Capitulo 2

Inazuma Eleven no es de mi propiedad, el anime pertenece a LEVEL-5.

__Capitulo 2__

El día del partido a llegado, y la hora para que todo comience esta a punto de llegar. Y lo mejor de todo es que Raimon a conseguido reunir a los jugadores que les faltaba, había sido en el ultimo segundo pero bueno. Uno de ellos es un chico castaño que siempre lleva un gorro de todo azul y rosa, el mismo que miró el primer día como el capitán iba de un lado a otro. Otro de los novatos era: Jim Wraith. Un chico de cabello morado grisáceo, de una largura increíble, pero no solo la de su parte trasera, sino que también la parte de su flequillo, era tan largo que le ocultaba los ojos y las puntas se encontraban algo más bajo de sus hombros. Estos dos se unieron a penas unos minutos, pero el primer novato era NathanSwift, este chico que antes pertenecía al club de atletismo decidió unirse al club después de ver el gran esfuerzo que realizaba el capitán una semana atrás. Maxwell Carson, el chico del gorro rosa y azul, era una persona bastante enérgica, todo lo contrarió de Jin, ese chico es como invisible de ves en cuando, tiene algo en su personalidad callada y tranquila que le hace parecer siniestro e invisible.

Los jugadores ya estaban en la cancha preparados para que su rival llegara, aun que no se esperaban que un enorme autobús se acercaba a la entrada de Raimon, mientras el vehículo se acercaba todo el lugar comenzaba a temblar. El vehículo se detuvo justo enfrente de la puerta. Una puerta del extremo del autobús se abrió, de su interior salió una larga alfombran roja, al mismo tiempo unos cuantos chicos con el uniforme de la secundaria Royal Academy se posicionaban a los extremos con una pose similar a los militares, la única diferencia era que ellos mantenían un balón bajo uno de sus pies. Mientras que toda la secundaria miraban incrédulos la situación los jugadores de la Royal comenzaron a salir, en la cabeza iba su capitán: Jude Sharp, un gran creador de juego y fácil de reconocer por sus extrañas gafas y su capa roja que colgaba de su cuello. Poco a poco los once jugadores fueron recorriendo la alfombra, cuando estaban a punto de llegar al final se detuvieron.

Toda la secundaria estaba impresionada por la entrada de este genial equipo. Pero de entre todas las personas la que parecía mas intrigada era la joven periodista que una semana a tras entrevisto al capitán del equipo de fútbol.

―Oye Jude. ¿Se puede saber por qué jugamos contra este equipo? No creo que estén a la altura de nuestro talento, la verdad ―Preguntó con burla uno de los jugadores de camiseta verde y roja, color de la equipación de la Royal.

El chico de la capa se mantuvo en silenció por unos segundos mientras que en su cara se dibujaba una sonrisa de superioridad, comenzó a sonreír a encontrar con la mirada el objetivo por el que iban a jugar contra ese equipo de pacotilla, estaba claro que la Royal no estaba interesado en el Raimon, sino de una persona que estudia en esa secundaria, aun que parece que sus planes solo son conocidos por su capitán.

―Pienso que veremos algo muy interesante. ―Contesto con seguridad. ―Bueno... por lo menos, seguro que nos vamos a divertir. ―Acabo con un tono de burla.

Mientras que los jugadores observaban aquel lugar, su entrenador aparecía en el techo sentado en un sillón, eso era posible ya que una pequeña trampilla se abrió y el hombre junto al objeto comenzaron a subir hasta acabar en el techo. El hombre observaba serió la secundaria.

―Que halla sido precisamente esta secundaria, con todas las que hay... Um, se podría decir que es cosa del destino. ―Pensaba el hombre que ocultaba sus ojos bajo unas gafas de sol.

Ambos equipos se encontraban en la cancha, y Mark como capitán decidió dar la bienvenida a sus adversarios, pero este no le quiso prestar atención, no hizo caso a las palabras del portero y en su lugar propuso que les dejaran un poco de tiempo para acostumbrarse al terreno ya que era la primera ves que jugaban allí, Mark no se negó, no tenía motivos para hacerlo, pero ese despreció del capitán contrarío había dejado algo perdido al castaño.

