Capitulo 15
Inazuma Eleven no es de mi propiedad, el anime pertenece a LEVEL-5, yo solo secuestro a sus personajes e historia por mera diversión.
·Una nueva Aventura T-2·
El enfrentamiento contra el Épsilon daba comienzo con el saque de centro de los alíen. Su primer movimiento fue lanzarse al ataque sin esperar ni un momento. A Titan le fue fácil esquivar a los primeros jugadores de Raimon que se pusieron en su camino, gracias a su técnica, pero cuando Kazemaru le plantó cara todo fue distinto. No conseguía pasar al de cabellos azules, tanto que tuvo que dar un pase a Swarm antes de que llegaran los refuerzos. El de piel tostada en cuanto toco el esférico realizó su Protones Ganímedes. Disparo que iba directo a puerta, a diferencia de la vez anterior, no fue nada para el Capitán, los entrenamientos habían dado sus frutos. Un largo pase hasta la nueva jugadora, en el tiempo que se paró a controlar el balón con el pecho y bajarlo al suelo ya había un jugador enfrente. Una sonrisa burlona se dibujó en sus labios.
― AAAh, con que vosotros sois los famosos alíen. Bueno... que lastima que este vaya hacer su último partido.
― ¿Cómo?
La insolencia de la chica le pillo desprevenido, tanto que no le dio tiempo a reaccionar cuando esta se lanzaba de frente a él, un sube golpe con el exterior de la bota, pasando el balón por debajo de las piernas de aquel alíen de cabeza puntiaguda mientras ella se echaba a un lado para pasarle y recuperar el balón. Su mirada cruzó por unos segundos con la anaranjada del portero, sin apartar la vista elevó el balón de un toque mientras giraba sobre sí misma, ¿dispararía desde tan lejos? Parecía que sí, pero en verdad dio un pase largo al castaño con el dorsal dieciséis, quien conectó pases con Kido para realizar la técnica Doble Boost.
Solo tuvo que estirar el brazo para atajar el disparo. A primera vista parece que no había servido para nada el entrenamiento especial, pero el tiró consiguió hacer retroceder un poco a Desarm, sorprendiendo a sus compañeros, este era el objetivo de darle tanto tiempo, ¿pero por qué? ¿Por qué el capitán de Épsilon querría ponerse en esta dura situación?
― Si podemos. Soy capaz de ver sus movimientos― Kazemaru estaba más confiado.
Los minutos continuaron corriendo y con esto los ataques de ambos equipos. Fabora se adentraba en el campo del Raimon, pero su avance fue cortado por Albin, unos movimientos rápido al tiempo que no podía contener una risa. Esta feliz de volver a chutar un balón y enfrentarse a un equipo fuerte. Disfrutando al máximo del momento se adentraba en el campo contrario moviendo el balón de un lado a otro, realizando caños, o simplemente fintas hasta llegar a la portería rematando, un tiro normal que se dirigía directo al centro, Desarm solo volvió hacer como antes, estirar el brazo para prepararse para detenerlo, pero antes que llegara a sus manos el balón tomo un efecto haciendo que girara a la derecha acercándose cada vez más al hueco desprotegido. Ya estaba casi celebrando el gol, cuando Keison, el de cabellos verdes y bajito, se interpuso en medio llegando en el último momento desviando el balón.
― Aaag, casi― protestaba molesta mientras chasqueaba los dedos.
Los alíen estaban sorprendidos, era la primera vez que veía a alguien chutar de esa forma. No era el disparo más poderoso, pero si ingeniosos, aprovechar la poca movilidad que demuestra el portero para aprovechar el resto de la portería era una gran idea, nunca habían visto una jugada así en Japón.
Ataque y contraataque, eso era en lo que se basaba el encuentro de hoy. En el anterior Épsilon demostró su gran poder a no dejar ni un segundo a Raimon poder reaccionar, hoy era distinto, los chicos le plantaban cara con todas sus fuerzas y aprovechando al máximo todo su poder, aunque sus enemigos no se quedaban atrás.
― Eso es, esta sensación en mi interior hacer hervir la sangre en mis venas― comentaba alegre el de cabellos negros antes de devolver el balón a sus compañeros tras una parada.
