Capítulo Treinta y dos


Capítulo treinta y dos.

Maximiliano.


—Tienes una casa francamente muy grande —comento viendo los alrededores.

—No sé en qué pensaba cuando la compré, resulta incómoda, nunca me ha gustado o la he llamado hogar.

Doy un ausente asentimiento porque la casa no refleja su personalidad, de hecho cuenta con cuadros elegantes, pero ningún recuerdo o detalle que me dé prueba de que este es su espacio, algo bastante diferente al apartamento en el que vivía en Londres.

—Voy a mudarme en algún momento, estoy viendo apartamentos. Algo más pequeño, discreto y en donde desde cero lo decore a mi antojo —Me hace saber—. No odio LA, odiaba las cadenas que me ataban. Soy más de frío, pero me está gustando todo, le he tomado cariño.

Giro para darle mi atención y casi parece que me lo dice con timidez, por lo que le sonrío para hacer evidente que no estoy haciendo un juicio o señalándola.

—Espero fotos cuando tengas ese apartamento nuevo decorado a tu gusto.

—O podrías visitarme... —Tantea.

—Eso me gustaría, haría tiempo.

—Qué privilegio —Sonríe de manera ladeada.

La veo con atención, notando que sus rizos van más largos, se ve más tonificada y sus mejillas un poco más llenas. Continúa terriblemente sudada, llevando un top deportivo junto a un short bastante pequeño. Se ve increíblemente bien, me atrevería a decir que incluso radiante y eso me hace sonreír.

Me gusta que Allen sea feliz incluso si no es conmigo.

No son palabras fáciles de admitir, diría que son agridulces, pero muy honestas y sé que ella se siente igual sobre mí.

Me pregunto si todo hubiese sido más sencillo con una ruptura horrible y odiándonos, pero no me entra en la cabeza que pudiese odiarla realmente bajo ninguna circunstancia.

Arruga la nariz y luego ríe por lo bajo, también lo hago pasándome una mano por el cabello.

—¿Tienes prisa? —Me pregunta—. Qué torpe, debería ofrecerte algo de beber o comer.

—No traigo prisa, mis reuniones son mañana y mi vuelo en la madrugada. No me esperan en ningún lugar hoy, exceptuando que posiblemente me llamaran de tanto en tanto.

—Entonces... ¿Quieres quedarte a cenar?

—Seguro.

—Bien —Asiente varias veces—. Iré a darme una ducha, siéntete cómo en tu casa, come y bebe lo que quieras.

—Haré unas llamadas, ya sabes, para confirmar que el mundo no se quema mientras estoy aquí.

Ríe por lo bajo y luego camina hacia uno de los pasillos, la sigo con la mirada antes de sacudir la cabeza y sacar dos de mis teléfonos, aliviado cuando confirmo que en Londres todo está en orden. Lo último que necesito son escándalos o que las bebés Wood nazcan, por ejemplo.

Allen no toma una ducha corta, pero eso ya lo sabía, nunca lo hace, así que camino hacia la enorme cocina y cómo ella me dio tal libertad, tomo una botella de agua y regreso a la sala para sentarme en el sofá beige.

Doy un buen trago de agua y suspiro, recargando la espalda y viendo hacia el techo.

Esto es extraño y no debería serlo, después de todo esta es la mujer que conocí de manera íntima, que pasó tiempo con mi familia sanguínea y la que creé al formar BG.5, con la que creé recuerdos y aunque hoy fácilmente podemos llamarnos de una manera dolorosa "ex", sigue siendo mi amiga y verla...

Verla se ha sentido increíble.

El tiempo tiene una forma curiosa de actuar. Las primeras semanas de la partida de Allen fueron muy reflexivas, siempre la valoré y era consciente de mi fortuna, pero cuando se fue, el vacío era simplemente demasiado. Puede que nuestros horarios para vernos siempre fueran desordenados, que hubiese días en los que ni siquiera nos veíamos, pero aun así su ausencia se sintió demasiado. ¿Me dolió? Sí, sin duda alguna lo hizo incluso si no lo dije.

