Capitulo 001

Inazuma Eleven no es de mi propiedad, el anime pertenece a LEVEL-5, yo solo secuestro a sus personajes e historia por mera diversión. 

·Una nueva Aventura T-2·  

― Final mente somos...

― ¡El equipo número uno!


Gritaron todos los jugadores de Raimon frente a la puerta del estadio. Habían ganado. Ellos, ese equipo que a comienzo de curso solo contaba con siete jugadores y un rumor de deshacerse, ellos estaban ahí, con la copa que demostraba que eran los ganadores, nadie puede quitarle eso.

La emoción era tal, que Kabeyama comenzó a llorar, lágrimas que eran contagiadas por Kurimatsu. Shindo y Shorin le pedían el trofeo al capitán. Ellos dos junto a otros de primero y dos de segundo lo miraban con brillos en los ojos. Todos querían sostenerlo, y se lo podían al de cabello naranja, pero antes de que este pudiera hacer algo Sombra se lo arrebato quedando sentado en el suelo mientras sostenía el trofeo, parece que era el que más ganas tenía de sostenerlo. Mientras el grupito comenzaba a discutir por quien sostenía el trofeo Rosen les miraba con una sonrisa nerviosa.

― Jajaja... vamos muchachos, no discutan.

No valía para nada sus palabras, ellos seguían con lo suyo. Soltó un suspiro antes de ver al capitán y Goenji, ya que el primero había llamado su atención con esas palabras:

― Oye Goenji. ¿No deberías de estar en el hospital, tienes que darle la buena noticia a Yuka.

Le guiño un ojo cómplice mientras sonreía. El de cabello albino miró sorprendido por unos segundos a su amigo, pero en seguida un leve gesto de felicidad se dibujo en su rostro mientras asentía. Debía contarle que habían ganado, que había cumplido su promesa. Endo se acercó a él con una sonrisa, y ante la mirada sorprendida del delantero le tendió la mano. Le agradecía todo lo que había hecho por ellos, le agradecía que se hubiera unido. Sorprendido miró al castaño, pero enseguida una leve sonrisa apareció en sus labios estrechando la mano con su amigo.

― No Endo. Gracias a ti.

Ambos amigos se despedían de sus compañeros, el mayor mantenía las manos en sus bolsillos, y la otra movía su mano como despedida momentánea. Cuando no llegó a seguir viendo el autobús bajo su mano y aun con la sonrisa miró a su amigo, sorprendiendo a verle serio.

― Shuuya-kun...― susurró mirándole confundida.

No dijo nada, se quedo mirando al frente. Sus manos estaban guardadas en los bolsillo de su chamarra, pero ahí se movían nerviosas, quería decirle. Miró a la chica y fue hablar, no lo iba a callar más, pero la voz de la mamá de ella le hizo callar.

― Que fantástico partido realizaron.

Dijo la mujer de cabello rojizo acercándose a ellos junto a su marido. Ella sonreía, él se mantenía serio.

― Mamá, papá. Muchas gracias por venir― dijo mirándoles con una sonrisa.

― Hola Sr. Sra. Fire― comentó con educación haciendo una leve reverencia cuando ambos adultos estaban cerca de ellos.

― No tienes porque actuar así, Shuuya. Te conocemos desde que eras así de niño, jaja.

― Un gusto volver a verte Shuuya. ¿Qué tal tus padres?

Las amables palabras de la mujer le tranquilizaron un poco, pero las palabras del hombre le alteraron y entristecieron un poco.

― Se encuentra bien, Sr. Gracias por preocuparse.

Quiso evitar el tema, no era momento para hablar sobre lo que sucede y sucedió en su familia. Dio un paso atrás inclinándose de nuevo.

― Ha sido genial verles. Pero ahora debo irme. Rosen... luego debemos platicar.

― ¿Ah? Claro, mas tarde nos vemos. Tengo que contarte unas cuantas cosas. Saluda a Yuka de mi parte.

Los adultos se ofrecieron a llevarle, pero el se negó. En silencio y mordiendo su labio puso rumbo al hospital.

Los chicos se mantenían aun felices montados en el autobús. Los de primero en los asiento del fondo sostenían el trofeo, incluso avisaban al pequeño Shorin de que no dejara que cayera al suelo, que sí lo hacía tendría graves problemas.