Raimon abandono el terreno de juego y esperaron afuera para ver como calentaba la Royal Academy, pero ninguno espero ver todo ese talento que demostraban los chicos de rojo y verde: pases increíblemente rápidos, una velocidad que el sonido podía envidiar, un control increíble con el esférico y una gran fuerza. Todo esto provocaba que el miedo volviera a los cuerpos de los jugadores de Raimon, ¿de verdad que eran estudiantes de secundaria? Menuda fuerza. En un momento dado de esa pequeña demostración Jude chasqueo los dedos, señal que sus compañeros entendieron: era hora de saludar. Entre dos jugadores, dando cada uno un chut, legaron a colgar la pelota en el aire, a los pocos segundo el capitán pateo con una gran fuera, el esférico solo tenía una dirección: las manos de Mark. Aun que el chico de extrañas gafas estaba lejos su chut llego a las manos del portero con una fuerza increíble, el castaño consiguió agarrar el balón y detenerlo, pero no fue tan sencillo, la fuerza de ese disparo le hizo retroceder por unos centímetros, y además dejo los guantes del joven desgastados, y del mismo modo el balón que hasta antes de ese chut estaba nuevo. Los jugadores de Raimon llamaron preocupado al joven portero, aun que había soltado el balón aun mantenía sus manos unidas y un pequeño tembleque le recorría todo el cuerpo, ¿se había lesionado? No, nada eso, ese tembleque era de la emoción que había sentido a conseguir para el tiro.

Esa pequeña demostración dejo muy impresionado a todos, y a uno de ellos muy emocionado, sí, se trata de Mark. Pero aun que el estaba muy emocionado uno de sus compañeros se notaba extraño, puede que fueran sus ganas de ir al servició excusa que puso para salir corriendo de ese lugar, ¿no tendía mido, no?

―¿Ahora qué va a pasar? A un que conteís con él seguireís siendo solo diez jugadores ¿verdad? ¿conseguiréis encontrar un jugador mas? ―Comentó con un tono de burla mientras dirigía su mirada a uno de los árboles que no estaban muy alejados de la cancha, en ese lugar se encontraba un chico de cabello crema, la misma persona que le hizo sonreír con superioridad en su llegada.

Las palabras de Jude eran ciertas, aun les faltaba un jugador y el partido estaba apunto de comenzar. Pero la salvación llegó en el ultimo segundo, Willy, el chico de gafas con el que el capitán hablo hace una semana, ese chico que no le dio ni una negativa ni una afirmativa, ese chico llegaba corriendo junto a Silvia, por lo visto a decidido unirse al club.

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El tiempo pasaba y aun que ya era hora de que el partido comenzara este no llegaba a su inició, y todo esto tenía muy preocupado al director, la Royal aparte de ser conocido por su gran equipo imbatible durante cuarenta años también eran conocido por su manía de destruir secundarias cuando acababan con la victoria en el marcador.

―Parece que se están retrasando. ―Comentaba preocupado el director mientras miraba la hora en su reloj de muñeca.

―Quizas se asustaron a ver la exivión de la Royal Academy. ―Dijo una chica castaña que observaba el campo.

Ambas personas presente en ese despacho comenzaron a hablar, el adulto comentaba su gran temor por que acabaran echando abajo la secundaria, aun que la menor le tranquilizó con una pequeña frase, para esa chica no era lo más importante, para ella era que un equipo como la Royal quisieran jugar contra ellos, algo andaba mal.

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Una joven de cabello corto iba lo más rápido posible sobre su monopatín por las calles, se le había olvidado por completo que tenía que entregar su matricula en la secundaria, y si no se daba prisa seguro que serrarían las puertas y no podría entregarla y su madre le echaría la bronca del siglo. Pero había una cosa que no sabía, o más bien que no se acordaba, las secundarías de Japón a diferencia de las españolas, no cierran después de las clases sino mucho más tarde ya que los clubes tienen que entrar y salir del lugar.

