Capitulo 1
__Capitulo 1__
Las clases han terminado hace menos de cinco minutos, pero algunos alumnos aun siguen por el centro escolar, ¿por qué lo hacen? Pues esta claro, para asistir a sus clubes, algunos se realizaban en algunas aulas de dentro del centro, pero otros como los clubes deportivos tenían su sede en el exterior, y a uno de esos sitios es adonde se dirige un chico de cabello castaño. Al sitio donde se dirige es una caseta de club algo vieja e incluso da la impresión que de un soplido se podría caer.
El joven castaño no duró mucho tiempo allí dentro, salio del lugar dando un portazo, estaba enojado, él era el capitán del equipo de fútbol, y por ahora solo eran siete miembros, pero hacer tan pocos los demás clubes deportivos no les deja utilizar su cancha con la escusa de que era estupido que entrenaran. Como esto no solo ha pasado un día, sino que es cada día los demás integrantes se han cansado y prefieren pasar la tarde metidos en la sede sin hacer nada.
Cuando el chico cerro la puerta dejo caer el balón que había agarrado hace unos segundos, a estar el esférico en el suelo comenzó a patearlo mientras corría detrás del objeto. El pequeño enfado que sentía ya había desaparecido, es que para este chico el patear un balón de fútbol le quita todas las penas. Pero su pequeña carrera fue interrumpida por la voz de una chica, quien era la gerente del equipo.
―Hola, Mark.
―Ah. Hola Silvia.
―Siento mucho no haber podido conseguir el campo. ―Comentó apenada la chica.
―Que se le va hacer.
―¿Pero... y los demás? ―Preguntó mientras miraba la sede
―Pues como siempre: que no entrenan. ―Aun que era una mala noticiá el joven hablaba con su típico tono de alegría.
―¿Quieres qué valla y decirses que salgan? ―Comentó con molestia, menudo equipo que no quiere entrenar.
―No hace falta. Antes o despues les entraran ganas de jugar. ―El chico levantó el balón de un toque, agarando lo con las manos. ―Porque yo sé que en fondo a todos le gusta muchísimo el fútbol.
A escuchar ese tono del capitán la chica de cabello verde se tranquilizo.
―¿Entonces te vas de nuevo a la rivera del río? ¿Otraves a entrenarte con los niños de primaria?
―¿Eh? Si, pero están mejorado mucho. ven a comprvarlo tu misma. ―Dice con una enorme sonrisa, con esa sonrisa que podía alegrar a cualquier persona.
/_-_-_-_/
Una persona de cabello plata se encuentra sacando figuras de plástico de diversos animes que están embalados con la máxima protección, cada figura que saca de la caja y de su protección es colocada sobre una estantería que esta anclada a la pared. Tras llenar dos baldosas terminó de colocar todas sus figuras, y con ello ya tenía casi terminada la decoración de su cuarto. Pero ya estaba harta de tanta mudanza, primero tubo que desmontar todo lo que tenía en su habitación de la anterior casa, coger un avión para llegar a Japón, pasar un día en un hotel por que los muebles no habían llegado hasta esta mañana, y desde entonces lleva subiendo y bajando cajas, moviendo mueble de un lado a otro.
Cansada de todo lo que había estado haciendo durante el día se tiro en su cama, como está pegada a la ventana no tubo que levantarse para conseguir abrirla, notando una suave brisa que la relajo al mismo tiempo que la refrescaba. Se habría quedado dormida en ese lugar sino es por que notó un pequeño golpe en la mano que dejo colgando. Se levantó de golpe alterada ¿que había sido eso? Miró al lugar donde había residido el golpe, encontró a su perro de pelaje crema que la miraba con alegría mientras le daba la correa.
―Quieres salir a pasear ¿no, Dabo? ―Dijo la chica mientras le acariciaba la cabeza.
/_-_-_-_/
Ya era hora de replantearse el echo de volver a casa, pero claro sí estas jugando al deporte que más amas en este mundo te da igual que ahora mismo este atardeciendo, o incluso sea de noche, lo importante en ese momento es pasarlo bien. Y como era de esperar de el capitán del equipo de fútbol de Raimon: él era unas de esas personas. El cielo ya se había tornado naranja por el atardecer y ahí sigue entrenando con los niños de primaria.