― Sí, eso ya lo sé.

Un bache. Uno que hizo dar un pequeño salto al autobús, y con este que el trofeo se escurriera de sus manos. Menos mal que Kabeyama estaba atento y consiguió agarrar el trofeo con sus grandes manos. Unos asiento más adelante se encontraban los hermanos, con la pequeña felicitando al mayor.

― Gracias, pero es solo el comienzo de mi brillante carrera en este deporte.

En otro asiento la duda de porque Ichinose y Domon se marcharon tan de prisa en vez de volver con ellos cruzaba la mente del defensa número dos. La respuesta era sencilla. Su amigo, Nishigaki, les llamó a terminar el encuentro y ambos quisieron ir a darle la buena noticia. Aki confirmaba eso, a ella le dijeron que irían a por él.

― Aun así me parece un gran desperdicio. Debieron irse tras las fotos y las entrevistas.― decía Someoka con una sonrisa.

― No tiene nada de malo. Son bueno amigos desde que jugaban en norte América, es normal que quieran darle esa noticia.

El capitán tenía mucha razón, incluso Kazemaru estaba deseando poder hablar con sus amigos del atletismo para contarle en persona que habían ganado, seguro que ya lo sabía, pero quería decírselo él.

Los recuerdo era ahora el tema de conversación. Quien diría que un equipo con solo siete jugadores ha acabado llegando hasta donde están. También recordaban como nadie creía en ellos, y que amenazaron en cerrar el club. Nadie se defendió con el recuerdo de que Kido pensaba que su único oponente digno de ese equipo era Goenji. El susodicho no se escudo en recuerdos, sino en lo que de verdad sintió.

― Solo al principio, pero después del partido amistoso decidí enfrentar a todo el equipo para analizar sus habilidades.

Como no, no podía faltar los comentarios de Megane. Olvidaban algo muy importante, que fue su gran estrategia de retirada contra Teikoku, fuela que hizo que Goenji regresara al campo de fútbol. Quien se sacrifico por el equipo, para que este llega hacer el éxito que es hoy, fue él. Ya... como que no.

― Resultaste ser un cobarde.

― Presumido.

Las palabras de su compañeros fueron como flechas que se le clavaron, pero para los demás un momento de diversión.

Entre sus recuerdos también estaban las escapadas de Ren, quien habría dicho que era una chica y todo lo hacía para poder jugar al soccer.

― Sí... fue una sorpresa ver como se desprendía del pelo. Pensé que estaba loco― comentó divertido Matsuno.

― O cuando Bobby comenzó a zarandearlo, pensé que lo haría Someoka.

De nuevo las risas inundaron el autobús. Las risas pararon, y se llegó a escuchar como Aki estaba feliz por los chicos, ella siempre confió en ellos, sabía que ese día acabaría llegando pronto. Endo se levantó un poco de su asiento para poder ver a la chica con una sonrisa agradeciéndole.

― ¿Y díganme? ¿A que desafió se enfrentarán ahora? Ya que son los mejores a nivel nacional, cual sera su siguiente objetivo.

Las palabras de la castaña dieron rienda suelta a la imaginación de todos. Allí afuera había equipo a los que enfrentarse, en otras ciudades, en otras regiones, en otros continentes, en cada uno de esos lugares seguro que habrá equipos muy fuertes. La idea de enfrentarse al mundo ilusionó a todo, ese si que era una meta a lo grande. Endo, desde su asiento comenzó a temblar de emoción.

― Muy bien. ¡Jugaremos a nivel mundial! Asique debemos entrenar mucho.

― ¡Si!

Ya en town Inazuma, Goenji entraba en la habitación de su hermana. Caminó hasta ponerse a su lado mientras sostenía un tulipán amarillo en su mano. Miraba a la pequeña con una sonrisa mientras le contaba que había ganado el torneo. Cerros sus ojos volviendo a su rostro serio de siempre mientras se daba la vuelta para cambiar la flor. Sostuvo el jarrón. Una leve voz... sorprendido y con lentitud comenzó a girar para ver a la pequeña. ¿era posible?

― Hermano...