― Es la primera vez que veo a mi señor Desarm disfrutar de algo. ¿Por qué ha buscado que los enemigos se hagan más fuertes?― se preguntaba así mismo Swarm, y de la misma forma descubrió la respuesta―. Y sí tal vez, y sí él quería que esto sucediese.
Bobby conseguía recuperar el balón y hacer un pase que fuera subiendo el balón hasta los pies de Albin. Decidida corría a puerta, ya habían comprendido su juego, por lo que dos defensas bajaban más para cubrir los huecos que había descubierto.
― oooh... conque lo has pillado
A escasos centímetros de entrar en el área lanzó el balón al cornet izquierdo, sorprendiendo a todos a no haber nadie cerca para recibir el pase. Nadie lo esperaba, algo parecido a un resplandor plateado corría por la banda llegando justo a tiempo para devolver el pase a la morena, esta vez chutando por encima de las cabezas de todos, donde la rubia esperaba el balón para rematar de cabeza, pero volvió hacer detenido.
― Tsk... a ver si corres más la próxima.
Miraba con aburrimiento a la agitada albina quien solo podía devolverle una mirada de rabia y luego a Kido por ser quien planeó todo esto. Cuando estuvieron en la casa de los Drago's, comprendió que Albin tenía un fútbol distinto al que ellos habían visto, por lo que la única persona capaz de seguirle el ritmo en velocidad y predecir un fútbol de otro país, solo podía ser ella, quien había vivido y jugado en aquel país. Los entrenamientos que realizaron juntas eran para este momento, para que Rosen pudiera acostumbrarse mejor a sus movimientos y realizar la mejor jugada para complementar esos remates buscando el hueco.
Su ser se agitó en aquel momento. ¿Cuánto tiempo tenía que seguir perdiendo el tiempo? ¿Cuánto más debía dejar que el gato siguiera con sus juegos? Tenía una cuenta pendiente con Desarm, ha estado entrenado tan duro para demostrar que es el mejor, no seguiría perdiendo el tiempo sin hacer nada, tenía que marcar, era el único que podía hacerlo, tenía que ser el primero.
Tirándose en racha consigue quitarle el balón a Kenvil y lanzarse al ataque, obviando por completo el grito de Kido pidiéndole el balón, y la sorpresa de sus compañeros a verle abandonar la defensa como le habían pedido.
― ¡Sí estoy aquí es porque tengo que ser perfecto!
Pasó corriendo junto a Albin, quien fue bajando la velocidad poco a poco a escucharle.
Solo unos metros más y estaría frente a Desarm, solo le estorbaban esos dos estúpidos defensas, pero el portero les ordeno que se apartarán, estaba deseando que llegara este momento, quería volver a enfrentarse a él, comprobar lo fuerte que se había vuelto ahora. Cuando ya no había estorbo tomo el balón entre sus piernas comenzando a realizar la Eterna Ventisca.
― Sí, esto era lo que estaba esperando. Sí aquella vez sentí tal poder, ¿qué sentiré ahora tirando a esta distancia?
hablaba mientras movía sus brazos estirado, creando una espiral que se centraba en sus manos y de donde salía un brillo verdoso, terminado el recorrido las dos espirales se unen creando una mucho más grande y por un instante brillante. Hoyo Negro, este es el nombre de la técnica. El balón entró por el conducto que había creado, y volvió aparecer por uno que estaba situado unos centímetros a la derecha de Desarm y sobre su cabeza. La fuerza del disparó era tan grande que el balón quedó parcialmente enterrado en el suelo.
Nadie podía creer que hubiera parado la técnica de Fubuki a esa distancia, estaba claro que este iba hacer un partido donde deberán luchar hasta el ultimo suspiro si quieren ganar. El partido continuo como hasta ahora, el marcador a cero y jugadores de ambos equipos dando todo por acabar con la fuerte defensa del otro. Kido volvía a controlar el balón corriendo hasta elevar el esférica con intenciones de volver hacer el Doble Boost junto a Ichinose, técnica que fue rechazada de un golpe por el portero. El rebote iba a sus defensas, pero Fubuki llegó antes realizando de nuevo su técnica, por desgracia el resultado fue el mismo que la primera vez.
― Este nivel de disparo no me sirve― retaba con la mirada al delantero―. Debes tirar con más pasión, debes poner toda el alma en el remate― tras esas palabras se preparó para lanzar el balón a los delanteros, a los que le dio permiso para atacar durante siete coma cuatro segundos.