Unas cuantas jugadas más y se acabaría todo, aun que el castaño quisiera seguir tenía que recordar que con los que jugaba eran niños de primaria, seguro que sus madres se enfadarían mucho si llegan muy tarde. Unos de los pequeños chuto el balón pero el esférico salió desviado a fuera del campo, justo al lugar donde dos chicos que parecían mayores pasaban por ahí, y que casi reciben el imparto de ese chut. A ver lo sucedido Mark salió corriendo al lado de los otros chicos mayores, tenía que disculparse, si no es por esos centímetros de diferencia seguro que se habría llevado un gran golpe. Pero el golpe se lo acabo llevando él. Fue a pedir disculpa y pedirle el balón pero el más bajo de los dos le pego una patada en el abdomen provocando que se cayera al suelo de rodillas por el dolor, mientras el chico aguantaba el dolor también tenía que escuchar las burlas que esos dos chicos hacían referentes a su equipo. Todo esto era observado en silencio por los niños de primaria, la gerente del equipo, un chico de cabello crema que caminaba cerca del lugar, y desde el puente una chica de cabello plateado corto y peinado empunta hacia la izquierda y su perro.
―¿Que dices, les enseñamos como se chuta de verdad? ―Dijo el más pequeño.
―Vale, esta bien. Vamos a demostrárselo. ―Contesto el otro antes de escupir al balón, cosa que provoco un gran enojo por parte del castaño y las otras dos personas que no estaban en el campo.―¡Ahí va eso! ―Gritó mientras chutaba, al hacer esto resbalo y quedo sentado en el suelo.
El esférico fue directo a la cara de una niña que antes que aparecieran esos tipos bebía agua con tranquilidad, y ahora a ver como el objeto se acercaba a ella hizo que se queda bloqueada. Pero un rápido movimiento del chico de cabello crema salvo a la chica. De una corta carrera bajo la pequeña cuesta y en el momento justo llegó para chutar el balón con una dirección; la cara de ese escupe a balones.
Mientras que abajo del puente, donde se encuentra la cancha, el joven portero se presenta al que acaba de chutar con una fuerza increíble, y que había echo escapar a los dos matones momentos antes. en la parte de arriba del puente la persona con el perro sonríe con alegría mientras prosigue con el paseo de su perro.
/_-_-_-_/
Una habitación, un lugar que estaría totalmente oscuro si no fuera por los traiciones royos de la mañana que se colaban por lo más alto de la ventana, lugar donde la persiana no conseguía mantener serrados unas pequeñas rejillas. La poco luz que entra permite ver un gran desorden, una chaqueta amarilla, una camiseta gris y unos pantalones azules marino se encontraban tirados por el suelo, uniéndose a esas prendas se encuentra una gran parte de la sabana de la cama. Pero no solo el suelo estaba desordenado, encima de la cama una camiseta blanca con pequeños detalles en negros colgaba de la pared por cuatro chinchetas, en la mitad tenía escrito el número siete y encima de ese número se podía leer: A. FIRE. Siguiendo a esa camiseta una bandera de un equipo español muy conocido por todo el mundo, al rededor de esa bandera y por todas las paredes un montón de poste de distintos animes que estaban colocados un poco como se hace con la figuras en el juego del tetris. Sobre la cama, que ahora no tenía sabana ni almohada, se encuentras una persona de cabello plateado que duerme plácidamente, a los pies de la cama, echo una bola se encuentra un perro de pelaje crema que parece ser una mescla entre pastor aleman y labrador.
(N/A:ese desorden en la pared va en honor de mi mamá. ¡Siempre dice que mi cuarto esta desordenado por los poste que cuelgo!)
La puerta del cuarto comenzó abrirse con lentitud, una figura femenina, con una altura normal de una mujer adulta comenzaba a caminar por dentro del cuarto, esa persona tiene su cabello rojo amarado en un moño y unos cuantos mechones ocultaban su frente, sus ojos verdes llamavan la atención de una gran manera ya que su piel bronceada y el leve maquillaje que llevaba ayudaban mucho a ello.
La mujer a ver el gran estropisió que había montado no pudo evitar enojarse. Solo llevaban un día en esa casa y ya tenía el cuarto en ese estado, esta chica no tiene remedio. A no poder levantar la persiana de golpe, ya que despertaría antes a la persona de la cama, opto por una opción más sencilla y algo malvada: encender la luz la pequeña lampara de la mesita. La mujer se acerco a una pequeña mesa que hay al lado de la cama, agarro la pequeña lampara y la colocó apuntando al rosto de la chica de piel pálida. Con la otra mano recorrió el cable hasta llegar al interruptor, colocó los dedos, aclaro su garganta, tres, dos, uno: presiona el interceptor mientras que de su garganta escapa un grito de enojo.
―¡ROSENTHAL FIRE!
Ese grito, esa luz tan repentina en su cara, era causante de su gran dolor de ojos en ese momento. Cuando escucho el gritó abrió de golpe los ojos por el susto, pero sus ojos fueron acuchillados por una fuerte luz provocando que sus manos fueran a tapar sus ojos mientras se movía para ponerse boca abajo ocultando su cara en la oscuridad mientras suelta un pequeño gritó de dolor. Pero no solo ella a salido alterada de la situación, el perro comenzó a ladrar por el miedo que le causo esos gritos, y esa luz tan repentina, estaba tan asustado que cuando se dispuso a levantarse colocó mal una pata y calló al suelo.
