Capitulo 12
Inazuma Eleven no es de mi propiedad, el anime pertenece a LEVEL-5, yo solo secuestro a sus personajes e historia por mera diversión.
__Capitulo 12__
Esa mañana... la mañana antes de ir con los demás al partido... la recuerdo como si hubiera sido la de hoy. Jaja... bueno en algo se parecen: que casi me pilla mi padre.
Bajó las escaleras con cuidado, agarrando con ambas manos su bolsa mientras el haza estaba apoyado en su hombro pasando por su espalda y torso. Escondía su boca bajo el cuello de la chaqueta del equipo, ni siquiera quería que se escuchara su respiración. Cerro la puerta de la cocina y comenzó a preparar unas tostadas, sacó del frigorífico la mantequilla y mermelada junto a un bote de zumo. Sentada a la mesa dispuesta a comenzar a comer escuchó como alguien bajaba las escaleras. Sus nervios afloraron y se levanto lo más rápido que pudo para recoger la tostadora y demás que había sacado, cada vez notaba más fuerte los pasos, no iba a llegar.
― ¿Quien hay aquí? ―Preguntó con severidad a escuchar como algo se caía en la cocina al tiempo que habría la puerta.
En su escondite cogió todo el aire que sus pulmones pudieron retener y tapó su boca con sus manos, reteniendo la respiración. Solo escuchaba los latidos frenéticos de su corazón que casi estaban en armonía con los pasos del adulto. Cerró con fuerza los ojos, no iba aguantar mucho más reteniendo la respiración, le descubrirían y todo se acabaría...
―¿Ah? ― miró a su espalda extrañado a escuchar otra cosa caer. Era le pienso de Dabo, y a su lado estaba el perro comiendo los granos que había en el suelo. ―Solo eras tú... anoche te quedaste encerrado, no, Dabo... ― Susurró antes de agacharse a recoger todo, echando los granos en el cuenco del animal, y dejando la bolsa bien lejos de su alcance.
Los pasos se alejaron, ya no los escuchaba y de un rápido movimiento abrió las puerta del armario bajo respirando agita. Suspiro aliviada y miro al cánido agradecida. Sin el seguro que le había descubierto.
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Todos estaban montados en el tren. Mark se encontraba de píen en su asiento animado por jugar la final del fase previa en pocos momentos. Ren le miraba con una pequeña sonrisa intentando evitar la mirada seria del de ojos castaños que tiene en frente. Le miró de reojo comenzando a sentirse aun más nerviosa. Ese día sería uno muy movido.
Llegaron a la Royal, un edificio enorme que parecía mas una fortaleza diseñada para el ataque en un mundo con una tecnología mucho mayo a la actual que un instituto normal. Todos la miraban asombrado, era la primera vez que estaban allí, bueno no todos, Bobby ya estuvo allí.
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Jude Sharp caminaba por los laberínticos pasillos de aquel instituto ya listo para comenzar el encuentro contra Raimon. Según caminaba se sumergía más en sus pensamientos, tanto que llegó a pensar en voz alta sin percatarse de aquello.
― debería de estar muy ilusionado por poder jugar la final con el Raimon. Pero pensar que debo afrontar el partido con esta preocupación...
Susurraba antes de recordar una pequeña charla que tuvo con su entrenador días atrás. Antes, antes de conocer a Mark, esas palabras le habían animado a seguir ganando fuera como fuera, pero ahora... ¿qué sentido tenía jugar al fútbol si uno no se divertía? ¿Qué tenía de especial ese gran deporte si todo lo que tenía que hacer era jugar siguiendo las ordenes de semejante hombre? ¿Qué sentido tenía todo esto? Semanas antes... ni lo había dudado, habría mandado al diablo a cualquier persona que osara contradecir a su comandante, pero ahora... no sabía que pensar, o que hacer. Bueno eso si.
― ¿Qué quieres ahora? ―Preguntó sin levantar la vista de su ordenador una vez el joven se adentro en su despacho.
― ¡Jugar este partido limpiamente y sin truco! No habrá tramado nada extraño, ¿verdad? ―Gritó con determinación por las distancia entre la puerta y la mesa del adulto.
― Tú preocúpate solo por seguir mis instrucciones.
