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Cuarentena

Ese a las ocho de la mañana se convirtió en una tradición para ellos a partir de aquel día.

Habían iniciado al revés, ya que por lo general las parejas saben conocer cosas del otro, como por ejemplo, el color favorito, comida favorita, estación del año favorita, hobbies, cambios de temperamento y demás, para después, compartir la cama.

¿Qué más daba haberlo hecho al revés?

Y si hubiese sido una noche, ahí quedaba y ya. No iban a ser los primeros ni los últimos.

Sin embargo, lo de ellos no daba para una sola noche.

Las horas pasaron a ser días y los días, meses.... ocho meses llenos de diferentes emociones donde pudieron conocerse aun más.

Algo que destacar de esos meses juntos fue que; en una ocasión, almorzando en un restaurante reconocido de la ciudad, se encontaron con Lisa y Hari, las chicas de la fiesta de Yeji; quienes le hicieron jugar con los vasos y la pelotita a Jimin. Ellas observaron las actitudes algo melosas de Yoongi hacia el rubio que tenía enfrente, es decir, ellas creían que él estaba engañando a su novia con ricitos de oro.

Molestas e indignadas tomaron asiento junto a ellos sin pudor y sermonearon de mil y un formar a Yoongi. Jimin solo quería carcajearse pero tenía que ayudarle. Las calmó e inició a narrándoles todo lo que había sucedido para que él fuese vestido de mujer a la fiesta de Yeji.

Ellas confundías y perplejas comprendieron la loca historia de Jimin, se disculparon con Yoongi y les desearon un futuro próspero.

La graduación de Jimin, Yeji, Taehyung y Jin como arquitectos también fue un acontecimiento para destacar, sus respectivos novios llegaron con un gran ramo de flores al lugar y no les importó en lo absoluto las malas miradas de unas cuantas señoras cuando les besaron en los labios.

Bien, otro momento para destacar fue la segunda vez que mantuvieron relaciones sexuales, claramente eran jóvenes con necesidades carnales pero ambos decidieron esperar un mes para volver a estar juntos en la cama. Se estaban colocando en abstinencia sin ningún sentido, o más bien se sentían culpables de haber iniciado su romance al revés.

Transcurrido el mes, Yoongi llevó a Jimin de paseo a una cabaña a las afueras de Seúl, un lugar placentero y calmado. Ese día, él le hizo el amor de una forma inigualable.

Dos enamorados sumergíos en su mundo. Donde el tiempo y el espacio desapareció; y no había pasado ni futuro. Solo el presente.

Pero, ¿qué sucedió para que ellos en la actualidad estecen viviendo juntos?

A finales del dos mil diecinueve, China reportó un caso de un nuevo virus que amenazaba la vida de sus ciudadanos.

En Corea del Sur, se reportó el primer caso el veinte de enero del dos mi veinte en el norte de la ciudad de Daegu.

De inmediato todos los surcoreanos cerraron las fronteras para aislar el país y evitar la propagación del virus. Cada familia se mantuvo en cuarentena voluntaria y solo salían cuando era necesario. Se aplicó la modalidad virtual para los trabajos y escuelas hasta reducir los contagios.

Del mismo modo, los sospechosos que portaban esta enfermedad eran monitoreados con aislamiento obligatorio.

El gobierno enviaba mensajes de textos a todos los ciudadanos, cifras actualizadas de los contagios y sugerencias para que no saliesen de casa.

Las calles de Seul, Daegu, Busan y las demás ciudades se hundieron en un silencio profundo, al igual que todo el mundo.

La ola de contagios no paraba y las cifra de muertes incrementaban a diario.

Fue por eso que todos se reunieron en casa de Yeji para pasar la cuarentena.

Yoongi y Jimin estaban asentados en la habitación cerca de la cocina en el pasillo estrecho, exactamente en la primera puerta.

—Entonces, ¿cuándo se va a retomar la construcción?—preguntó saliendo de la pequeña habitación con el cabello húmedo y vistiendo una bata de baño.

Tras el virus, evidentemente, el proyecto de la galería en Jeju quedó a medias.

—Dicen que en unos meses puede que retomen el trabajo, a finales de este año, tal vez—le contestó quitándose la camisa—. Tu papá me llamó, dijo que no hay forma de salir de República Dominicana, así que supongo que estará allá hasta que los contagios cesen y que abran la frontera para que pueda venir.

Jimin formó una mueca de disgusto, odia la idea de que su padre estuviese fuera del país y peor aun en una situación como esa pero, él no podía hacer nada más que solo esperar.

—Le llamaré antes de dormir, allá sería de mañana así que no hay problema—buscó en los cajones del closet—, ¿viste mi bóxer color azul?—preguntó ojeando la cajonera de ropa interior.