―¡Mamá esto no tiene gracia! ―Protestaba la chica que salía de su escondite, aun mantenía sus ojos ocultos tras una de sus manos, pero con una pequeña abertura intentaba comprobar si su perro estaba bien.
Toda esa escena tan cómica era presenciada por un cuarto ser vivo, un gato con mucha cantidad de pelo que provocaba la lución de gordura, pero el físico del animal era todo lo contrario. El animal desde el escritorio de la habitación observaba la situación con sus enormes ojos azules, color que delataba que aun era un bebe.
―Porque no vallas a la secundaria no es escusa para que este todo el día en la cama. ―Protestaba la mujer mientras dejaba la lampara donde estaba antes.
―Pues yo si la veo, después de todo no fue a mi a quien se le olvido pedir una matricula para alguna secundaria. ―Contesto la chica con burla mientras se tumbaba de nuevo.
La mujer mira más enojada a su hija, aun que le fastidiaba ella tenía razón, con todo el lío de la mudanza se le había olvidado buscar una secundaria para su hija.
Mientras que la mujer buscaba algo con que contestar a la joven, un perro se subía a la cama mucho más tranquilo, se acerco a su ama y comenzó a darle suaves golpes el brazo, en uno de esos golpes consiguió levantarlo un poco, cosa que aprovecho para meterse por ahí y tumbarse bajo el acogedor brazo de la chica. Al mismo tiempo el joven minino abandonaba el escritorio para subirse en la cama y acostarse echo una bola junto a la espalda de la chica.
―Dabo y el gato están con migo. ―Dijo la chica con una voz perezosa.
―¡LEVANTA DE UNA VES! ―Ordeno con enojo.
Esta ves ambos animales levantaron sus cabezas para mirar a la mujer, la miraron por unos segundos, el más grande de los dos con unos ojos pequeños pero de un tono castaño que rebosaban vida, y el más pequeño y joven con unos irresistible ojos azules de un tamaño casi mayor que la cabeza. Tras esa mirada volvieron a recostar sus cabezas.
La mujer de cabello rojo miró la escena asombrada, la frase de: las mascotas se parecen a sus dueño, tomaba un significado muy gráfico en ese momento. Al final acabo rindiéndose y suspiró con cansancio.
―Tú ganas, pero solo por esta ves. Me voy a trabajar. ―Dijo la mujer mientras se agachaba para apagar la lamparita, y después de eso se marchaba serrando la puerta.
/_-_-_-_/
Por otro lado el equipo de fútbol de la secundaria Raimon había obtenido un ultimátum; sí no ganaban el partido contra la Royal Academy el club acabaría serrado, y Mark Evans, capitán del equipo, no estaba dispuesto a que eso pasara. El equipo fue a visado del partido un día después de lo sucedido en el campo de fútbol con esos dos abusones, mismo día que Axel Blaze entraba en la secundaria, persona que fue delantero estrella de la secundaria Kirkwood el año pasado, y misma persona que salvo a la pequeña niña de ese balón. El castaño en ese momento tenía dos grandes problemas; uno: lograr encontrar a las cuatro personas que le quedaba para completar el equipo. Y dos: conseguir que Goenji fuera una de esas cuatro personas.
La primera persona que quería que se uniera; era el delantero Axel Blaze, pero este se negaba una y otra ves, aparte de preguntarle al chico de cabello crema y empunta, el castaño decidió ir por toda la secundaria con un enorme cartel en el que decía: ¡Se buscan miembros para el club de fútbol! Pero nada, solo revivía negativa, incluso intento convencer a personas de otros clubes, entre esas personas se encontraba un corredor de atletismo de cabello azul y ojos marones.
― A, así que fútbol ¿En?― Susurro el chico pensativo.
― ¿Eh, Nathan no dices que quieres enfrentarte a los mejores deportistas del mundo? Bueno pues aquí están, solo tienes que decírmelo. Estaré entrenado en el parque que hay detrás, puede pasarte cuando quieras, bueno hasta la vista.― Mucho antes de que el pobre chico pudiera contestarle el castaño huyo del lugar
― Yo hablaba de los mejores deportista de atletismo.
El chico con la banda naranja en la cabeza aun seguía con lo mismo, necesitara encontrar miembros y le daba igual cuantas personas le rechazaran, él no pensaba abandonar. Era tal sus ganas de conseguir miembros que hablo con un chico que parecía que el único deporte que realizaba era en clase de deporte y por que era obligatorio. Ese chico no le dio una negativa, ni tampoco una afirmación, asique solo sirvió para confundir al castaño. En el momento que el capitán hablaba con ese chico de gafas uno por la espalda que tenía un gorro rosa y azul observaba el cartel con una mirada de intriga y aburrimiento.
