CAPÍTULO 17

—¿Qué vamos a comer hoy? —Hina se adueñó de la habitación con el primer paso y como era costumbre llenó de luz las paredes grises del departamento.

—¿Qué se te antoja? —Sarada dejó las llaves en la mesita y colgó el abrigo que Hina había tirado en el sofá hace unos segundos—, podemos intentar cocinar.

—No sé, se me antojan muchas cosas —ahora fue su corbata.

Sarada pensó en retarla cuando la recogió, bueno, a los dos. Se había dado cuenta que era una costumbre que aprendió de su padre, pero justo en ese momento, sus pensamientos cambiaron a él y su extraño comportamiento cuando regresó.

Apenas cruzó la puerta se dio cuenta de que algo andaba mal al ver esa expresión perdida en su cara, sobre todo que se comportaba serio incluso con Hina. Posteriormente, le había intentado preguntar que pasaba, pero solo se excusó con el trabajo y permaneció el resto de la mañana, encerrado en su oficina.

No podía evitar sentir una sensación extraña al ver esa puerta cerrada. Sentía que el avance que había logrado conseguir con él, se fue al caño. Sintió de nuevo esa barrera que existía cuando se volvió a reencontrar con él. Esa puerta se figuraba a sus pensamientos y entender que no lo podía compartir ni con ella, era algo decepcionante.

—Creo que ya sé que quiero —Hina apareció de nuevo, y cuando estaba por revelar su magnífico plan de comida, la puerta se abrió— ¡Papá! ¡Sigues aquí!

Boruto ajustó bien su mochila al hombro antes de que ella se lanzara a sus brazos— No por mucho, estoy de salida.

—¿Qué? —Hina no era la única decepcionada—, pero ¿por queee?

—Tengo una junta que no puede llevarse a cabo virtual.

—¿Y tus amigos?

—Igual irán, pero no me pueden cubrir. El proyecto está a mi nombre.

—No es justo —se aferró a su cuello— ¿Volverás temprano?

—No lo sé, haré lo que pueda —la bajó al suelo y ella hizo una mueca— ¿Qué van a comer?

—Se me antojó pasta con mucho tomate.

—Suena bien —le sonrió y despidió con un beso en su frente—, recuerda no comer crema.

—¡SI!

—Bueno, ve a cambiarte y ayudas a Sarada eh, no le dejes haciendo las cosas sola.

—Si, papá...—se quejó, subiendo.

—Pensé que al adelantar tendrías un poco de tiempo libre —habló Sarada después de escuchar la puerta de Hina cerrarse.

—Yo también —sonaba un tanto decepcionado. Se pasó la mano por el cuello y apenas la miró—, te veo más tarde. Me llamas por cualquier cosa.

—Si, ve con cuidado.

Y la puerta se cerró, literalmente, pero Sarada sentía que algo más también. Los recuerdos de los primeros días en los que se volvieron a encontrar aparecieron, confundiéndola bastante.

Ella suspiró cuando escuchó las pisadas de Hina al bajar. Él estaba lleno de problemas, tenía problemas como todos los adultos, como ella; laborales, económicos, consigo mismos y ahora sentimentales. Aunque Boruto le haya dicho directamente que no sentía lo mismo por esa mujer, no significaba que no sintiera algo y cargar con ello junto a todo lo demás, debía ser peor.

Ella solo había tenido romances fallidos, pero había sabido terminar con ello antes de acabar con un corazón roto.

Siempre sabía cuando irse, cuando aparecía la señal que indicaba que era ahora o terminaría con una dependencia emocional en los próximos meses, y a ella no le gustaba liarse con ello. Había visto a su amiga llorar y permanecer días enteros en cama por quedarse en un lugar en donde no debía y se había prometido que evitaría a toda costa pasar por algo así.

Y ahora... ahora ella sentía ese cosquilleo que le decía: peligro. No porque Boruto fuese un mal tipo, era todo lo contrario. Él era muy bueno y estaba segura de que no quisiera hacer algo que la lastimara. Estaba segura de que lo de la noche anterior no fue solo un acostón. Pero también sabía que no había ocurrido en el mejor momento.

¿Por qué justo ahora? El destino parecía querer ponerlos aprueba.

Lo quería demasiado y él ser correspondida le había emocionado. No quería admitirlo, pero se sentía lista para sentar cabeza, para ir por algo bien. Pero él no parecía estar en su mejor momento.

—¡Ya estoy! —Hina se acercaba con emoción.

—¿Te lavaste las manos? —Ella se detuvo y se desvió al baño.

