una navidad en el campamento mestizo
Nieve comenzaba caer en el campamento mestizo, se sentía un ambiente navideño en todo el lugar y en cada campista. Hasta Nico Di Angelo estaba feliz compartiendo un trozo de chocolate con su novio Will Solace.
Algunos niños campistas que habían llegado recientemente jugaban con bolas de nieve y lanzándose al suelo uno a otro.
Percy miraba con una sonrisa en los labios y ternura en los ojos como su hogar se había llenado de decoraciones navideñas al estilo semidiós. Ellos no celebraban la verdadera razón de la navidad sino que celebraban su significado: Amor, amistad y demás frases cursis. Al estar tan sumido en sus pensamientos no se dio cuenta de que Annabeth venía corriendo hacia él y terminaron en el piso, cubiertos de nieve.
-Creo que me rompiste una costilla, listilla. -Dijo Percy riendo.
-Lo siento, -contestó Annabeth dándole un pequeño beso en los labios a su novio y ayudándolo a levantarse.
-¿A qué viene tanta felicidad? -preguntó Percy sin saber por qué Annabeth tenía aquella sonrisita aunque obviamente no le molestaba nada.
Annabeth solo se encogió de hombros y cuando Percy estaba a punto de darle otro beso, una bola de nieve estalló contra su nuca, el hijo de Poseidón gimió ante el frio contacto ya que había olvidado su bufanda en su cabaña. Giró la cabeza y encontró a su amigo Leo Valdez con una bola de nieve en la mano, sonriente. Antes de que Percy pudiera decir algo Leo le lanzó otra bola de nieve en medio de la cara haciendo reír a Annabeth.
El hijo de Poseidón ni siquiera usó las manos para quitarse la nieve, ya que era agua, y sonrió malévolamente haciendo que el hijo de Hefesto borrara su sonrisa.
-Oh, hombre, los dos podemos jugar este juego. -Percy abrió los brazos y la nieve a su alrededor empezó a moverse.
Annabeth sabía que era su momento para salir de alrededor de Percy y fue a sentarse a una banca al lado de Reyna.
Los romanos seguían yendo al campamento regularmente, ya se habían vuelvo algo cercano a amigos aunque algunos de ellos no estaban del todo conformes. Ambas chicas miraban a sus novios -si lo que tenían Leo y Reyna se podía considerar noviazgo ya que hacía poco se los había visto muy "románticos" y unidos- pelear. Percy lanzaba enormes bolas de nieve hacia Leo y este creaba una pared de fuego para no salir aplastado. Ambas chicas suspiraron y dijeron al mismo tiempo "hombres..." para luego mirarse y reír.
-Chicos, chicos, por favor, compórtense. -Quirón trataba de poner fin a la descomunal pelea de bolas de nieve y los chicos tuvieron que hacerle caso.
Al otro lado, en el gran comedor, estaban Frank y Hazel decorándolo. Frank tenía agarrada de las piernas a Hazel mientras esta terminaba de poner las guirnaldas ya que las escaleras estaban siendo utilizadas. Al terminar, Hazel le pidió a su novio que la baje pero este en vez de dejarla el piso, la bajó solo unos cuantos centímetros para que quedaran cara a cara y poder robarle un beso. Hazel se sonrojó brutalmente pero le devolvió el beso.
Jason y Piper también estaba ayudando, solo que en la cocina haciendo un gran pastel. Jason se sentía algo inútil ya que no era muy buen cocinero y no podía hacer mucho además de romper huevos (aunque manchaba todo) y poner la mezcla en el horno. Luego de que Piper se fijara en él, le dijera como hacer cada cosa y se dio cuenta que de igual manera era inútil sus esfuerzos, terminó haciendo sola el pastel más grande que el campamento haya visto.
-Bien, ahora hay que decorarlo. -dijo Jason luego de sacarlo del horno.
-Sip. -Respondió Piper imaginando como decorarlo. A pedido de Percy le prometió hacerlo azul, pero por fuera tenía que tener algún decorado navideño... -Jason ¿Me puedes traer el gaseado rojo y el otro verde, por favor? -El hijo de Júpiter hizo lo que su novia le pidió y se lo alcanzó como un médico y su ayudante en una importante operación.
Diez minutos después, el pastel estaba decorado en rojo, verde y un gran copo de nieve falso en la parte más alta.
-Pipes, realmente eres genial. -dijo su novio con admiración, a ella se le escapó una sonrisita de superioridad. -¿Ahora qué hacemos con todas las sobras?
A la hija de Afrodita se le ocurrió una pequeña idea. Tomó el colorante rojo que había sobrado. Como Jason aún estaba distraído mirando la obra de arte que era el pastel, tiró el colorante sobre la cabeza de su novio, tiñéndolo de rojo. Al principio el chico tenía cara estupefacta pero después comenzó a sonreír pícaramente. Tomó un poco de colorante de su cabeza y se lo pasó por el cachete a Piper. Ella también sonrió.
-¿Con que quieres jugar, eh? -Tomó el saco de harina y se lo tiró de lleno en la cara. Jason maldijo en latín, después de quitar la harina de sus ojos, volvió a sonreírle a su novia.
-Quiero un abrazo, mi amor, ¿tú no? -Jason comenzó a avanzar a Piper con los brazos abiertos. Ella empezó a retroceder lentamente hacia atrás hasta chocar contra la pared.
-No, la verdad no, mi amor. Gracias. -le respondió.
