Capitulo 17

Inazuma Eleven no es de mi propiedad, el anime pertenece a LEVEL-5, yo solo secuestro a sus personajes e historia por mera diversión.

·Una nueva Aventura T-2·

― Hiroto, ¿entonces eres un extraterrestre?

― Vamos, Endo Mamoru. Juguemos al fútbol.

Su mirada se volvió más dura, no podía creer que hubiera tenido todo el tiempo a un extraterrestre hablando con él, y no haberse dado cuenta. Pensaba que podrían tener un nuevo partido fuera de preocupaciones, y solamente disfrutar del fútbol, pero estaba claro que no iba a poder ser así.

― Pero, ¿qué está pasando? ¿Cómo que un amigo de Endo es de la Academia Alius?

― Parece que han engañado a nuestro amigo― supuso Megane con pose pensativa―. Lo que quería esa gente era fingir que se hacían amigos de Endo para que fuera más fácil ganarle.

― No, te equivocas― las palabras del pelirrojo sorprendieron al "detective" ―. Tan solo quería jugar al fútbol con vosotros, nada más. Quiero conocer vuestro estilo.

Por detrás, uno de sus compañeros preguntaba a otro si era buena idea jugar un partido sin tener permiso, el otro tan solo le contesto que sí Gran les decía que tenían que jugar, se jugaba y punto.

― ¿Gran? ¿Acaso ese es tú autentico nombre? Creí que podríamos divertirnos un poco jugando al fútbol todos juntos, pero sabiendo que sois de la Academia Alius. Entonces jugaremos sin contemplaciones― exponía el capitán con seriedad, el rostro de sus compañeros tras él decía lo mismo.

― Sí, por supuesto.

Los equipos se encontraban fuera del terreno de jugo planeando sus estrategias, o por lo menos Raimon hacía eso. Todos sus jugadores, menos Fubuki, se encontraban en corro escuchando las palabras de sus compañeros.

― Y yo que había pensado que cuando ganásemos al Épsilon todo se acabaría.

De nuevo en los baños, Fubuki se echaba agua en la cara para mentalizarse y calmar a Atsuya dentro de él. Aunque estaba convencido que él debía ser quien tirara a puerta ese día, Atsuya se burlaba de él a través del espejo. "¿Marcar tú? ¿Cuánto tiempo vas a seguir con la misma tontería?" Su reflejo se distorsionaba ante sus ojos. Temblaba ante "la imagen de su hermano" señalándole y diciéndole tales cosas. "Aun no te has dado cuenta que tú no sirves para esto. Contra esta gente la velocidad es algo crucial, lo sabes muy bien, no." No respondió, tan solo inclinó la cabeza mientras sostenía con más fuerza el lavabo "Me estas escuchando Shiro, ¡Shiro!"

― ¡No saldrás! ―grito tratando de acallar esa voz.

Volvió con los demás con la cabeza gacha, dejando que su flequillo cubriera totalmente su rostro. El primero en acercarse a él fue el capitán, pero por detrás la rubia le miraba preocupada.

― Shiro... ¿te ocurre algo?

El chico dio unos pasos más antes de detenerse por completo. A hacerlo miró al castaño con una pequeña sonrisa, como si no pasara nada. Kido se acercaba a ellos con paso tranquilo.

― Fubuki quiero que te pongas en la delantera― esas palabras alteraron al albino, pero pronto cambió su expresión por una más decidida―. Tendremos dos puntas, Albin y tú. ¿Le parece bien entrenadora? ―preguntó más por confirmar, pero estaba seguro cuál sería su respuesta.

― Sí, encárgate tú.

La chica de cabellos azules comenzó a quejarse, le parecía injusto que ella jugará en su lugar. Ichinose trató de calmarla, diciéndole que Kido sabía lo que se hacía, que tenía que confiar en sus dotes de estratega. Lika, cambió totalmente su actitud y se agarró al brazo del castaño de forma amorosa mientras le daba la razón y le garantizaba que le animaría con todo su amor.

Rosen tomaba aire mientras lo soltaba poco a poco al tiempo que ataba el pañuelo al cuello. No tuvo tiempo de avisar a Kido, y tampoco podía quedarse en la defensa sí Albin jugaba. Tenía que dar todo para conseguir derrotar de una vez por toda a la Academia Alius. No había empezado a correr y ya notaba el corazón palpitar a mil, estaba nerviosa.

― A por ellos Fubuki, tienes que marcarles un gol con tu Eterna Ventisca― le animó Domon con una sonrisa.

