Hablas demasiado


Senjuro escuchaba felizmente a su hermano mayor mientras este le contaba sus misiones con emoción tan propia de él.

- ¡Entonces fue cuando Uzui se lanzó sobre el demonio y no tardó en acoplarse a mi plan!, ¡Es un excelente shinobi! Quiero decir nunca había visto uno antes, ¡Pero estoy seguro que es de los mejores que hay!

- Me alegro tanto de que las cosas estén resultando tan bien para ti aniue.

Su hermano le dio un par de palmaditas en el cabello y ese gesto trajo una sonrisa al niño.

- Muchas gracias Senjuro, espero que las cosas sigan bien.

El rubio menor se preocupó ligeramente al ver que su hermano estaba pensando en algo.

"¿Por qué puso esa cara? ¿Se encontrará todo bien?"

- ...Ahm... ¿aniue?

- Dime Senjuro.

- ¿Hay algo que te molesta?

Kyojuro dejó ver una expresión algo sorprendida, su hermanito lo conocía bien, pensándolo más era un chico tímido por lo que tal vez pudiera pedirle consejo para su silenciosa complicación.

- En realidad si hay algo en lo que estoy pensando, entre los pilares hay una que cumple las labores del pilar de agua y se llama Tomioka.

No era necesario remarcar esa parte pero Kyojuro seguía algo apenado de haberse equivocado de una manera tan espantosa con la azabache por culpa de su terrible oído.

"¡Además, la llamé por un nombre equivocado durante toda la misión!" – pensó avergonzado el rubio mayor al recordar las más de cincuenta veces que había dicho mal su nombre.

Sacudió su cabeza sacando esos pensamientos, consiguiendo que Senjuro lo viera con extrañeza.

- Tomioka parece ser muy tímida, no habla por nada ni con nadie, al principio pensé que estaban exagerando pero me di cuenta que era cierto en mi última misión que me tuve que reunir con ella. ¡Realmente no dijo nada! Debo admitir que me sorprendió lo bien que sincronizamos nuestros ataques pero me sentí mal cuando íbamos de camino a la finca mariposa.

- ¿Mal?

El mayor de los hermanos contempló el cielo un momento para tener en claro que era lo que le había causado ese sentimiento.

- Es sólo que, cuando ya íbamos de camino me jaló del haori y cuando pude verla mejor noté que estaba teniendo muchos problemas para decirme algo, luego se agachó y en medio de la tierra me escribió su nombre.

Su hermanito se mostró confundido por lo que había hecho la pilar de agua.

- ¿No habría sido más fácil decirte aunque no te viera directamente?

Kyojuro asintió.

- Ese es el punto, Sen. Era decirme su nombre con mayor volumen para que pudiera escucharle y nada más, a lo que quiero llegar es que el verla teniendo tantos problemas para comunicar algo tan simple me dio lástima y quiero ayudarla, ¡en verdad quiero! Pero no tengo idea de cómo empezar.

Senjuro estaba a punto de decir su opinión cuando el deslizar de la puerta los puso alertas, ambos vieron a su padre salir de la casa con peor humor que en la mañana, los vio un momento antes de ignorarlos e ir a la calle, ¿A qué? Realmente ninguno de los dos quería saber. Esperaron a que el silencio volviera y con un pequeño suspiro el niño retomó el tema.

- No sé si pueda ser de ayuda pero podrías empezar haciendo que se sienta cómoda contigo a su alrededor, hablando con ella pero no demasiado – se apresuró a agregar al recordar que estaba hablando con Kyojuro – dándole su espacio personal, pasando tiempo haciendo cosas que le gustan, con todo eso tal vez vea lo increíble que eres y sienta confianza como para hablarte, aniue.

Kyojuro se emocionó con las brillantes ideas que le había dado Senjuro y lo abrazó con energía al tiempo que exclamaba casi en su oído.

- ¡Sabía que me podrías dar buenos consejos hermanito! ¡Eres el mejor del mundo!

