Una navidad especial

La nieve caía suavemente sobre las calles de Orario, cubriendo todo con un manto blanco.

Los cantos y celebraciones se oían en todos lados en esa noche oscura que a pesar de ser de noche la ciudad estaba más viva que nunca.

Las familias caminaban haciendo compras de un lado a otro, una cierta parte de una calle incluso había un baile.

Un grupo de personas entraban a un bar a celebrar ese día.

Un día el cual era muy especial para muchas personas.

Era Navidad, probablemente una de las fechas más esperadas en todo el año, una fecha que hacía que todos dejaran a un lado sus compromisos para reunirse con todos sus seres queridos.

Una fecha muy querida por todos.

Bueno........no todos.

-.........

Había una miembro de la familia Hera que detestaba esa fecha.

Una mujer de cabello plateado y ojos heterocromaticos muy hermosa.

Esa mujer era Alfia del silencio, una aventurera de nivel siete muy poderosa de la ciudad y una de las más temidas por su actitud violenta con todos los que hacían un ruido desagradable.

En esa misma calle se abría paso por las amplias calles viendo a las multiples personas que iban de un lado a otro.

Sus pasos resonando en el silencio del invierno. Su cabello plateado brillaba bajo la tenue luz de las farolas y de la luna.

Cargaba un sueter de color negro que cubría todo su cuerpo y unos guantes, en invierno la temperatura bajaba mucho en Orario teniendo frío incluso las primeras clases.

Mientras caminaba llevaba el ceño fruncido intentando ignorar todo a su alrededor.

Odiaba la navidad, de verdad la odiaba, ruidos por aquí y por haya siendo muy fastidiosos para ella pero que podía hacer, era un día festivo así que no podía quejarse.

Normalmente todas las navidades eran lo mismo para ella, preparaba un regalo para Meteria para verla feliz y después se encerraba en su habitación para no escuchar el ruido que hacían sus compañeras en la sala.

Todo siempre era igual para Alfia en cada navidad.

Pero esta vez.....

Su navidad por primera vez sería distinta al resto......

Y era por......

-me pregunto si escogí bien el regalo -pensó Alfia viendo algo envuelto que llevaba en sus manos.

Porque ella tenía un novio.....

-bueno, no lo sabré hasta que se lo de.

Y si, la famosa Alfia siendo conocida por ser muy fría con todo el mundo tenia un novio, algo lo cual solo su hermana lo sabía.

Una noticia que pusiera patas arriba a todo Orario si llegarán a enterarse, principalmente su familia.

No lo mantenía en secreto por el que dirán los demás, todo eso le daba igual, simplemente lo hacía para no lidiar con las preguntas y tampoco es que lo escondiera, los lugares donde se reunía con él era donde no habían muchas personas para no quejarse por el ruido, esa es la razón por la cual esa noticia aún no había salido a la luz.

Incluso ella a veces se sorprendía un poco al recordar que tenía novio ya que nunca imagino que algo así sucedería en su vida.......y mucho menos que ese alguien fuera un miembro de la familia Zeus y hermano del hombre que más detestaba en ese mundo.

El nombre de ese chico que logro lo que muchos hombres creían imposible era Bell Cranel.

-me pregunto si ya estará allí -susurro Alfia empezando a recordar en la manera en que lo conoció, un primer momento que no fue muy agradable y que ahora le daba vergüenza recordar ya que era su novio.

Bell Cranel era el hermano menor de Silver por tan solo dos años teniendo la misma edad que Alfia.

Era un aventurero de la familia Zeus de nivel cuatro, no era una gran hazaña comparado a los demás pero era talentoso.

Lo que más le caracterizaba y lo que más le gustaba a Alfia de él aunque nunca se lo dijera era su cabello blanco como la nieve, algo raro ya que el cabello de Silver era negro pero según él se debía a su abuelo que tenía ese mismo color de cabello.

Las circunstancias en las que conoció a Bell no fueron las mejores, incluso a Alfia le daba algo de vergüenza recordar como actuó ese día.

A diferencia de Silver, Bell era lo opuesto a él, no era pervertido y era algo inocente en muchos temas y eso le costó caro.

Cierto día Silver decidió mostrarle a su hermano menor algo maravilloso, algo lo cual Bell no entendió pero decidió seguirlo sin saber que esa sería su perdición.

El lugar a donde fueron fue a los baños públicos femeninos de Orario a espiar mujeres desnudas, Silver quería mostrarle a Bell el mágico mundo de la adultez, obviamente Bell no sabía de las intenciones de su hermano, además que ni siquiera sabía cuales eran los baños públicos femeninos de Orario así que no conoció el edificio.

