Capitulo 6
Inazuma eleven no me pertenece. El anime/Videojuego/Manga, es propiedad de LEVEL5.
__Capitulo 6__
Después de que Mark y los demás le dieran la bienvenida, Ren fue con Silvia a dentro de la sede. Al capitán le abría encantado conocer más sobre el nuevo jugador, pero tenían que entrenar si querían llegar a ser como el Inazuma Eleven.
Ren miró a su alrededor, por dentro parecía mucho mas nueva, al menos no daba la impreción de que se fuera a caer con solo mirarla. Era bastante acogedora, una mesa junto a dos sillas en el sentró, lugar donde Silvia buscaba algo dentro de una carpeta. Pegado a la pared, bajo una ventana un pequeño mueble. En la misma pared, pero en la otra dirección las taquillas, y en frente una pizarra con una alineación. Aun que había una cosa que no entendía por que estaba ahí, era una montaña de neumáticos, como mínimo perteneciente a un camión, ¿Para que los utilizarían?
―Ren. ―A escuchar su nombre volteó para ver a la chica. ―¿Puedes rellenar esto mientras voy a buscar tu uniforme? espérame aquí. ―Dijo con ese tono tan amable que siempre usaba.
Antes de que pudiera decir nada, Silvia ya había salido. Ren se acerco a la mesa mientras desabrochaba los botones de la chaqueta para quitarse la, y dejarla sobre una de las sillas, también se quito la gorra, esta la dejo en la mesa. Se estiro un poco antes de agacharse para comenzar a rellenar el papel. Tampoco tenía que escribir mucho, su nombre y Curso.
Se disponía a comenzar a escribir, cuando la puerta se abrió. Que rápido había vuelto Silvia. Pero no era ella. Levantó la mirada de la hoja encontrándose con la mirada de Axel, a verlo solo pudo ponerse nervioso, ¿le abría reconocido? No... era ¿imposible?
―Ho-hola. ―Trato de decir con normalidad, pero su voz le quiso pasar una mala jugada.
―Hola. ―Le respondió con sequedad.
Ren volvió a su papel antes de que acabara haciendo que sospechara algo. Aun que tambíen es posible que se hubiera olvidado de ella.
El chico de cabello crema prefirió no continuar con esa conversación y hacer lo que venía hacer. Se acerco a una de las paredes para agarrar el carró donde se encontraban los balones, a Mark se le había olvidado cogerlo antes de comenzar el entrenamiento, y por algún extraño motivo se ofreció voluntario. Una ves quitó el pequeño trozó de madera, el cual impedía que el carrito se moviera, comenzó a tirar de él para llevárselo. Pero no pudo evitar mirar al nuevo, su mirada acabo en su mano derecha, sorprendiéndose a ver que llevaba en aquella muñeca, era la misma pulsera que... no, solo podía ser una coincidencia. Pero aun no le quitaba la vista de encima, el peinado era... solo otra coincidencia. Negó con la cabeza, no tenía ni idea de porque últimamente no paraba de acordarse de su amiga, hacia años que no la veía. Le volvío a mirar, esta ves para presentarse, después de todo, solo Mark se presento y ahora que van hacer compañeros, que menos que conocer sus nombres. Esta ves él ya estaba recto, y miraba en otra dirección dejando ver claramente la marca bronceada en su cuello, y como su camisa era de manga corta pudo ver otra marca similar en el el antebrazo izquierdo. No sabía que hacer, solo cerro la boca, y volvió a dejar sus ojos del tamaño normal, y sin pensar actuó: agarró con fuerza el carro y salió del lugar casi de la misma forma que había entrado, esta ves sin decir ni una sola palabra y sin mirarle.
Suspiro una ves comprobó que el chico se había marchado, si no le dijo nada es que aun no se a dado cuenta, menos mal. Tras volver a suspirar, esta ves de alivio, Silvia entó. Sobre sus manos traía tres bolsas de plástico trasparente, en cada una había algo. Dejo las cosas sobre la mesa y miró al chico con una sonrisa.
―Este es el chándal, me han dicho que como hace poco entraste a la secundaria aun no lo tenías. ―Dijo mostrándole el paquete un poco más relleno. Después le mostró ostro más largo, y por ultimo el de la equipación. ―Esta es la bolsa, y tú uniforme, es el número quince.
―Muchas gracias, Silvia.