Sarada sonrió, pero con un sentimiento de tristeza al imaginar que la echaría de menos si todo salía mal. Segundos después, tocaron la puerta y se dirigió a ella, extrañada. ¿Había olvidado algo? Porque ella sí, y fue respirar cuando la abrió.

Ahí estaba ella, de pie, observándola con esos profundos ojos verdes. Sarada solo reaccionó cuando escucho la voz de Hina desde el baño. Dio un paso al frente para salir y cerró la puerta detrás de ella.

—Hola —ella le saludó con una sonrisa—¿Se encuentra Boruto?

Incluso su voz le causó una sensación extraña por todo el cuerpo, no la recordaba así el día que la encontró discutiendo con Boruto y quizá era por eso, ahora sonaba tan calmada, dulce... y no pudo evitar pensar si era una de las cosas que le atrajeron en su momento. Teniéndola de frente, no pudo evitar sentir sorpresa e incomodidad

—No, ya se ha ido.

Como amiga de Boruto, había un sinfín de cosas que quería decirle, pero sentía que no le correspondía. Bueno, siempre y cuando ella no le falte al respeto y ahora parecía venir en son de paz.

Aly dudó un momento y Sarada se dio cuenta cuando se removió, inquieta.

—¿Está ella adentro, ¿verdad? —se refirió a Hina. Sarada creyó sentir una pizca de enojo al pensar que ni siquiera sabía su nombre— ¡Oh, tú eres la niñera!

La palabra no le ofendió, pero si la forma y la mirada que le echó al llegar a esa conclusión. Pudo ver el alivio arremolinarse en sus ojos y su sonrisa ampliarse, esa sonrisa perfecta que parecía de modelo. Sarada se planteó por un momento si en verdad lo era, porque la pinta la tenía. Su aspecto pulcro e impecable podía llamar la atención en cualquier parte. Los accesorios que traía eran adecuados y combinados. Las ondas en su cabello negro parecían tener la misma medida y grosor, y ni qué decir del flequillo que parecía que se lo emparejaba todas las mañanas.

Sarada no sabía que responder, sobre todo cuando captó que se dio cuenta por la imagen que ella reflejaba. Su único accesorio era sus lentes y un reloj pequeño de manecillas, y en cuanto a lo demás, ella prefería estar cómoda para andar siempre detrás de Hina.

—Bueno, si él no está me retiro entonces —dio media vuelta y regresó el rostro hacia ella, una ultima vez—. Gracias, nos vemos.

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Boruto le hizo una señal de silencio a Inojin cuando él estuvo a punto de abrir la boca. Lo entendía perfectamente, él también quería responder, todo su equipo quería hacerlo, pero si algo había aprendido desde que empezó en esta empresa desde abajo, era que debía mantener la imagen. La imagen era fundamental para no hundirte mal. Las palabras en si ya eran malas, pero si demostrabas que te afecta o les enseñas una debilidad publica, te terminaban de joder.

Él se sentía tranquilo porque los únicos problemas que tenía estaban peleándose a muerte en su cabeza, fuera de ahí, era bastante discreto y eso le ayudó a escalar.

—El retraso de tres semanas me parece motivo suficiente para pausar el proyecto y brindarle la oportunidad a uno que ya está terminado. Nosotros si estamos comprometidos con la empresa, y sobre todo para generar ganancias —el chico terminó de hablar y asentó sus carpetas en la mesa.

—El proyecto se terminó desde hace meses, las pruebas piloto eran las que se estuvieron revisando y corrigiendo, e incluso eso, se terminó hace dos semanas —intervino Shikadai—, así que no te refieras a que no lo está.

—¿Si ya está terminado por qué no se concretó el estreno?

—Porque hubo un inconveniente en la administración de la fecha de lanzamiento, era muy cercana con el de la compañía SEGA y ellos programaron la suya primero —comenzó Boruto.

—¿Entonces dudaron de que su proyecto no fuese lo suficientemente bueno y termine opacado por la competencia? —contraatacó con gracia.

—Incluso si fuese un éxito, no podemos arriesgarnos a una decisión de ese nivel económico. Se invirtió bastante como para arriesgarnos a una perdida —le respondió.

—¿Cómo se supone seremos la mejor empresa si no nos arriesgamos a ser los mejores? —se dirigió a todos los presentes con desesperación.

—Estamos hablando de una perdida millonaria —recalcó Boruto.

—No los diez dólares invertidos en tu jueguito —respondió Inojin ganándose una mirada desaprobatoria de Boruto y un codazo de Shikadai— ¿Qué? Es la verdad. El próximo lanzamiento de Hibouzu es de millones ¿y quieres remplazarlo por tu proyecto sin prueba piloto?