Con una sonrisa obedecieron lanzándose al ataque llegando en un abrir y cerrar de ojos a la portería del Raimon. Ante este peligro, Kido daba la orden de cubrir al jugador con el número seis, Kabeyama fue el primero en llegar a taparle el camino, pero fue inútil, aunque usar El Muro. La técnica fue destruida, y el rebote atrapado por el alíen, quien pasó a su delantero de cabellos blancos. Solo quedaba Kogure como ultimo defensa, tenías miedo, estaba nerviosos, tanto que cuando fue a realizar su recién adquirida técnica fue inútil, le pasaron antes de poder hacerla. De nuevo Swarm disparaba a puerta con el Protones Ganímedes. Para suerte de Raimon, el resultado siguió siendo igual que hasta ahora, Endo había aparado el disparo.
― ¡Buenas parada Endo!― le animaba Domon.
El portero estaba confundido, aunque había logrado detener el tiro, notaba que su técnica había sido diferente, o solo la sensación. Estaba confundido mirando su mano derecha sin comprender muy bien que había sentido.
El primer tiempo ha terminado y todos vuelven a sus respectivas bancas, sus compañeros estaban felices, aunque fuera un empate era la primera vez que lograban un resultado así contra ellos, pero él no lo aparentaba, anda a la banca con la cabeza algo gacha y no parecía nada feliz. Albin se dejó caer en uno de los asientos mientras apretaba el plástico de la botella azul, bebía el liquido casi con desesperación, acción que no paso desapercibida para la albina, la cual estaba sentada en el suelo mirándole de reojo.
― Muy bien equipo. El Épsilon no ha conseguido superarnos― decía animado el capitán.
― Haber si podemos seguir así en el segundo tiempo― continuaba Aki.
― Podéis dejármelo a mí, no nos marcaran ni un solo gol.
― Seremos capaces de detener los ataques de Épsilon, ya lo veréis.
― Les enseñaremos de que somos capaces.
Hablaban animados los defensas, estaban dispuestos a no dejar pasar a ninguno. Aunque el más bajo se encontraba preocupado y rabioso por no haber conseguido hacer su Ciclón Sónico, pero pronto se le fuero esos pensamientos, pensaba mostrar de lo que estaba hecho.
― Nos hemos hecho muy fuertes equipo, ahora, podemos ganarles
Las palabras del capitán animaron a la mayoría a contestarle con un sonoro "si". Fubuki obviaba todo comentario de sus compañeros, solo se quedaba mirando el suelo, con la mirada perdida a estar sumergido en sus pensamientos, No fue hasta que la entrenadora le llamo que puso volver a la realidad.
― Fubuki Shiro, has estado demasiado centrado en el ataque, necesito que te concentres en la defensa.
― Entrenadora― le llamó el de rasta―. Por favor, suba a Fubuki a la delantera. Ahora mismo no disponemos de suficiente poder en el ataque con solo un punta.
Su comentario hizo que una mirada felina se fijara en él, prefirió callarse a llegaba a entender porque decía eso. Puede que esos tiros funcionaran en España, pero si quería marcarle a ese tipo tenía que esforzarse más.
― Tras pensarlo he llegado a una conclusión. Si queremos traspasar el Hoyo Negro de Desarm necesitamos la potencia de los remates de Shawn.
― Ya me había dado cuenta. Pero este partido se resolverá con un solo gol. No podemos arriesgarnos.
― Sin embargo, jugando a la defensiva no marcaremos ni un gol.
― No tienes de que preocuparte, en el mismo momento que hayamos detenido el ataque de Épsilon nosotros nos lanzaremos a la contra. Avanzaremos hasta su área y probablemente consigamos marcar.
Ante las palabras de la entrenadora solo asintió, aunque tuviera que soportar tanta responsabilidad, él lo conseguiría, será perfecto y podrá encargarse de la defensa y ataque.
― Se que es una faena Shawn― el capitán puso una mano en su hombro para darle apoyo―, pero ánimo.
Esas ultimas palabras hicieron que recordara las ultimas palabras que escucho de alguien muy importante para él.