"En realidad tú eres el mejor Kyo." Se dijo el Rengoku menor mientras reía estrujado por los brazos de su amado hermano.

La siguiente vez que se encontraron fue relativamente pronto, Rengoku patrullaba una región en dónde se habían avistado más demonios de lo habitual, caminaba vigilando lo que lo rodeaba cuando sintió una presencia cerca, fue a dónde provenía la sensación y tuvo una agradable sorpresa al encontrarse con la pilar de agua sentada en una gran piedra de casi el doble de su estatura.

- ¡Tomioka, hola!

La azabache volteó pero regresó su mirada al frente poco después. Kyojuro no conforme con hacerle saber que estaba ahí se acercó y trepó a la roca para sentarse junto a Tomioka. Desde ese sitio se podía ver la enorme luna llena que iluminaba el cielo aquella noche, era hermosa y ahora entendía porque su presencia no le había importado tanto.

- Yomoya, es una noche muy agradable en verdad. ¿Es por eso que estás aquí? – preguntó, girando su cabeza para verla.

Giyuu negó con su cabeza, para esas alturas el pilar de la flama tenía muy presente que debía buscar las respuestas que quería por medio de preguntas que el otro pudiera responder con sí o no, un poco complicado pero nada imposible.

- Hmm... ¿Será entonces que al igual que yo recibiste información del aumento de demonios en esta región?

La respuesta afirmativa le alegró bastante.

"Yo vine porque quería ayudar de cualquier manera que pudiera, todavía no han asignado como tal la tarea por lo que Tomioka también vino por voluntad propia, ¡en realidad es considerada!"

Iba a seguir la plática pero recordó los consejos de su hermanito y decidió dejar que el silencio hiciera su trabajo mientras contemplaba la luna como su compañera. Pasados cinco minutos la azabache se volteó a verlo confundido.

"Rengoku siempre está hablando, no entiendo por qué ahora es diferente, no es que no aprecie la tranquilidad pero me preocupa que algo esté mal con él... pero incluso si algo lo está molestando, ¿Cómo le pregunto si está todo bien?"

El rubio sintió los ojos azules sobre él y le devolvió la mirada, Giyuu se acomodó de modo que sus rodillas quedaron más cerca de su pecho, cruzó sus brazos ligeramente y recargó su cabeza en ellos, todo eso sobre sus rodillas. El silencio cómodo se volvió un poco tenso por ambos pares de ojos que se veían, conociendo mejor al otro con sólo esa pequeña acción, Kyojuro comprendió que le estaba preguntando algo y se esmeró en entender lo que sus esferas azules trataban de averiguar.

- ¿Quieres contarme algo?

Una suave negativa.

- ¿Algo te preocupa?

Otra respuesta, ahora asintiendo.

Rengoku cerró sus ojos y cruzó sus brazos tratando de buscar una pregunta que le permitiera saber con mayor exactitud, tuvo un par de ideas y las intentaría todas.

- ¿Tiene que ver contigo?

No

- ¿Es acaso alguna misión?

Otra vez no

- ¿Tiene que ver conmigo?

Oh, una respuesta afirmativa, ¡Se está acercando!

- ¿Es malo?

Su pecho se paralizó un momento cuando la vio meditar la respuesta y volvió a la normalidad una vez dijo que no con su cabeza.

- ¿Es bueno entonces?

...¿No?... pero entonces, ¿Qué podría ser?

Cualquier otro se hubiera rendido con este estresante adivina quién que ni siquiera era divertido, pero Rengoku era obstinado y no planeaba rendirse por la incapacidad de Tomioka de expresarse verbal o no verbalmente. Fue complicado pero logró reunir las pistas y llegar a la respuesta.

- ¿Quieres saber si estoy bien?

"¡Si, lo logré!" Se felicitó cuando la pilar de agua movió la cabeza confirmando sus sospechas.

- ¡Ya veo! Me encuentro muy bien en realidad, y me siento muy feliz de que te hayas preocupado por mí Tomioka. ¡Eres una persona muy amable! – respondió con una gran sonrisa.

