Capítulo 3: Esperándote
Narra Aioros: Ahora que voy a ser padre... todos en el santuario ya se han enterado de la noticia, y me di cuenta de ello fue... cuando llegaba de la tienda comprando unas cuantas cosas que Saga me Había pedido, entre esas cosas, las compras para reabastecer la despensa puesto que casi seguido le dan los Antojos, y antes de salir... me pidió que le comprara unas galletas dulces con trozos de maní y... bueno tuve que comprarlas pero, la doctora dijo estrictamente que no le diera mucho dulce como meriendas puesto que eso le hacía mal a Saga y al bebé.
Camus: Hola Aioros, ¿cómo están tú y Saga? –me preguntó el francés de la Casa de Acuario con una pequeña sonrisa en su rostro-.
Aioros: Muy bien, ya Saga comenzó su primer mes de embarazo –le contesté con una enorme sonrisa de orgullo y emoción-.
Camus: Me alegro por ustedes, bueno ya me tengo que ir a una Misión con Milo y Kanon... nos vemos –me contestó mientras seguía su camino-.
Aioros: ¡Adiós Camus, nos vemos luego! –me despedí y seguí mi camino a la Casa de Géminis, ya que debe de estar esperando-.
Cuando llegó Aioros a la Casa de Géminis...
Saga: Hola Aioros, ¡ya trajiste todo lo que te pedí? –le pregunté frotando me el vientre del dolor que iba y venía-. ¡Hay! aah, haa, aah, huu -me quejé del dolor leve-.
Aioros: Sí Saga... ¡¿Saga estas bien?! –me preguntó nervioso-.
Saga: No es nada amor, solo son unos leves dolores en el vientre –Le contesté-.
Aioros: Mejor deberíamos ir al Hospital, para que te atiendan esos dolores –me dijo preocupado por mis dolores de vientre-.
Saga: Si eso te calma un poco más... está bien, pero primero quiero comer las galletas que te pedí, es que tengo mucha hambre –le dije mientras me seguía frotando el vientre-. Es que el embarazo me hace sentir cosas que nunca sentí antes –añadí-.
Narra Aioros: Cuando Saga me recordó sobre las galletas me fui a la cocina y le saqué 10 de estas y le serví una Taza de Té de Manzana con Canela, que el Maestro Shion dijo que le Haría bien durante los 9 meses de embarazo y, ahora que recuerdo que... cuando le di por primera vez ese té, Saga cada que tenía antojos me pedía que se lo preparara, puesto que le gustó mucho el sabor.
Cuando Saga terminó de comer, y se dirigieron al Hospital "Apolo el Sanador"...
Recepcionista: Muy buenas tardes caballeros, ¿en qué puedo ayudarlos? –nos preguntó con una cálida bienvenida-.
Aioros: Hola Señorita pues, mi esposo tiene un mes de embarazo y quería saber ¿si se le puede preparar hoy una consulta con el ginecólogo? –le explicó con... "Lujo de Detalles"-.
Recepcionista: Si... de hecho, el Dr. acaba de llegar, pasen a la Sala de espera de ginecología en el 2do piso –nos dijo y luego nos indicó el camino para llegar-.
Narra Saga: Cuando escuché "2do piso" sentí que me daría un desmallo, ya que últimamente me da pereza ver unas escaleras porque con el embarazo me canso mucho y muy seguido. Aioros me miró y tomó mi mano para que supiera que estaba conmigo en esto, y yo sé que él me está apoyando con el embarazo... pero lo único que no quiero hacer durante estos 9 meses es subir y bajar escaleras.
En fin, cuando llegamos al 2do piso, me senté en la sala de espera ya que me había cansado y me dolían mucho las piernas y los pies, y vi que Aioros me estaba anotando en la lista de pacientes... cuando se sentó a mi lado le pregunté ¿en qué número de lista quedamos? Y él me dijo que en el 8 y que estaban atendiendo al número 3, eso quería decir que, teníamos a 5 personas más delante de nosotros.
Saga: Y... -dije aburrido y aún cansado-.
Aioros: ¿Y qué, amor mío? –me preguntó con mirada de curiosidad-.
Saga: Y... que estoy aburrido, no sé qué hacer mientras tanto –le contesté-.
Aioros: Verás que el tiempo pasará rápido –me dijo dedicándome una tierna sonrisa con los ojos cerrados y un sutil sonrojo de sus mejillas-.
Narra Saga: En eso, me llamó la atención ver a mi izquierda a una enfermera llevando en brazos a un bebé que... se lo entregó a sus padres quienes lo tomaron con sonrisas y orgullo de que nació sano y lleno de brillo en su tierno rostro.
Cuando los padres se fueron con su nuevo recién nacido... me levanté y caminé hasta el lugar donde se vio la más tierna escena que solo nos da la vida. Y mi sorpresa era que esa era la Sala de Maternidad y allí había una habitación llena de bebés recién nacidos o ya con algunos días de nacidos.
Mis ojos comenzaron a derramar lágrimas de felicidad... al ver a todos esos niños y niñas que ya habían llegado al mundo para ser personas de bien o de mal... dependiendo como los críen sus padres.
Para cuando me limpié las lágrimas, noté que Aioros me llamaba a gritos, preocupado porque me fui sin decirle a donde.
Saga: ¡Aioros, recuerda que estamos en un Hospital! Y aquí hay pacientes que tienen que recuperarse –lo regañé, aún que también que era culpa mía porque no le dije a dónde caminaría para entretenerme un rato-.
Aioros: Saga, ¿por qué te fuiste así sin decirme nada? Ya estaba comenzando a preocuparme y... ¿acaso, estabas llorando? –me regañó y luego me miró a los ojos y se dio cuenta de que lloré un poco-.
Saga: No es por nada mi cielo, es solo que... -con mi dedo índice le desvié la mirada para que viera la Sala de Bebés- ya me imagino cuando nazca nuestro bebé y, lo veamos aquí... con los demás bebés que nazcan el mismo mes y día que el nuestro –le dije esto mientras frotaba mi vientre en, donde mi pequeño descansaba tranquilamente-.
Aioros: Ho Saga... ¿por eso viniste? Tienes razón... aquí es donde vendremos a buscar a nuestro pequeñín cuando nazca –secundó mientras me abrazaba con algunas lágrimas saliendo de sus ojos-.
Narra Saga: Después de un rato, el Dr. nos llamó para que entráramos a consulta con él. Se sorprendió al ver que su paciente con un mes de gestación... era un hombre, cuando le preguntamos, nos dijo que, en sus 33 años de trabajo como ginecólogo, era el primer hombre que presentaba un embarazo. En fin... nos dijo que los dolores de vientre eran normales, después de atendernos regresamos a casa para descansar un poco.
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