― ¿Aaah? ¿Los ánimos solo para Shiro? ¿Y yo qué?― protestaba la rubia al tiempo que se levanta.
― Ah, claro Albin, para ti también mucho ánimo― le dedicó una de sus típicas sonrisas mientras se alejaba del albino.
― A ti te daremos animo cuando tires de verdad.
― Eso. Ni si quiera a usado una técnica para parar tus tiros. ¿Hicimos bien en traerla?
Hablaron con sinceridad Megane y Kogure, los cuales no tardaron en sentir un escalofrió de terror a escuchar como detrás de ellos sonaba el grujido de unos nudillos, y como sentían la mirada de un animal salvaje.
En el otro lado del campo Swarm se preguntaba porque su señor sonreía a tener un empate a cero en el marcador, aunque le preguntó no obtuvo respuesta. De vuelta al lado del Raimon Ichinose le pedía disculpa a Lika por haberle metido en este lio, pero claro, Lika no veía así las cosas. Para ella esto era la caña, después de todo no todo el mundo puede luchar contra unos marcianos, y más junto a su querido. En cuanto le den una paliza se irán de luna de miel. No sabía que decir, solo podía callar y dejarse llevar ante sus locuras, ya intentó detenerla una vez y sintió el verdadero terror. La escena era contemplada por Aki, la cual estaba sorprendida y extrañada que su amigo de la infancia estuviera así con la de cabellos azules. Solo salió de sus pensamientos a escuchar al capitán.
― Eh, ¿dónde está Fubuki?
― Pero si estaba aquí hasta hace nada.
Sus comentarios hicieron que parara. Enfadada con ambos por sus comentarios se lanzó para aclararle las cosas, pero Rosen se puso en medio sosteniéndola de los brazos tratando que no se escapara, solo las palabras del capitán hicieron que se quedara quieta y olvidara por ahora a esos dos.
Fubuki estaba en los baños, echándose agua en la cara, necesitaba recobrar un poco la compostura. Con algunas gotas aun resbalando por su cara se quedo mirando su reflejo con seriedad mientras se repetía que tenía que marcar un gol...
Era una tarde fría, cosa normal por aquella isla perteneciente a Japón. Un coche de tono verde circulaba con cuidado por la helada carretera. En el interior había una familia. El padre conducía, la madre estaba sentada a su lado, y atrás, estaban sentados sus hijos gemelos. El menor de cabellos rosados, y el mayor grisáceos.
― Oye Shiro, a que ha sido una pasa lo del sombrero.
― Si, si hemos podido ganar asido gracias a ti Atsuya.
Los dos pequeños hablaban tranquilos del partido que habían disputado hace un rato.
― Aunque ha sido una pena que os parecen, los dos lo estabais haciendo muy bien― comentaba con amor la mujer que asomaba la cabeza por el asiento.
― ¿Eh? Ha sido culpa de Shiro, mamá. No hacía más que fallar.
― Porque no hacías otra cosa que ponerte en medio, sino estoy seguro que habría metido un montón de goles.
― Los dos lo habéis hecho muy bien― hablo su padre queriendo poner paz entre ellos―. Todo el mundo puede cometer algún error que otro. ¿De acuerdo?
El pequeño Shiro miraba con una sonrisa de orgullo a su padre, pero tenía que volver su discusión, esta vez centrándose en que era mejor, si marcar goles o defender. De nuevo entro en la conversación su padre.
― Creo que sí los dos os combinaseis, seríais perfectos.
― ¿Qué? ¿Perfectos?
― Claro, si los dos nos combinásemos
― Seríamos más fuertes― acabo la frase de Atsuya mientras giraba la cabeza para verse―. Entonces podríamos ser el dúo perfecto.
― Vale, tú y yo seremos los mejores futbolistas del mundo.
― Si
Animados, ambos chocaron sus manos, como gesto de sellar su promesa.
― ¿Los mejores del mundo? Vaya, eso si que es pensar a lo grande― Volvió a mirar a su espalda―. Mucho animo a los dos.
Ese momento tan apacible, tan adorable por la convención de los gemelos, todo era tan perfecto que no esperaron que eso les fuera a suceder a ellos. Un estruendo se escuchaba desde la parte superior de la montaña, una avalancha se echaba sobre ellos, tal fue la sorpresa que ninguno pudo mover sus cuerpos. Todo pasó tan rápido. Todo se volvió oscuro desde ese día en el Pico del norte.