Eso no se lo había dicho nadie, Giyuu se sorprendió y su boca formó una pequeña sonrisa, no estaba acostumbrada pero sonreír se sentía bien, había olvidado como era y se sentía. El pilar de la flama brincaba en su mente al tiempo que gritaba gracias a Senjuro por haberle aconsejado, se quedaron juntos el resto de la noche, disfrutando la compañía mutua y el intercambio entre el silencio y las historias ocasionales de Rengoku.

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No entendía que se había metido en la cabeza del pilar del sonido pero ahí estaba Giyuu, en una de las extravagantes, e innecesariamente complicadas para la azabache, misiones especiales de Uzui.

- ¡Deberías estar agradecida, Tomioka! Una persona normal no te hubiera elegido de compañera de nuevo pero como soy el dios de las festividades supongo que está en mi naturaleza.

"Eso fue lo que dijo pero estoy segura de que Oyakata-sama le pidió que trabajáramos juntos".

Y Giyuu no se equivocaba pero evidentemente Tengen no estaba dispuesto a manchar su fabulosa reputación al ser un lobo gruñón como su otro compañero de cabello albino. Además ahora que sabía que Tomioka no hablaría por razones que no le importaba mucho saber podría utilizarla para hacer su cacería aún más interesante.

- De acuerdo Tomioka, escucha con atención, estamos en mi territorio y el demonio que emboscaremos no tiene idea de lo que le espera y así se debe quedar, ¿entiendes? Así que tu única misión es asegurarte que el silencio que siempre llevas contigo se mantenga para que esa cosa caiga en la increíble trampa que realicé.

Terminó con una pose emocionada de lo brillante de su plan, todo para que su compañera le dijera que si con su mirada completamente neutral. La vio con aburrimiento antes de soltar unas palabras sin intención de ofender.

- Sabes Tomika, a veces me pregunto cómo es que sobrevives viviendo de una manera tan jodidamente aburrida. – murmuró con una mueca de disgusto ante la idea.

Desapareció y Tomioka se acercó a un arbusto para ocultarse y estar cómoda mientras se aseguraba que nada hiciera ruido.

Si bueno todo estaba a menos de cincuenta pasos de caerse a un agujero como le había pasado hace tiempo y la razón llegaría en aproximadamente seis minutos.

.

.

.

- ¡Ah, Tomioka!, No esperaba encontrarte aquí.

Bueno, que sean tres.

No era posible... De todos los benditos pilares que había tenía que ser Rengoku, y justo ahora que su tarea era diseñada específicamente para ella. El rubio la había visto detrás del arbusto en su camino para encontrar a su amigo y entregarle un mensaje de la pilar insecto, ahora estaba hablando sin parar y Giyuu entró en nervios al ver que ni siquiera le estaba poniendo atención a sus señas de que no hiciera ruido, Uzui se iba a molestar de nuevo si no conseguía cerrarle la boca y ahora con los dos, pero más con ella porque seguramente Rengoku se disculparía diciendo que la pilar de agua no le había dicho que guardara silencio.

No se le ocurrió poner una señal globalmente conocida para guardar silencio mediante su dedo por lo que le cubrió con ambas manos la boca en un intento de hacerlo callar, Rengoku se sorprendió un poco pero quitó sus manos tomándola por las muñecas y la miró extrañado.

- ¿Qué ocurre, por qué no quieres que hable?

Tomioka pensaba a mil por hora pero las risas de Rengoku le pusieron los pelos de punta de nuevo.

- ¡Olvide que eres tímida! ¿Te preocupa que nos vean juntos y que se hagan otras ideas?

"¿Tímida? Digo, tal vez un poco ¡pero eso no es lo importante!"

De pronto escuchó los pasos del demonio que iban a emboscar, se estaba acercando y se desesperó porque el pilar de la flama estaba a punto de estropearlo todo con su risa, Rengoku no soltaba sus muñecas y la azabache tomó otras medidas para que el plan del pilar del sonido resultara.