Ya no le quedaba casi nada de distancia pero su velocidad fue disminuyendo poco a poco, ver un autobús parado en la puerta de la secundaria le sorprendió, haciendo que dejara de impulsarse ¿qué estaba pasando? Se quedo en ese lugar por un rato, imaginando que podía hacer ese enorme vehículo parado en ese lugar, pero la cordura no tardo en llegar a su cabeza: ¡la matricula! Sin hacer mas caso al autobús se bajo del objeto y lo agarró antes de salir corrió a las puertas antes de que se le hiciera más tarde. Pero para terminar de sorprenderla la secundaria no estaba bacía como ella pensaba, todo su alrededor estaba lleno de estudiantes, ¿que demonios pasaba? La curiosidad pudo con ella y comenzó a caminar hasta encontrarse enfrente de una cancha de fútbol, un equipo que vestía con una camiseta roja y verde se encontraban al lado de una banca, el aura que desprendía le daba algo de grima, y al otro equipo parece que su entrenador le esta regañando o algo así, en realidad no lo puede saber ya que están muy lejos. No había que ser un genío para averiguar que se iba a disputar un partido de fútbol. Le encantaría quedarse a verlo, pero se conocía, y sabía que si lo hacía acabaría emocionándose y solo sufriría más por no poder jugar. No le dio más vueltas al asunto y decidió ir a entregar la maldita matricula, cuando se dio la vuelta se quedo bloqueada y sorprendida a ver a un chico que apoyaba su espalda contra el tronco de un árbol, movió la cabeza un poco para volver al mundo real y comenzar a marcharse, pero mientras lo hacía no paraba de mirar al chico de reojo y de mantener agarrada su muñeca derecha, ¿sería él?

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Raimon estaba en problema, en un problema muy gordo: ¡Jack había desaparecido! Se fue del campo para ir al servicio hace un rato y aun no a vuelto, y si no lo hace ahora mismo perderán el partido inmediatamente. El equipo entero se encuentra buscando al chico de cabello verde por todas partes, ¿donde se a podido meter? Buscan por todos los baños de la secundaría, pero nada por el momento.

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En la cancha, el entrenador de Raimon miraba su reloj de muñeca de los nervios, esos chicos tenían que aparecer en ese mismo instante, pero estaba claro que no se iba hacer realidad.

En la otra parte de la cancha los jugadores esperan paciente a que la birria de sus contrincantes se dignen a parecer.

―Oye, Hatch. se puede saber por que tenemos que jugar con este equipo, de tres al cuarto. ―Comentó con molestia un chico de cabello gris.

―Nuestro comandante esta interesado en un jugador que acaba de llegar a esta secundaria. ―Contestó un chico de cabello castaño con unas pequeñas rastas al final de su peinado. ―Parece que quiere que veamos por nosotros mismo de que es capaz.

―¿Ha, si? ¿y quien es ese jugador? ―Preguntó mientras miraba a su capitán.

―A un no a llegado.

Mientras que los jugadores de la Royal continuaban con su charla, y todos los demás presentes esperaban a que comenzara el encuentro, un hombre que vestía con una gabardina, observaba al entrenador de la Royal Academy "escondido" tras el tronco de un árbol.

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Mark corría de un lado para otro, aun no encontraban a Jack y se le estaba echando el tiempo encima. Estaba tan concentrado en su búsqueda que cuando se disponía a comenzar a bajar las escaleras no se dio cuenta de que alguien hacía lo contrario, y como esa persona también estaba distraída acabaron los dos en una planta mas abajo, quedando ambos en el suelo, Endo sobre el peli-plata, haciendo una cruz con sus cuerpos, y por casi menos de un centímetro el castaño no recibío un golpe en la cabeza con el monopatín, que en la caída había aprendido a bolar.

―¡Capitán! ―Gritaron preocupados sus compañeros a ver la caída del nombrado.

―Ay... ―Comenzó a protesta mientras se pasaba una mano por la cara. ―Que dolor...