Tan sumergido estaba en aquel recuerdo tan amargo, que ni cuenta se dio de que el agua había llegado a desbordar del lavabo.
― Lo haré bien, tanto en la defensa como en la delantera. Debo ser perfecto.
Seguía mirándose al espejo, esta vez aun más convenido de lo que tenía que hacer.
El pitido de inicio resonaba por todo el campo una vez todos los jugadores estaban en sus puestos. El primer ataque era de Krypton, quien conseguía rebasar a Domon. Shawn, con la orden de Kido se lanzaba a cortar su avance, pero esa sensación de nuevo.
Tan inesperado fue, que tuvo que detenerse mientras agarraba con fuerza su bufando con gesto de dolor.
― Espera, déjame encargarme de esto.
Piso de Hielo dejo congelado a su rival, consiguiendo hacerse con el balón, el cual le pasó al de cabellos azules, quien intentó pasar con su Deslice Veloz, pero fue cortado por un medio campista contrario, quien volvió a pasarle a su delantera. De nuevo Fubuki se disponía a defender, y como antes aquella sensación volvía apoderarse de él, esta vez no pudo controlar a su parte más agresiva, la cual consiguió salir corriendo con el balón por el centro. Kido corría a su lado pidiéndole que avanzara por la banda, pero este no le hizo ni caso.
― Me necesitáis para marcar un gol, ¿no es cierto?
Ignorando totalmente al castaño se lanzó a la portería rival sin dejar que ningún estorbo se interpusiera en su camino. Solo hubo un cambio con las veces anteriores, ira que la fuerza del remate había aumentado.
De nuevo el Épsilon se lanzan al ataque, justo cuando Fubuki consigue volver a su posición en la defensa, pero otra vez esa sensación, otra vez quería salir.
― No Atsuya, no debes salir ahora, hay que concentrarse en la defensa.
Tan concentrado estaba en evitar que su otra personalidad saliera que no tuvo tiempo de reaccionar cuando pasaron a su lado. Los tres delanteros se unieron para realizar un disparo conjunto. Con un movimiento brusco de brazos, como si estuvieran mandando su fuerza al suelo, hicieron que pedruscos comenzaran a pegarse al balón que estaba elevándose. En su interior se podía ver un brillo intenso, brillo que se descubrió cuando los tres remataron a la vez, el balón estaba envuelto en un brillo amarillo que avanzaba con fuerza a la portería. Kogure intentó detener el tiro, pero el Ataque Gaia fue mucho más rápido que él. El balón impacto en su espalda, tal era su fuerza que le astro hasta las manos del portero, quien no pudo hacer nada para detener a su compañero y balón.
El primer gol era para los alíen.
Kogure se sentía tan mal que no podía dar ni un paso, solo se dejo caer al suelo mirando el suelo arrepentido por tener la culpa. Cuando notó la mano del capitán en su hombro, solo pudo cerrar con fuerza los ojos esperando la regañina. Pero nada de eso. Endo le miraba con una sonrisa, con la que le animaba a que lo volviera a intentar, aun quedaba partido, y este era el momento de dar ánimos en vez de reprochar nada a nadie, no solo el capitán, todos pensaban igual que él. Debía esforzarse mucho más para la próxima.
Esta era la verdadera fuerza de Endo, esa de nunca llegar a pensar que el partido está perdido, siempre queda un minuto, siempre hay un segundo por el cual pelear por el balón y crear una ocasión con la que ganar el partido.
El encuentro continuó como hasta ahora. Ninguno dejaba respirar al otro, este iba hacer el partido que lo decidiría todo, y Raimon aún no ha dicho su ultima palabra. Kenvil se adentraba en el campo rival, Domon, convencido y decidido en cortarle el paso consiguió una nueva técnica. Una que comenzaba dando un salto, y con un movimiento violento y rápido de su pierna derecha, conseguía hacer un corte en el suelo, del cual salía lava, que impide le avance del rival y esta vez hace que el balón salga por la banda. Esta técnica ha sido bautizada por Megane como: Corte volcánico.