No estaba familiarizado con extrañar a alguien de manera romántica, con los silencios y los ruidos de mis pensamientos. La echaba mucho de menos y aunque una parte egoísta de mí quería encontrar cualquier espacio para hablar, también entendí que no nos hacía ningún bien, su tono de voz en las llamadas, sus notas de voz e incluso algo tan simple cómo las expresiones en sus mensajes me hicieron ver cuán difícil estaba resultando este cambio entre nosotros.

No diré que fue fácil, que me hizo feliz o que no dolió, pero sí que sobrevivimos. De alguna manera entre nuestro romance o los restos de él, logramos salvar una amistad que aunque no volvió a ser la misma, nos mantiene en la vida del otro.

Y en una llamada telefónica bastante larga, Thomas tuvo razón "no morirás por echarla de menos, pero si te dolerá por bastante tiempo, podría dolerte siempre", después de todo el hombre tiene experiencia en ser amigo de su ex y aun sentir bastante por ella. Escuchar a un hombre con esa experiencia, tenía sentido, aun lo tiene.

Así que sí, las primeras semanas las pasé trabajando un montón, intentando ocupar mi mente en cualquier cosa, estresándome y sonriendo cuando veía noticias de ella, lo radiante que se veía en su trabajo ¿La extrañaba? Sí, pero la vida no se iba a detener por ello. A las semanas le siguió un mes y avanzar no significaba vivir cómo si su presencia nunca hubiese existido, por el contrario, tuve muchos —demasiados— pensamientos sobre ella, pero no los sentí amargos, porque me di cuenta que con esa pequeña descarada aprendí demasiado.

Aprendí a hacer pausas, a reír más, a hacer cosas ridículas sin vergüenza alguna, a apreciar las pequeñas cosas y romper incluso mis propias reglas. Fue cómo recuperar una parte de mí de la que me había olvidado hace tantos años y eso siempre lo voy agradecer, porque cuando había pasado un mes, encontré al menos media hora para hacer algo tan sencillo cómo sentarme y admirar el paisaje, ver algún vídeo en internet o simplemente caminar. Comencé a hacer planes para probar restaurantes nuevos a los que obligaba a ir a algún guardaespaldas e incluso comencé a ver una serie —que odié, pero vi hasta el final—, dejé de estresarme tanto (no demasiado) e hice tiempo para hablar más seguido con mi familia.

Y una noche, cuando ya casi se cumplía un mes, llamé a Thomas y entonces durante dos horas con quince minutos hablamos de mamá.

Fue la primera vez que me permití hablar de los recuerdos, hicimos un viaje por nuestra infancia, riendo hasta llorar y luego llorando hasta sollozar, admitiendo que extrañábamos a mamá, que dolía y que haríamos cualquier cosa por tener su abrazo una vez más. Poco hablamos de su muerte, pero sí de la ausencia que dejó. Se sintió bien honrar los recuerdos sus recuerdos, nuestro amor por ella y lo mucho que la echamos de menos, lo mucho que siempre la extrañaremos y cómo vivimos con ese dolor plausible que nunca se irá, cómo se marchó con pedazos de nuestros corazones; fue...Especial y tan significativo, también necesario.

No descuidé mi trabajo, pero tampoco me descuidé a mí mismo y considero que eso es bastante importante y hace una gran diferencia al Max antes de Allen. Me sentía bien, la extrañaba y era evidente que deseaba que estuviese a mi lado muchísimas veces, demasiado, pero la vida no se detiene y cuando tienes responsabilidades y personas que se preocupan por ti, es difícil detenerse y dejar la vida pasar sobre ti.

Mi visión del mundo es cínica y sé que con corazones rotos, despechos o desilusiones la vida no se pone en pausa y que en algún punto comienzas a ser positivo.

Ser positivo no significa olvidar o fingir que nada ocurrió ni significa no pensar en los "qué pasaría si..." significa que agradeces lo vivido, que sonríes cuando lo recuerdas, que ves fotos de esa persona en donde es feliz y te hace feliz, que cuando hablan aunque las cosas no se sienta iguales, lo disfruta y si duele...No es malo, solo es el dolor de un fuego que posiblemente nunca se apague.

Porque no creo que dejarnos sea algo que alguna vez se supere del todo, fuimos demasiado para que simplemente ahora finjamos que eternamente seremos un nada, no creo que eso sea posible, no en esta vida.