Jude apretó los sientes a escuchar semejante contestación. Se dio la vuelta haciendo que la capa atada a su cuello bailara un poco. Antes de terminar de salir escucho las ultimas palabras del hombre vestido de morado. "Quien le escupe al cielo solo consigue que le caiga encima".
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― Recordad que son quienes nos averiaron el autobús. Puede aparecer en el suelo para que nos caigamos. Cuidado con que las paredes no se nos cierren encima.
El entrenador dijo serio parando frente a sus jugadores extendiendo los brazos para que no paran mientras él hablaba. Timmy, Sam, Tod y Jack, quisieron comprobar que las palabras de su entrenador eran ciertas y comenzaron a comprobar las paredes de sus lados, el suelo y techos.
― Jajaja... de verdad... ¿creyeron al entrenador? ―Preguntó con una leve risa nerviosa el moreno de piel albina.
― Vamos, diviértete un poco, solo es una forma de relajarnos. ―Le contesto divertido Max mientras posaba sus manos en su nuca. ―Oye, no olvidéis comprobar allí, quien sabe que colocaron en los pasillos.
― Pero no les tome el pelo. ―Le "regaño" Steven.
Al final de todos se encontraba Celia, mucho más seria de lo que era habitual en ella. Su mirada reflejaba tristeza, desesperación, preocupación e intranquilidad. Ese lugar no era quien le ponía de ese modo, si no saber que tendría que ver a su hermano mayor, que tendía que jugar contra él, y que el hermano mayor que tiempo atrás le defendió de cualquier peligro ahora... no quería saber nada de ella...
Los chicos llegaron frente a la puerta al vestuario que usarían allí. Mark se colocaba delante de todos con cara sería y decisión.
― Creo que este es nuestro vestuario
Susurró antes de levantar la mano dispuesto abrir la puerta, mucho antes de que pudiera hacerlo esta se abrió dejando ver que Jude salia de el, provocando la sospechas y sorpresas de todos aquellos que se tomaron abroma las anteriores palabras del entrenador, aun que no todos llegaron a sentir eso, entre ellos Mark.
―Veo que habéis llegado sanos y salvo. ―Comentó con su típico tono de seriedad y frialdad.
―¿Cómo has dicho? ¿No querrás decir que ojala hubiéramos tenido un accidente? ¿qué hacías ahi? ¿Qué trampa habíais preparado? ― Acuso Kevin con enfado.
―No te preocupes, no hay nada de nada.―Sentenció con el mismo tono antes de marcharse. Mientras lo hacía su mirada gélida oculta por sus extrañas gafas, se cruzo con la de Axel, el cual le mandaba una mirada seria y retadora.
No hubo mucha más conversación, pero aun continuaba esa mirada en la mas jóvenes de las gerentes, mirada que fue descubierta por Silvia, la cual se preocupo a verle de ese modo, pero prefirió no decir nada por el momento.
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Jude seguía con su paseo por la secundaría, ahora estaba en el campo mirando a su alrededor, buscando cualquier anomalía que hubiera podido colocar su comandante. No pensaba seguir bajo sus ordenes por más tiempo, se iba a revelar y lo haría en ese partido, no pensaba dejar que lastimara a los jugadores de Raimon como tenía pensado hacer. Comprobó cada rincón, la hierva bajo el arco, las esquinas marcadas del terreno de juego, todo, incluso miró el techo alto y oscuro buscando algo que no cuadrara.
― No había nada extraño dentro. Puede que en otro lado...―Susurro mirando el techo.
―¿¡Qué estas tramando Jude!?
El grito de Celia le sorprendió, haciendo que mirara al inicio del túnel para llegar a los vestidores. Ahí se encontraba la chica mirándole sería.
― Yo no te creo. Puede que hayas engañado al capitán, pero a mi no. Yo sé lo mucho que has cambiado. ―Dijo enojada sin apartar la vista de él.
― Que yo he cambiado mucho, eh―Desvió la mirada de su pequeña hermana y continuó con su actitud fría y distante desapareciendo por el otro túnel.
Celia se quedo mirando como se marchaba, ahora su cara reflejaba mas tristeza y preocupación que antes. ¿Donde estaba su súper hermano mayor? ¿Donde?