―De nada. Bueno, puedes usar esa taquilla.―Dijo señalando la que estaba más arriba pegada a la pared. ―Yo iré con los chico, mientras tu te cambias. ―Tras esa ultima palabra sus mejillas se tiñieron de un leve tono rojo
―Ha, veras. Mi madre me a llamado hace poco, por lo visto ella no puede llevar a mi perro al veterinario, así que tengo que ir yo... ―Cuanto más se acercaba al final de sus palabras, más débil se volvía su voz.
Tras sacar de su envoltura la bolsa guardo el uniforme, y sus demás pertenecía, ¿para que llevarla en la mano si podía llevarlo todo guardado en una bolsa? Antes de despedirse de Silvia, se disculpó por tener que irse tan de repente. Salió de la secundaria procurando que ninguno le vieran, en realidad no estaba mintiendo, tenía que llevar a Dabo al veterinario, pero no se acordó de ello hasta que vio entrar a Axel, después de todo, solo busco una escusa para huir... otra ves igual.
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Con las pilas bien cargadas y listas para darlo todo en el entrenamiento los chicos se disponían a crear esa nueva técnica que haría temblar al Wild. Pero más que temblar les haría morir de la risa. Los chicos ponían todo su empeño, pero solo lograban hacer tonrías. Sam escondió dos balones en su esponjoso cabello naranja, pero con solo dar dos pasos los balones acababan en el suelo. Tod y Timy intentaron crear una técnica combinada, pero solo acabarón dándose de golpe contra el suelo.
―Austk... ―Susurró Ren a ver el golpe que habían recibido sus compañeros.
Las gerente se miraron por un momento, ¿de verdad serían capaces de crear una nueva técnica antes del partido?
―Valla, eso si que es ponerle ganas. ―Comentó Bobby, el cual no había comenzado a entrenar.
―¿Tu no entrenas Bobby? ―Preguntó curiosa Silvia.
―No. Bueno, es complicado que un recién llegado pueda jugar. ¿No crees, Ren?
El mencionado volteó para verle, dándose cuenta que desde que llegarón al campo solo a estado jugando con el balón fuera del terreno de juego. Solo pudo responder con una risa floja mientras se rascaba una mejilla y miraba a otro lado, como si la cosa no fuera con él.
―Menudo par. ―Sentenció Celia con pesimismo.
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El entrenamiento a terminado, y tres de los jugadores volvían a casa por el mismo camino. Su tema de colversación: la nueva técnica y el partido.
―El torneo Fútbol Frontier va a comenzar y nosotros aun no hemos descubierto una nueva técnica.
―No te rindas, Nathan. ―Intentó animar Mark
―No se trata de rendirme. ―Protestó. ―Me estoy poniendo en el peor de los casos, y no pinta bien.
― Y aunque consiguiéramos una nueva técnica, nesitaríamos tiempo para adaptarnos a ella.
Mark miró al cielo por unos segundo pensativo, las palabras de sus compañeros le habían echo pensar... O tal ves no.
―Ya improvisaríamos sobre la marcha.
―¿Improvisaríamos?
Preguntó incrédulo Nathan, pero no obtuvo respuesta del castaño. En ese momento sus tripas comenzaron a rugir, y una idea cruzo por su cabeza: todo aquello lo hablarían en el restaurante. Sus dos acompañante le miraron algo extrañado, ¿enserío? Pues si, si que iba enserio.
Una ves dentro del restaurante Rai Rai comenzaron a hablar de lo mismo. Pero parecía que el unico preocupado por ese tema era Nathan, Mark y Axel comían tan tranquilos mientras que el chico de cabello azul se notaba más afectado por el tema.
―¿Y ya has pensado como vamos a jugar si no contamos con una nueva súper técnica?
El castaño continuó devorando sus fideos, dejando a la espera a su amigo. Tras poner un montón en su boca miró a su amigo, y antes de contestar trago todos haciendo un poco de ruido.
―Confiando en vosotros, esta claro. Consiguiéremos apañararnos aun que no tengamos más técnicas definitivas. ¿No os acordaís? Os dije que llegaríamos hacer el nuevo Inazuma Eleven.
Nathan estaba tan embobado por las palabras del capitán que ni se enteraba que su cena comenzaba a enfriarse, si no llega hacer por Mark puede que hasta dentro de un rato no se hubiera enterado.
―Conque el Inazuma Eleven... ―Susurro Axel introduciéndose en la conversación.
―Ay.. como me gustaría saber como jugaban... que técnicas usaban... ―Comentó Mark con intriga.