Pero sin importar qué las semanas pasan y se convierten en meses. Entonces casi llegando al segundo mes conocí a Kristen, una abogada de la firma de Jeremy que se encargaría de uno de los tantos acuerdos legales que necesitaba establecer, nada romántico pasó, pero sí que nos hicimos amigos o al menos unos extraños amigos. Una parte de mí siente que no lo caigo bien del todo o que tiene un placer perverso por hacerme sentir de ese modo, pero disfruto de su compañía y conversar, creo que podría tener una agenda tan extraña cómo la mía y cuando le hablé de Allen me dio un golpe "amistoso" en el brazo junto a un «pobre chica».

En el segundo mes también fue cuando los rumores se volvieron intensos. Fotos de Allen con Romeo, incluso si existía esa foto de ellos besándose en un juego los celos fueron controlables...Hasta que no lo fueron cuando Cole Holland apareció en la ecuación. A diferencia de los constantes rumores con Romeo, esto se sintió diferente y pasé noches enteras pensando en ello, no diré que me hizo feliz ni que lo aplaudí, pero una mañana cuando desperté y vi fotos de ellos desayunando, me fije en su sonrisa y lo que transmitía.

Noté cómo inclinaba la cabeza al reír y lo cómoda que se veía, fue otro momento agridulce, porque fue aceptar que estaba siendo feliz y que de alguna manera esa felicidad a mí me ayudaba a soltarla. Verla feliz me hizo sonreír porque entonces ella ya no tenía que imaginarla llorando en su casa por la traición de su tía, no tenía que pensar en corazones rotos, no tenía que estar sin dormir preguntándome si lloraba o si nuestra amistad la lastimaba.

Y sobre todo, ya no tenía que imaginar cómo se sentiría saber que ella estuviese con alguien más, porque ahora lo sabía, y dolía... Sí que lo hacía, pero mis celos o ese ardor era menos o más fácil de ignorar si me enfocaba en que ella estaba bien.

De igual manera yo también avancé, no por despecho, lo hice porque la vida es corta y aprendí que algunas oportunidades deben explorarse antes de desistir. Puede que Kristen y yo no tengamos nada romántico en este momento, pero no soy tonto y sé que nuestra amistad está cambiando, no sé en qué se convertirá, pero no me cierro a ello y siendo honesto, me gusta, me atrae y tenemos química, lo que pase después, ya será cosa de nosotros y si nada pasa, entonces tal vez en el futuro será alguien más o no lo sé, la vida es incierta y finalmente entiendo que hacer pausas para vivir y sentir es importante.

Papá tiene razón: me cansé de correr.

Inicialmente no se suponía este viaje se daría, pero siendo una reunión improvista y con una duración de cuarenta y ocho horas, todo parecía bastante claro. No había manera en la que me negara y mucho menos de que no viniera a verla y hasta el momento no me arrepiento, solo espero esto no nos haga daño ni retroceder a esas interminables primeras semanas.

La extraño cómo novia, extraño toda la intimidad y la relación que teníamos, por supuesto que desearía que aun fuésemos un nosotros, pero sin duda alguna también echo de menos nuestra fácil amistad, porque era la amiga que no pedí, pero que necesitaba. Era la persona que jamás pensé haría tanto impacto en mi vida.

Durante meses me dije que nuestra diferencia de edad era un obstáculo, pero resulta que fue con ella, con la chica más joven y alocada, con la que formé el tipo de conexión tan grande que ni estando en diferentes continentes o disminuyendo nuestras charlas ha desaparecido.

—¡Listo! —Anuncia Allen apareciendo con un pantalón de yoga y otro top de tirantes finos—. Espero no te hayas aburrido.

—Solo pensaba.

Se deja caer a mi lado, subiendo los pies al sofá y dándome toda su atención. Me doy cuenta de que también me evalúa con la mirada.

Tararea y se acaricia de manera distraída un brazo mientras la dejo deslizar su mirada sobre mí.

—¿Cuál es el veredicto final? —pregunto con diversión.

—Tienes más hondas en el cabello y está más largo, me gusta. También pareces más fuerte, básicamente trato de decirte que estás más bueno cosa que pensé era imposible. Te superas, Maximiliano.

—Estoy tomando eso cómo un cumplido encantador.

