III
Al verse cara a cara con Adrián, la soltó, seguido de un ruido de asombro, dejando al descubierto aquella figura que él tanto deseaba en secreto.
Pasaron 15 minutos de un silencio incomodo y miradas intimidantes.
A raíz de eso, la llama pronto se encendió. solo la luna fue espectadora de aquella maravillosa danza placentera que surgió de la noche a la mañana.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top