Lastimosamente se dio cuenta tarde en el momento en que empezó a espiar dándose cuenta rápidamente en el lugar donde estaban.

Y para su desgracia la mujer que se estaba dando un baño en ese momento era Alfia ya que los baños de su sede estaban siendo remodelados teniendo que ir ahí algo que no era mucho de su agrado.

Y el crujir de una rama fue la que lo delató ya que los sentidos mejorados de Alfia lo escucharon al instante.

La paliza que recibió Bell en ese momento fue brutal que casi lo dejó al borde de la muerte, ya que Silver se había ido solo Bell recibió la ira de la mujer yendo a dar directamente al hospital.

Aunque Silver no se salvo ya que ese mismo día se dio cuenta que él era el verdadero culpable y que Bell había sido engañado.

Silver fue a dar a cuidados intensivos ese día para preocupación de Meteria.

Y Alfia, después de calmarse de su ira empezó a arrepentirse de la manera en que lo lastimo.........a Bell ya que Silver le daba igual que se muriera.

Nunca había hablado con él pero según había escuchado de él es que era un buen chico y al saber que todo eso sucedió por una trampa de su hermano mayor pues empezó a sentirse algo mal por la manera en que lo dejo ya que él no tenía la culpa.

Y después de debatir mucho con su orgullo decidió ir al hospital y pedirle disculpas personalmente, le estaba costando hacer eso ya que no era algo que la caracterizaba pero su hermana también la había regañado diciéndole que tenia que disculparse con Bell y también con Silver.

A este último ni siquiera le fue a pedir perdón, por un momento pensó en ir a ponerle una almohada en la cara pero se contuvo.

Al final entró a la habitación donde estaba él sentado en la cama leyendo un libro con unos vendajes en su cuerpo, tenía una expresión tranquila la cual pasó a terror al verla allí pensando que había llegado a terminar el trabajo de matarlo.

Pero se llevo la sorpresa al ver como Alfia aparto la mirada con un poco de vergüenza, una expresión que no era nada normal en la mujer y decirle en un susurro "lo siento".

Con un lo siento no era suficiente así que también pensaba pagar los gastos médicos, también por petición de Meteria diciéndole que también tenía que pagar los gastos de Silver, algo que no haría, planeaba pagarles a los doctores para que le inyectaron un veneno mortal pero se contuvo.

En fin, Alfia esperaba que ese albino se asustara o se enojara por lo que dijo, algo normal y ella no se quejaría, después de todo era su culpa que el estuviera allí por no pensar las cosas antes de atacar.

Pero sucedió lo contrario.....

La expresión desconcertada del albino pasó a una leve y amable sonrisa para después decirle "no te preocupes, mejor dejemoslo en el pasado".

Esas palabras sorprendieron a Alfia ya que no hubo ni una pizca de mentira o miedo en su mirada.

En ese momento con Alfia de pie viéndolo y Bell en la camilla con una sonrisa inicio su historia juntos, no de una muy buena manera pero era lo de menos.

Pasaron muchas cosas desde ese momento donde ambos se fueron conociendo más y más encontrándose sin querer en algunas partes de la ciudad o el calabozo dándose cuenta que ambos compartían cosas en común como estar en un lugar tranquilo sin ruido alrededor algo lo cual le agrado a Alfia.

Muchas y muchas más cosas sucedieron en todo ese tiempo pero ya no importaba, lo importante es que ahora ambos eran una pareja, una rara pareja pero al fin y al cabo una pareja.

Y claro, que ella fue la que le pidió tener una relación dejandolo sin palabras no esperando eso.

Desde ese entonces han pasado dos meses, dos meses desde que comenzaron su noviazgo, dos meses que fueron muy raros para Alfia, dos meses que aunque no lo demostrara los había disfrutado a su lado.

Le gustaba estar con él, su voz era tranquila y suave no siendo desagradable para Alfia siendo algo más que le gustaba de él, su voz.

Por primera vez en muchos años Alfia había empezado a disfrutar de algo más que no sea solo estar con su hermana la cual estaba muy feliz al enterarse del noviazgo de ella.

Pero también le reclamo.

"¡No es justo! ¡¿Porque tú si puedes salir con Bell pero yo no con Silver?!".

A lo que Alfia respondió en ese momento.

"Porque Bell no se parece en nada al cerdo asqueroso de su hermano".