—Lo es —Sonríe—. Cuéntame cómo están todos, quiero resúmenes muy, pero muy detallados.

—Estoy seguro de que Dexter y Doug te mantienen bien informada.

—Pero quiero escucharte a ti.

Tomo aire de manera exagerada y me da un golpecito en el muslo antes de dejar su mano ahí. Veo su mano sobre mi pantalón y después a su rostro que me ve a la expectativa hasta que hago lo que me pide, comienzo hablando de papá y de que Thomas ha estado viviendo con él durante las últimas dos semanas porque su tensión había estado elevada y el viejo terco comía fuera de su dieta. Le hablo de Theo y de cómo ganó un concurso de deletreo...También uno de rap y eso conlleva a que le enseñe el vídeo.

—Qué creativo —Se ríe—. Tiene flow.

—Sí, bueno, hizo un comentario que conllevó a muchos problemas.

—¿Qué dijo?

—Que puede que no fuese de color y estuviese blanquito, pero tenía el flow...

—No puede ser.

—Cara se quería morir y Thomas no encontraba cómo excusarlo, tuvieron una larga charla con él y volteó todo diciendo que se sentía oprimido, que debía ser libre de mostrar su arte y no era su culpa tener flow, que lo estaban condenando por expresarse y citó alguna enmienda que nada tenía que ver. Fue una pesadilla.

Allen ríe y recarga su mejilla del respaldar del sofá, también rio antes de pasar a BG.5 y relatar cosas que seguramente ya sabe.

—No creo que quiera ser mamá o en todo caso que pueda, pero me hace ilusión ver a Leslie y a Andrew tan felices.

—También me hace feliz, serán buenos padres y a esas niñas nunca les faltará amor.

—¿Y tú? ¿Cómo está la vida de Maximiliano?

Respiro hondo.

—Ahora hago algo de tiempo para hacer pequeñas cosas.

—¿Cómo cuáles?

—Conozco nuevos restaurantes una o dos veces a la semana, estoy intentando ver series, pero odio todas.

Eso la hace reír y me ve de manera risueña.

—¿Qué más?

—Delegó un poquito más algunas funciones a Justin.

—¡Bien por Justin!

—Y llamó más a mi familia, también les hice una visita rápida, me alegra de haber hecho esto último aunque pensé que papá se infartaría cuando lo sorprendí aparte llevé a Ethan conmigo...

—¿Por qué lo dices así?

—No es el favorito de Theo dado que cuando mi sobrino tenía siete años, Ethan le ganó en algún juego y se lo restregó durante horas, casi lo hizo llorar de molestia.

—No puedo creer...

—Tendré que defender a Ethan diciendo que Theo le había ganado seis veces antes y le hizo hasta un baile de la victoria llamándolo perdedor —Sacudo la cabeza y rio por lo bajo.

—Pero Theo es un niño, Ethan un adulto y... ¡Habría amado ver eso! ¿Entonces cómo fue esta visita?

—Intentaron ser amigos, pero... Theo le ganó jugando y lo hizo de nuevo, presumió demasiado.

—¿Y qué hizo Ethan?

—Le apagó el juego.

—¡No! —Rompe a reír— No puede ser.

—Una pesadilla, pero fuera de eso, la pasamos bastante bien y tuvieron una despedida amistosa, aparentemente sin rencores, pero no les creo.

—Suena a que estuvo genial, me encanta que estés pasando más tiempo con tu familia, puedo imaginar a Maximiliano padre feliz. ¿Thomas y Cara no han vuelto?

—No, lamento romperte esa ilusión.

—Me rompe el corazón —Se lleva una mano al pecho—. ¿Qué más tienes para contarme? Siento que quiero saber tanto, pero tanto, hace mucho no hablábamos, no así.

Estirando una mano tomo uno de esos rebeldes rizos, estirándolo antes de soltarlo y sonreírle a medias, aclarándome la garganta antes de volver a hablar.

—Yo...

—¿Si?

—Hice una nueva amiga —digo con lentitud—. Se llama Kristen, es bastante genial y nos llevamos muy bien.

Se hacen unos breves segundos de silencio antes de que asienta.

—¿A qué se dedica Kristen?

—Es abogada, trabaja en la firma de abogados de Jeremy, su agenda no es bonita.

