33. Regreso
Y de pronto, un día de suerte, se me hizo conocerte.
Y te cruzaste en mi camino, ahora creo en el destino.
Sacado de:
La canción de "Un día de suerte" de Alejandra Guzmán.
Continúe besando a Melanie, mientras cerraba mis ojos. El gesto era suave y delicado. Era como si nos conociéramos con un simple beso. Pero, la necesidad, de respirar se hizo presente. Así que nos separamos por falta de aire y Melanie me miró avergonzada, con las mejillas teñidas de rojo.
Este fue nuestro primer beso.
El beso que tanto anhelaba sentir con alguien, que me hiciera sentir viva y enamorada por fin lo estaba sintiendo.
-Melanie... -la nombre nerviosa.
-¿Qué pasa? -dijo sonriendo con timidez.
-¿Está bien si te beso otra vez?
-Asdasdasdas... -Melanie se sonroja aún más, a tal punto de que esconde su rostro y gesticula: -Sí.
Posteriormente Melanie quitó sus manos de su rostro, y nos acomodamos mejor sobre el sofá. Yo coloqué mi mano izquierda en el resguardo del sofá, y la derecha en su mejilla. Acto seguido, acercamos nuestros rostros y cerramos los ojos de forma lenta y pausada, sin prisa. Unos momentos después, la bese despacio, sintiendo sus suaves y rosados labios sobre los míos, mientras sentía de nuevo (lo que creí que nunca más volvería a sentir) las mariposas en el estómago.
Melanie por otro lado, me sigue el beso torpemente, mientras siento como tocó el cielo con mis labios. Esta sensación de enamoramiento, que tanto creí, que ya había muerto en mi, era cautivante. Todo en mi latía de nuevo por ella.
Y finalmente nos separamos y apartamos de nuestros labios, en cuanto la respiración se hace presente en nosotras. Ante eso, nos miramos sonrojadas y sonreímos tímidamente.
-Eso fue... -dijo Melanie tocando sus labios rosados-. Tan mágico Allison, que creo que tendré que besarte para comprobar que no estoy en un sueño. Y si estoy en un sueño entonces... No quiero despertar jamás.
Sonreí enternecidamente.
Posteriormente se acercó tímidamente hacia mi, y cerró sus ojos de color avellana, mientras sentíamos la respiración de la otra golpeteando en nuestros rostros.
En un acto vivaz, acarició con su mano mi mejilla y se acercó a mis labios. Los unió tímidamente formando así un lindo beso, yo correspondí ante su beso y la atraje aún más llevando mi mano a su espalda, atrayendola aún más hacia mi. Y posteriormente, Melanie nos separó del beso y sonrió tiernamente al mirarme.
Tengo tantas ganas de besarla nuevamente.
Pero Melanie se levantó del sofá y camino hacia la sofá. Supuse que tal vez tiene hambre.
Acto seguido, sacó del refrigerador una jarra con jugo de naranja y la puso en la mesa del comedor. Después sacó dos platos y dos vasos en la mesa, y tras finalizar se dispuso a ir a la estufa, pero me adelante, y nos serví en los platos, los tacos. Tomé los dos vasos y a cada uno le serví jugo de naranja, y posteriormente me senté a su lado.
-¿No te gusta la salsa? -me preguntó curiosa mientras bañaba en salsa sus tacos.
-No, no me gusta la salsa -respondí y yo, por el contrario, le eché limón a mis tacos y crema.
-Si no te gusta la salsa, entonces no eres mexicana -dijo en broma, para posteriormente beber del jugo de naranja. -Por cierto, hay algo que me gustaría preguntarte Allison.
-¿Qué es?
-Tus padres y tú eran muy unidos ¿no? -cuestionó y yo desvíe la mirada. -Por las fotos familiares, puedo intuir que eran una familia unida. No quiero incomodarte o algo parecido con mis preguntas pero... ¿Qué pasó? ¿Siguen manteniendo el contacto? ¿Vives completamente sola? ¿Nunca te visitan?
