Sukuna Ryomen

≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

Antes de leer esto, debes tener en cuenta lo siguiente:

εïз) Sukuna x lectora.

εïз)Escenario pedido por BlackCat1320 y hecho en agradecimiento por su apoyo.

εïз)No tiene +18.

εïз)Gracias por todo su apoyo.

εïз)¡Espero que les guste mucho!

≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

"El león del lago".

Hoy día había sido tan cansado para la chica que cuando terminó de trabajar el campo, segura de que pronto cosecharía su sudor, pensó en seguida en tomar un baño y volver a casa para dormir. El sol ya se estaba ocultando atrás de las colinas y verlo le calmaba el corazón; pensaba que era un espectáculo que tanto ricos como pobres no se podían perder.

El apagar de un día para ella significaba el horario perfecto para contar todo su trabajo y sentirse satisfecha.

Se limpió el sudor de la frente, acumuló sus herramientas pequeñas dentro de un fardo y con las estrellas dibujándose en la cúpula celeste, emprendió camino a casa. Mientras tanto, y como era bien conocido de ella, se tomó el tiempo de pensar qué cenaría esa noche.

-Uh... -murmuró, entrando a un sendero de un bosque pequeño-. Tal vez un estofado...aunque un plato de arroz con carne de conejo no suena tan mal ¡Ah! ¡tengo hambre!

Así fue en medio de su debate glotón, se encontró rodeada de los mismos arboles que por la cima y con su follaje susurraban entre sí, respaldados por la brisa. Los ruidos de los grillos no tardaron en aparecer y cuando todo parecía tan cotidiano como siempre, un golpe frío se escuchó. La joven detuvo su paso casi siendo obligada y pudo percibir de qué lado provenía la perturbación.

Armada con su pala observó a su derecha. Si bien su figura parecía expresar debilidad, por todo el pueblo era bien sabido lo fuerte e ingeniosa que era para combatir cuando le era necesario.

Guardó silenció y con las palpitaciones de su corazón haciéndole eco en el pecho, atravesó algunos arbustos y llegó a lo que parecía un cuarto hecho por la naturaleza con el propósito de esconder de los curiosos un lago.

-Nunca antes lo había visto... -se dijo mordiéndose el labio inferior.

Claro que no lo había visto porque era tan poco curiosa que siempre cruzaba ese bosque siguiendo los mismos pasos. Jamás tuvo la intención de internarse más de lo que hacía.

Se golpeó mentalmente y al segundo que iba a dar media vuelta, un ser emergió de las profundidades del lago. Inmediatamente, y conteniendo un chillido del miedo, la castaña se escondió detrás de una roca un poco grande.

Permaneció atenta, o más bien, fue atrapada por la imagen de un hombre de cabellos castaños, que con la luz de luna tomaban un brillo enigmático. La impaciencia era la madre de las facciones del extraño, su ceño lucía fruncido y sus mejillas llenas de raspones. Le era inevitable observar que de su cuerpo el agua resbalaba contorneando lo trabajado que estaba y dando gran atención a las marcas que más parecían tatuajes.

Ella bajó la mirada, desde su espalda hasta esa línea divisoria que se dibujó por encima del trasero del joven y su rostro se coloreó.

Pronto se preguntó qué carajo estaba haciendo y decidida a volver corriendo a casa, se arrastró unos centímetros. No dejó de regañarse mentalmente y tampoco se permitió olvidar la escena.

-¿A dónde vas, mujer? -escuchó una voz surgir tras sus espaldas-. Tienes el valor de solo observar, sucia. Te estoy hablando a ti, detrás de la roca.

Con tan solo aquel comentario parecía como si le hubiera leído la mente. Aun así, se quedó escondida, tal vez podría despistar lo y hacerle creer que se había ido.

-Aunque no hagas ruido sé que estás ahí -dijo él con un tono profundo y atrevido. Se giró en dirección a la señalada y la joven encontró su abdomen lleno de heridas-. Sal de una vez, a menos que quieras que vaya por ti.

La agresión se le subió al cuerpo, supo que si lo desobedecía algo malo podía pasarle así que hizo caso y salió de las sombras. Sus mejillas seguían sonrosadas y bajó la mirada, de hecho, la desvío, no quería verlo.

-Ah, el aroma de una mujer siempre es bueno -dijo, inhalando con fuerza. Ella comenzó a sentirse presa de un peligro que todavía no podía ver, pero el aura era pesada y sus pies temblaron-. ¿Qué hacías observando?

No era cosa de ella, aquello ultimo rezado por su contrario contenía una fuerte dosis de burla y atrevimiento. Afirmó el agarre a su fardo y se encogió de hombros.

-No hacía nada -respondió en un hilo de voz.

El hombre se echó una carcajada y jugó con el agua moviendo su par de brazos.

-Mientes, mujer -aseguró-. Entra y ven aquí.

Ella negó. No podía creer lo que estaba pasando.

-¡Hazlo!

Y el grito del peli rojo fue tan amenazante y rudo que prontamente ella se encontró dejando su bolsa de lado y entrando al lago sin deshacerse de su ropa. Tenía ese orgullo que le ordenaba no darle ningún tipo de placer a aquel extraño de mirada egocéntrica.

Ni bien se encontró dentro, el hombre la acercó lo suficiente a él como para unir sus cuerpos. El agarre fue brusco, pero en un punto sintió ella la soledad que lo rodeaba; entonces colocó sus manos por sobre el pecho del contrario.

-Dime tu nombre -ordenó él, mientras tomó provecho de oler a la fémina con rudeza y olvido del espacio personal.

Ella rezó su nombre un tanto más segura. Supo bien que no sufriría daño, porque su cuerpo comenzó a ser tratado con cuidado, algo que no coincidía con su expresión que intentaba ser amenazadora.

-Sukuna es el mío -dijo al momento que su diestra acarició la mejilla de la castaña y se acercó lo suficiente como para rozar sus labios y combinar alientos.

De alguna forma aquel hombre fue amable, taciturno e interesante. Estaba herido, ella no lo olvidó y cuando encontrase un momento oportuno, se encargaría de atenderlo.

Ahora bien, permanecieron entre sus brazos por un rato considerable, en donde Sukuna parecía querer encontrar un sitio seguro en el pecho de la castaña. Cada cierto tiempo daban unos cortos pasos bajo el agua, formando una lenta danza en donde ella llegó a sentirse entre las fauces de un león.

Dejó de ser desagradable cuando intercambiaron otras pocas palabras y lograron formar un lazo delgado, en donde acordaron encontrarse en las siguientes noches en el mismo sitio y tomar un baño en las aguas donde pronto serían fiel testigo de un efímero amor.

[013]

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top