-También quiero un besito... -finalmente llegó hasta ella y a pesar de sus intentos de resistencia, logró abrazarla y plantarle un gran beso llenó de harina. -Feliz navidad, Pipes.
Ella le dio una cachetada juguetona.
-Cállate, ¿quieres?
Luego de algunas horas, la cena de navidad estaba lista. Quirón permitió que cualquiera se siente en donde quisiera ya que la fiesta se trataba de unidad. Annabeth y Percy se sentaron al lado de Nico y Will y en frente de Leo y Reyna y Frank y Hazel. Todos estaban felizmente charlando y bromeando, Will le solía robar alguno que otro beso a Nico haciendo que este se aparte sonrojado, Leo les chiflara, Reyna le pegara juguetonamente y este preguntara poniendo piquito "¿Qué? ¿También quieres un besito?"
Sin querer, se habían olvidado que Jason y Piper no estaban pero antes de que pudieran decir algo, llegaron arrastrando un carrito donde había un enorme pastel. Sólo que ellos estaban llenos de harina y al parecer Jason había decidido tener la cabeza como una enorme cereza gigante. Luego de los aplausos y las risas, la pareja fue a sentarse con sus amigos, dejando a las ninfas repartiendo trozos de pastel.
-Día duro en la cocina, ¿eh, Grace? -Preguntó Percy sonriendo.
-Callate, Jackson. -Le respondió Jason golpeando su hombro. -También tengo mucho amor para ti.
-¿Qué? -Preguntó Percy mientras fruncía el ceño, confundido. Piper rió.
Jason sonrió y pasó su cabeza por el hombro de Percy dejando una gran mancha roja. Frank y Hazel también rieron.
-¡Hey! ¡Era mi camiseta favorita!
-Percy, tienes miles iguales a esa. - Le dijo Annabeth alcanzándole una servilleta para que se limpiara.
-Pero esta es la que me pongo siempre...
-Que sucio eres, Percy. Espero que al menos te bañes. -bromeó Leo, Reyna rió disimuladamente y los ojos de su "novio" brillaron.
Las copas frente a ellos se llenaron de un líquido burbujeante, listas para brindar. El señor D sonrió, encantado de que por fin pudiera tomar bebidas alcohólicas pero en el momento en el que tomó la copa, el champagne se convirtió en Coca-Cola light haciéndolo refunfuñar. La media noche se acercaba. Percy se puso nervioso.
-¡Campistas! -anunció felizmente Quirón alzando su copa. -¡Feliz navidad!
El lugar se convirtió en un griterío de felicidad y gente bebiendo felices de sus copas. Algunas parejas como Clarisse y Chris se besaban al igual que Reyna y Leo, Frank y Hazel y Will y Nico.
Entonces unas bolsas gigantes soltaron millones de globos de distintas tonalidades de violetas y naranjas haciendo que muchos miraran sorprendidos y los hijos de Hefesto sonrieran con orgullo. La leve nieve que caía hacia todo más hermoso aún.
Luego de que la festividad terminara y muchos campistas fueran hacia sus cabañas, agotados, los diez amigos se acercaron a la fogata, siempre encendida. Will llevó su guitarra. Todos cantaban alegremente, hasta Nico se les unía de vez en cuando, hacia un tiempo que había empezado a dejar de lado su timidez. Era un ambiente maravilloso. Todos allí, abrazados, la música, la nieve y el calor del hogar. Porque aquel era su hogar. Ellos eran su hogar.
Era el momento indicado. Tu puedes Percy, se dijo mentalmente el hijo de Poseidón.
-Hey, listilla. -susurró Percy al oído de Annabeth que tenía su cabeza en el hombro de su novio. Ella se acomodó para poder mirarlo y murmuró un "¿Mhm?" -Te hice un regalito de navidad.
-Oh, Percy... No deberías, habíamos quedado que no íbamos a hacernos regalos, yo no tengo nada... - Comenzó Annabeth pero Percy la calló.
-Es... una especie de regalo para los dos, si lo aceptas me harías muy feliz a mí.
Ella lo miró confundida. Percy sacó una pequeña cajita del bolsillo de su jersey. Era sencilla, azul oscuro. Annabeth la tomó y la abrió con cuidado. Percy se mordió el labio. Dentro de ella había un pequeño anillo con una perla en el centro, dentro tenia tallada la frase "siempre y cuando estemos juntos". A Annabeth se le llenaron los ojos de lágrimas, miraba sucesivamente al anillo y a su novio, lanzó una pequeña risa entre un sollozo.
-Percy... oh, por los dioses, no sé qué decir. Es hermoso... -Pero dentro de su mente gritaba "¡Sí! ¡El estúpido cuchillo de Piper tenía razón!"
-No es un anillo de casamiento, - se apresuró a decir el ojiverde. - es más bien de compromiso o de promesa, ya sabes, para casarnos algún día. No digo ahora ni mañana, más bien en algún futuro...
Annabeth lo calló con beso y Percy sentía que podía morir allí mismo y no le importaría.
-Por supuesto que me casaré contigo, sesos de alga. -ella le ofreció su mano y el anillo y Percy no dudó en poner al anillo que los uniría en algún momento en el dedo de su ahora comprometida novia.
-¡Hey, chicos! -Chilló Hazel con emoción incorporándose del regazo de Frank. -¡Fuegos artificiales!
Una hermosa colección de fuegos artificiales de todos los colores iluminaban el estrellado cielo nocturno.
Para todos, sería la mejor navidad de la vida.
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