En unos de sus viajes de un lado a otro en busca de nuevos miembros una chica de cabello azulado que utilizaba unas gafas con la montura roja decidió hablar con ese chico.
―Soy del club de periodismo, sabemos lo del partido. ¿Tienes alguna declaración que hacer? ―Preguntó la chica mientras se preparaba para escribir lo que fuera en su pequeño cuaderno marrón claro.
―¿Una declaración? ¡Ha claro!
―A ¿sí? ¿De que se trata? ―Preguntó la chica emocionada.
―Nuestros club sigue buscando nuevos miembros. ―Termino con una de sus grandes sonrisas tan característica.
El tiempo pasaba y el chico seguía sin encontrar nuevas personas para el club, pero su viaje de lado a lado era observado por sus compañeros, estaban impresionado por las ganas que le ponía, y mientras ellos ¿qué? ¿Se quedaban en la caseta del club leyendo manga, jugando a vídeo juegos, o simplemente sin hacer nada? No... eso tenía que cambiar ahora mismo.
/_-_-_-_/
Un chico de cabello crema caminaba por las calles mientras que el cielo se iba cambiado poco a poco de un tono naranja a negro. ¿Estaba enojado o interesado? No, estaba enojado, ese pesado de la banda naranja no lo dejaba en paz, ya le había dicho que había dejado el fútbol, ¿de esas palabras que es lo que no entendía? Aun que esos ojos de hace un momento, le miraba con unos ojos llenos de amor hacia el fútbol y con una gran confianza, como si de verdad creyera que puede vencer a Teikoku.
― Que pesado.― Susurro el chico con cansancio.
Minutos atrás a tenido que huir del chico ya que no aguantaba más sus palabras, aun que ahora mismo se replantea si esta asiendo bien. No, como puede pensar esos. Dio unos leves movimientos de cabeza para alejar esos pensamientos de su cabeza, estaba haciendo lo correcto. Cero los ojos por unos segundo mientras suspiraba, era una gran manera de relajarse al abrirlo pudo ver como una persona pasaba a su lado dirección contraría mientras corría seguido por un perro. Las pocas milésimas de segundos que pudo ver la cara de esa persona le sonó conocida, provocando que volteara la mirada para comprobar si conocía a esa persona, pero ya estaba algo alejada, y que por la espalda no podría reconocer a nadie decidió olvidarse del tema, pero aun que él quería su mente no le dejaba, algo dentro de el se había iluminado tras ver ese rostro, y eso que no conseguía recordar nada de esa persona, aparte de su ropa, una chaqueta amarilla, y unos pantalones de un tono azul marino.
/_-_-_-_/
Ya había pasado una semana desde que su madre la levantó de un modo nada cariñoso. Ahora mismo se encontraba bajando las escaleras de su casa, vestía con su típica chaqueta amarilla y camiseta gris, junto a unos pantalones deportivos de un tono azul marino, desde hace unos días se ha aficionado a salir a correr por la mañana, es una persona muy activa y le encanta el deporte y ya que le prohíben jugar al que mas le gusta, tiene que busca alternativas, y una de ellas es el atletismo.
Entró en la cocina con la intención de tomar un trago de zumo y salir corriendo de la casa junto a Dabo, pero sus planes fueron rotos. A su sorpresa su madre se encontraba en la cocina preparando algo que comenzaba a oler delicioso, y lo que más le extrañaba es que en el lugar donde suele sentarse a las horas de las comidas se encontraba un hoja de papel.
―¿Cómo que estas aquí? ―Preguntó mientras se acercaba a la mesa para agarrar la hoja de papel.
―Bueno días a ti también, hija.
―Bah, formalismo que sobran entre familia. ¿Qué es esto?
― Es la matricula de Raimon, ya has perdido mucha escuela, y como tu padre se entere nos mata a las dos. ―Comentó divertida al mismo tiempo que apartaba del fuego la olla de donde provenía ese delicioso aroma. ―Me voy a trabajar, hoy no llegare hasta tarde, así que os e dejado preparada la comida. Rellena la matricula y entregala. ―Agrego mientras se quitaba el delantal y salía de la cocina.
― Si, si, ya lo are.
― Rosenthal, más te vale hacerlo, es la única secundaria de por aquí que tiene plasa.
―¿No tenía que irte a trabajar? ―Preguntó con cansancio, sus vacaciones habían acabado y eso le fastidiaba un poco y era incapaz de disimularlo.
Continuar...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top