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En el vestuario los chicos, la gran mayoría comenzaron a buscar algo que no debiera de estar en ese lugar. Mark miraba a sus compañeros con cansancio y un poco de seriedad. Separado de ellos estaban las gerentes, Axel, Bobby y Ren, este ultimo aprovecho ese momento para colocar sus carpines y botas, acabando de prepararse para salir al campo.
― Ya os e dicho que no nos han puesto nada. Jude Sharo nunca nos perjudicaría.
― Pero es de la Royal Academy, ¿cómo sabes que no te ha engañado, eh? ―Dijo Kevin desconfiado.
Las miradas se alternaban, entre el capitán y Kevin algunos miraban curioso al otro, unos esperando la respuesta del castaño y otros por creer las palabras del pelirosa.
― Sé que podemos confiar en él. ―Contesto seguro con una pequeña sonrisa. ― Así que tranquilos.
― Eso espero... ―Susurró Silvia mirando al castaño. Sonrió y dio unos pasos al frente. Dio tres palmadas fuertes llamando la atención de todos sin borrar su sonrisa.― Bueno chicos vasta ya de hablar, que tenemos que concentrarnos para jugar la final.
―Es verdad, da igual lo que no hallan preparado, por que vamos a ganar. ―Sonrío de un modo algo infantil mientras miraba a la chica antes de levantarse. ― Vamos chicos, es hora de demostrarles que Raimon es el más poderoso de todos los equipos. ―Sonrió del mismo modo, cosa que sorprendió a todos, esa actitud no era normal en él, más por su timidez que otra cosa.
―Claro que si, vamos a ganar la final. ―Agrego motivado por las palabras de la chica y el mas novato de ellos.
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Sus planes no sería destruidos por unos niños. No. Ellos no harían que todo su trabajo durante todos estos años acabe en la basura, piensa acabar con Raimon, y el mejor modo para acabar con tu rival es acabar con sus esperanzas, si ese algo, o alguien que le hacía luchar hasta no poder más acababa cayendo, ¿cómo reaccionaría un equipo? Una sonrisa malvada se dibujo en su rosto a ver en la pantalla de su ordenador el nombre del capitán de Raimon.
Su mirada se despegó de la pantalla a escuchar como las puertas se abría de nuevo. Al principio se sorprendió a ver al anciano de lentes oscuras y redonda frente a él, pero no dejo que se demostrara en su rostro, estaba serio y gélido, casi como si no fuera un ser humano.
― Aquí estoy de nuevo, para acabar con las cosas de una vez y para proteger el futuro de estos chicos.
― Los viejos porteros nunca mueren, solo desaparecen.― Dijo con la misma seriedad con la que acostumbraba hablar. ― ¿pero qué hacemos si no desaparecen solos?
― ¿eso es una amenaza? Porque al Seymour Hillman de hoy en día ya no le afecta esas cosa.
Sus miradas tras los cristales de sus gafas oscuras se cruzaron, no se apreciaba, pero ambos tenían una mirada retadora y seria.
― podéis llegar a perder de un modo horrible, lo sabes ¿no? ―miró como se marchaba, y antes de que las puertas se crearan susurro.― Aun que claro, eso será si conseguís llegar al partido
Una nueva sonrisa de maldad se dibujo en su rosto antes de volver a mirar la pantalla ahora fijándose en el jugador de dorsal quince y su apellido.
― Fire... jum, no sabía que tenía un hermano pequeño... ― Susurró antes de cerrar esa información y comenzar a buscar más sobre ese chico, información que no localizo. ― jum... este jugar no fastidiara mis plantes, no lo hizo su hermano, no lo hará el... ― pensó antes de sonreír de lado a encontrar algo que le parecía mucho más interesante.
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El detective Smith no pensaba dejara que volviera pasar algo parecido a lo sucedido hacer cuarenta años con los legendario Inazuma Eleven o lo que casi le sucede a Raimon. No se fiaba de Ray Dark, y no pensaba dejar que le pasara algo a los chicos solos por sus ansias de ganar. Mando agentes que revisara todo los alrededores del instituto, bajo tierra, en las alcantarillas, por el aire, incluso ingenieros que comprobaban que todo fuera como siempre.
― ¿Seguro? Volved a revisarlo todo de nuevo. ―Ordeno una vez sus hombres le confirmaron que todo estaba en orden. Se volteo para ver al hombre de su lado, su informático que se encargaba de piratear el sistema del instituto.― ¿Y ahí?