Su cuerpo no reaccionaba, primero cayó el agua y después el jarrón. El sonido de este impactando contra el suelo fue lo que hizo que se moviera y fuera corriendo donde estaba ella colocándose junto a ella. Se acercaba con miedo de que fuera una lución. Con cuidado pasó una mano por su castaño cabello mirándole, viendo como por fin había abierto los ojos. La sonrisa de su pequeña hermana fue suficiente para que al gran Goenji se le acumularán las lágrimas.

― Yuka... mi equipo... ganó las finales― susurró haciendo paradas a no poder hablar por la emisión que sentía.

Sentada en los asientos de atrás miraba por la ventana con una sonrisa. Este día no podía ir a mejor. Le había contado la verdad a sus amigos, había dado todo de sí en el partido, consiguió volver a dominar su hissatsu, volvía hacer ella y seguiría en Raimon, ¿qué más podía pedir?

― Entonces... ¿Shuuya y tu sois "amigos"?

El tono con el que su madre pronunció esa ultima palabra altero e hizo sonrojara a la menor. Palabra que también tensaron al adulto que sostenía con mayor fuerza el volante.

― ¿¡Qu-qué dices!? ¡Shuuya-kun y yo solo somos amigos!― se apresuró a responder.

― Jajajaja vamos hija, no te enojes tanto. Quien se pica...

― Jum...

Se cruzó de brazos mirando a otro lado aun sonrojada. Eso no era cierto ellos no eran la clase de amigos a los que se refería su madre. Ellos solo eran amigos, amigos normales, amigos de la infancia, amigos del equipo, amigos, y punto. y no esos "amigos"

― Andrea... aun es muy joven para eso.

― Jajaj, vamos Katsu, sabe de sobra que esta en la edad.

Cada comentario de sus papas le hacía sonrojar mucho más. Con las mejillas sonrojadas e hinchada tomo el collar bajo su playera y chamarra para ver con una sonrisa las fotos en su interior. Lo había logrado, había logrado superar sus miedos, y esa gran barrera que se puso ante ella.

― Vamos, sino era eso, ¿de que quería platicar a solas con la niña?

La protesta de su madre le alteró e hizo que se sonrojara mucho más.

― ¡Mamá! ¡Ya! No somo nada más, solo amigos. Me querrá decir cualquier cosa. Para que lo sepas no es normal platicar de nuestras cosas frente a nuestros papás.

Su madre se giro para verle con una sonrisa picara levantando una ceja.

― Si es así... ¿por qué te sonrojas? ¿te dio fiebre de repente? Jajaja

― ¡Ah! ¡Mamá!

La risa de la mujer molestó a los otros dos presente en el auto. Cerró los ojos suspirando antes de abrirlo mirando por la ventana, ya que daba poco para llegar a la Town Inazuma. Abrió los ojos llegando a ver a lo lejos la torre de metal, una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro, pero enseguida cambio a uno de sorpresa a ver como algo extraño aparecía en el cielo.

― ¿Qué es eso?

El fuerte ruido acompañado por esa potente luz asombro a la chica. Había caído cerca de la secundaria.


Los chicos se encontraban en la entrada de la secundaria, todo estaba derrumbado, destrozado. ¿Quien había sido capaz de hacer todo aquello? Todos los edificios estaban por el piso, entre los escombro no se llegaba a ver nada. Solo la montaña de destrucción. ¿Qué había pasado?

― ¿Sois ustedes niños...?― la leve voz del director llamó la atención de todos. El anciano caminaba con dificultad acercándose a ellos.

― Sr. Director.

― Me da gusto verte, Endo...

― ¿Qué le sucedió a la escuela?

Extraterrestres. Solo una palabra que llamó la atención de todos. Habían sido unos extraterrestres que vinieron a destruirles. Los chicos se miraban entre ellos dudando de las palabras de su director. Como iban hacer extraterrestres. El sonido de uno de los escombro moviéndose llamó la atención de todos. El Sr. Furukabu salí de debajo de los enormes trozos que antes formaban parte de la secundaria. Apresurados se acercaron al anciano, viéndole sorprendido y extrañados, pero la sorpresa fue mayor a ver al legendario Inazuma Eleven por los suelos. ¿Qué se suponía que había pasado aquí mientras ellos jugaban la final?

― ¿Por qué?...

― ¿Quién les pudo haber hecho esto?

― ¿Se encuentran bien?

― ¡Resistan por favor!

