Sebastián Pov.

Llegué a la mansión con Botchan en brazos, hace mucho que dejó de estornudar pero su respiración se tornó mucho mas dificultosa y la temperatura solo va en aumento.

Justo cuando pasaba por la puerta principal nos recibieron los sirviente como es la costumbre pero rápidamente se acercaron al ver al amo inconsciente.

- Que fue lo que pasó para que el amo esté así Sebastián?- preguntó Finny

- Botchan se encuentra enfermo en estos momentos, por lo cual necesitaré de su ayuda para cuidar la mansión en lo que cuido de la salud del joven amo.- dije mientras subía por las escaleras pero me detuve en el último momento

-Por cierto, Meirin, necesito que llames a un médico lo mas pronto posibles y traigas hielo para bajar la fiebre del joven amo.- dije mientras terminaba de subir las escaleras

Cuando llegué al dormitorio del joven amo lo coloqué en la cama y tomé su temperatura.

-40 grados- dije viéndolo

Rápidamente le quitó su ropa, pues se encontraba empapada por la lluvia, fui al closet y le coloqué su traje de dormir y justamente cuando estaba terminando entra Meirin con las bolsas de hielo pero no traía buena cara.

- Ya llamé a varios médicos pero todos se han negado a venir pues dicen que el tiempo no favorece para atender pacientes.- dijo muy preocupada Meirin

- Bien no hay problema, ve abajo con los demás yo me encargo- dije y ella rápidamente se fue.

Dejé al joven amo con el hielo en su frente y fui rápidamente a la biblioteca y leí todos los libros que tuvieran que ver con medicina pero no ayudaban mucho, pues la mayoría solo mostraba lo que ya había hecho.

Empecé a desesperarme, si el joven amo moría antes de cumplir con su venganza, el alma quedaría a mano de los shinigamis, por lo que no me queda mas opción.

Saqué la pequeña bolsita de cuero que esa misteriosa chica me había dado y seguí las instrucciones que traía.

Entré a la habitación del joven amo, pero lo que vi me alteró, el joven amo casi no respiraba por lo que
me apresuré y coloqué el incienso cerca del joven amo y por suerte reaccionó y empezó a respirar mejor, pero no ayudaba con la temperatura.

-Al parecer la bolsita de cuero con incienso funcionó y espero que esto también- dije mientas le daba a tomar del pequeño frasco con sustancia marrón.

Pero no había mucha diferencia.

-Espéreme joven amo- dije mientras me alejaba pues ya tenia una decisión tomada.

-Solo espero que esa misteriosa chica esté ahí- dije mientras salía a mi velocidad demoníaca.

T/N.   Pov

Ya había pasado el tiempo necesario de espera por lo cual desperté a Grell, pues después de que le diera un cambio de imagen, este se había dormido en mis piernas

-Grell_san despierte, ya es la hora para que nos recoja ese mayordomo- dije viendo como se quejaba por despertarlo

-Hey sabes que a una chica no se le despierta de su sueño de belleza- dijo medio molesto pero no me importó de sus reclamos cuando me miró

Grell a pesar de que llevaba la misma ropa ahora parecía totalmente diferente pues recorté su flequillo largo y feo que tapaba su rostro además de que el cabello restante lo amarré de lado, también apliqué poco maquillaje para no exceder pero lo que mas me concentré en realsar son sus ojos pues es lo que más llama la atención, y solo tuve que aplicar un sombreado japonés que hace que los hombres se vean mas llamativos y como retoque final apliqué una formula secreta para que su vista quede curada, claro que esta no afecta para la hora de ver las almas y esto que solo la he usado una vez.

-Valla, parece que la gatita se ha prendido - dijo al ver que le quedaba viendo como una boba y mi cola aun lastimada se movía de un lado a otro.

-Pues como no lo haría, si, creo que la belleza se me da tanto como la medicina - dije mientras le pasaba un espejo que guardaba en el bolso.

-Por kamí!!!...definitivamente no me caso conmigo porque no se puede y dejaría muchos hombres con el corazón roto- dijo de manera dramática.

- Grell, debes saber que siempre fuiste así de genial.- dije mientras me miraba

-Grell, ya seas un hombre que deseaba ser mujer no tiene importancia, pues eres lo que eres y no se puede cambiar, pero, eso no tiene importancia pues justo como ahora puedes conquistar tanto hombres como mujeres y solo aquellos que se muestran indiferentes ante ti pero siguen a tu lado son las personas que en verdad te aprecian y te quieren- dije mientras que Grell se le salían algunas lágrimas.

- Pero como puedo saber que en verdad le puedo gustar a una persona- dijo de una manera frustrada.

-Pues una buena forma de identificado es cuando una de las personas cercanas te dice un comentario feo- dije de lo mas normal

-¿Un comentario feo?- preguntó de manera insegura

-Claro que sí, piénsalo, si una persona que le gustas de manera romántica y ve que ya te tiene cerca y con eso le va a bastar. Pero ahora imagina que deprecante te ve con un cambio radical y otras personas te empiezan a alagar, entonces esa persona se siente amenazada y lo único que dirá son cosas feas para que estés inseguro para que siempre te quedes a su lado- dije mientras el solo asentía.