... No lo pensó, simplemente lo hizo...

Viendo el lado positivo ahora había silencio total. Misión cumplida.

Kyojuro tenía sus ojos abiertos en toda su extensión contemplando a Tomioka que presionaba con fuerza su boca contra la suya. Se tardó unos segundos en reaccionar e inmediatamente un color rojo profundo se adueñó de su rostro, pero, por alguna razón no le molestó, en realidad se sentía muy agradable.

Giyuu abrió los ojos que cerró de golpe instintivamente al momento de besar al rubio cuando sintió que soltaban sus brazos y en su lugar un par de manos sostenían su rostro con delicadeza para volver más especial el momento.

Los nervios se apoderaron de ella cuando contempló el rostro de Rengoku, quien había cerrado los ojos para poder entender como acomodar el beso, y se separó rápidamente del joven al tiempo que jadeaba rápidamente presa de la impresión. Los ojos de Kyojuro brillaban y tenía una expresión adorablemente agitada mientras palpaba sus labios sin poder creer que aquello acababa de suceder, había dado su primer beso, ¡De una manera espontánea y completamente inesperada!

Muy tarde se dio cuenta la pilar de agua de lo que había hecho, se llevó las manos a la cara y se negó a retirarlas consumiéndose en vergüenza, ¿Por qué era tan estúpida? ¡¿Por qué miles de ideas de pedir que guardara silencio estaban cruzando por su mente justo ahora?! A buena hora. El único instante en que mostró su rostro fue cuando Uzui se lanzó a atacar tal y cómo había previsto, dejando salpicaduras por todo el lugar, después de eso la azabache se dio a la fuga antes de que el hombre de cabello plateado pudiera felicitarla por conseguir realizar el plan.

- ¡E-Espera, Tomioka!

El pilar de la flama trató de detenerla pero al siguiente parpadeo ya no se encontraba cerca. Tengen no tenía idea de que diantres sucedió pero se iba a enterar de una u otra manera, ver a Tomioka con una expresión tan abochornada había sido extraordinario y la cara de cachorro confundido de Rengoku mezclada con un fuerte sonrojo en sus mejillas le indicaba que el embrollo era bueno.

Uzui no pudo resistir y comenzó a reír a carcajadas en cuanto consiguió sacarle lo que había pasado a Kyojuro.

- ¡No es divertido, Uzui! – se quejó Rengoku claramente avergonzado.

Las lágrimas de la risa que soltaba su mejor amigo no estaban ayudando.

- JAJAJA, S-si hubieras visto a Tomioka, ¡Ay mi estómago! JAJAJAJA, Entenderías p-porque es tan divertido. – apenas alcanzó a terminar antes de estallar de risa nuevamente.

- ¡Había mil maneras de decirme que debía guardar silencio pero aun así me besó!

- Oh, Jajajaja, pero vaya que te gustó.

- ¿Q-que? Me tomó por sorpresa.

- ¿Seguro?

- ¡Por supuesto que...!


Sus manos tomando su rostro con cuidado, acercándola para poder acomodarse mejor.


Se quedó procesando el recuerdo y la expresión divertida del otro pilar le dijo que era momento de la huida estratégica.

- ¡Vaya pero que tarde es, será mejor que me vaya, hay que dormir cada que podemos para dar lo máximo de nosotros!, ¿No crees?

- Rengoku – dijo entretenido Uzui para ver su reacción.

- ¡DIJE QUE SERÁ MEJOR QUE ME VAYA! – Gritó Kyojuro a modo de despedida caminando rápidamente lejos de la mirada burlona del joven.

Incluso se olvidó de decirle lo que Shinobu le había encargado, daba igual, se lo diría después. Llegó a casa y se fue directo a la cama pero oh sorpresa, Rengoku no podía dormir, sus ojos daban al techo pero su vista estaba perdida en unas hermosas pestañas negras, sus manos aún llevaban memoria de la suave piel de su rostro y la sensación de sus labios no le dejaba concentrarse en ignorar los demás recuerdos. Aliento fresco y cálido a la vez, delicioso e inesperado sabor dulce que quería probar de nuevo, se sonrojó violentamente cuando su paladar comenzó a producir señales de que quería repetir el beso.