De vez en cuando ambas hermanas discutían sobre ese mismo tema, algo lo cual siempre irritaba Alfia no gustandole para nada que Meteria comparara a Bell con esa basura de hombre.

En fin, desde que conoció al albino la vida de Alfia había cambiado y gracias a eso por primera vez en su vida estaba haciendo algo distinto en navidad que no sea encerrarse en su habitación.

-esta noche es más fría de lo normal -pensó Alfia viendo como la nieve caía lentamente-. Espero que ese tonto no tarde mucho.

Y aunque su rostro mantenía una expresión seria, en su interior había un torbellino de nerviosismo. Hoy era Navidad, un día que ella solía despreciar, pero este año era diferente. Este año quería hacer algo especial por Bell aunque haya demostrado desinteres frente a su hermana cuando le contó sus planes para esa noche, la verdad es que todo eso a ella lo tenía un poco nerviosa.

Era su primer novio y aunque se mostraba fría y distante con él a veces, la verdad es que si lo amaba, por algo fue que pidió tener una relación con él en primer lugar.

Siempre se mostraba fría y cortante cada vez que salían juntos, no lo hacia aproposito o porque no disfrutará de su compañía pero asi era su personalidad.

Aun asi empezaba a arrepentirse de su actuar ya que él siempre estaba feliz a su lado, quería dejar un poco de lado esa su personalidad, por lo menos solo cuando estaba con él aunque le era difícil pero a Bell parecía no importarlo su actuar frío ya conociendo como era ella.

Aun así Alfia quería hacer algo por él y demostrarle que esa relación si le importaba, se sentía rara hacer todo eso y probablemente le costaría mucho acostumbrarse pero se esforzaria.

Así que ella fue la que propuso los temas de los regalos navideños lo cual sorprendió mucho a Bell ya que era raro que ella propusiera algo asi pero al final acepto con una sonrisa quedando ambos en reunirse en las murallas de Orario.

-.....

Mientras se acercaba a las murallas de la ciudad, el bullicio de las celebraciones se hacía más evidente. Risas y cantos de fiesta se mezclaban con el sonido del viento, pero Alfia fruncía el ceño ante cada grito o carcajada que la rodeaba.

-Tsk, que ruidos tan molestos -murmuró para sí misma.

Por mucho que quisiera esforzarse en ese día simplemente no desaparecería su odio por el enorme ruido que se producía en cada esquina.

Si estaba haciendo un gran esfuerzo para no ir a su habitación a encerrarse tranquilamente era por Bell, era solo para verlo y darle su regalo.

Aunque en su mente solo se decía que lo hacía por compromiso ya que ella lo prometió aunque por dentro ella de verdad quería verlo y pasar un rato agradable con él platicando.

-es un largo camino pero vale la pena -pensó al ver la muralla a lo lejos.

La razón por la que escogió ese lugar es porque era el lugar más tranquilo de Orario en esa fecha, lo pudo comprobar la navidad pasada que fue allí a relajarse mientras pasaba todo el bullicio.

Lastimosamente mientras ella caminaba hacia haya sabía que el cerdo asqueroso de Silver estaba haciendo de las suyas para ver a Meteria, no la vio muy preocupada en la mañana así que supo que tenía algún plan para verse a escondidas con él.

Lo odiaba, de verdad odiaba que ese tipo se acercara a ella, aun no podía creer que ese tipo fuera hermano de Bell, no se parecían en nada.

-más vale que no intente nada o lo mato.

Se sentía feliz que Silver no haya influenciado a Bell con sus malos hábitos, sería raro que el albino fuera un pervertido, no quedaría con su personalidad.

Lentamente Alfia fue subiendo las escaleras que llevaban a lo alto de la muralla, de verdad estaba lejos de su sede pero era mejor eso que lidiar con el ruido de la gente.

-espero que le guste -volvió a susurrar viendo el regalo el cual había comprado una semana antes con el de su hermana.

Y despues de lo que parecio una eternidad finalmente llegó a la cima y como era obvio, lo vio allí, apoyado contra la muralla, mirando la ciudad iluminada con una mirada tranquila como si no tuviera ni una preocupación.

Su figura, con el cabello blanco y ojos rojos brillantes, parecía un faro en la noche. Alfia sintió que su corazón latía con fuerza al acercarse a él.

No lo entendía, lo había visto muchas veces y era la primera vez que reaccionaba así, quizás por el ambiente alrededor hizo que se sintiera un poco inquieta.

-¿Uh?.