—¿Es tan fea cómo la tuya?

—La mía siempre gana.

—Creo que eso está bien, supongo —Se rasca la ceja y ve hacia mi pecho antes de alzar de nuevo la vista—. ¿Eres feliz?

—Encuentro que la felicidad plena es difícil, pero sí estoy bien y me siento bien, creo que me reencontré y se siente increíble.

—Es por eso que te ves diferente, tienes menos peso sobre tus hombros, te ves ligero y tan bien, me pone feliz —Sonríe y los ojos se le llenan de lágrimas.

—Oye —digo con suavidad, atrayéndola hacia mí hasta que la abrazo y su mejilla se presiona de mi pecho—, no llores.

—No son lágrimas de tristeza o al menos no del todo —Ríe por lo bajo—. Me hace feliz que estés bien y verte así.

—Me siento igual por ti...He visto que estás conociendo a alguien y te ves feliz con ello.

No suena tan casual cómo quisiera, pero al menos se escucha honestamente que no tengo un resentimiento.

—No son chismes, pero apenas nos estamos conociendo.

—Bueno, así se empieza ¿No?

—Depende, los inicios no son todos iguales.

—No quiero ser un ex imbécil o incómodo, pero necesito hacerte saber que espero sea bueno contigo, que no te presione o que tú no te presiones.

»Y está bien, Allen, está bien que a ambos nos ocasiones sentimientos raros el saber que hay nuevas personas, pero no te odio o desprecio por ello...

—Tampoco te odio y te desprecio, pero...

»Pero admito que en este momento si me dijeras que conozca a Kristen quien suena cómo una buena persona, inventaría mil excusas para no hacerlo, porque soy feliz de que seas feliz, pero mentiría si dijera que me sentiré muy bien viéndote con ella o al menos por ahora. No sé si eso me hace mala persona, pero no puedo mentir o no quiero hacerlo.

—No es que yo quiera conocer a Cole y ser su mejor amigo —comento con ironía—. De hecho rogué al cielo que no estuviese aquí mientras conduje o que llegara, no quiero conocerlo hoy o mañana, posiblemente ni siquiera en meses incluso si es el mejor hombre del mundo, eso no quiere decir que no sea feliz por ti, pero hay que ser honesto mi bondad no llega tan lejos y ver las fotos en artículos ya es suficiente.

»No me presentes a Cole al menos que lleven un montón de tiempo y lo haya procesado completamente —intento que suene con diversión, pero la verdad es que lo pido muy en serio.

—Lo mismo digo sobre Kristen... Que no tengo nada en contra de ella, pero...

—Lo entiendo, lo entiendo tan bien y para que lo sepas, por ahora somos amigos.

—Pero te gusta y tú le gustas, porque tú le gustas a todo el mundo —dice con obviedad— y a ti no te gustan todas o cualquiera, tiene que tener algo especial.

Nos quedamos en silencio mientras la abrazo y creo que hay algo bonito en que nuestra amistad haya sobrevivido incluso si el corazón me late rápido y una parte de mí quiere aferrarse a este momento.

—Me hiciste feliz —susurra.

—También me hiciste feliz —Le beso la sien—, pero es importante que ahora somos felices con nosotros mismos.

—Me siento muy feliz conmigo misma, ligera e incluso libre, tan libre cómo puedo estarlo.

—Y eso lo reflejas.

Suspira abrazándome más fuerte y riendo cuándo le pregunto por Romeo en un fingido tono de reproche. No es que Romeo sea mi persona favorita, pero le tengo aprecio por el gran amigo que está siendo para ella, se escucha realmente entusiasmada en tanto habla de él y de todo lo que han hecho.

También me habla de sus proyectos y ahora se ve completamente entusiasmada con ellos, me habla de que los ha escogido con mucha calma y que está trabajando en otros, pero que primero quiere asesorarse con expertos. Hablamos muchísimo y en algún momento pide la cena y mientras comemos nos reímos. Veo embelesado la soltura con la que habla, lo ligera y radiante que se ve, es un cambio precioso que me hace sonreír.

A veces hay silencios y largas miradas cargadas de cosas que no se dicen, también un par de lágrimas cuando me hace saber que hablará con su papá y que se siente lista.