"No puede ser, fue sólo un beso, el primero para mí pero solo un beso al final, no es tan importante". Pensó tratando de convencerse para lograr dormir.

A su cuerpo le importó poco, pasaron un par de minutos en los que ni siquiera cerró sus ojos para "dormir".

- Mierda... - murmuró antes de sentir el calor subir a sus mejillas – Creo que Tomioka me está empezando a gustar.


Giyuu estaba tratando de apagar el fuego de su cara sumergiéndose completamente en el agua fría de su baño, pero no podía dejar de pensar en la idiotez que había cometido. Burbujas de frustración salieron del agua indicándole al inquieto cuervo que su compañera seguía viva bajo el líquido.

"No podré ver a Rengoku a los ojos nunca más... pensándolo bien de seguro me odia, no debo preocuparme por eso, el mismo se alejará de mí. Yo haría lo mismo, tal vez sea lo mejor, después de todo no quiero que termine muerto por mi culpa... No quiero cargar con la muerte de alguien más".

Sacó su cabeza del agua y resopló como foca, la nostalgia había empujado la pena directo al rincón así que por el momento todo estaba normal una vez más, o eso creyó.

Después de un par de meses no entendía por qué Rengoku seguía tratándola tan bien, le hablaba incluso más que antes y aunque al principio trató de evadirlo terminó rindiéndose, siempre manteniendo su distancia para según ella no ponerlo en peligro con su mala fortuna pero estaba feliz de tener alguien a quien le agradara su existencia.

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Kanzaburo se daba un remojón tranquila y alegremente en un amplio cubo de madera que Giyuu le había colocado en el baño, la joven se había asegurado de que el agua estuviera a la temperatura favorita que su querido amigo. Sí, puede que estuviera tratando a su cuervo Kasugai como si fuera una mascota casera incluso aunque se equivocaba a menudo de instrucciones y lo ponía algo nervioso, pero número uno: Kanzaburo era uno de los pocos a los que les preocupaba profundamente si ella moría o vivía, número dos: Había sido el confiable mensajero de su maestro, al cual quería y respetaba con todo su corazón, y número tres: ... no había más razones, no necesitaba más, era su cuervo y a quien no le gustara como lo consentía a veces podía irse cuando quisiera.

Había terminado su aseo personal hace unos minutos y sonrió un poco cuando vio al animal zambullirse para limpiar su plumaje, estando en su habitación se secó el cabello lo mejor que pudo y comenzó a desenredarlo con sus dedos.

"Creo que ya está bien así". Decidió al ver que su mano ya no se enredaba casi.

Tomó el lazo que usaba siempre y se ató su cabellera sin importarle que siguiera algo húmeda. Total, su cabello era rebelde por lo que en cuanto estuviera seco se volvería un tanto descuidado.

"Al menos me pude relajar antes de tener que lidiar con Shinazugawa. No sé porque pero algo me dice que esto no terminará nada bien". Pensó Tomioka con algo de cansancio, esperó a que Kanzaburo se decidiera a salir del agua para secarlo y asegurarse que todo estaba en orden antes de salir con dirección a la finca del pilar de viento.

Kyojuro iba de camino a la finca de Shinazugawa de estupendo humor, Obanai le había mandado decir por medio de un cuervo que necesitaban a un pilar más en su misión ya que se había complicado en el último momento. Eso en parte le alegraba, los pilares estaban ocupados y si se reunían más de tres era una ocasión que prometía ser interesante, algo peligrosa pero interesante. Vaya sorpresa que tuvo cuando vio a la pilar de agua en el sitio, sin embargo algo no estaba bien.

- ¿Qué está pasando, Obanai?

- Por fin llegaste, nada, que la estúpida de Tomioka está enojada pero ni aun así quiere ensuciar su orgullo y hablar con nosotros.