Y cuando estuvo lo suficientemente cerca Bell por fin noto su presencia volteandola a ver y sonreirle de una forma cálida, incluso ver su sonrisa fue relajante para ella.

-F‐Feliz Navidad -dijo, y aunque las palabras le costaron, hubo una calidez en su tono que no pasó desapercibida.

Bell al escuchar el "Feliz Navidad" de Alfia abrió los ojos con sorpresa no esperando eso.

Aunque segundos después.....

-jajaja.

-¿Que es tan gracioso? -pregunto Alfia frunciendo el ceño con enojo.

Bell giró la cabeza, una sonrisa instantánea iluminando su rostro intentando dejar de reír.

-nada pero........Vaya, eso es raro. ¿Alfia deseándome feliz Navidad? ¿Te has golpeado la cabeza? -pregunto con gracia haciendo énfasis que eso no era propio de ella ya que estaban hablando del día festivo que más odiaba.

Ella se cruzó de brazos, intentando ocultar su sonrojo, no sabía porque pero con él no duraba mucho tiempo enojada.

-No seas tonto. Solo... quería hacerlo. Es un día especial ¿no? -respondió apoyándose en la muralla y ver la ciudad junto con él-. Es lo que hacen todos en esta estúpida fecha.

-jeje Claro que sí -respondió él, mirando hacia la ciudad otra vez-. ¡Mira cómo brillan las luces! La gente está tan feliz por este día especial.

Alfia miró a su alrededor, notando la alegría que emanaba de las calles. Las risas y los gritos de alegría parecían resonar en su pecho. Sin embargo, se esforzó por mantener su expresión seria.

-No entiendo cómo puedes disfrutar de todo este ruido -susurro con una mirada melancólica.

Bell se rió de nuevo, encantado por su frialdad, era lo que mas amaba de ella.

-Es parte de la magia de la Navidad. La gente se reúne, comparte, y eso... eso es lo que la hace especial -dijo con una cálida sonrisa.

Ella se quedó en silencio, observando cómo su rostro se iluminaba con cada palabra. En el fondo, deseaba poder sentirse tan libre como él. Sin embargo, su orgullo la mantenía cautiva, por más que deseaba disfrutar un día como ese le era difícil

A sus ojos siempre lo miraba como un día cualquiera.

-además que es la primera navidad que paso contigo, eso también me hace feliz -dijo Bell captando su atención-. ¿No te hace feliz también eso?.

-la única razón por la que salí de la sede y escuchar los molestos ruidos de la calle fue por ti ¿Eso responde a tú pregunta? -pregunto no queriendo decir esas palabras directamente.

-si, eso responde mi pregunta -susurro Bell con una sonrisa sabiendo que Alfia también estaba cómoda de estar allí con él.

De verdad que las vidas de ambos habían cambiado mucho en ese año.

El año pasado ni siquiera se dirigían la palabra y ahora estaban ellos dos juntos pasando la navidad como una pareja.

Los giros que daba la vida era sorprendentes.

-feliz navidad para tí también Alfia.

-lo dijiste media hora tarde.

-¡Jajaja! Lo siento.

Aunque se riera o hablara un poco fuerte, Alfia nunca se había sentido molesta o fastidiada por ello, esa era una de las razones por las cuales le gustaba estar junto a él, era muy agradable.

Era raro, era como si Bell fue creado específicamente para que ella se sintiera cómoda a su lado, era la única voz aparte de la de su hermana que no la fastidiaba.

Como algunos lo llamarían, su otra mitad aunque ella no diría eso, sonaba muy estúpido.

-cierto.

En eso Alfia recordó el motivo principal por el cual ambos se habían reunido en esa muralla.

Era el momento del intercambio de regalos.

Con un suspiro profundo, Alfia sacó su regalo, una pequeña caja envuelta en papel brillante.

-Aquí, este es para ti -dijo con una voz suave extendiéndole el regalo a Bell.

Este la miró sorprendido, sus ojos brillando de emoción ya que era el primera regalo que recibía de ella.

-¿De verdad? ¿Puedo abrirlo? -pregunto tomándolo entre sus manos.

-Sí, claro, por algo lo traje -respondió ella, sintiendo que su corazón latía con fuerza sintiéndose nerviosa por saber si le gustaría o no.

Con manos temblorosas, él desató el lazo y abrió la caja. Su rostro se iluminó al ver uno de los libros que había deseado por tanto tiempo.

-¡Es uno de mis héroes favoritos! Alfia, esto es increíble. ¡Gracias! -dijo con emoción cómo si fuera un niño pequeño.