Ahí, sin presionar al chico ni nada― rodó los ojos mientras bebía de su botella. La tiró junto a la banca antes de acercarse al albino pasando un brazo por sus hombros mientras sonría de lado―. Los delanteros de Raimon no piensan dejar pasar ni una oportunidad.

Se sorprendieron ante tal ánimo, pero el más sorprendido era Fubuki, no esperaba volver a tenerla tan cerca. Nervioso y con un leve sonrojo se aportó rápido mientras le pedía que no volviera hacer algo así tan de repente. Ella solo río sin maldad, estaba claro que no iba a dejar de acercarse a él.

― ¡Vamos haya equipo! ―animó el capitán mientras salía corriendo a su posición seguido por los demás.

El partido comenzó con el saque de Raimon, Fubuki dio el primer pase a la rubia quien comenzaba el ataque, pero pronto el delantero rival le arrebató el balón. Ni siquiera le vio venir.

Kido avisó a Ichinose para que se encargara, pero fue inútil, era mucho más rápido. Incluso superaron a los defensas que volvían atrás para cubrir la portería. ¿De donde había salido estos? Su velocidad no se quedó solo en la carrera, los pasos iban de uno a otro de los jugadores con tal fluidez que era imposible saber donde estaba el balón. Acabó en los pies de Gran, quien estaba frente a la portería, Endo se preparó dispuesto a detener el tiro, pero, aunque era uno normal acabó destruyendo la Mano Demoníaca. Ninguno podía creer que hubieran abierto el marcador de una forma tan rápida y sencilla.

Gran estaba igual de confundido que los demás. ¿Había entrado? ¿Con tanta facilidad?

― No puede ser.

― ¿Qué clase de remate ha sido ese?

― No me lo puedo creer... ha superado la Mano Demoníaca sin ningún problema― hablaba Kazemaru completamente paralizado.

Fubuki sentía cada vez más frustración, debía igualar el marcador cuanto antes. En ese momento de debilidad la voz de Atsuya volvió a resonar en su cabeza. "Lo que me imaginaba. La verdad es que el tiro no ha estado mal del todo, pero ahora vendrá la nuestra, le demostraré como son mis remates"

― No lo harás, seré yo quien marque.

"¿Pero aun sigues con lo mismo? Shiro"

Ni siquiera prestaba atención a la conversación que su compañero estaba teniendo solo. Miraba rabiosa a esos jugadores. Haber sido superada con tanta facilidad hacía que le hirviera la sangre y quería cuanto antes la revancha, esta vez no sería tan fácil. Esta vez será ella quien les deje atrás.

Endo miraba su mano, la cual estaba temblando aun por el gran poder del disparo de antes. Da igual como, conseguiría parar ese tiro y no permitiría que la diferencia aumentará aún más.

Otra vez volvía a suceder lo mismo, Raimon sacaba de centro, y le era arrebatado el balón sin que pudieran hacer nada, y de nuevo volvían a ver como su capitán era arrastrado a dentro de la portería con el balón. Las jugadas se sucedían una tras otras, y el marcador seguía sumando gol tras gol. La frustración era visible en todos, no llegan a tiempo para impedirles tirar, no conseguían robarles el balón, por más que corrían solo podían ver sus espaldas. El marcador ya se encontraba a diez a cero.

― No puedo quedarme si hacer nada y dejar solo a Endo― Kazemaru trató de quitarle el balón a los dos centrales que corrían hacía él. Pero solo tuvieron que darse unos pases para superar al chico, dejándole totalmente paralizado y boquiabierto.

Fubuki se mantenía en la delantera bajando un poco en ayuda de sus compañeros, pero no era suficiente para Atsuya, le exigía que bajara a por el balón y luego se lo dejará a él.

― ¡No saldrás!

― ¡AAAAH!

Gritaba frustrada con cada jugada fallida. No paraba de correr por todo el campo dejándose llevar por la ira que estaba sintiendo dentro. No podía ser posible que esos tipos le superara tanto en nivel. Daba igual lo que intentara, ellos siempre encontraban una forma de saltar por encima de ella o esquivarle.

Kazemaru volvía a la defensa tratando de seguir a los que antes le habían superado, pero solo podía ver sus espaldas que cada vez se alejaban más. Gran volvió a tener el balón, preocupado por su amigo gritó para avisarle, incluso se preparó pasa salir corriendo e intentar llegar, pero la mirada del pelirrojo le congelo del terror que sintió. ¿Cómo podía ser esto posible? Hasta hace unos días habían jugado a la par contra Épsilon, como era posible que ahora se sintiera como aquel primer partido. La impotencia y el terror hicieron que se quedará quieto en medio del campo. Había perdido toda esperanza de llegar alcanzarles en algún momento.