—¿Te refieres a estos?—preguntó Yoongi, Jimin dio media vuelta para verle sin camina ni pantalón, solo con su bóxer color azul—. Estaba en mi cajón—se defendió al ver a su novio con claras intenciones de reprocharle.

¿Novio? Sí, novio.

Dos días atrás, él le había pedido a Jimin que fuesen novios.

—Dámelo—demando con una mano en la cintura y estirando la otra mientras la cerraba y abría.

Yoongi no se inmutó y se bajó la prenda para quedar completamente desnudo y entregárselo a Jimin.

—De todas formas iba a tomar una ducha, no tenias que poner la excusa del bóxer para verme desnudo, Jiminie—le susurró al oído y entró al baño.

Jimin entrecerró los ojos y abrió medianamente la boca, indignado; esas no eran sus intenciones en lo absoluto, solo que, en los dos últimos meses, Yoongi había estado utilizando su ropa interior y la dejaba más ancha de la parte de al frente.

Aunque, cada vez que pasaba eso; Yoongi le compraba tres bóxeres más y una lencería de encaje.

—!Yo te puedo ver desnudo cuando quiera!—gritó dando vuelta para encontrarse con la puerta de baño abierta, tiró el bóxer en la cama y entró a la pequeña habitación—. Justo como ahora—se encogió de hombros.

Yoongi estaba de espaldas a punto de entrar a la ducha.

—Joven Park, podía dejarme a solas, estoy a punto de tomar una ducha—habló con gracia.

—Lo dice la persona que minutos atrás estaba aquí—apuntó el vater—, jugando en su celular mientras yo tomaba una ducha.

Yoongi soltó una carcajada e ignoró a Jimin para adentrarse a la ducha, abrió la manija para que la lluvia artificial le cayera. Él se encogió de hombros.

Los días de enero eran los más fríos del año y el vapor del agua tibia se hizo presente.

Jimin observó como las gotas de agua caían en su cabello y bajaban por su tonificado pecho, los brazos y....Ignoró eso, dio muleta vuelta listo para salir pero un gemido ronco le hizo quedarse quieto.

—¿Te vas?

—Llegaremos tarde, de seguro solo faltamos nosotros.

Yoongi volvió a emitir un suspiro, aquellos sonidos los hacía a propósito, obvio se excusaría con que el agua se encontraba caliente.

Sabía que en unos minutos más, ambos estarían bajo aquella lluvia artificial.

Jimin arrugó la cara, no quería llegar tarde, esta vez no.

Pero su cuerpo por alguna razón reaccionó diferente y sus manos desasieron el nudo de la bata de baño.
Tiró lentamente el pedazo de tela, sabía que los ojos de Yoongi estaban en él.

La bata cayó al suelo y la hermosa y delicada silueta en forma de reloj de arena se dejó ver, Jimin tenía un cuerpo de envidia.

Yoongi apreció la cálida piel nívea y sus lunares en la espalda. Sus ojos recorrieron los glúteos para viajar hasta el cuello y sonreír al ver el tatuaje.

Jimin giró sobre su hombro para adentrarse a la ducho.

—Llegaremos tarde—repitió colocándose enfrente de Yoongi—. Tomate tu tiempo—se contradijo al instante en que sintió los labios de Yoongi sobre la piel de su espalda.

—En estos momentos acabo de sentir un deja vu.

Los dos ya se encontraban mojados por la ducha y el camino de besos no terminaba.

Yoongi detuvo la lluvia artificial e hizo que Jimin diera la vuelta para besarle, húmedos por el agua y carnosos como siempre, se deleitó con aquellos labios.

Jimin gimió tras las leves mordidas que le daba en tiempos intercalados así que, para hacerle sorprender, llevó sus manos al los glúteos de Yoongi y apretarlos.

—Oh—soltó separándose del beso.

—Me gustan, son banquitas—dijo sonriendo y volviéndole a besar.

Jimin llevó sus manos al pecho ajeno, palpó tomándose su tiempo y sintiendo cada musculo; se arrodilló para tomar con sus manos el gran pedazo de carne, lo bombeó por unos minutos mientras chupaba el glande. Su pequeña boca se había acostumbrado al grosor, a diferencia de la primera vez, él ya podía tragárselo de una sola estocada a la primera. Las manos de Yoongi fueron a la región occidental de su cabeza para empujarlo hacía adelante y formar embestidas tras embestidas.

Yoongi gruñó, la boca caliente de su pareja le hacia ir a las nubes siempre; sin duda, tenia un dote para utilizarla y doblegarle, tocaba la campana de su cavidad bucal y rozaba sus dientes con las venas sobresalientes.

—Eso, trágatela toda—gimió escuchando el chipoteo que producía la boca de Jimin.