― Sin la contraseña, no podremos entrar en la red interna de la Royal Academy.
― ¡Eso se arregla echándole más narices!
― Ya narices. Pero, ¿esta seguro de que ha puesto alguna trampa en el estadio? ― Susurro no muy convencido aun intentando buscar la contraseña.
― No me cabe duda. Seguro que Dark a tramado algo. Quien sabe que maldad habrá preparado para salirse con la suya.
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Mark estaba animado, y ahora que había soltado el liquido de más estaba listo para darlo todo en el encuentro. Con una sonrisa de oreja a oreja salió del baño, estaba muy animado. Poder jugar contra Jude de nuevo le emocionaba muchísimo. Cuando se disponía a regresar al campo vio como Jude caminaba por el fondo del pasillo, el de rasta no le vio. Extrañado porque estuviera deambulando por los pasillos cuando faltaba poco para que comenzara el encuentro, la curiosidad pudo con él y fue tras el capitán de la Royal Academy. ¿De verdad sus compañeros tendría razón...? Le siguió con cautela, escondiéndose tras una pared antes de doblar, vio por donde entraba y a los pocos segundos fue él por detrás, pero a quien se encontró allí y no era Jude...
A doblar la esquina casi choca con alguien, paró en seco y miró arriba, un hombre alto con una nariz puntiaguda vestido de morado estaba allí mirándole con una leve sonrisa, pero más que sonreír parecía que estaba serio, aun que no se podía confirmar, sus gafas oscuras no dejaban ver sus ojos.
― Tú eres Mark Evans, capitán del Raimon, ¿verdad? Joven
Mark lo miraba extrañado y algo sorprendido, un leve "si" escapo de sus labios como respuesta. El adulto sonrío de lado por unos segundo y prosiguió con su charla con él.
― Soy el entrenador del equipo de la Royal Academy. Me llamo Ray Dark.
Le miro aun más confundido. ¿y... eso por qué lo quería saber él? ¿Qué es lo que quería de él?...
― Quiero hablar contigo... sobre Jude Sharp.
Esas palabras dejo mas serio y algo tenso al portero. ¿Qué le pasaba a Jude? ¿Estaba mal y por eso esta de ambulando por los pasillos de la escuela?
― ¿De Jude?
― Escucha,¿Sabías que Celia, unas de las gerentes de vuestro equipo es la hermana pequeña de Jude Sharp?
― ¿¡Cómo!?― Contesto sorprendido.― ¿Celia es la hermana de Jude?
― Perdieron a sus padres siendo muy pequeño, y vivieron en un orfanato. Pero cuando Jude tenía seis años y Celia cinco, fueron adoptados por familias distintas.
― Con que fue por eso...
― Pero Jude quería vivir con su hermana de modo que hizo un trato con su padre adoptivo, le prometió que ganaría el torneo de Fútbol Frontier tres años seguidos, los tres de secundaria. Por eso si Jude no consigue ganar jamas podrá traer a su hermana consigo.
¿Cómo?... esas palabras dejaron al castaño preocupado, sin palabras y muy mal por dentro. No sabía que más decir, incluso su mente se perdió de ese lugar. Si perdían... Jude y Celia podrían llegar a vivir juntos, pero ellos no podían perder, no quería perder... pero si no lo hacía Jude y Celia no se volvería a estar juntos ¿Qué debía hacer?
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Ambos equipos ya estaban en la cancha comenzando con el calentamiento. Mientras que los muchachos practicaban las gerentes comenzaron a sacar lo necesario para preparar las bebidas. Silvia fue hablar con Celia para que le ayudara, pero esta se encontraba rara, mas que eso, distante. Miraba con tristeza la parte de la Royal Academy casi como si buscara a alguien, y así era. Buscaba a su hermano el cual aun no había llegado para calentar junto a sus compañeros. Aun que ella no era la única distraída de Raimon. Mark tampoco estaba en uno de sus mejores momentos.
― Capitán...― Susurró preocupado Ren. Acababa de lanzar uno de sus tiros para ayudar a calentar al castaño, pero este ni se inmuto y eso que el balón casi le golpea.― Capitán, ¿estas bien?... no estas... como siempre...