Con estos gritos todos fueron corriendo donde los ancianos para ayudarles a parararse o comprobar que lo pudieran hacer. Natsumi fue corriendo con Batora, el cual se encontraba agotado y de rodillas.

― Hicimos todo lo posible para luchar contra los extraterrestres. Jugamos como ustedes para detenerlos, no queríamos decepcionarlos.

― ¿Jugar como nosotros? ¿De que estas hablando? ¿¡Enserio les atacaron unos extraterrestres!?

La historia del director comenzaba hacer creída por los jóvenes, ¿en verdad habían luchado contra extraterrestres? Todos estaba malheridos, agotados aun así consiguieron contar sobre esos chicos que fueron a desafiarles a un partido de fútbol soccer. Un sonido se hizo presente en el lugar, era muy extraño. Como si un auto de gran peso se acercara a ellos, o algo muy parecido. No sabían a donde mirar, de donde venía ese ruido, y lo más importante, ¿ de que era? Kido fue el primero en darse cuenta, algo negro con brillos morados se acercaba a su capitán. Segundos antes de que pudieran darle le aviso, el portero cubrió su cara con temor, pero esos objetos no iban a por él. Se elevaron antes de poder rozar al castaño, en lo más alto se unieron formando un triangulo, comenzaron a bajar haciendo círculos. Cuando rozaron uno de los escombros de ese relámpago tan característico de Raimon una niebla morada y negra surgió, ahora unos tentáculos de luz y acabaron con una explosión que cegó a los presentes. El humo comenzó a disiparse y volver de donde habían salido, pero esta vez, no esta solos. Dos chicos y una chica se encontraba frente a ellos, sus rostros serios comenzaban a impartir un pequeño terror en los jugadores. ¿Quiénes eran ellos? ¿Y esas ropas? Unos trajes completos ajustados al cuarto, el de la chica, la tela cubría todo su cuerpo, a partir de sus piernas el pantalón se hacía un poco más ancho uniéndose con las botas. El chico de cabello verde con un traje ajustado a su pecho, pero de pantalones y mangas anchas. El de él, y el de la chica eran de un tono grisáceo y marfil por algunas partes. El otro chico tenía un uniforme parecido, solo que el suyo era azul con las mangas largas y pantalones cortos y de diferente tonalidad. Lo único que tenían en común los tres era esas cuerdas que cruzaba su pecho y en el centro se encontraba un pequeña esfera.

― Señorita Natsumi, son esos sujetos. Ellos nos desafiaron a un partido de fútbol.

Asustado e impresionado, Endo miraba a los tres chicos. ¿Eran ellos los extraterrestres? El chico de cabello verde, que parecía el líder, miraba con superioridad, y aburrimiento al portero. Una sonrisa malvada se dibujo en sus labios antes de comenzar hablar:

― Venimos de un planeta lejano llamado Alien, somos los mensajeros de nuestra galaxia― hablaba con voz profunda, decidida y con autoridad―. No queremos ser descorteces, por eso actuaremos de acuerdo con su sistema con el propósito de mostrarles nuestras verdaderas habilidades. Arreglaremos todo por medio del fútbol― hizo una pausa para levantar el balón negro y morado que tenía bajo su píe. Lo agarró con una mano mostrándolo aun serio―. Soccer― con un leve movimiento le pasó el balón a la chica de cabello rosado que comenzó a jugar con él―. Es decir usaremos ese método para elegir un indiscutible ganador. Asique comuniquelen el siguiente aviso a quien consideren expertos en esto:― una nueva pausa, esta vez para controlar el balón, que le era devuelto por el otro chico. Lo dejo bajo su píe y miró a los presente con una sonrisa malvada―. Si no nos derrotan en un partido de fútbol soccer. La tierra dejara de existir.

― Ahora entiendo. Por eso desafiaron al Inazuma Eleven a un partido― de nuevo comenzó a temblar, esta vez por la rabia que se acumulaba en su cuerpo―. Perfecto... ¡Entonces les daremos una paliza!

Endo estaba enojado. No podían usar al fútbol de esa forma, eso no era fútbol y no pensaba dejar que ese chico de pelo verde hiciera lo que quisiera. Con burla volvió a sonreír, ¿es que no se daba cuenta? Su duelo había acabado, su secundaria estaba derrumbado, no jugarían más con ellos. Con soberbia comenzó a reírse de ellos, causando mayor frustración entre los humanos.