- ... ¿Qué?... – alcanzó a decir confundido el pilar de la flama.

Todo comenzó no hace tanto, alrededor de unos veinte minutos atrás, usualmente no le importaba el papel que le tocara desempeñar pero el destino le odiaba y lo que le tocaba hacer simplemente no podía hacerlo. Carraspeó para llamar la atención de Sanemi y le señaló varias veces el papel dónde veía lo que tenían que hacer.

- Sí, eso es lo que te toca, deja de quejarte y cumple tu tarea.

Tomioka no se dio por vencida y señaló de nuevo con insistencia, despertando la irritación del pilar de viento.

- ¿Pero qué mierda quieres?

"¡Es que no puedo hacerlo!, ¿Cómo voy a buscar información de la ubicación? Nadie me va a tener paciencia y arruinaré todo" Se desesperó Tomioka.

Hizo un esfuerzo para darle entender a los dos pilares que estaban ahí que no podía hablar, después de Kanae pensó que no sería tan difícil que otra persona se diera cuenta de su situación, pero Sanemi e Iguro no eran las personas adecuadas para esa revelación, le ponían tan poca atención a la fémina que era imposible que el pensamiento les cruzara por la cabeza. Lo más que llegaron a pensar con sus gestos es que o estaba enferma de la garganta o que se quería suicidar.

Regresando al momento presente, el pilar serpiente comenzó a explicarle a Kyojuro que Tomioka estaba actuando realmente insufrible y por lo que habían entendido después de que la pilar de agua tratara de arrebatarle el papel a Sanemi quería que se intercambiaran lo que tenían que hacer, eso terminó enfureciendo a Shinazugawa (Quien malinterpretó sus razones como de costumbre) y ahora estaban peleando como si fuese un entrenamiento.

- ¡No estás muda Tomioka! Abre la puta boca y dinos que mierda es lo que te hace poner esa cara de culo – gritó Sanemi con una sonrisa harta.

"¡En realidad si estoy muda pedazo de imbécil!" Respondió a gritos mentales Giyuu.

El silencio de la pilar de agua con su cambio de expresión a una molesta sólo hizo que el joven de cabello blanco se fastidiara aún más, aumentando la velocidad de los golpes.

- Déjate de juegos Tomioka, esto de creerte mejor que nosotros ya nos está cansando – dijo Obanai irritado.

Aquello le colmó la paciencia a la azabache, no estaba molesta, no, estaba furiosa.

"¿Creen qué esto es un juego? ¡Todo el tiempo mis pesadillas me recuerdan lo patética que soy y lo mucho que merezco morir! ¡No puedo hablar y eso me molesta mucho! ¡Ni siquiera puedo desahogarme como quisiera cuando estoy sola!" Puede que pensara todo aquello pero lo poco que pudo hacer fue apretar sus puños reflejando todas aquellas palabras en su mirada enfurecida y fría.

- ¡Shinazugawa, Tomioka! ¡Deténganse en este momento, pelear entre pilares está prohibido! – intervino Rengoku poniéndose en medio y lanzándolos a cada quien por su lado – Sólo cambien los papeles y ya, dejen de actuar como unos niños, debería darles vergüenza.

Sabía que tenía razón y que además Rengoku no sabía las circunstancias por las cuales había iniciado aquello, pero su regaño hirió su orgullo. Tomioka desvió la mirada y se adelantó para no tener que ver a ninguno de los tres pronto, sin embargo al final nadie sospechaba que hicieron lo más adecuado al cambiar de misiones.

Shinazugawa obtuvo información de dónde habitaba el demonio que buscaban, los otros tres fueron rápidamente ya que había mínimo diez personas que habían desaparecido por la zona y debían encargarse de salvarlos a todos a la vez que terminaban con esa bestia, Sanemi ya se iba a unir a ellos cuando se le acercó un anciano que había conseguido escapar.

- Debe tener mucho cuidado, esa cosa es muy rápida pero tiene otra cosa a su favor.

