Ellos cuatros siguieron hablando, deduciendo que ningunas de sus técnicas les servirían, que necesitaban una nueva estrategia. Aun así Mark seguía confiando en sus ya existentes técnicas. Ahora aparecía un nuevo problema ya existente. Si seguían entrenando en la cancha de la rivera solo acabarían igual, volviendo a dar toda su información al rival. Esto cada ves se ponía peor y había que encontrar una solución. Pero ya.
―Chicos, Nelly os esta llamando. ―Anunció Silvia al tiempo que abría la puerta. Su salvación.
Los presentes se miraron confundido, ¿que es lo que pasaba?
El equipo entero se encontraba detrás de edificio central del instituto. Se encontraba enfrente de un montículo de tierra con ciertas partes verdes. En el centro de este había una puerta metálica, cada una con el dibujo de un relámpago. Los jugadores miraban a todas las direcciones, que sitio era ese tan tétrico, y lo más importante, ¿por qué Nelly quería verlos ahí?
―Chicos que edificio más siniestro ¿no? ―Comentó temeroso Bobby.
― Es uno de los siete lugares encantado de nuestro instituto: La puerta que no se abre. ―Contesto Willy con el mismo miedo, o algo más, de los demás. ―Se dice hace un tiempo unos alumnos desaparecieron de repente frente a esta puerta. Desde entonces si un alumno entra en este lugar no regresa nunca.
Esa historia fue la gota que colmo el baso. Si ya estaban "asustados" por el ambiente del lugar, pues para ahora eso.
―Y ahora es cuando se abre la puerta ¿no? ―Dijo Ren con aburrimiento, ese lugar era tenebroso, pero no tanto como la casa abandonada de la ciudad en donde vivía. Y esa historia era tan... común que no le cogió de sorpresa.
Y como si los espíritus hubieran escuchado la petición de Ren, la puerta comenzó abrirse, despacio y chirriando, poniendo los pelo de punta a la mayoría de los presentes, el miedo fue mayor cuando una figura femenina sin rostro comenzó a distinguirse, llegando junto a ella el grito de temor de la mayor parte de los presentes.
―Habéis venidos todos, eh. ―Dijo Nelly con una sonrisa una ves la puertas estaban abiertas del todo.
―Pues valla... solo era Nelly. ―Mascullo Ren. Y el que pensaba que por fin iba a ver un fantasma.
Todos entraron al lugar, con paso miedoso y lento comenzaron a bajar las escaleras. Una ves bajadas quedaron frente a unas nuevas puertas metálicas con el mismo dibujo que las de arriba. Las puertas comenzaron abrirse solas, de igual forma la luz del lugar se encendió. Todos miraron a sombrado el lugar ¿qué era todo esto?
―Adelante. Pasad.
Sin saber muy bien porque los chicos comenzaron a seguir a Nelly sin preguntar.
―¿Qué es esto? ―Pregunto Mark una ves estuvieron frente a una estaña maquina, esta tenía en la parte inferior unas "ruedas", y siguiendo el recorrido unas cuantas paredes, cada una más alta que la anterior.
―Estamos en el legendario reciento secreto de entrenamiento especiales del legendario Inazuma Eleven.
Ninguno salía de su asombro, ¿qué estaban donde?
―¿Enserio que aquí se entrenaba el Inazuma Eleven? ―Preguntó dudoso Mark. Para no estarlo con tanto cacharros "modernos"
―Por supuesto.
―Pero Nelly, ¿cómo te has enterado de este sitio?
―Me lo encontré.
Y así era. Fue casualidad que el edificio que le mostró a su padre fuera el Campo Centella, El campo de entrenamiento del InazumaEleven . Ahora estaba reformado y listo para que los chicos lo puedan usar para entrenar.
―¿¡De verdad que podemos usarlo!? ―Pregunto entusiasmado Mark.
―Por supuesto, sería absurdo que nadie lo usara.
―¡Muchas Gracias Nelly!
Y sin mucho más que hablar los chicos fueron encerrados dentro del campo de entrenamiento, la puerta se cerro automáticamente una ves las gerente abandonaron la habitación. Un aparato con una pantalla en azul era el seguro y cronometro del entrenamiento, una ves las puertas se cerraron del todo la pantalla se volvió roja y comenzó la cuenta a tras. Nelly desde fuera, gracias a un botón que comunicaba el exterior con el interior pudo informarle de ese echo.