—Es porque no la necesitó.

—Porque solo la probaste tú, con diez usuarios en línea va a explotar.

—Ya cállate —le murmuró Shikadai.

—Estos inconvenientes pueden posponerlos para otro momento —intervino uno de los gerentes, y le dirigió la mirada a Boruto—. Coincido contigo en que no podíamos arriesgarnos después de una gran inversión, y al parecer el estreno de SEGA no fue la gran cosa, así que estamos a tiempo de remontar.

—Considero que hay que esperar un poco más por el costo en el que se adquirirá, se evaluó el mercado y si hubo movimiento a pesar de que no fue su mejor lanzamiento. Mientras tanto se puede ocupar este momento para aumentar la promoción y que se difunda más —le explicó Boruto y él asintió concordando de nuevo.

—¿Esperar más? —volvió a interrumpir el chico—. Por eso digo que no lo tienen listo, ¿de qué evolución hablas? Si el estreno de SEGA fue un fracaso, es el mejor momento ¿de dónde sacas que el mercado no podrá adquirirlo? ¿De dónde sacas esa información? ¿Eh?

—Lo dice la estadística de la demanda actual —Boruto tomó una de sus carpetas y se acercó a él, ofreciéndosela—. No solo es programar y lanzar, Kenji, también tienes que calcular y... leer.

El chico le dio un manotazo a la carpeta y salió de la oficina cerrando la puerta con brusquedad. Echaba humo, sobre todo cuando escuchó la risa de Inojin de fondo mientras se alejaba. Dio un ultimo vistazo a esa oficina, apretando los dientes con rabia.

—Por tu cara, te fue pésimo —le dijo un amigo al verlo.

—¡No puede ser tan perfecto!

—¿El juego?

—¡Boruto Uzumaki! —respondió jalando el nudo de su corbata para aflojarlo.

—Te advertí que no podías competir con él, ese puesto se lo ganó con años y tu apenas entraste. Además, estuvo en la mayoría de los departamentos y sabe de números hasta marketing, por eso sus estrenos siempre son buenos.

—No puede ser perfecto —repitió—. Debe tener algo mal para arruinarlo y yo lo voy a descubrir, sino es laboral, entonces personal.

—Ya déjalo, él tiene su vida privada —le aconsejó—. Solo conseguirás que te fiche y te comience a hacer la vida imposible.

—¡Me la hace solo con existir!

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—¡Estuvo bueno! ¿por qué nadie lo grabó? —Inojin se volvió a reír.

—Ya. Se te va a atorar el Sándwich y no te auxiliaré hasta que termine de almorzar —le dijo Shikadai antes de darle un sorbo a su soda.

—Es que me cae tan mal ese tipo, es de los que llegan y quieren ser jefes.

—El problema lo tiene con Boruto, ya come tranquilo —le habló otro amigo—. A él ni le importa, míralo.

Boruto dejó de engullir sus fideos al sentir sus miradas—¿Qué?

—¡Alguien tiene que pelear por él!

—Bueno, pero si debieses andarte con cuidado. Me contaron que lo escucharon maldecirte en los pasillos.

Boruto se pasó una servilleta en los labios y negó repetidas veces—. créeme que no puede maldecir más mi vida de lo que ya está ahora.

—¿Estás teniendo problemas ahora?

—Me refiero a lo general —mintió.

No quería decir que volvió su ex, que no es su ex aún. Le tenia cariño a ese tipo, pero no la suficiente confianza como para ventilar su vida. agradecía que sus amigos lo entendieran y se ahorraran comentarios.

Admitía que necesitaba un consejo, no sabia ni que pensar. Pero no quería hablar de eso ahora, sobre todo con Inojin que presencio la discusión con su hermana, ni con Shikadai que estaba mas al tanto de lo que pasaba. Quería a alguien que no actuara por impulso y le aconsejara con sinceridad y con una postura neutral, en seguida apareció Sarada en su mente, ella era perfecta. Pero era una tremenda estupidez siquiera que pasara por su cabeza el pedirle un consejo sobre esto.

Dio el ultimo sorbo de su bebida con poco ánimo. El pensar en Sarada lo abatió por completo. Todo hubiese seguido tan perfecto si Aly no hubiese aparecido, y pensar que tantas veces pidió que ella volviera... ahora se sentía más estúpido.

Boruto tiró la mochila en el asiento de copiloto y mientras tomaba el cinturón de seguridad, el móvil vibró en su pantalón. Soltó el cinturón y observó el numero antes de contestar, era diferente, aunque ya tenía una idea de quien podría ser —¿Hola?

—¿Podemos hablar?