- No tengo mucho tiempo, dígalo ya.

- Sus poderes le permiten recolectar la voz de las personas, es por eso que nadie se ha dado cuenta en el momento de las desapariciones, si devora su voz obtendrá más fuerza.

Mientras tanto no hacía mucho que habían encontrado al demonio en la entrada de una cueva tal y cómo les había indicado el pilar de viento, sus ataques no eran tan fuertes por lo que podían esquivarlos sin problemas, sin embargo sus reflejos y velocidad eran muy buenos por lo que acorralarlo entre dos era la opción más rápida. Iguro estaba buscando a las personas atrapadas en el lugar con ayuda de Kaburamaru para llevarlas a la salida y en cuanto estuvieran todas, protegerlas de regreso a sus hogares. Tomioka y Rengoku por su parte se estaban coordinando para no permitirle al demonio acercarse a ninguna de las víctimas, Kyojuro realizaba ataques de larga distancia para mantenerlo a raya mientras que Giyuu lo mantenía ocupado esquivando las posturas de agua que estaban a cosa de nada de decapitarlo.

Rengoku le había indicado a Tomioka que como había niños presentes lo mejor sería acabar con el demonio en cuanto Obanai se los hubiera llevado.

- ¡Tomioka! – exclamó Kyojuro para alertar a su compañera de un ataque que se dirigía contra ella.

- ¡Estúpido cazador, por fin tengo una oportunidad! – gritó victorioso el demonio.

Estaba muy cerca por la naturaleza del aliento de agua. Una especie de cuerda verde rodeó el cuello de Giyuu y al ser apretada se hundió en la piel sin causar daño alguno, el demonio tiró de la cuerda la cual regresó velozmente con algo pequeño que brillaba sutilmente y su risa le dio mala espina al pilar de la flama.

- ¡Lo logré, en verdad lo logré, con esto obtendré mucha fuerza y escaparé!

"No, no escaparás de aquí". Pensó el rubio preparándose para ejecutar la técnica que lo mataría sin dudar, vio de reojo a Tomioka esperando que se encontrará bien y no vio que algo malo le hubiera sucedido, un grito ahogado del demonio le obligó a prestarle atención.

- ¡No, no es posible, estoy seguro que se la quité, mi técnica de sangre alcanzó su cuello, esto no puede ser! ... a menos, ¡A menos que tú seas.... !

- ¡Muere maldito desgraciado! – escucharon desde las alturas.

Un tajo limpio cortó el cuello y Sanemi limpió de una sacudida su katana al aterrizar al lado del cuerpo. Rengoku miró a su alrededor, afortunadamente Obanai se había llevado a todos antes de que vieran eso.

- ¡Magnífica técnica, Shinazugawa!

- Tsk, no me iba a arriesgar a que el idiota me quitará la voz.

- ¿Eh?

Shinazugawa recordó que no se habían enterado de la técnica de sangre que utilizaba aquel demonio.

- Ah, nada importante, el bastardo consumía las voces y aumentaba su poder. Algo estúpidamente inútil pero eso explica porque las víctimas no gritaban nunca.

La azabache se acercó curiosa de lo que hablaban y se sobresaltó cuando Rengoku la tomó de los hombros para revisar su cuello.

"No veo nada y Tomioka está bien, no tiene heridas o síntomas raros" Pensó aliviado, eso hasta que recordó las palabras que había dicho aquel monstruo antes de que Shinazugawa le cortara la cabeza.

Todo lo que no encajaba se unió de pronto y la cabeza de Rengoku encendió la luz de la realidad sobre él. Palideció un poco, si lo que estaba pensando era cierto... Oh no...

Suavizó el agarré de sus hombros y dirigió una de sus manos a su barbilla para que lo viera a los ojos, la pilar de agua se inquietó por eso hasta que escuchó de nuevo la pregunta que no había vuelto a oír desde aquel día con Kanae en la finca mariposa.

- Tomioka... ¿Acaso tú, eres muda?

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