Ella sintió una oleada de satisfacción al verlo sonreír.

Cuando se entero de su gusto por los héroes Bell se sintió avergonzado pensando que ella sentiría desagrado por ello pero al contrario, Alfia sintió cierta calidez al ver como amaba su hobby por leer libros, algo lo cual ella no tenía deseando tener algún hobby el cual pueda disfrutar tanto como él.

-No es nada, solo... pensé que te gustaría -susurro aliviada de no haber comprado un libro que ya tuviera.

-Me encanta -dijo él, mirándola con una mezcla de gratitud y cariño-. Eres la mejor.

Ella desvió la mirada, sintiendo que el calor de su rostro aumentaba.

-No exageres. Solo fue un regalo -le costaba mucho mantener su actitud fría frente a él.

Bell se rió suavemente, su risa resonando en el aire frío.

-Está bien, está bien. Pero ahora es mi turno -dijo Bell con emoción sacó su regalo, un paquete envuelto con esmero-. Aqui tienes Alfia.

-¿Qué es? -Alfia lo miró con curiosidad tomándolo entre sus manos.

-No lo sé -dijo él, bromeando-. Tal vez un dragón de juguete.

Ella alzó una ceja, desafiándolo.

-No creo que tengas el valor de darme un regalo así.

-Bueno, nunca se sabe -contestó él con una sonrisa traviesa.

Con manos rápidas, Alfia rasgó el papel con mucha curiosidad por saber que era ese regalo y descubrió una hermosa bufanda que combinaba perfectamente con su sueter negro, a Alfia le gustaba el color negro.

-Es... preciosa -murmuró, sorprendida sintiendo la suavidad y la calidad de la bufanda-. Bell.........gracias.

-de nada. Quería que tuvieras algo cálido para este invierno -dijo Bell con una leve sonrisa acercándose a ella-. ¿Puedo ponértela?.

-......si.

Alfia asintió, sintiendo su corazón acelerarse al ver como Bell se acercaba a ella tomando la bufanda entre sus manos.

Él se la ató suavemente alrededor del cuello, su rostro muy cerca del suyo. Ella contuvo la respiración al ver su expresion concentrada, la cercanía era eléctrica.

Sin poder evitarlo se fijo en sus labios dándose cuenta que desde que iniciaron su relación nunca se había dado un beso con él.

Prácticamente sus citas se trataban de ir a un lugar no tan llenos de gente y platicar tranquilamente de cualquier cosa.

Ni siquiera parecían una pareja de novios, más bien parecían solo un dúo de buenos amigos.

Tenía que suceder algo para que su relación fuera sellada, algo que confirmara que eran una pareja.

Pero para Alfia todo eso era difícil y vergonzoso, nunca en su vida había pensado tan siquiera en hacer algo así.......hasta ahora.

Y aunque le era difícil por alguna razón en ese momento recibió el impulso necesario para dar ese paso.

-listo, ya est.......

Sin pensarlo, se inclinó hacia él y le dio un beso fugaz cortando sus palabras.

Fue un beso rápido el cual duró como máximo un segundo y medio pero eso fue más que suficiente para que todo el calor subiera al rostro de ella al darse cuenta de lo que había hecho viendo el rostro de Bell.

El mundo pareció detenerse en ese momento. Bell se quedó paralizado, sus ojos abiertos como platos no creyendo que eso haya sucedido.

No mentiría. Siempre deseo besar aunque sea una vez a Alfia pero sabía muy bien que eso no era propio de ella y que tomaría un gran tiempo para que sucediera.

Pero sucedió más rápido de lo que él creía y como siempre ella fue la que tomó la iniciativa como la vez que ella le pidió ser novios.

-.......Alfia.....

Y como era obvio la vergüenza la invadió.

-L‐Lo siento, no debí... fue un impulso -balbuceó, intentando alejarse aún no pudiendo creer que ella haya hecho eso

Pero antes de que retrocediera él tomó su mano suavemente viendo sus ojos encontrándose con una mirada calida y un poco apenada.

-No lo sientas. Me gustó. De hecho, me encantó -susurro apartando la mirada-. Simplemente no esperaba que hicieras eso.

Ella lo miró, viendo los nervios en su rostro, de verdad lo habia tomado desprevenido.

-No.......no soy buena en esto -susurro.

-¿En qué? En mostrar lo que sientes? - preguntó él, su mirada fija en la suya sabiendo qué a eso se refería ella-. Alfia, siempre has sido así. Eres fuerte, pero también... puedes ser vulnerable conmigo -dijo con un poco de gracia.