—No tengo ganas de hablar ahora—él se terminó de abrochar el cinturón con pesadez—. Si vuelves a llenarme de llamadas también bloquearé este número.

—Por favor, quiero hacer las cosas bien.

—Hacer las cosas bien era no abandonarme.

—Cometí un error, si —admitió— Pero me arrepentí en el momento adecuado, yo volví por ti, por ustedes, y me negaron la oportunidad. No todo fue mi culpa.

Boruto se quedó en silencio, intentando pensar o procesar algo.

—Por favor, solo quiero hablar, aunque sea cinco minutos. Pero sabes que necesitamos hacerlo, sino quieres hablar de nosotros esta bien, pero si quiero hablar de ella —le rogó—. No me hagas aparecerme de nuevo en tu trabajo o departamento.

Con lo último reaccionó a la defensiva. No quería imaginar un escenario en donde encuentre a Hina sin haber hablado con ella antes. No sabía cómo iba reaccionar ante esto. Hina era muy arisca con cualquier chica, ¿cómo podría hacer que tome bien el ver a la que principalmente le hizo daño?

—¿En donde estás? —le preguntó él.

—Afuera del edificio.

Boruto rodó los ojos con su respuesta—Está bien, pero no quiero más visitas aquí.

—Será la última.

—Hay un café como a quince minutos, al norte.

—Okey, llegaré unos minutos después en lo que pido taxi.

—¿No tenías auto?

—Era rentado.

Boruto observó la pantalla de su móvil, ya se había atrasado un poco y quería terminar con esto cuanto antes para llegar a casa—. Te veo en la entrada —colgó.

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—Míralo, hasta su auto es mejor que el mío —se quejó con bronca, Kenji.

—Hasta hace poco lo cambió, ya te dije que él no obtuvo las cosas gratis —le respondió su amigo con la atención clavada en su móvil.

—¿Tú por qué lo defiendes tanto?

—Soy realista, además es mi jefe, imagina que se entere que andamos hablando mal de él a sus espaldas y...

—Oye, oye —le interrumpió y le arrebató el móvil— ¿y esa chica qué? ¿estará saliendo con alguien de la oficina?

—¿Lo estas grabando? —intentó quitárselo—, no lo hagas con mi teléfono.

—Sería un buen escandalo —le hizo zoom a la toma, captando el momento exacto en que subió a su auto—, si la chica es nueva empleado seria aun peor para él.

—No creo que trabaje aquí, no le veo uniforme.

—Se pudo cambiar, además ¿qué haría aquí?

—No lo sé, y no me interesa.

—¿Y si es una cita? Hay que seguirlos —encendió el auto.

—No me involucres, yo me bajo aquí —intentó abrir la puerta, pero los seguros ya estaban abajo.

—Oh vamos, ¿qué más te podría hacer?

—¿Despedirme? —le dijo con ironía.

—Ni se dará cuenta, no te mencionaré si me descubren —insistió—, toma, graba mientras manejo.

—Esto es mala idea Kenji.

—Yo voy a ascender y no me importa cómo.

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Boruto tomó el asiento contrario a la pared, así podría huir con facilidad si las cosas acababan mal. Una de las razones por las que no quería hablar ahora, era por el carácter de Aly, esperaba que al menos ya no sea tan como antes.

—Es bonitooo —observó el lugar, fascinada.

"Es discreto" pensó él. Aquí venia para trabajar antes de que tuviese departamento y cuando Hina estaba en la escuela, era de pocas personas, silencioso y con privacidad. No quería arruinar un bonito lugar con el recuerdo de una discusión con Aly, pero tampoco quería discutir en el estacionamiento o la calle.

—¿De que quieres hablar?

—Bueno, antes que nada...

—¿Ya desean ordenar? —preguntó sonriente, la mesera.

—Un latte frío —respondió él.

—¿Y usted señorita?

—Eh... lo mismo estaría bien.

Boruto la observó con confusión y después a la mesera anotando el pedido.

—¿Sería todo?

—El latte tiene leche —Boruto le dijo a Aly.

La cara de ella se transformó al recordar y se dirigió con pena a la mesera—. Algo sin leche por favor.

—¿El café negro esta bien?

—Si, por favor.

—Correcto, en un momento se los traigo —les dio una ultima sonrisa antes de retirarse.

—Aun lo recuerdas... —ella le miró con cariño.

Boruto sabía que lo podía mal interpretar, pero tampoco quería tener que llevarla al hospital después.

—Estoy acostumbrado, se lo heredaste a ella —se refería a su alergia.

Aly bajó la mirada, esfumándose de inmediato todo su ánimo—. Tan pronto fue eso.