-Hubo un tiempo en el que éramos unidos -dije finalmente tras el silencio que se formó entre las dos-. Cuando era pequeña mis padres eran muy diferentes conmigo a como lo son ahora. Éramos felices la mayor parte del tiempo en aquel entonces, debido a que casi no salían de la ciudad. Pero luego después dejaron de prestarme atención, recuerdo que a veces llegaba con ellos para jugar y su respuesta era: "ahorita no cariño" , "estoy ocupada" , "estoy cansado" a pesar de que era una niña, entendía perfectamente que el trabajo los cansaba y agotaba. Pero eso no es una excusa para abandonar a un hijo. Sé que ser adulto no es fácil, pero tampoco es fácil crecer sin padres... -me detengo un instante, mirar los recuadros familiares con nostalgia y melancolía. -Sé que el trabajo los mantenía agotados durante el día y que por eso llegaban a casa para dormir, pero... No hay excusa Melanie, no hay excusa para abandonar a un hijo.
Se hace un gran silencio en el comedor. Melanie no dice nada. Mira su plato y después me mira a mi pensativa.
-Entonces cuando cumplí trece años, empezaron a salir de la ciudad y a olvidarse de poco a poco de mí. A tan temprana edad -proseguí con mi relato colocando una mano en mi barbilla mirando con desinterés hacia algún punto al azar de la cocina-. Primero empezaron con que me visitarían los fines de semana y se quedarían algunos meses. Al principio lo hicieron Mel, eran puntuales y venían a verme muchas veces al año, hacíamos videollamada todo el tiempo y cosas así. Pero conforme fui creciendo dejaron de hacerlo, de poco a poco empezaron a olvidarse de mí, hasta el punto de olvidarse que tienen una hija que cumple años el tres de enero, que tuvo que pasar muchas cosas desagradables en su ausencia, que paso por muchos cambios y las únicas personas que estuvieron a su lado fueron sus únicos amigos... Pero eso no se compara con... Con... -el recuerdo me quema, mi barbilla tiembla involuntariamente-. Con tener que esperar a que tus padres regresen algún día. Pero no importa cuantos días pasen, ellos jamás van a volver. Son unos hijos de puta...
-De verdad siento por lo que has tenido que pasar, debió ser muy duro para tí -habló y colocó mi mano en la suya. -Pero no te pongas mal por eso. Ellos son los que te perdieron. No tú a ellos.
-Fue una situación difícil, pero tampoco es que estuviera sola -dije mientras reposaba mi cabeza en el resguardo de la silla-. Mi tía y prima venían a hacerme compañía la mayor parte del tiempo. Pero eso era antes de que mi madre me consiguiera una niñera.
-¿Tenías niñera?
-Sí -sinceramente no me emociona hablar de eso. -Mi madre me dijo que se sentiría más segura si tuviera una niñera, así que me busco una. Pero prefiero no hablar de ella -confese inquieta.
-No tienes que presionarte -me dice y acaricia los nudillos de mi mano-. Mejor pensemos en algo que te haga sentir mejor.
-¿Cómo qué? -pregunté casi sin ánimos.
-Emmm -se lo piensa-. ¿Qué tal en tu recuerdo más feliz que has tenido hasta ahora?
-No tengo muchos -respondí.
-¿O que tal en Malec? -añadió.
-Oh, sí -esbocé una sonrisa torcida
.
.
.
Después de que terminamos de comer y de recoger la mesa, nos sentamos en mi sofá gigante de la sala y vimos Netflix, pero todo lo que veíamos, nos aburría.
-Hagamos algo divertido. -propuso repentinamente.
-¿Cómo qué? -pregunté curiosa y con una sonrisa ladina.
-Afuera debe haber algo divertido que capte nuestra atención. No pienses en ese tipo de cosas, chica con complejo de escritor -contestó entre risas, levantándose del sofá un momento después.
-Lo que tu digas enana -dije y la tumbe de nuevo en el sofá para besarla desesperadamente.