― ¿Ah? ¿Qué?― Miró al chico y luego al suelo viendo al balón, volvió a mirarle mientras sonreía con nerviosismos.― Mira voy a lavarme la cara.― Dijo antes de salir corriendo camino al túnel. Aun que el no lo noto tres personas siguieron con su mirada como se iba.
― Capitán...
― Yo practicaré contigo en lo que vuelve.
Esas palabras sorprendieron al chico haciendo que mira del mismo modo al chico de cabello en punta y claro que estaba a su lado. Asintió con la cabeza mientras mordía su labio inferior por dentro.
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Silvia preocupada fue tras el capitán. Unos minutos más tarde de que él entrar al baño entró ella encontrando al castaño mojando su cara con un rostro muy serio y preocupado, cosa nada normal en él. Le llamo con una sonrisa mientras le tendía una toalla. Él se sorprendió a verla allí, pero no le dio importancia, solo tomó la toalla secando su cara mientras le agradecía.
― Oye Mark.. ¿Qué te ocurre? Se te nota en la cara. ¿ni siquiera puedes contármelo a mi? Que yo sepa en el fútbol cuando uno solo no puede con algo cuenta con el compañero, ¿no? .― Le dijo con una sonrisa esperando que así llegar a contarle.
El castaño miró el reflejo de la chica en los espejo una vez apartó la toalla de su rostro, sonrío un poco y decidió contarle todo lo que había averiguado sobre Celia y Jude.
― No quería preocuparte...
Terminó de contarle y ambos estaba echado en el mueble para los grifos. Silvia en el más alto echando su espalda, y Mark sentado en uno uno poco más bajo.
― Con que era eso.
― Sí les ganamos Celia y Jude no podrán vivir juntos y eso...
El silencio se hizo presente. Ninguno sabía que más decir. Silvia no encontraba las palabras para animar a Mark, esa historia era muy triste, dos hermanos separados desde tan pequeños, y que ahora no pudieran volver a vivir juntos si pedía el encuentro... era tan triste.
― ¡Espera!
El grito de Celia alerto a ambos haciendo que se levantaran de sus lugares y fueras rápido a la puerta para intentar saber que estaba sucediendo, siguieron la voz de la chica acabando tras una de la pared escuchando la conversación de los hermanos.
― Quiero saber que estas haciendo aquí
― No tiene que ver contigo.― contesto con sequedad antes de seguir con su camino, pero no llegó alejarse mucho.
― Has cambiado. Desde que te fuiste con los Sharp, has cambiado mucho. Desde que nos separaron y fuimos a familia distintas no te has puesto en contacto conmigo ni una sola vez. ¿por qué? ¿estas tramando algo malo, Jude? O es que... ¿soy un estorbo para ti? ― Susurró con tristeza.
Esas ultimas palabras sobresaltaron a Jude. Claro que no, ¿cómo podía pensar en ello? Pero no podía decirle... aun no podía decirle lo que de verdad pasaba.
― ¿¡Es eso!? ¿Te estorbo?
Jude solo desvió la mirada aguantando las ganas de decirle la verdad, aun no era el momento para sincerarse y pedir disculpa a su hermana pequeña
― ¿Por qué no has querido hablar conmigo? Ya no eres el Jude bueno que yo conocía.― continuaba hablando con desesperación, con unas pocas lágrimas acumulándose en sus ojos.― ¡eres un extraño para mi!
Ese ultimo grito fue las ultimas palabras que le dijo antes de salir corriendo. Jude apretó sus dientes y puños, no podía aguantarlo más, había echo llorar a su hermanita, ¿cómo se podría perdonar eso? Pero no era el momento para eso, ya encontraría el momento y la forma de solucionar todo con su hermana, ahora tenía que encontrar la trampa de Dark.
Mark y Silvia se fueron de allí momento más tarde que los hermanos. Caminaban conversando sobre lo triste que era esa situación y que tenían que encontrar una solución para ayudarles, pero de ninguna manera se dejarían ganar... eso no sería fútbol. Pararon en medio de un cruce de pasillos viendo al principio de una de las desviaciones al entrenador Seymour y al detective Smith conversando.
― Así que es verdad que Ray Dark a planeado una de las suyas.
― Tengo a todos los agentes buscando, pero aun no hay nada.
― ¿Necesitas ayuda?
― No yo me encargo de las cosas aburridas, tu preocupate de los chavales y de hacer un buen partido.