Y el rubio succionó aún más para callar a su pareja.

Jimin sacó su boca para dar un gran lengüetazo desde la base hacia el grande, todo mirando los ojos gatunos.

—Sabes que hacer—chupó sus dedos y los llevó a su entrada mientras Yoongi bombeada su hombría con rapidez.

—Lo sé.

Yoongi sonrió al ver cómo Jimin abría la boca y sacaba la lengua en busca de su líquido blanco, ademas, emitía suspiros ya que se estaba preparando él mismo.

No podía apreciar del todo porque su novio estaba arrodillado y no en cuatro como lo salía hacer mientras él le observaba pero, no se desesperó, Jimin le estaba regalando las mejores de las expresiones y eso le fascinaba tanto así que, su miembro crecía y crecía.

—Estoy a punto—avisó agitado, arrugando la cara y mordiéndose el labio.

—Abre más la boca, abre más las piernas y tócate para mi.

Eso hizo, abrió la boca en grande y Yoongi colocó su miembro en la comisura de sus labios para llenarle de su escénica. Abrió más las piernas para que sus gorditos pero cortos dedos entren mejor y poder tocar su próstata.

La boca se le llenó y tragó cada gota entretanto viró los ojos para correrse y manchar el suelo mojado.

—Yoongi... te necesito—le miró con ojos de cordero.

Él peli negro hizo que Jimin se levantase para arrinconarlo a la pared de mármol, lo amarcó haciendo que enredase las piernas en su cintura mientras él le sujetaba de los glúteos y alineaba su miembro en la entrada.

—Todo para ti, amor—se hundió de una sola estocada.

Jimin abrió la boca y los ojos como platos, asentaba con la cabeza y balbuceaba el nombre de su pareja por cada embestida. Del mismo modo, Yoongi gruñía y soltaba quejidos de satisfacción al sentirse apretado y dentro de la persona que le tenía loco de amor.

—¡Sí! ¡Más... más fuerte...—apoyó la cabeza en la pared y clavó sus uñas en los hombros de Yoongi cuando el chapoteó incrementó.

La próstata de Jimin era profanada por ese gran pedazo de carne, su cuerpo tembló y sus pezones se pusieron aún más erectos, estaba por correrse de nuevo.

Y eso que no había tocado su miembro ni una sola vez.

—Te amo—le dijo besándole el cuello—. Mucho—aclaró succionando la piel.

—Yo...—gimió—. ¡Maldita sea Yoongi!—masculló con la voz entrecortada cuando el glande llegó a su entrada y luego se hundió por completo—. Sabes que t-también te amo y mucho.

Una sonrisa inconsciente se formó en los labios de Yoongi.

Nuevamente, sus labios se buscaron, esta vez para besarse con serenidad y lentitud.


—Dijimos que a las nueve de la noche todos teníamos que estar aquí, ¿dónde está Namjoon y Jin?—preguntó molesta Yeji por la impuntualidad de sus amigos.

El grupo se reuniría en el comedor para realizar una reunión y planear cómo llevarían a cabo las donaciones de comida y ropa para las personas de bajos recursos y los que no podían trabajar tras el virus.

—Iniciemos, ya han de llegar—Hoseok fue el último en tomar asiento y ojeó el periódico que había llevado—. Creo que cada uno debe de dar su propuesta, quiero decir, donde van a donar para comenzar a realizar la lista.

—Taehyung y yo queremos ayudar a los pequeños negocios. Han tenido demasiadas pérdidas, así que creemos conveniente comprarles a ellos comida y luego irlas a dejar a los barrios de escasos recursos.

—Además, Jimin y yo hemos buscado la ropa que no usamos, está en buenas condiciones y son acogedoras para este clima—finalizó Taehyung.

—¿Tú?—preguntó Hoseok mirando a su derecha.

—Yo tengo en mente medicamentos—respondió Yoongi sirviéndose un bazo de agua.

—Bien, Yeji y yo vamos a donar juguetes para que los niños se entretengan—informó anotando en una hoja de papel—, Jungkook me venía comentando que quiere donar y apoyar con dinero...

—Chicos, perdón—llamó la atención de sus amigos, disculpándose—, nos quedamos dormidos y la alarma no sonó, lo sentimos. En serio—dijo Jin.

—Si...dormidos—susurró Taehyung y Jimin soltó una risita.

Namjoon y Jin tomaron asiento uno frente al otro y propusieron su proyecto, consistía en comprar vegetales, granos y demás a los agricultores para donarlos.

Hoseok apoyó la moción y siguieron conversando para estructurar mejor su plan y ejecutarlo lo más pronto posible. Hicieron un par de llamadas, contactaron con algunas tiendas, con farmacéuticas y demás.

