Soy estudiante universitario y me hospedo en una casa donde habemos cinco varones. Era una mañana como cualquier otra, mi compañero de residencia y yo habíamos acordado levantarnos más temprano de lo usual. En la casa hay dos baños, entro al baño más cercano de mi habitación cuando observo una gran mancha en la pared, pero cuando enfoco mi vista me doy de cuenta que es una monstruosidad de araña. Al verla sentí terror y más aún su al ver gran tamaño, sin pensarlo dos veces pido socorro a Carlos, pero en voz baja para no molestar a los otros compañeros que estaban durmiendo. Carlos responde a mi señal de auxilio y al él ver el temible arácnido vi como su rostro se torna más pálido de lo usual. Él va en busca de armas en lo que yo vigilo todos los movimientos que hace el arácnido. Él me entrega una escoba y se queda con el insecticida en mano <<porque no me da el insecticida a mí y él coge la escoba>> pensé, pero no iba a discutir sobre eso, lo importante era asesinar al temible arácnido. Entramos al baño intentando no hacer ningún ruido perturbador, nos acercamos poco a poco hasta que Carlos estaba lo suficientemente cerca para rociarlo con el insecticida. Sin pensarlo dos veces lo roció, la araña cae al suelo desorientada y yo intento atinarle con la escoba, pero <<NO>> el arácnido lo esquiva ágilmente y se esconde detrás del retrete. Carlos lo sigue rociando con insecticida esperando que salga de su escondite. Después de unos minutos el arácnido sale detrás del retrete desorientado. En ese instante al verla confundida aprovecho el momento le doy con la escoba una y otra vez en medio del pánico y Carlos gritando por lo bajo para que la matara por completo. <<Descansa en paz>> gritamos ambos luego de que nos percatáramos que estaba muerta. Después de esa larga batalla prosigo a mi rutina mañanera. Me estoy duchando sintiéndome victorioso hasta que Carlos me toca la puerta algo desesperado y me da la noticia de que un murciélago había entrado al hospedaje.

Salgo del baño con pocos ánimos para lidiar con un murciélago invasor de casas. Carlos con un rostro de cansancio me dice:

- Pude encerar el murciélago en el baño y abrí todas las puertas para que tuviera rutas de escape.

Esta vez ambos nos armamos, Carlos con una escoba y yo con el mapo. Preparados frente a la puerta del baño nos miramos y nos dimos una señal para saber que era momento de abrir la puerta. Carlos abre la puerta del baño y yo entre buscando al murciélago <<porque yo era el que tenía que entrar>> pensé en ese momento, pero ya era tarde. Observaba para todas partes con el mapo en mano, listo para atacar al murciélago de donde fuera que estaba escondido. No lo encuentro en ningún lado hasta que muevo las cortinas de la ducha y sale volando. Al ver el murciélago volar mis instintos reaccionaron y salí corriendo a toda velocidad del baño siendo perseguido por la amenaza alada. ¿En dónde se había quedado el mapo? No lo sé y en se momento no me importaba. Llegamos a la sala y decidimos enfrentarnos con la amenaza alada de una vez y por todas. Íbamos a atacarlo así que tuve que regresar por el mapo que había dejado tirado en el piso del baño. Intentamos atinarle con las armas, pero fallamos atrozmente. La amenaza alada voló muy cerca de nuestras cabezas. Nuestros rostros se deformaron con muecas de gritos silenciosos. Después de una larga batalla llena de golpes sin atinarle al murciélago pero si entre nosotros, sudor, gritos silenciosos y aleteos, logramos sacar el murciélago por la puerta principal del hospedaje. Al ver la amenaza alada salir por la puerta los dos corrimos desesperados para cerrarla, pero desafortunadamente hubo un choque entre ambos. Al estar en el suelo miramos al techo desorientados, en ese instante Carlos grita apretando los dientes que cierre la puerta. Saliendo del estado de mareo por el choque, me arrastro y cierro la puerta de un golpe.

- ¿Y ustedes dos que hacen ahí tirados? – nos preguntó uno de los compañeros que se acababa de levantar.

- Araña, murciélago, guerra. – fue todo lo que puede pronunciar.

- Sí, una de esas mañanas interesantes.

Yo solo espero no tener que volver a pasar por algo similar.