―No podrás irte a ningún lado canijo. ―Dijo el chico de cabello rosa con cierto tono de burla mientras pasaba al lado del Ren.
Ren solo miró como se alejaba, no tenía pensado irse a ningún lado. Comenzó a caminar en dirección contraria, no quería hacer un ejercicio con él. Tod, Sam, y Steven, se encontraba sobre una cinta mecánica, a su espada estaba la parte delantera de un coche, con la pequeña diferencia de que su parte delantera acababa en pico. Los tres chicos miraron a los lados confundidos, ¿cómo se supone que funciona? Y de la nada la cinta comenzó a moverse, sí no se ponían a correr acabarían siendo atropellados. Por otra parte Nathan, Kevin y Timmy se encontraban dentro de una ruleta, aun que ellos pararan o se cayeran, la ruleta no pararía de moverse, por que si uno cae, todos caían. Jack y Jim eran atacados por unos rayos, uno de ellos estuvo a punto de darles. Ren estaba apartado de los demás, dentro de una especie de habitación el suelo estaba un poco elevado pero plano, algo resbaladizo. El chico miraba a su alrededor, vale que le costara mantener el equilibrio a veces, ¿pero eso era todo? Podría correr aquí sin problema. Un ruido metálico hizo que su confianza desapareciera. Miro a su espalda lugar donde se había abierto una compuerta, de ahí salió despedido un balón, sorprendido intento controlarlo, pero antes de que pudiera atraparlo resbaló cayendo al suelo. El balón reboto en el suelo y entró en otra compuerta de la pared. Decidido fue a levantare, pero entre que el suelo resbalaba y que comenzó a inclinarse, el chico acabo con la cara estrellada contra el suelo. Mark estaba en una habitación diferente, en una donde una enorme maquina cargada de muchísimos balones comenzaba a disparar uno tras otro con un cierto tiempo de espera. Esquivo el primero, pero enseguida comenzó animarse, esto se ponía interesante.
Silvia y Celia escuchaban las voces de los chicos algo preocupadas. ¿Estarían bien ahí dentro?
―No os preocupéis tanto. ―Dijo Nelly mientras subía las escaleras. ―Estoy segura que los chicos volverán trasformado, después de todo para eso esta el legendario campo de entrenamiento Centella.
Silvia y Celia miraron dudosas las puerta, ¿de verdad?
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Las horas habían pasado y ellas no se movieron de delante de la puerta. Estaban demasiado preocupadas por los chicos como para irse y dejarles solos, les darían su apoyo desde allí. El pitido del cerrojo llamo la atención de las chicas, ya era la hora. Se acercaron a la puerta, querían ver como estaban los chicos, pero nunca pensaron que los verían de ese modo. Todos estaban por los suelos, cada uno peor que el anterior. Agotados y un poco lastimados. Ese entrenamiento tubo que ser un infierno.
―Ay... yo creía que palmaba ahí dentro. ―Dijo Tod.
―¿El Inazuma Eleven pasaba por esto entrenamientos?
Celia preocupada por los jugadores salio corriendo a buscar el botiquín, le aria mucha falta.
―Todo para que al final no hallamos conseguido ninguna técnica. ―Protesto Steven.
―Hemos superado el mismo entrenamiento que el legendario equipo Inazuma Eleven. ―Comentó orgulloso Mark.
―Sí, pero no podemos permitir que ya sido en vano.
― ¡Nos entrenaremos todos los días de la semana hasta el partido!―Comentó animado Mark.
―Si...―Contestaron algunos con muchísimas menos energías que el capitán.
―Capitán de donde sacas tanta energía...―Susurro Ren mientras dejaba caer al suelo la mano que momento antes tapaba su ojos izquierdo, no tenía fuerzas ni para eso.
―Yo paso de esto, ami no me volvéis a engañar. Este entrenamiento no puede servir para nada.
Continuara...
/¡Buenas! Espero que os halla gustado el capitulo ^.^
Me e dado cuenta de una cosa. O Ren aparece "todo" el tiempo o casi no aparece, no tiene punto intermedio este chico jaja. Bueno ya fuera de bromas me gustaría preguntarles algo:
· ¿Qué piensan que fue la idea de Ren? Esa que tubo el día que estaban entrenado en el campo de la rivera y aparecieron los jugadores del Brain.
En verdad me interesa saber que han pensado, puede ser muy divertido ver si alguien acierta jaja.
Sin más que comentar, nos leemos en otro momento. ^.^/
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