***
Dicen que la felicidad se encuentra en cosas sencillas, sin necesidad de ser material.
En cualquier lado podemos encontrar la felicidad, hay quiénes la encuentran en el deporte, dinero, drogas, sexo y demás. Y yo la encuentro a su lado.
Salimos de mi casa, para ir a transitar las calles de México y mientras lo hacíamos, miré directamente a Melanie a los ojos. Ella me miró y se sonrojó de inmediato. Es tan linda.
Dios. Soy tan cursi.
Como es temporada navideña, hay muchos desfiles navideños. Un auto decorado con adornos navideños, se posa frente a nuestros ojos y luego atrás de él, le sigue un tractor de Coca-Cola con un Santa Claus sonriendo.
Lo observé con desinterés, mientras pensaba en las palabras de la chica nerviosa. Dijo que haríamos algo divertido, pero ver este estúpido desfile está lejos de ser divertido.
-Oh, vamos -exclama y me da un codazo-. Sonríe Allison o serás apodada la nueva Grinch.
Owww.
-Oh, eres tan adorable -dije tocando su mejilla.
-Tú eres la adorable -remata.
-Imposible -agregué.
¿Adorable yo? En sueños.
-Posible -agregó.
-La adorable eres tú, Dashton -dije acercándome a ella.
Un instante después, ví a Melanie cubrirse de un rubor salvaje en sus mejillas.
-Estás muy cerca... -susurró muerta de la vergüenza.
Yo también estaba igual.
Pero lo disimulaba.
-Y estaré más cerca para molestarte -dije pellizcando su nariz.
-Jajaja -se río tan cálidamente, que sentí como mi corazón latía tan deprisa.
-Sigamos -dije.
***
Seguimos caminando, mientras yo ponía cara de que me gustaba este aburrido desfile, aunque en el fondo tenía la misma cara del Grinch. Todo sea por la sonrisa de la chica nerviosa.
Así que sin pensarlo más, tomé la mano de Melanie y nos llevé afuera del desfile. ¿A dónde vamos? No lo sé. Pero perderme con ella sería un gusto.
-¿A-A dónde vamos? -me pregunta nerviosa.
-A cualquier lado -respondí-. Perderme contigo sería un gusto.
-Entonces vamos a perdernos.
-Claro.
Y entonces me perdí en sus ojos.
En mis planes no estaba venir al mismo lugar donde Melanie y yo habíamos bailado bajo las estrellas. Pero ya que la situación se nos presentó, estamos aquí. Mirándonos a la otra en silencio.
-Es en estos momentos que siento que el tiempo no existe -confesé mirando sus ojos miel.
-¿Por qué... Por qué me ves así? -me pregunta Melanie y después sonríe nerviosa.
-Porque no sabes lo perfecta que eres para mí en este momento -dije sin más pellizcando su mejilla.
-No digas cosas vergonzosas... -murmura escondiendo su rostro.
-¿Por qué? -pregunté y delicadamente destape su rostro.
-Porque vas a hacer que me lo crea... -respondió.
-Creelo, Melanie -dije viendo sus labios rosados. Las ganas de besarla, van en aumento pero me contengo para no hacerlo-. Hoy y mañana siempre serás perfecta ante mis ojos.
Una vez que terminé de decir aquella cursilería, desvíe la mirada y me alejé un poco de Melanie, haciendo que existiera una distancia considerable entre nosotras.
Y decía que nunca más volvería a ser cursi.
-Melanie, hay algo que necesito contarte -hablé nerviosa-. Es sobre mi pasado...
-¿Sobre tu pasado?
-Sí y el porque comencé a actuar como una rompecorazones diciendo que jamás me enamoraría y todas esas cosas -conté sintiéndome más nerviosa de lo esperado. Es más difícil de lo que pensé...
Melanie, entendiendo mi preocupación y dificultad, me dió un torpe y corto beso en mis labios. Para después mirarme completamente sonrojada apunto de desfallecer.