― No me importa si son extraterrestres, no dejare que esto se quede así. ¡Destruyeron nuestra escuela!

― Someoka... amigos― sonrío a ver como sus amigos pensaba igual que él y que estaban dispuesto a pelear―. Vamos a demostrarle nuestro estilo de fútbol.

― Si.

Esa osadía enfado al líder de los extraterrestres. No había necesidad de que mostrarán nada. Todo estaba sentenciado. Raimon había perdido su batalla, bueno, solo era un decir, eso no se podía conocer como batalla. El balón volvió a a brillar, su color se intensifico y comenzó a girar sobre si mismo mientras se levantaba y unos brillos morados junto a un remolino del mismo color se introducía en el objeto, aumentando la velocidad. Un leve chut, ni siquiera parecía eso, solo lo empujo. Pero eso fue suficiente para que fuera directo a Endo, y sin oportunidad de sacar su Mano Demoníaca el viento y fuerza que desprendía el balón hizo que todos cayeran al piso. El balón fue directo a la sede del club, haciendo que cayera en mil pedazos.

De la misma forma que llegaron se fueron, no tenían nada más que hacer. La discusión era presente entre los chicos, ¿qué era ese poder? Ni siquiera la Mano Demoníaca había podido con él. En verdad no fue así. No es que destruyera la hissatsu, si no que no pudo ver la trayectoria del balón, no hasta que fue demasiado tarde. Con dolor miraban como su club había sido destruido, ese que le contó tanto por mantener en píe... ahora estaba en los suelos. Ese tiro era aterrador, solo un disparo de ese balón negro había hecho todo eso, no habían visto unos tiros tan fuertes en sus vidas. Dos llamadas rompieron la discusión, una para Aki, era Ichinose. En el Kidokawa también habían estado, y ellos llegaron tardes. La otra para Natsumi, era el presidente de la junta con una información muy valiosa.

― Por favor, dime, ¿donde te encuentras ahora?

― Después te explicare. En estos momentos los extraterrestres aparecieron en la secundaria Kashamino.

― ¿En Kashamino?

― ¿Ah? ¿Ellos están en la secundaria Kashamino?

No había tiempo que perder, tenían que ir a echarle una mano. Esto no se quedaría con una derrota.

Ese día... ese día tenía que haber sido uno donde todos celebraríamos nuestra victoria. Donde iríamos al restaurante del entrenador a ponernos las botas y para acabar el día todos volveríamos a jugar al fútbol... No fue tan distinto a lo que había pensado, jugar sí que juguemos, pero contra extraterrestres. Goenji y yo lleguemos un poco tarde a la secundaria Kashamino, aun así le íbamos a demostrar de que estaba echo el Raimon.

Nos dieron una paliza. Daba igual cuantas veces nos levantáramos, siempre nos volvían a echar al piso. Daba igual cuantas hissatsu usáramos, para ellos no era hisstus. Daba igual cuanto sudor y sangre echáramos, pera ellos esto no era ni un miserable calentamiento.

No duró mucho el encuentro, tras miles de balonazos, esa velocidad, todo el poder que derrochaban... nos superaban. Y la forma más gráfica fue ver como esa secundaria era derribado por nuestra derrota. Aun tengo grabado a fuego, como el solo impacto de un balón en la fachada hizo que todo cayera y se convirtiera en nada.

//Bueno, un día antes, pero aquí esta el capitulo que les prometí :D.

Mil gracias a todos los que se preocuparon por mi. Ya estoy mucho mejor y mu muñeca esta perfecta para seguir escribiendo sin que me tenga que acotar e la Albin del pasado que decidió dejar para ultima hora escribir los capítulos.

Espero que os guste como comienza esta nueva aventura. Me gustaría saber que piensa del nuevo aspecto del capitulo. ¿Les gusta más así o como estaba antes?

Un beso para todos y nos leemos en el siguiente capitulo.

PD: si quieren saber más cosas de los fanfic que publico y publicare pásense por  mi historia: Esto No Es Un Blog. Allí tendrán muy buenas recompensa cuando me tarde en publicar y si quieren saber como hago las letras de Inazuma Eleven acabo de publicar el tutorial. ¡Dejen sus portadas con unas bonitas letras IE! ⚽//

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