Son horas especiales y valiosas, no son suficientes para ponernos al día de los meses que han transcurrido, pero nos llena de algún modo, desearíamos más, pero tomamos lo que tenemos. Alargamos el momento tanto cómo podemos, tanto que es a la una de la madrugada cuando caminamos hacia la puerta de su casa, viéndonos fijamente y tragando fuerte.

Porque ¿Cuándo realmente nos volveremos a ver?

De nuevo sus ojos se llenan de lágrimas.

—Ven aquí, pequeña descarada —Tiro de su brazo y la envuelvo en los míos.

»No puedo explicarte lo feliz que he sido de verte y ver lo bien que estás, estoy orgulloso de ti. Muy orgulloso, Mary Alena. Es hermoso verte brillar.

—Planeas hacerme llorar —sus dedos se aferran a mi camisa y rio por lo bajo.

—No, solo planeo que sepas que estoy feliz por ti, que me alegra haberte visto y espero hacerlo de nuevo.

—Verte... Lo deseaba mucho y soy feliz por ti.

Siento cómo me humedece la camisa con sus lágrimas, pero ríe.

—No nos volvamos extraños, sé que no es fácil porque hubo mucho entre nosotros, pero también somos amigos y te quiero.

—Tienes razón, también somos amigos y también te quiero.

—¡Vaya! Te tomó toda una vida decirme que me quieres —Se ríe, alzando el rostro—. Espero verte pronto, Maximiliano.

—También lo espero, Allen.

Le tomo el rostro en las manos memorizando una vez más su rostro y sonriendo cuando ella lo hace, presionando la frente contra la suya.

—Estoy muy orgulloso de ti —repito—, todos lo estamos.

Nos vemos con fijeza y nuestros alientos se mezclan.

—Me encantaría besarte —susurro.

—Lo sé.

—Pero no estaría bien.

—No —susurro.

—No sería justo.

—Sería doloroso.

—Para ti, para mí, para terceros —Nos digo a ambos.

—Si me besaras, si te besara y luego te viera irte...No podría —se sincera—. No podría.

—Allen... —susurro—. Ojalá algún día...Yo... Quiero decir...

No termino, simplemente suspiro casi sobre sus labios y luego le beso la nariz antes de abrazarla con fuerza, acurrucándola contra mi pecho.

Trago el enorme nudo en mi garganta y cierro los ojos con fuerza.

—Te volveré a ver, te volveré a abrazar —dice—. Lo prometo.

—Ya no puedes romper esa promesa —digo sonriendo.

Cuesta liberarla de mis brazos y su mano persigue la mía, incluso mientras retrocedo sus dedos persisten en los míos hasta que la distancia no lo permite y mientras camino hacia el auto de alquiler, dejo ir la respiración fuertemente por la boca y me asiento a mí mismo diciéndome que estaremos bien.

Ojalá nuestras vidas no hubiesen estado tan alejadas, somos ese rompecabezas que hoy no está completo, pero me ha quedado claro que la vida da muchas vueltas.

Vi a Harry reencontrarse con el amor de su vida años después, luchar, ser paciente y formar una hermosa familia.

Vi a Doug tropezar una y otra vez durante años antes de finalmente estar con la que no deja de decir que es su todo.

Vi a Ethan conocer al amor de su vida luego de casi hacerlo años atrás, lo vi romper sus reglas y enfrentar sus miedos.

Dexter se enamoró y vivió una linda relación antes de reencontrarse con quién hoy en día es su esposa, con ella descubrió el tipo de amor con el que soñaba.

Y Andrew... Andrew amó a la equivocada, conoció a otras personas y luego esperó, fue lo suficiente paciente para esperar a que ambos estuviesen listos.

No sé si ese es nuestro caso, pero sé que no nos cerramos las puertas y que quizá hagamos nuestras vidas con otras personas, que nos enamoremos y el amor de nuestras vidas sean otros, pero también podríamos algún día vivir ese momento correcto, ser simplemente nosotros.

Supongo que un día a la vez lo iremos descubriendo, pero al menos en este momento tengo la satisfacción de que estamos bien.



Redes sociales:

Instagram/Younow/ tiktok: DarlisStefany

Twitter: Darlis:steff

Espero les guste.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top