-P-Puedes continuar... -dijo ella. Yo sonreí.
-Sí, mira mis padres son personas de negocios -comencé a contar, sintiendo agitado mi pecho. Pensar en ella me da revoltijos en el estómago-. Casi nunca están en casa, y muy pocas veces me llaman para saber como estoy. Pero mi madre hace dos años empezó a preocuparse y a hacer conciencia de que tenía una hija de quince años que empezaba a conocer el mundo. Así que comenzó a llamarme diez veces a la semana y a visitarme seis veces al mes. Pero eso intervino con su trabajo, por lo que decidió conseguirme una niñera. Se llamaba Andrea y era una chica de dieciocho años, que era guapa y que a cualquiera podía enamorar con su sonrisa -mi voz se seca y me comienzo a inquietar al hablar de ella. Los recuerdos de ella los tenía enterrados y para mí era prohibido hablar de ella, pero ahora es diferente...
Es diferente porque a quien le estoy contando todo esto es a Melanie y me preocupa saber su reacción...
-Yo no sabía que Andrea sólo me quería para divertirse -continué y apreté mis puños conteniendo la ira de saber que sólo fui un juguete para ella-. Pero claro que al principio fue un bonito romance inocente. Era mi primer amor -confesé y miré a Melanie nerviosa, no sé si fue una buena idea hablarle de un amor de mi pasado, pues ella tiene sentimientos por mí...-Y estaba muy enamorada de ella, de una manera en la que sólo puedes estar por primera vez cuando te enamoras verdaderamente de alguien...
Aparté la mirada por unos instantes de Melanie, quién lucía cabizbaja mirando las estrellas escuchando mis palabras. Un segundo después, mordí mi labio inferior y proseguí a contarle como me rompieron el corazón.
-Prefiero omitir los detalles de todo lo que vivimos, pues sé que eso te puede lastimar y...
-Lo hiciste desde que dijiste que era tu primer amor -me interrumpe con un hilo de voz.
Desafortunadamente eso era inevitable...
Omitiendo la opresión que nace en mi corazón, continúe con el tema: -Cuando nos enamoramos, somos realmente estúpidos e ingenuos. Pues no pude descubrir sus verdaderas intenciones conmigo, pero no hizo falta. Yo misma descubrí que no me amaba como decía cuando fui a celebrar con ella los siete meses que cumplimos a su casa. ¿Y qué fue lo que me encontré? A Andrea besandose con su novio -contesté y el recuerdo me quema, me quema recordarlo-. Después de componerle una canción de amor en mi piano y... No puedo seguir Mel...
Andrea sólo me utilizo durante todos esos meses, y nunca me amo como decía. Pero lo peor de todo eso, no fue perderla a ella, fue perderme a mi misma.
-Al ser Andrea mi primer amor, tuve todas mis primeras veces con ella -digo y me recuesto en el pasto cerrando los ojos-. Y por eso ella fue mi más grande desilusión en el amor. Debido a eso decidí renunciar al amor y nunca más volverme a enamorar, pues descubrí que el amor era una mierda y que si quería algo con alguien, era tan fácil meterme con aquella persona y olvidarla al día siguiente. Me era tan fácil jugar y divertirme con las chicas para olvidarla -para estos puntos, me avergüenzo de hacer lo que hice en el pasado. Pues hacer lo mismo que me hizo Andrea no me hizo mejor persona. -Pero llevar a acabo eso no fue fácil, tuve que ocultar mi corazón de todo el mundo para nunca sufrir más otra desilusión amorosa de tal magnitud. Pero claro, debí suponer que el destino tenía otros planes.
Con otros planes me refiero a cruzarme con cierta chica nerviosa antes de clases.
He empezado a recordar mejor a Melanie. Nos tropezamos hace menos de tres meses antes de clases. El dibujo de su hermano, es el detonante final de mis recuerdos.
Pero también está el hecho de que me escuchó tocar el piano.
Ahora sé de dónde viene su interés.