―Quitate de encima, pesas demasiado. ― Dijo la persona que estaba debajo del castaño mientras le empujaba sin ninguna delicadeza. Cuando consiguió quitarse al chico de encima se sentó como un indio y comenzó acariciar su espalda, se había echo daño al caer. ―Mi mala suerte me ha seguido hasta Japón. ―Susurro mientras se levantaba.

―Capitán Jack aun no a aparecido. ―Dijo muy alterado Steven para llamar la atención del nombrado.

―¿¡Qué!? ¿Pero donde se a podido meter? ―Comentó alterado el castaño, pues sí que era difícil encontrar a ese chico.

Un grito de terror alerto a todos los presentes, ¿que había pasado? Era Tod que estaba tirado en el suelo gritando de terror a ver como una taquilla comenzaba a moverse sola.

―¡La taquilla! ¡La taquilla, lleva un rato moviéndose! ¡Dentro hay un fantasma! ―Gritó alterado mientras señalaba el objeto.

El silencio se hizo presente, pero solo por unos segundos, segundos que a la cordura le dio tiempo para pensar, era imposible que se tratara de un fantasma.

―Claro que hay algo, pero no es un fantasma. ―Comento el chico de la banda serio mientras se acercaba a la taquilla decidido.― Estas ahí dentro, ¿verdad, Jack? ―Al terminar su pregunta abrió la puerta de la taquilla, pero no fue por él, sino por que la puerta no aguanto más y se abrió de golpe tirando al suelo al castaño.

―Hola capitán... ¿qué tal? ―Susurro el chico de dentro de la taquilla.

Sus compañeros miraban asombrados la escena, aun que no solo ellos, la persona de chaqueta amarilla también lo miraba sin entender como una persona con ese físico había llegado a meterse allí dentro.

―¿¡Pero que estas haciendo!? Sal enseguida, el partido esta apunto de comenzar.

―Esque pasa algo. ―El chico comenzó a moverse para salir pero era imposible. ―Me e quedado encajado y no puedo salir.

En ese momento a uno de los jugadores no se le ocurrió nada mejor que hacer una pequeña broma que causo que la persona atrapada se alterara provocando que sus esfuerzos para salir fueran mas brusco, pero nada, no lograba escapar de ese objeto, lo único que consiguió fue caer al suelo.

―Capitán voy a intentar sacarle. ―Dijo un chico de una estatura muy baja que llegaba corriendo desde la mitad del pasillo, cuando estaba a una escasa distancia saltó para al caer pudiera dar una gran patada en la parte inferior del objeto, cosa que consiguió sacar al chico de cabello verde.

―Muy bien Timy, espero que chutes así de fuerte en el partido.

―Lo siento mucho, me asuste un poco antes del partido .

―Jack, las cosas no se solucionan huyendo: si huyes esta ves acabaras huyendo toda tu vida. ¿Es así como quieres acabar?

―Capitán... lo siento. Jugaré, jugaré lo mejor que pueda.

Esas palabras del castaño no solo habían llegado hondo al chico que hace segundos estaba encerrado en una taquilla, la persona ajena al club que se había chocado hace menos de cinco minutos con Mark, ahora mismo caminaba hacía su lugar con el monopatin en su mano y en su cabeza las palabras del chico: "Si huyes esta ves acabaras huyendo toda tu vida."

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Raimon aun no aparecía en la cancha, y aun que era sorprendente a la Royal no le importaba seguir esperando, pero más de una persona que se encontraban para presenciar el partido pensaban que al equipo entero de Raimon le había entrado mieditis aguda. Después de lo que vieron a cualquier equipo novato le entraría eso. Y a esas personas que pensaban eso no se le unía el chico de cabello crema que tenía su espalda contra el tronco de un árbol, aun que ahora mismo para él era bueno que el encuentro aun no hubiera comenzado, ya que sí lo hubiera echo él no le prestaría atención. Su mente estaba muy lejos de ese lugar, demasiado lejos ya que había vuelto atrás en el tiempo, en un momento cuando él tenía ocho años, más exactamente una despedida que habría preferido no vivir:

―Te la iba a dar antes, pero como me metí en el agua y se mojo pensé que seríamejor dártela mañana. Pero como te vas... ―Le agarra la muñeca y le enseña una pulsera de tela de un tono verde fosforito, sobre la tela había escrito: A X R .Es una pulsera de la amistad, y quiero que hagamos una promesa: Nos tenemos que volver a vernos ¿vale? ―Mientra habla le anuda la pulsera en la muñeca derecha.