Luego, cenaron entre risas y anécdotas escolares.

—¿Qué tal una película?—sugirió Yeji al ver la hora.

—Aceptamos—hablaron al unísono Jimin y Taehyung.

Los tres dejaron el comedor para ir a la sala y debatir que película ver. Terminaron colocando la que siempre veían desde pequeños.

—¿Diez minutos perdidos para que eligieran la misma de siempre?—preguntó Jin, tomando asiento alado de Yeji.

La película inició, el pequeño perrito corrió de un lado a otro liberando comida para que la gallina le siguiese...

—Está iniciando, silencio Jin—reprochó Taehyung, susurrando.

Yoongi, Hoseok, Jungkook y Namjoon seguían en la mesa escuchando los asombros y risas de sus novios.

—Es mejor ir por mantas, la temperatura está volviendo a bajar—sugirió Hoseok.

Todos se dirigieron a sus respectivas habitaciones para bajar con mantas y dárselas a sus parejas, asimismo, tomaron asiento como niños educados y tranquilos en uno de los muebles en forma de ele.

Jimin estaba recostando la cabeza en el cuerpo de Jin mientras Taehyung le abrazaba y Yeji colocaba una pierna encima de él.

Y los demás, sentados de brazos cruzados observando la pantalla de la televisión.

—Es obvio que le gusta—soltó Jungkook, indignado al ver la escena.

El chico musculoso veía el progreso de su soldado, había mejorado notoriamente con las actividades.

—Mulan lo hizo bisexual—le dijo Hoseok a Namjoon.

—Hobi, la película—reprochó su novia, estaban siendo ruidosos.

Siguieron viendo la película por un par de minutos más entre silencios y asombros innecesarios ya que aquella película se la sabían al derecho y al revés.

De un momento a otro Taehyung ojeó las cutículas de sus uñas y sonrió de lado.

—Conozco esa cara y desde ya te digo que yo no participo—bramó Jimin, susurrando.

Taehyung le miró mal y llevó una de sus manos al pecho para fingir indignación.

—Está vez, es para ellos—dirigió su rostro a los hombres sentados en el gran mueble en forma de ele—, voy a hacer que se vistan de mujer—soltó y sonrió.

—¿Qué? ¿Cómo?

—Con piedra, papel y tijera—pellizco el hombro de Jimin.

—O sea, vas a dejar todo a la suerte, ¿y si pierdes?—preguntó regresándole el pellizco.

—Será fácil, mi querido novio siempre saca tijeras. Yo voy a sacar piedra y todos ganamos—se encogió de hombros.

En ese preciso momento la película terminó, Taehyung se levantó y fue a sentarse alado de Jungkook para sonreírle y abrazarle melosamente.

—¿Vamos a dormir?—preguntó Yoongi, levantándose y sentándose alado de Jimin.

—Todavía no, quiero proponer algo, a todos.

Aquello fue escuchado por los presentes.

—No pienso hacer una orgía, Jimin—habló Yeji sentándose encima de Hoseok y tapándose con la manta.

Jimin arrugó la cara en desagrado y aclaró.

—No quiero hacer eso—sentenció, se sentó en las piernas de Yoongi y tapó a ambos con la manta—, Taehyung les explicará.

—Jugaremos piedra, papel o tijera; si yo pierdo, nosotros haremos lo que ustedes decidan y, por otro lado, si yo gano, ustedes se van a vestir de mujer.

Yoongi, Hoseok, Jungkook y Namjoon aceptaron de inmediato, su confianza estaba en el ápice de un árbol.

—Hobi se vería bonito con cabello largo—alagó su novia.

—El contrincante de Taehyung tiene que ser Jungkook.

El grupo no se opuso y el juego se llevó a cabo de inmediato.

No, no tuvieron que subestimar a Taehyung y sus habilidades para ser observador.

—Uno, dos, ¡tres!—gritó Yeji.

Taehyung sacó piedra y Jungkook tijera.

—Yoonie, una peluca hasta los hombros te quedaría perfecta—Jimin le susurró al oído, acomodándose en sus piernas.


—¿Enserio tengo que hacer eso?—preguntó, pegando su espalda en el respaldar de la cama.

—Yoon—se quejó—, claro que tienes que hacerlo. Te quiero ver con falda—soltó una risita. Él soltó aire y chasqueó con los dientes para jugar con los cabellos dorados de Jimin.

Jimin se acomodó en el pecho de Yoongi y abrió su libreta para escribir.

—Escribe lo de la bañera—bromeó entretanto hacía una trenza en el cabello ajeno.

—Yoon...—se quejó.

Él soltó una risita.


—Me encantas, eres lo mejor que me ha pasado, Jimin—le susurró al odio mientras dirigía su mano a la entre pierna de su novio.

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