De nuevo habían marcado, el marcador ya iba quince cero.

― ¿Se ha acabado ya, Endo? ―preguntó con tranquilidad mientras miraba al portero tirado en el suelo― no es posible que esto sea todo lo que eres capaz de hacer.

― El... partido.. todavía no ha acabado― hablaba con dificulta al mismo tiempo que comenzaba a ponerse en pie―. No puedo darme por vencido, Siempre podemos tener la oportunidad de reaccionar. Por eso, hasta que llegue el momento. Defenderé esta portería.

Los sentimientos del capitán llegaron a sus compañeros, incluso Gran sonrió ante esas palabras.

― Lo primero es marcar un gol, les robaremos el balón sea como sea― proclamaba Kido antes de volver a su puesto seguido por los demás.

Una nueva jugada de Génesis, puede que fuera porque se habían relajado, o la determinación del dorsal catorce, pero había conseguido robarles el balón. Antes que pudieran quitárselo dio un pase largo al delantero quien tuvo una mini pelea con Atsuya por quien tomaba el control, lo ganó Fubuki, pero la presión pudo con él. Escuchar los gritos de animo de sus compañeros, pensar que ya tenían hecho un gol con que solo tocara el balón... le daba miedo defraudarles, tanto que cuando estuvo delante del pequeño portero le pareció mil veces más grande haciendo que se detuviera por el miedo. La defensa no tardó mucho en quitarle el balón sacándolo por la banda.

"Vaya, por eso te decía que tenías que dejarme a mi Shiro."

― Cállate, tú no te metas. Si marcamos seré yo quien lo haga.

"Puedes decir lo que quieras, ¿pero has visto la cara de dolor de tus compañeros?"

Sorprendido miró a su espalda, encontrando algunos de sus compañeros decaídos, de verdad creían que ahora mismos tendrían un gol a su favor.

"Bueno, no me extraña que estén así después de haber desperdiciado una oportunidad tan clara, pero eso ya lo sabías ¿no? Ellos esperan que sea yo quien les salve, no tú"

― Eso no es verdad, seré yo quien marque los goles, porque el equipo me necesita.

Kido volvía a tener una oportunidad, sin dudar en su compañero, volvió a darle un pase a Fubuki, en cuanto el píe toco el esférico Atsuya tomo el control del cuerpo, pero pronto Fubuki recuperó el control, comenzando así una lucha entre los dos por quien haría el tiro. Fubuki consiguió lo que quería, fue quien realizó la Eterna Ventisca, pero para el portero de Génesis no fue nada, detuvo el disparo sin ninguna dificultad, sorprendiendo a todos los humanos presentes.

"Mira que estupidez has hecho"

― Oye Shiro...― se acercaba Albin por su espalda agachándose a su lado―. ¿te encuentras bien?

―... lo siento, me ha fallado la coordinación a tirar.

Aunque le sonreía no llegaba a creerle. Quiso reclamar, pero se levantó mucho antes que pudiera decirle nada. Chasqueó la lengua molesta mientras miraba al portero. El siguiente tiro sería el de su técnica.

― no pasa nada Fubuki, ya marcaras la próxima vez― le animada el portero, totalmente convencido que sería lo que pasaría.

El partido volvía a coger el mismo ritmo del principio, cada jugada que intentaba era superada por los extraterrestres. Kazemaru estaba totalmente desmotivado, roto de ver como sus compañeros caían una y otra vez, daba igual lo que intentaran, era imposible hacer nada. Solo se quedó parado en mitad del campo, dejando pasar los minutos y viendo impotente como sus compañeros eran lastimados una y otra vez.

"¿Se puede saber que estás haciendo? Sí no le vas a quitar el balón tú, ¿quién crees que lo va hacer? Tú trabajo es hacer de defensa y el mío de delantero ¿recuerdas?"

"― No es verdad, yo soy delantero. Por eso todos mis compañeros luchan para conseguir el balón y pasármelo"

Cada vez que Raimon conseguía el balón el grito era el mismo "pasadle a Fubuki". Sus esperanzas estaban puestas en que él conseguiría abrir el marcador fuera como fuera.

"Claro que no, no te buscan a ti. Debo ser yo quien salga. Mira bien que piensan en realidad."

Su mente estaba llegando al colapso, no distinguía la realidad de sus pensamientos, tanto que la voz de Atsuya consiguió hacerle creer que en verdad los gritos de sus compañeros llamaban a Atsuya y no a él.