La risa del bullicio de la ciudad se desvaneció mientras se miraban a los ojos.

-Es difícil para mí -admitió ella-. Siempre he sido... fría.

-Pero eres cálida conmigo o al menos eso es lo que siento -él dijo, acercándose más-. Es lo único que importa.

Ambos se quedaron en silencio, el aire entre ellos cargado de emociones y sentimientos.

Alfia sintió que su orgullo se desmoronaba al ver esos ojos llenos de cariño dirigidos hacia ella aun no entendiendo por que Bell estaba enamorado si nunca le dio un motivo para que se interesara por ella.

Aunque cuando le conto esa inseguridad a su hermana esta solo le dijo unas palabras que se grabaron en ella.

"No necesitas una gran historia o un gran motivo para amar a alguien, el amor tambien puede ser simple y sencillo a veces".

Y por primera vez, se permitió ser sincera con ella misma y decir lo que verdaderamente sentía su corazón.

A pesar que ella fue la que pidió salir nunca le dijo esas palabras.......hasta ahora.

-Te quiero, Bell -susurro con un leve brillo en sus ojos-. Aunque nunca te lo diga quiero que sepas que yo...........te quiero.

Bell solo sonrió con alegría sabiendo que frente a él estaba la mujer más especial y maravillosa de ese mundo.

-y yo te amo -susurro inclinándose un poco y depositarle un beso en la frente-. Feliz Navidad, Alfia.

Ella sonrió también, un brillo de felicidad iluminando su rostro empezando a entender porque ese día era tan especial para muchos.

Ella lo sentía mágico, incluso el animado ruido de la ciudad empezaba a sonar agradable con él a su lado.

-Feliz Navidad para ti también Bell -susurro con esa bella sonrisa en su rostro

Juntos, se giraron hacia la ciudad, observando las luces parpadeantes y el bullicio que los rodeaba mientras se tomaban de la mano. La nieve caía suavemente alrededor de ellos, y en ese instante, Alfia supo que había encontrado su lugar. A su lado, en el corazón de la ciudad, con el hombre que amaba.

Quizás y solo quizás empezaría a disfrutar la navidad de ahora en adelante deseando que la próxima llegará pronto.

-¡¡¡!!!.

Alfia abrió los ojos sorprendida al sentir como Bell la tomó desprevenida al estar viendo la ciudad y le robaba un beso en los labios el cual duró tres segundos.

-jeje perdón pero tenía que hacerlo, tú me robaste un beso, ahora era mi turno -dijo con una sonrisa divertida intentando ocultar su vergüenza y miedo de que le lanzará un Gospel.

Alfia solo frunció el ceño viendo fijamente al albino el cual pasó a tener una sonrisa nerviosa.

-p‐perdón si te enoje.

Aunque segundos después una leve sonrisa apareció en el rostro de Alfia tomando con fuerza a Bell del cuello de la camisa.

-pues ahora me toca a mi otra vez.

Y tragandose su vergüenza y orgullo lo atrajo hacia ella y le robo otro beso al albino el cual duró mucho más que el anterior solo escuchando la música feliz y risas de las personas en la ciudad mientras los blancos copos de nieve caían sobre ellos.

Definitivamente la navidad se terminaría convirtiendo en uno de los días favoritos para Alfia.

Paso de odiarla a empezar a tenerle aprecio gracias a ese chico que estaba besando con cariño.

Quien lo diría.

===FIN===

Ejem, se que muchos aquí querían un incesto o un Bell Shota con Alfia con lemon a full, ya los conozco pero por más que pensaba y pensaba no se me ocurria nada que no sonará raro e incómodo.

Así que decidí escribirlo de esta manera, con ambos siendo novios de distintas familias, me costo mucho escribirlo pero aquí esta.

Si les ha gustado dejen su voto y comentario ya que eso me motiva a seguir escribiendo.

Por cierto, también quería hacer un one shot largo de quince mil palabras pero al final me decidí por algo corto y sencillo, es navidad y la mayoría prefiere estar con su familia o divirtiéndose que estar leyendo así que una lectura corta para que después volvieran a lo suyo era lo mejor.

De verdad espero que les haya gustado.

Además que estoy pensando en hacer en un futuro una historia con este contexto con Bell y Alfia, no se que les parecería la idea.

Sin más que decir me despido adiós cuídense y no tomen drogas.

Pasen feliz navidad causa.

Imagen de la portada hecha por el buen memo-sanMX

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