¡Claro! Nos volveremos a ver. ―Terminó con una gran sonrisa

Esa persona que antes se había quedado mirándolo delante de él, le recordaba tanto a alguien, sobretodo esos ojos negros brillantes, estaba lejos pero pudo distinguirlos, pero lo que más le hacía recordar era esa extraña marca en su cuello, aun que su piel era pálida en su cuello había un linea bronceada. ¿Podría ser que después de seis años su promesa se había cumplido?

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Por fin a conseguido salir del despacho de la organización de alumnos, pero vamos, todo el tiempo que ha estado hay metida no le a servida para nada, aparte de llevar el formulario relleno tenía que traer con ella dos fotos de frente, y las ultimas calificaciones que le dieron en el centro de España, y como su madre no le contó nada de esto se ha dado el paseo para nada.

Mientras caminaba a la salida del edificio suspiro cansada, aun le estaba dando vueltas a las palabras que dijo el chico hace un buen rato, ¿ella también estaba huyendo de sus sentimientos? En el momento que cruzó la puerta suspiro mientras cerraba los ojos, pero un grito de dolor proveniente de la cacha que tenía enfrente le hizo abrir los ojos. Todo los jugadores con la camiseta amarilla se encontraban el el suelo con un aspecto bastante malo, parece que la Royal se a divertido jugando sucio. Solo había una persona en pie y se trataba del chico castaño, era el portero y no paraba de recibir un golpe tras otro, los jugadores contrarios no querían marcar, solo lastimar al jugar, pero no le duro mucho ese juego, al final se cansaron y chutaron con una de sus Súper técnicas, provocando un gol más y que el portero acabara en el suelo destrozado. La chica se mordió el labio inferior con rabia, desde donde estaba pudo ver el marcador iban 0-19, claramente Raimon era quien perdía, y encima en el campo solo contaba a nueve chicos con la camiseta amarilla, es decir: que le faltaba un jugador. No sabia el porque, pero tres chicos de la Royal comenzaron a reír, seguramente se burlaba del equipo, y eso provoco mucha más ira en la chica.

―¿Y ellos se llaman jugadores? Menuda vergüenza para el fútbol. ―Susurro enojada, como le gustaría entrar en la cancha y ayudarles, pero le era imposible.

Cerro sus ojos y suspiro, si seguía ahí solo acabaría haciendo una locura, se disponía a marcharse pero las palabras altas y clara del chico que hace segundo había caído al suelo le hicieron detenerse.

―¡TODAVIA NO! ― Comentó con fuerza mientras luchaba contra el dolor para ponerse en píen. ―Aun no... aun no a acabado... ¡El partido no a acabado!

Una pequeña frase que sorprendió al chico de la capa, pero no solo a él, sino que también a un chico de cabello crema que estaba fuera de la cancha, ambos estaban sorprendido, ¿ después de la paliza que le habían metido aun podía levantarse y decir eso? Menudo chico. Por otro lado a la espalda de la portería de ese chico, y algo elevada por que estaba en la entrada al edificio, Rosenthal miraba con la boca entreabierta al joven mientras agarraba con fuerza su camiseta en la parte del corazón, de sus ojos una gota salada comenzó a resbalar por su mejilla derecha, ¿por qué ese chico tenía que recordarle todo lo que quería olvidar?

Los delanteros de la Royal enojaron tras esas palabras y comenzaron a volver a patear contra el cuerpo de Mark. El chico de cabello crema miró por unos segundo al chico y después poso su mirada en una camiseta que había tirada enfrente de el. Era la camiseta del número diez, uno de los componente de Raimon, hace rato salió corriendo de la cancha mientras lloraba y tiraba esa camiseta enfrente de Axel. Cuando comenzó el encuentro puso atención, y sabe perfectamente que a Raimon le ha sido difícil desde el segundo cero. Ahora mira esa camisera dudando entre romper una promesa o quedarse en donde esta.