Boruto sintió algo de culpa por haberlo dicho de esa manera, pero de inmediato se retractó. ¿Culpa? ¿cómo puedo sentir culpa después de todo lo que hizo? Era una constante pelea así en su interior.

—¿Qué querías hablar de ella?

—Bueno, supongo que si aceptaste es porque te diste cuenta de que no mentí con lo que te dije.

—Mi padre y hermana cometieron un error, pero eso no desmerita lo que hiciste.

—Lo se. Lo se. Lo que hice estuvo mal, pero yo quise arreglarlo y no pude. Te juro que intenté encontrarlos, pero en otra ciudad a kilómetros, era tan difícil. Me quedé sin todo el apoyo y tuve que empezar de cero.

—Yo también.

—Pero... —ella suspiró—. Mira, lo arruiné, eso es un hecho. No estoy aquí para convencerte de que no fue mi culpa, porque si lo fue. Yo lo que quiero es remediarlo, intentar recuperarlos.

—Okey. Te entiendo, ahora tú entiéndeme. No puedes llegar y pretender que tendrás todo de nuevo.

—Lo sé, por eso quiero hablar, quiero... encontrar la manera de que esto no sea tan complicado.

—Aquí tienen —la mesera dejó las bebidas en la mesa—, si se les ofrece algo mas pueden llamarme con el timbre de ahí.

—Gracias —respondieron ambos.

Aly observó su café y después a él, concentrado en ponerle la cantidad exacta de azúcar. Recién se daba el gusto de poder notar lo que había cambiado, no era tanto, dejando de lado su rostro serio y actitud indiferente, lucia aun mas apuesto, con un rostro más maduro, sin aumentarle años de más.

—Solo quiero una oportunidad. Es todo.

—¿Para qué?

—Recuperarlos —contestó, con esperanza de una respuesta.

Boruto se apoyó en la mesa y echó su cabello hacia atrás, como si estuviese buscando las palabras correctas para dar por sentado todo.

—No me ha agradado el plural desde hace un buen rato, así que seré honesto contigo —la observó fijamente, intentando no doblegarse ante esos ojos dominantes que una vez adoró—. Yo estoy conociendo a alguien más, y esté o no esta persona, mi decisión respecto a ti no cambiará. Lo nuestro se acabó hace mucho tiempo y no hay forma de recuperar "eso"

Aly se llevó la taza a la boca y por su cabeza solo pasó esa chica de gafas rojas.

—Por otro lado, tampoco me gusta la idea de que te acerques a mi hija, pero sé que no puedo prohibírtelo. No quiero llevar esto a un juzgado por el propio bien de ella, no quiero que se involucre en nuestros problemas —tomó un momento antes de continuar—. Por eso te pregunto ¿para qué? Si quieres probar si puedes ser mamá, mejor adopta un cachorro para pasar el rato. Yo no pienso obligar a mi hija a que acepte una "madre" que a la semana se arrepienta y diga que siempre no quiere.

—Yo no haré eso...

—Lo hiciste una vez, entiende que no confió en ti. A mi no me importa si me haces daño, pero ella es una niña que no tiene porque pasar por esto.

—Entiendo que te sientas así y no se como demostrarte que no voy a jugar. Yo en serio quiero hacer esto. Fue un error estúpido que estoy pagando, pero quiero pagarlo ahora y no el resto de mi vida pensando que hubiese sido si... —ella volvió a sostener la taza, así podría ocultar el temblor en sus manos—. Ni siquiera se su nombre.

—Hinata.

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—Mira, esta es buena —Kenji le enseñó la foto.

—Pero no ocurrió nada malo, la chica solo se despidió con un abrazo.

—Lo sé, pero desde este ángulo se ve comprometedor.

—¿Y que se supone que harás con eso? ¿chantajearlo?

—Nah, ¿eso para qué? Yo quiero arruinarlo —seleccionó las mejores tomas—. Ya le toca un poco de escandalo a su vida perfecta y tranquila —tarareo lo último con burla—, y si se ve embarrado, será mucho mejor.

—¡¿Las vas a publicar?! —le preguntó, pasmado. Y Kenji sonrió. 



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NOTA:

Se quee esto debió salir el domingo, pero me dio covid por 3ra vez jajaj ya estoy bien. Ya es casi como una enfermedad normal, pero si te deja tirada unos días.

Ahora si... chan Chan chan🥁🥁

En el siguiente esta el salseo, ya veremos un poco más de que piensa Sarada y la pequeña Hina ;(

Nos leemos en el siguiente capítulo, que es muy pronto ♡ no diré cuando sino capaz me da varicela o algo así, confíen que pronto es pronto jajaj

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