-Entonces significa que si mi Sebas_chan me dice que me veo ridículo o que no me luce significa que está loco por mí- dice de manera soñadora

-Bien pareces que ya entiendes el punto, ahora nunca lo olvides Grell eres grandioso tal y como eres, y el hecho que te gusten los chicos no significa que eres raro o fenómeno, recuerda que en este mundo solo nosotros decidimos- dije mientras metía todo en el bolso otra vez y sacaba una capucha extra para Grell.

-¿Cómo es que puedes meter tantas cosa en esa pequeña bolsa?- dijo Grell al ver como metía muchas plantas que había recolectado antes de que se quedara dormido.

- Pues es magia o algo así, fue un regalo de un amigo en Japón- dije mientras me enrollaba la cola como cinturón y hacía el peinado otra vez para que no se me notaran las orejas.

-Bueno entonces creo que necesito uno de esos bolsos- dijo mientras se ponía la capucha roja que le había pasado

-Prometo que conseguiré uno para tí-  dije mientras me cubría justo en ese momento apareció el mayordomo.

-Buenas noches señorita y.....¿Sutcliff?-  dijo mientras vio a Grell quitarse la capucha, al parecer parecía impresionado.

-No es bueno guardarse los comentarios Sebas_chan.- dijo Grell algo impaciente

"Tendré que darle mas consejos"- pensé.

-Bueno tengo que admitir que se ve totalmente diferente y le favorece bastante el cambio- dijo el mayordomo por lo que puede ver a Grell ligeramente decepcionado.

-Bueno al parecer el niño no ha mejorado y por eso a llegado- dije mientras tomaba el bolso y me lo ponía cruzado.

-Efectivamente señorita, por lo que vengo personalmente porqué usted dijo que podía salvar a mi amo.- dijo mientras miraba que Grell me quitaba el bolso y se lo colocaba.

-Yo no miento señor mayordomo, pues no tengo una necesidad como esa, por cierto no veo ningún carruaje.- Viendo que solo estaba él.

-Me temo que no queda mucho tiempo y vamos a tener que apresurar el paso, por eso pido de su permiso para llevarla en brazos - dijo de manera cortés el mayordomo

-No tengo ningún problema con eso, pero Grell vendrá conmigo ya que él tiene el encargo de tomar el alma del niño por lo cual me reportará el momento que salga de peligro.- dije y él solo aceptó.

Ya cuando estábamos listos el demonio me tomó en brazos, justo en ese instante sentí una corriente eléctrica y al parecer el demonio también lo sintió o al menos eso creo, mientras que Grell se colocó al lado mío y de Sebastián.

-Sujétense bien señorita, ahora haremos a gran velocidad- Dijo el demonio y yo solo me sujeté de su traje aunque estaba mojado pude sentir un leve aroma atrayente.

La velocidad del demonio era rápida pero no como esperaba pues yo si me lo proponía podría ganarle fácilmente. Cuando llegamos después de unos 10 minutos de recorrido Sebastián me bajó de brazos y nos guió por la puerta principal, en eso vi que Grell se colocaba a la par mía.

-Bienvenidos a la mansión Phantomhive.- dijo el demonio mientras se colocaba a la par de una mucama con lentes y le decía unas cuantas cosas.

-Gatita, ten, gracias por prestarme la capucha.- dijo mientras me tendía la capucha y el bolso en eso se acerca el demonio y la mucama.

-Grell, ya sabrá de nuestro trato u antes de qué te vallas quiero verte para darte un regalo- dije cuando el demonio regresaba con nosotros

-Señor Grell le pido de que siga a Meirin, ella le enseñara una habitación que se le asignó a usted y a la señorita- dijo el demonio por lo que yo sonrreí, aunque no se notó por la capucha que la tenia puesta.

-Grell, por favor no haga desorden y espéreme cuando llegue el momento okey.- dije dándole un abrazó para que no escucharan muchos pero Grell besó mi cabeza y me tapó de los demás lo cual me sorprendió, pero se acercó a mi oído para susurrar.

-Ten cuidado mi fiera gatita.- susurró y me guiño, lo cual cuando voltee pude ver a la mucama muy sonrrojada y si no fuera por mi capucha yo también lo estuviera.

-Sígame por pavor-dijo el demonio por lo cual yo lo seguí.

Subimos por unas escaleras y pude observar como tenían retratos en el muro de ésta y la mayoría se me hacían familiares por los leves recuerdos que tuve de mi niño.

Al llegar por los pasillos me detuve y al ver el demonio que no avanzaba se dio la vuelta

-Antes de todo esto quiero dejar las cosas claras- dije de forma breve

-Y que seria eso?- preguntó el demonio

-Antes de curar a tu amo quiero hacer un pacto contigo.- dije y el demonio solo levantó la ceja y sonrió malvadamente.