Si a ese cabeza balón, Nathan, y las copia barata de Vejeta, no hubieran entrado en el restaurante es probable que hoy ninguno de nosotros estuviéramos aquí; que el equipo Raimon hubiera caído en el primer partido del torneo; y que todo el esfuerzo que utilizaron para vencer al Occul acabara en la basura...
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―¿¡Un cuaderno secreto!? ―Comentaron la mayoría del equipo a la vez.
Mark mando a callar a todos, haciendo un ruido con la boca y poniendo delante de ella uno de sus dedos, cosa que todos entendieron. Mark comenzó a contar lo que paso anoche. El seño del restauran escucho su conversación sobre el Inazuma Eleven, y les propuso que miraran el cuaderno secreto, la otra mitad del cuaderno de entrenamiento que usaba Mark para entrenar.
―Oye, ¿Pero como podía saber eso el dueño del restaurante? ―Pregunto curioso Jack.
―No se... ¡benga no os preocupeís por los detalles! Lo que importa es que el cuaderno existe.
Y mientras todos iban de excurción al despacho del director en busca del cuaderno, Ren estaba en la sede. Estaba sentado en una de las sillas, inclinado hacía a tras, manteniendo el equilibrío con las patas traseras, y con sus piernas sobre la mesa. Miraba el techo con aburrimiento, seguro que abría sido muy divertido acompañarlo, a saber que estarán haciendo. Pero no podía arriesgarse hace algo malo y que los profesores llamaran a su casa quejándose de él, de Ren, se le desmontaría todo si eso pasaba.
Ya no sabía que hacer, había mirado el techo, jugado a intentar mantener el equilibrió con solo una pata sin apoyarse en nada, dar golpe en la madera de la mesa, y en el hierro creando un ritmo, de todo aquello se aburrió enseguida. ¿Cuanto les quedaba? Se levantó del suelo, sí se había vuelto a intentar mantener el equilibrió con solo una pata. Una ves puso la silla en su sitio fue a su taquilla, seguro que abría algo en su mochila con que entretenerse. Después de ordenar unas tres veces lo mismo decidió coger su cuaderno junto al estuche, ¡a dibujar garabato!
Antes de llegar a sentarse alguien abrió la puerta, ¿enserio? Pues no, no eran los demás. Era Axel, él tampoco a querido ir en la expedición del cuaderno perdido. Sin decirse nada entró en la sede serrando la puerta tras entrar, no le gustaba estar a sola con ese tal Ren, le recordava demaciado a alguien, y eso le hacía comportarse de un modo extraño. Ambos se sentaron en las sillas, Axel de lado mirando su alrededor con aburrimiento. Ren estaba sentado con las piernas cruzadas y muy serca de la mesa, con un lápiz de mina azul dibujaba en el cuaderno.
Los minutos pasaban y sus compañeros no regresaban, tampoco es que lleven días buscando el cuaderno, solo unos diez minuto, pero se le estaba haciendo eterno, no tener que hacer nada es demasiado aburrido. El sonido de un balón siendo golpeado provoco curiosidad en el chico más alto. Miró al lugar de donde probenía el sonido, era Ren dándole toques al balón. apoyo el codo en la mesa y colocó su mejilla sobre su mano, el aburrimiento estaba pudiendo con él. Volvió a mirar al chico, el cual estaba pasando el balón de un brazo a otro, una ves llegó a la punta de sus dedos dejo que cayera, antes de que tocara el suelo comenzó de nuevo con los toques. A seguir el balón con la mirada se fijo en la libreta sobre la mesa, en la parte por donde estaba abierta podía ver el dibujo de una chica, unos ojos enorme, una nariz pequeña, y como labios una simple linea, estaba claro que era un dijo anime. Al rededor un montón de de caras pequeñas con distintas expresiones, aun que eso lo no veía bien. Lo que sí pudo ver estaba en la esquina superior, era un personaje chibi, se encontraba agachado, con un dedo en lo que se suponía que era el suelo, y al lado unos semi círculos que expresaban el movimiento de estar girando. Iba apartar la mirada del cuaderno cuando de fijo en la extraña linea bajo el cuello del dibujo más grande. Era la firma. Se levantó de golpe, ¿¡por qué había firmado con ese nombre!? El movimiento tan brusco del chico probocó que se sorprendiera el otro, y dejara de dar toques al mismo tiempo que le miraba. Ambos se quedaron mirando sorprendidos, a un mirándose a los ojos comenzarón a relajarse. Ren se acercó para agarrar sus cosas y guardarlas, cuando estuvo al lado miró la hoja fijándose, había cometido un gran error. Su mini yo comenzó a gritarle. Había que ser imbécil para firmar con el nombre de: Rosenthal F. Siendo ahora mismo Ren. Agarró el cuaderno lo más rápido que pudo, pero ya no servía de nada. Sin decirse nada y evitando la mirada del otro se acerco a la taquilla y guardo todo. Una ves cerró miró a Axel, el cual cemenzó abrir la boca para decir algo, pero fue interrumpido.