El esférico volvía a correr por el campo, esta vez, Titan volvía a pasar a Toko y Kabeyama con su técnica. Solo un poco más y estaría frente a Endo, este lo sabía, por eso se preparaba dispuesto a detener cualquier quiero que quisiera hacer, pero Kogure volvió aparecer, esta vez sin ningún miedo y dispuesto a darlo todo, consiguiendo esta vez parar su ataque con el Ciclón Sónico. El ataque de Raimon volvía a ser dirigido por la parte más agresiva de Shawn. De nuevo su chut fue detenido.
― ¡Maldición!
No conseguir marcar le estaba volviendo loco.
Rosen avanzaba por la banda decidida a subir el balón fuera como fuera. Necesitaban marcar dos goles si querían ganar. Frente a ella se acercaba Keison con intención de pararle, pero no lo conseguiría. Mientras corría llevó su mano izquierda hasta su hombro, con esta estirada volvió a llevar su brazo al lado izquierdo con rapidez, en ese momento unas pequeñas bolitas salieron disparadas hasta los pies del contrarió, en cuanto pisó una todas se activaron, creando una pequeña corriente de color plata que recorría todo el cuerpo del pequeño impidiendo que pudiera moverse a impedir el paso a la chica.
― Tan paralizante como la misma electricidad. Esta técnica se llamará: Chispazo.
― ¡Esta vez no la pifies!― gritaba mientras le daba un pase al pie a la rubia.
Una sonrisa sarcástica. ¿pifiarla? ¿Ella? Estaba loca si pensaba que iba a dejar pasar esta oportunidad. Su mirada solo tenía un objetivo, y ese era la red, pensaba clavar su disparo en el fondo ni vería por donde le viene. Alguien se acerca por su espalda, con un rápido movimiento a la derecha consigue esquivarle, pero se sorprende a ver al albino correr a su lado.
― Dame el balón y quita de mi camino.
¿Quién se creía? Picados los dos comenzó el juego en el que Albin esquivaba y Fubuki trataba de coger el balón.
― ¡Vuelve a la defensa! Este chut es mío.
― ¡He dicho que te quites de mi camino!
Frustrado chocó su hombro con el de ella para echarle a un lado y tomar el balón, las cosas no iban a quedar ahí, iba a lanzarse a recuperarlo, pero la mano el chico se lo impidió a empujarle al suelo.
No esperaba eso para nada, tanto que no pudo actuar y acabó en el suelo chocando primero su rodilla derecha. Nadie se fijo en ella, todos veían como Fubuki volvía a realizar la Eterna Ventisca y como esta vez el Hoyo Negro era incapaz de tragar el disparo.
― ¡Entra ya!― gritaba Endo deseando abrir el marcador a su favor.
Y así fue, el balón quedo clavado en la red, por fin lo había conseguido marcar. Fubuki gritaba alegre, soltado oda la frustración y rabia que sentía por no poder marcarle, al mismo tiempo, todos los compañeros que estaban a su alrededor se lanzaron sobre él para festejar, todos menos Albin, quien se levantaba del suelo con lentitud apretando los diente aguantando el dolor.
Solo quedaba unos minutos, las ultimas jugadas se iban de un campo a otro. Ahora con el marcador empatado de nuevo todo podía pasar. Los delanteros de Épsilon volvían a realizar el AtaqueGaia pero esta vez, solo hizo falta la Mano Mágica del castaño para detenerles. Solo había tiempo para un último ataque, Atsuya dejaba atrás a la defensa.
Su Eterna Ventisca volvía a enfrentarse a Desarm, pensaba que sería como antes, el marcador subiría un tanto más para ellos y ganarían, pero nada de eso pasó. Desarm tenía una técnica más oculta. Levantó su brazo derecho, de su mano emanaba una luz azul de la cual comenzó aparecer la broca de un taladro gigante. Comenzó a girar mientras bajaba el brazo, la punta chocó contra la punta, un duelo que parecía muy igualado, acabó con la victoria del Taladro Destructor. El balón cae en las manos del portero.
― Terrícolas, me habéis hecho usar mi Taladro Destructor, es la primera vez que disfruto tanto con un partido.
Sus palabras fuero acompañada de una breve risa "malva", la cual concluyo cuando lanzó el balón fuera de las líneas. Había concluido el tiempo del partido, con la orden de retirarse todos sus subordinados se acercaron a él al tiempo que un balón oscuro caía del suelo para teletransportarles. Este final no le gustaba a Atsuya, no podían dejar las cosas así. Esta dispuesto a lanzarse sobre el portero, pero gracias a Endo que le detuvo no pudo irse con ellos.