Esa palabras sorprendieron e hicieron que Mark se diera cuenta de algo. ¡Ya lo entendía! ¿Cómo no se dio cuenta de esto antes? Jude no estaba deambulando por los pasillos sin ningún motivo, él estaba buscando lo mismo que el detective Smith, estaba buscando la trampa que ha montado Dark. Ante la mirada extrañada y sorprendida de Silvia comenzó a correr por uno de los pasillos. Ambos llegaron a las gradas comenzando a pasear por ellas buscando algo extraño.
― ¿Y bien?― Preguntó Silvia caminando por detrás.
― No veo nada extraño, además no creo que lo halla echo con tanta gente delante.
― Pero si Jude, quiere vivir con su hermana le interesa que nosotros nos retiremos, ¿no?
― Jude es un jugador fantástico. Jude no quiere recuperar a su hermana haciendo trampas, quieres ganarnos limpiamente, por sus propios méritos. Por eso se esfuerza tanto, y por eso mismo es un jugador fantástico. ― Contesto con determinación mientras se echaba en la baranda mirando al frete.
― Vaya, parece que conoces muy bien a Jude, ¿no? Pero... ¿puedes jugar contra él? Si juega limpio y ganamos nosotros, el instituto Raimon. Jude y Celia no vivirán juntos
― Si el quiere jugar enserio.― Le interrumpe agarrando con fuerza la barra metálica.― El todo por el todo, y sin trampas. Pues nosotros tenemos que hacer lo mismo. Porque sino le estaríamos faltando el respeto.
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Ren miraba a su alrededor aun más pálido que de costumbre, seguro que hasta sus marcas morenas se volvieron blancas.
― ¿En serio que... tendremos que jugar aquí? ¿Con tanta gente?― Susurró asustado mira a su alrededor mientras agarraba con más fuerza el balón.
―Oh, vamos no te pongas nervioso, no es para tanto.― Dijo burlón Max parado frente a él.
El chico quiso decir algo como queja pero Sam le atacó por la espada, comenzado hacerle cosquillas mientras gritaba "Vamos, así se te irán los nervios". El más bajo intento librarse mientras no podía parar de reír, en uno de sus movimientos brusco acabo pateando el balón, haciendo que rebotara contra el alto techo. El esférico cayo sobre la cabeza de Ren, el cual antes de caer al suelo agarro de la camiseta a Sam, provocando que ambos quedaran recostados en la hierva. Al abrir sus ojos con lentitud vio un pequeño brillo que se acercaba a ellos, sus ojos se abrieron de golpe a ver que lo que caía eran unos tornillos. Por el temor ambos chicos se quedaron mudos hasta que vieron que los objetos había impactado contra el suelo y no en ellos, en ese momento recuperaron la voz.
― ¡AAAAH!
Ese grito alarmo a todos, tantos a sus compañeros como a rivales. Mark que recién entraba en el terreno de juego junto a Silvia, a reaccionar a lo visto salio corriendo a donde estaban sus dos compañeros. Jack estiro su mano para ayudar a levantarse al de cabello naranja el cual se agarro a su él como un kola hace con las ramas de los arboles mientras lloraba jurando que nunca más haría travesuras. Ren seguía mirando el techo asustado y con los ojos muy abierto, no reaccionó hasta que noto como uno de sus compañeros le agarraba por la espalda levantandole un poco apoyando esa parte en la pierna de su compañero.
― ¿Te encuentras bine?― Preguntó serio mientras le miraba a los ojos.
Se sorprendió mucho más a ver directamente esos ojos marrones oscuros, notando en ellos algo de preocupación. Asintió casi de inmediato relajando su respiración, pero sus latidos comenzaron aumentar considerablemente.
― ¿Tornillos? ―Pregunto confundido Mark a ver lo que Kevin le mostraba.
― Así que se han caído, eso es muy peligroso. ¿Y si llegan a darle a Sam y al enano? ¿Qué había pasado?― Protesto el de cabello rosa mirando de reojo arriba.― ¿Es que aquí no hay mantenimiento o que?
Mark miraba confundido el objeto metálico que sostenía entre su mano, casi era tan grande como su mano, por no hablar de su peso, esto cayendo de una gran altura podía haber lastimado a alguien. ¿Y si hubiera pasado en mitad del encuentro?
Continuara...
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