―¡Lo tenemos!― Anunció con felicidad Mark al momento que había la puerta, dejando ver el cuaderno.
Mientras que el castaño entraba sonriendo, los demás se notaban algo... decaído. Axel mandó una mirada rápida a Ren, el cual se puso aun más nervioso. Su única respuesta fue apartar la mirada.
―Gracias destino...― Pensó con ironía. De esta no se libra.
Todos los que fueron en busca del cuaderno se encontraban en circulo con un aura negativa y deprimente a su alrededor. Mark leía el cuaderno algo alejado de ellos. Ren se encontraba sentado en la mesa intentando evitar la mirada del delantero. Nunca pudo metirle por más de un minuto cuando comenzaba a mirarle de ese modo.
―¿Esta escrito en clave?―Preguntó Kevin dentro del circulo de depreción.
―O un idioma extranjero.
―No, es que su abuelo tenía una letra horrible.―Dijo Nathan de lo más serio.
―Pues lo mismo es eso.
―No hay quien lea eso.
―Esto no nos sirve de nada.
―¡MARK!― Gritarón Kevin y Natahn mientras miraban al castaño con enfado.
―¡Es genial!― Dijo el mencionado iñucionado e ignorando los gritos, provocando la confución de ellos. Volteó a mirar a los demás mientras señalaba la pagina que leía.― Viene la explicación de: La Mano celestial.
―¿¡Puedes leerlo!?―Exclamaron aun más sorprendidos, esta ves todos los que fueron a por el cuaderno.
―Si, al principio no tenía ni idea. Pero poco a poco comencé a entenderlo.
Tras la breve aclaración todos se sentarón donde podían para escuchar lo que ponía en la libreta. Mark estaba sentado al lado de Ren, buscando alguna técnica que tratase sabré el juego aéreo. El chico de ojos castaños miraba sobre el hombro de Mark el contenido del cuaderno. La caligrafía de ese cuaderno era pero que la suya, y eso ya era decir.
―Técnica para ganr en el juego aéreo: El Trampolín Relámpago.
―¿Trampolín Relámpago?― Preguntó Timmy extrañado.
―Chicos os lo voy a leer: Primero uno salta a la Bing, entonces otro hace Bang por encima, y cuando se juntan sale un Re-boing. Este es el secreto del Trampolín Relámpago.
La seriedad del momento se esfumo. ¿Qué demonios había sido eso? Bing, bang, re-boing. Eso no tenía sentido por ningún lado.
―Oye Mark... ¿estas seguro que tu abuelo sabía lo que quería decir?― Le preguntó Ren.
―Bueno... le interesaba el fútbol. Pero no escribía demasiado clarito.
―Ya decía yo...― Acabó susurrando antes de soltar un suspiro.
Continuara...
/¡Muy buenas! Cuanto tiempo sin escribir por aquí.
Aquí... aquí... aquí... aquí...
¡Por qué diablos hay eco!
Eco... eco... eco... eco...
Enserio... comienza a dar miedito.
Ito... ito.. ito... ito... ito...
¿Por qué esa a tenido una más?
Porque me da la gana... gana... gana... gana...
Bale.... mejor te ignoro. Un nuevo, cap, un poco más corto que los anteriores pero buenoooo.
Buenooo... buenooo. buenooo. bueno...
Este maldito eco me esta sacando de mis casillas.
Casillas... casillas. es un portero... portero...
.... ¡CALLATE DE UNA PU****** VES!
... ... ... Vez
Enserio voy acabar matandoló, a no ser... que esas personas tan maravillosas que len este fíc comenten y dejen su boto. ¿Cuela? ¿Almenos un poco, no? Bueno que más da. Pero me ayudaría mucho. Uno, para poder librarme de este molesto eco. Y dos, para saber que opinaís del fanfic ^.^. ¡Nos leemos en otro capi!
Nadie te quiere... no lo intentes... intentes... intentes...
Enserio, al final lo mato ¬.¬/
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