Un nuevo chut en la cara del chico castaño provocando que volviera a entrar al fondo de la red junto al esférico, La Royal Academy lo había conseguido, había vuelto a dejar en el suelo al portero. Ya estaba todo perdido para Raimon, tenían que sacar de centro y ninguno de sus jugadores estaba en condiciones de seguir jugando, este era el fin del equipo. Pero la suerte quiso sonreír a Raimon en ese momento, Axel Blaze entraba en el campo con la camiseta amarilla y azul del numero diez, al final su lucha mental había tenido un ganador. Todas las miradas asombradas del publico se poso en el joven, no lo reconocían, ¿ese chico con esa gran presencia estaba en el club?

―¿Cómo? Si no me equivoco... ―Comenzó a decir la persona que llevaba narrando todo el encuentro. ―¡Se trata del alumno de segundo, que en el torneo Fútbol Frontera del año pasado, se convirtió en una estrella gracias a sus increíbles lanzamientos! ¡Es Axel Blaze! ¡El mismo Axel Blaze a aparecido en la cancha llevando la camiseta del Raimon! Es increíble. ―Mientras que ese chico resumía lo increíble que era ese joven, él se adentraba en el campo hasta quedar al lado de Mark.

Rosen salió corriendo de la secundaria, ya le daba igual todo lo que pasara en el campo, ese nombre, ese peinado, ese color crema, esa seriedad y frialdad, esa aura de fuerza. No había duda, el destino tenía algo contra ella. No quería estar ni un segundo más allí, no podía, sí lo hacía el destino ganaría y el no podía ganar, no después de todo lo que a tenido que pasar.

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El partido volvió a comenzar, los jugadores de Raimon recobraron algo de fuerzas a ver que un nuevo jugador entraba para ayudarles. Pitido inicial dándose con él el saque de centro, pero el balón no le duro mucho al equipo amarillo, la Royal se lo robo enseguida, y a la misma velocidad que recuperaron el balón se disponían a realizar una de sus súsper técnicas mas fuerte. Los tres jugadores de la Royal dispararon y en ese momento el chico de cabello crema echo a corren hacía el campo rival, todo el mundo lo miró sorprendido, ¿es que pretendía escapar como ese chico de gafas? Nada eso, lo que pasaba es que confiaba que Mark pararía el balón y le pasara para que el marcara, y no hizo mal en confiar, ese chico castaño se lleno de energía y coraje y de la nada consiguió realizar una súper técnica. Sacó una mano enorme amarilla, que era la forma de su técnica, todo el mundo se quedo impresionado, pero no solo por ello, si no por que había logrado atrapar el balón. Y ya todo quedaba en las manos de Axel, un pase largo desde la portería le llegó al chico, y con unos movimientos rápido elevo el balón antes de saltar detrás de el para realizar su técnica: tornado de fuego, la cual consistía en que giraba un par de veces mientras que una llamas se formaban en su pierna, y en cuanto pateara el esférico este se llenara de ella y con una gran fuerza y velocidad se dirigiera a la portería.

El portero de la Royal no pudo hacer nada para detener ese tiro. Y una ves que el equipo ya había visto lo que querían ver decidieron abandonar el encuentro, con ello dando la victoria a Raimon por abandono. Cuando el campo se empezaba a vaciar, y la Royal ya se había marchado todos los jugadores de Raimon se acercaron para dar las gracias al chico de cabello en punta. Pero cuando Mark le iba a dar la bienvenida al equipo este se quito la camiseta y se la entrego al portero, pero antes de irse dejo claro que esa jugada había sido solo por esa ves, que no pensaba unirse al equipo. Y sin decir ni una palabra más se marcho de la misma forma que entró en la cancha.

A Raimon aun le quedaba mucho camino que recorrer y gracias a ese gol, habían conseguido dar medio paso en su largo camino.

Continuara...


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