El balón volvía a caer en manos de Gran, esta vez motivado por la pasión y determinación del portero hizo que llevara a otro nivel sus remates. Se elevó junto al balón mientras giraba sobre sí mismo, con la pierna derecha estirada hacía arriba chuto el esférico que había comenzando a brillar, en cuanto chuto la luz estallo iluminando todo junto a un brillo morado. El Navaja Meteoro era la técnica. En ese momento su mente se rompió por completo sucumbiendo a los deseos de Atsuya. Sin pensar en las consecuencias se lanzó en busca del balón con el único propósito de pararlo. El balón impactó en su cabeza, empujándole al suelo con brusquedad mientras el balón salía despedido por encima del palo.

― ¡Fubuki!

El grito de preocupación de sus compañeros se acompañaros de muchos más tratando de despertarle, estaba tirado en el suelo inconsciente, por más que le llamaran o intentaran que respondieran a sus preguntas era imposible. Todos se ponían alrededor de Fubuki, incluso Gran se acercó preguntándose si estaría bien, pero que uno de sus compañeros le llamara hizo que fuera con los demás para marcharse. No merecían su atención después de todo no habían servido ni como calentamiento. Esas duras palabras fueron las que derramaron el vaso. Kazemaru ya los veía como monstruos que jamás podrían superar, daba igual cuanto lucharan o se esforzaran, siempre habría un nuevo equipo esperando en la esquina para romperles.

Fubuki ya había sido revisado por el doctor y ahora se encontraba en la habitación del hospital más cercano. Estaba agotado mentalmente como físicamente, aunque los golpes habían sido graves no parecía haber alteraciones fuera de lo normal. Solo debían dejarle descansar y esperar que todo estuviera bien cuando despertara.

― Es un alivio, por lo menos sabemos que no tiene nada grabe― habló una de las gerentes.

― Esto... ha sido culpa nuestra... ¿verdad? ―hablaba Kurimatsu con tono de arrepentimiento―. Fubuki se puso como loco porque vio que no éramos capaces de paradles.

― Pero... ¿estáis seguros que Fubuki solo había ido a recuperar el balón? ―preguntó dudosa Haruna.

― ¿Qué quieres decir?

Dudó por unos segundos sí continuar hablando, pero las palabras del capitán hicieron que continuara:

― La verdad, es que sentí un poco de miedo. Cuando vi la cara que tenía Fubuki me asusté.

― Reconozco que nunca había visto a Fubuki ponerse así.

― Y también cuando juguemos contra Épsilon. Sabíamos que su expresión cambiaba cada vez que cogía el balón. Sin embargo, en este partido parecía más acelerado de lo normal.

Con aquellas palabras Endo recordó la pregunta del otro día, la que le hizo Fubuki en la noche. En ese momento no sabía a que se refería, pero ahora comenzaba a creer que en verdad Fubuki escondía un gran sufrimiento.

― Usted no sabrá nada de esto, ¿verdad entrenadora?

La pregunta de Kido pillo a todos por sorpresa, incluso a la entrenadora que no le quedo más remedio que contarles sobre el hermano pequeño del albino. Ambos jugaban en un equipo infantil donde Shiro se encargaba de defender y el pequeño de marchar los goles. Un día de vuelta de un partido, sufrieron un accidente. Una avalancha se les echo encima, Shiro fue el único que consiguió salir con vida. Al poco tiempo la personalidad de Atsuya comenzó a mostrarse en Shiro, haciendo que dentro de él hubiera dos personalidades en perfecto equilibrio.

― Entonces la Eterna Ventisca

― Si, era la súper técnica de Atsuya Fubuki.

― Es decir, que cada vez que Fubuki usaba la Eterna Ventisca se convertía en su hermano Atsuya.

Toda esa nueva información estaba dejando sin palabras a todos, ¿cómo podía haber estado pasando eso durante todo este tiempo y ellos no haberse dado cuenta? Se sentía frustrada, comenzaba a dolerle las palmas a hincar sus propias uñas en ellas por la fuerza que ejercía. Sí tan solo le hubiera obligado a contarle quien era ese Atsuya, sí le hubiera tenido más vigilado en vez de encabezonarse en demostrar que podía igualar el nivel de los alíen. Sí tan solo le hubiera ayudado no había roto ese delicado equilibrio. Los gritos de Aki le sacaron de su propio arrepentimiento.

― Entonces ¡¿por qué razón tuvo que meter a Fubuki en el equipo?! Porque, usted lo sabía todo, ¿no es cierto? Lo que le había ocurrido a Fubuki. Usted sabía perfectamente que podía haber ocurrido lo que ha sucedido hoy, ¿¡es verdad o no?! ¡¿Entonces por qué motivo lo hizo?! ¡¿Fue para ganarle a la Academia Aluis?! Es que mientras les ganemos le da lo mismo lo que le pase a Fubuki, es eso, ¿no?