-Supongo que para estos puntos ya puedes ir deduciendo porque hice lo que hice -dije.
-Entiendo tu dolor y sufrimiento Allison, sé que no es fácil sobrellevar una desilusión e infidelidad -dice y abrí mis ojos y me acerqué con ella-. Pero no estoy de acuerdo con lo que hiciste. Tú más que nadie, sabes lo que se siente que jueguen contigo. No vas a olvidar de esa manera a alguien con otras personas -recalca y colocó la mirada en el pasto sintiéndome apenada conmigo misma por haber hecho lo que hice. -Pues eso es algo que tienes que sanar tu misma, no alguien más.
Tiene razón.
-¿Me vas a regañar? -pregunté acomodando un mechón rebelde en su oreja.
-Sólo quiero que veas que no es correcto lo que hiciste.
Suspiré y la observé de reojo pensando que ella tiene razón; no puedo pretender olvidar a alguien de aquella manera. Y aunque no tiene caso hablar de Andrea en la actualidad, después de que la olvide. Sentí que era algo que Melanie debía saber.
-Sé que no estuvo bien lo que hice pero tuve mis motivos. -dije sin atreverme a mirarla.
-Y eso no te hizo mejor persona -contraatacó.
-Es cierto...
Era la verdad.
Las dos observamos las estrellas sumergidas en silencio, hasta que Melanie decidió romper el silencio:
-¿Ya... Ya empiezas a creer en el amor o...? -preguntó bastante sonrojada.
-Sí -respondí cálidamente-. Tu sonrisa es la prueba, Mel.
-¿Ya... Ya empiezas a creer en el amor o...? -preguntó tímidamente. Es tan linda.
-Sí -contesté con una amplia sonrisa, mientras removía su cabello con cariño-. Tu sonrisa es la prueba, Mel.
-Eres tan linda -dijo ella.
-Tú eres más, Dashton -dije y sonrió tímidamente.
-N-No... Tú eres más -tartamudeo.
-En ese caso, las dos somos -dije sonriendo.
-¿Pero por qué me contaste todo eso, Allison?
-Porque... -dije pensando en mi respuesta, fue como un impulso, mis ojos miraron a todos lados y después fruncí el ceño pensando en la respuesta-. Porque sentía que debías saberlo.
-Ya veo... -contestó pensativa-. Por alguna razón tengo celos de Andrea y eso que no la conozco.
-Awww. ¿La chica nerviosa está celosa? -empecé a molestarla pellizcando su mejilla.
-¿Cómo crees? -respondió con una boba sonrisa.
-No debes estarlo -dije. -Porque ella pertenece a mi pasado y lo que sentí por ella, se quedó ahí: en el pasado. Y ahora la persona que me gusta eres tú Melanie, tu formas mi presente.
-El primer amor nunca se olvida... -me dijo preocupada.
-Todos dicen que el primer amor nunca se olvida, porque es inolvidable -añadí, mirándola. -Y que siempre lo vas a recordar con cariño y bla bla bla. Yo solía pensar lo mismo -confesé y me levante del pasto y posteriormente, Melanie imitó mi acción.
Comenzamos a caminar y fue entonces que entrelacé nuestras manos torpemente. Sentir el tacto de sus manos, se sintió bonito.
Seguido de eso, comenzamos a caminar, y un momento después, me sorprendió que Melanie entrelazó nuestras manos de manera tímida y torpe. Ante eso, sonreí avergonzada.
Y un segundo después, uní nuestros labios.
Cerré mis ojos, pero antes de cerrarlos, noté la mirada impresionada de Melanie. Tenía sus ojos abiertos.
-Tendré que robarte besos más seguido -dije sonriendo de lado.
-Sabes que no pondré resistencia -dijo esbozando una tímida sonrisa.
-Lo sé chica nerviosa.
Seguimos caminando, y en la salida, ví algo que me dejó paralizada y sin poder moverme. Tanta fue mi impresión y asombroso, que no era capaz de mover ni un solo músculo.
-Andrea... -pronuncie.
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