― ¡No me fastidies!
― No Fubuki, dejales.
― El duelo aún no ha acabado. ¡Cobardes!
― No queda mucho para que volvamos a enfrentarnos, entonces os mostraremos nuestra autentica fuerza.
Con estas palabras Épsilon desapareció junto al brillo rosado. El encuentro ha terminado con un empate. No podía aguantar su rabia, tenía que dejarla escapar en un grito, quito que fue silenciado de golpe sentir ambas personalidades a la vez. Atsuya a la derecha y Shiro a la izquierda. Estaban preocupados por el chico, era tan raro verle actuar así.
― No es nada... perdonad que no haya marcado un gol más.
Con estas palabras dejó atrás a sus compañeros mientras el capitán le quitaba importancia a no haber podido marcar un gol más, había sido gracias a él que habían conseguido empatar el partido.
― Con todo lo que nos hemos esforzado y no hemos conseguido nada― los ánimos del defensa con el número dos estaban por los suelos.
― ¡Que dieces Kazemaru! Sí hemos conseguido jugar de igual a igual.
― Es verdad, esta vez le hemos controlado mucho mejor.
― Sí es que no hemos hecho muy fuertes.
Todos estaban mucho más animados, se habían hecho fuertes, jugar de igual a igual significaba que tenían el 50% de posibilidades de ganar, solo necesitaban un poco más para ser ellos los ganadores en el próximo encuentro.
― Entonces ganaremos el próximo partido.
Con esas palabras de su capitán todos gritaron un sonoro "sí" mientras alzaban el puño. La victoria estaba mucho más cerca. Aunque todos lo estaban celebrando en el campo, en uno de los baños alguien no estaba nada contento con el resultado ni con lo que había pasado en el partido. Tal era su preocupación que se preguntaba que tenía que hacer.
Había conseguido tranquilizarse tras la ducha. Estaba tan confundido, Atsuya había conseguido tomar su lugar sin el permitírselo, cada vez se hacía más fuerte su presencia en él, pero no podía volver a suceder lo de antes, Albin ha sido la única persona que parece haberse dado cuenta de Atsuya, la que ha estado a su lado y ha cuidado de él. A cruzar el pasillo levanta la cabeza viendo a unos pasos más adelante a la persona en la que estaba pensaba. Estiró el brazo, como si fuera a llegar a esa distancia.
― Albin.
A escuchar su nombre se detuvo girando un poco para llegar a verle, no sabría como describirlo, pero sentía que le miraba diferente. Nervioso apretó los labios queriendo pedirle disculpa, pero no salía ninguna palabra concreta de su garganta.
― Dejalo. No importa― con lentitud volvió a colocarse bien para seguir con su camino―. Pero la próxima el que probará el suelo serás tú.
La mañana había llegado, y no sabían muy bien cual sería su nuevo destino, por lo que Endo aprovecho para seguir entrenando, llevaba ya tanto tiempo que se apartó de la maquina para poder descansar un poco, en ese momento Kido y Rosen se acercaban al castaño, esta ultima con una sonrisa divertida.
― Vamos capitán.
― ¿No crees que estas exagerando un poco?
Hablaron una vez estaban a su lado, Endo solo se quejo en voz baja antes de levantarse animado y con esa gran sonrisa en sus labios.
― Kido, Rosen, hasta que no resolvamos nuestro duelo contra el Épsilon tengo que defender nuestra portería a tope. Asique tengo que hacerme lo más fuerte que me sea posible.
Una pequeña sonrisa se dibujo en los labios del chico de gafas, por el otro lado la chica ríe bajo mientras se encoge de hombros.
― Típico de nuestro Endo, ¿no crees? Jaja. Oh..
Su conversación fue interrumpida cuando Furukabu entró para preguntarle sobre la entrenadora, tenía un mensaje de parte del padre de Nelly, por lo visto había un nuevo cuaderno del abuelo de Endo en el secundaria Yokato en Fukuoka. Ya había un nuevo destino en su viaje, secundaria Yokato, prepárate, ¡que Raimon va en camino!
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