Las palabras de la chica habían llegado a herirla, ¿en verdad estaba haciendo todo eso? Había permitido que su afán de derrotar a la Academia Alius pusiera en peligro la vida de un chico, ¿Es que se estaba convirtiendo en ÉL? Le habían afectado las duras palabras de la peliverde, pero no podía dejar que viera que estaba herida, tenía que mostrarse fuerte.

― Esas eran mis órdenes.

Dejando a todos aun más confundidos se marchó sin decir nada más.

El ánimo del equipo había caído. Con esta nueva información, cómo no hacerlo

― Sí tan solo me hubiera dado cuenta no habríamos llegado a esto― Se lamentaba Endo frustrado consigo mismo.

― Vasta ya, no eres el responsable― le gritó Kido.

-No es culpa de la entrenadora ni tuya solamente.

La voz severa de la rubia hizo que todos voltearan a verle sorprendido.

-Ninguno se dio cuenta... nadie se dio cuenta del verdadero significado de esos cambios- protestaba apretando con fuerza sus puños por la rabia-. Si tan solo... si tan solo hubiera tirado una vez con llamarada- su mirada se volvía más dura y decidida-. Lo que le ha pasado a Shiro es culpa del equipo. No pienso volver a dejar este peso sobre Shiro otra vez. No volverá a pasar algo así.

Todos se le quedaron mirando sin saber que decir, no esperaba unas palabras como esas.

― Albin tiene razón. Todo esto es un problema del equipo. Por haber recurrido tanto a la Eterna Ventisca. Porque sí Fubuki tiraba a puerta ya teníamos un gol seguro. Le dimos a Fubuki una responsabilidad demasiado pesada para él sol.

Esta claro lo que tenían que hacer. Debían cambiar su forma de atacar, tanto por el bien de Fubuki como para que puedan crecer y derrotar a la Academia Alius. Todos estaba de acuerdo con el castaño, y la primera que se ofreció a cambiar su forma de jugar fue la rubia. Rosen también estaba de acuerdo, pero en su interior sabía que se había acabado su tiempo en la cacha con todos. Kazemaru abandonó la habitación cuando vio que todos eran más fuertes que él. No tenía las fuerzas como para volver a ponerse en pie tras esta derrota. No podía seguir más con esto.

― Adelante chicos, lo haremos para ayudar a Fubuki y derrotar a la Academia Alius.

Necesitaba aclarar sus ideas y alejarse de todo un poco. De tanto caminar llegó hasta el muelle donde vio a uno de sus compañeros sentado mientras abraza sus piernas.

― Kazemaru, ¿Qué estás haciendo aquí? ― se acercó a él con una sonrisa.

― Ah... Endo.

Su sonrisa cambió enseguida a notarle tan decaído, no era el mismo Kazemaru de siempre. Se sentó a su lado esperando que le contará que le sucedía, pero como no lo hacía fue él quien sacó un tema de conversación:

― Que desastres el partido de hoy, eh. Creo que no lleguemos ni darle un susto a esa gente. Está claro que se trata de un equipo muchísimo más fuerte que Épsilon. Pero eso significa que ahora tenemos un nuevo objetivo, volveremos a los entrenamientos.

― Oye Endo... esto se acabó para mí.

No entendía sus palabras, ¿Qué le estaba pasando?

― No puedo seguir luchando...―continuó hablando con un tono de voz apagado―. No creo que podamos ganarles.

La confesión del peliazul le dejo aún más sorprendido, no podía ser verdad que pensará eso. Después de todo lo que habían pasado hasta llegar a ese momento, todos sus entrenamientos, su larga lucha para conseguir el empate contra Épsilon, si conseguían ganar a la Academia Alius todo volvería hacer como antes, no podían rendirse en ese punto de la historia, cada vez estaban más cerca de seguir disfrutando del fútbol, como cuando jugaron contra el Fauxshone. Daba igual cuando dijera, daba igual todo ya. Él no era tan fuerte como su capitán. No podía seguir así. ¿Cuánto más tendrían que seguir con lo mismo? Matarse a entrenar, ganar un partido, aparece un nuevo rival más fuerte. Matarse a entrenar, ganar un partido, aparece un rival más fuerte, así... una y otra vez, ¿hasta cuándo? Sin decir ni una palabra se puso en pie dejando atrás al castaño, quien no podía creer que su amigo se estuviera marchando.

― Endo... nunca he sido tan fuerte como tú.


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