Capítulo 24


Hace dos días:

—¡Cas! ¡Cass! —gritaba el rubio mientras daba pequeñas palmadas en la mejilla del angel—. Por favor no me hagas esto.—decía suplicando el rubio.

—Déjame a mí tal vez pueda ayudar—le solicito el brujo a Dean. Quien dudo en si dejaba que Magnus tocara al angel, pero el desespero pudo más y asintió.

El brujo comenzó a examinar al cuerpo del Ángel, buscaba alguna marca o sello que diga porqué Castiel se hallaba en ese estado; sus manos llena de magia recorrieron el cuerpo una y otra vez, pero no encontró nada. Agito sus manos y la mágica en estas desaparecieron.

—Lo siento —Esas dos palabras bastó para que Dean perdiera el brillo en los ojos.

Tiempo Actual.

—¿Están seguros que es aquí? —pregunto la pelirroja quien miraba a todas partes.

—Sí—contestó la azabache—. Esto es muy estilo Winchester—mostrando una camisa del rubio.

—Tienes toda la razón amor, esa camisa es la que típica de ellos.

—Y después dicen que yo tengo un feo sentido de la moda—comento Jace.

—Dejen el parloteo para después, ¡Jace! —el rubio se acerco al mayor—. ¿Es este el lugar?

—El rastreo nos trajo hasta aquí.

—Pues no esta, mi hijo no está aquí.

—Pero estuvo—Isabella se llevó la atención de todos, no solo ella si no la camisa que llevaba en sus manos—. Este es de Alec.

—¿De donde las sacaste?

—De una de las habitaciones, hay varias; pero se que esto pertenece a mi hermano, es de su estilo, muy Alec.

Jace le quitó la camisa de las manos a su hermana.

—¡Oye! —reclamó la chica.

—Disculpa, pero con esto podré rastrear a mi hermano.

—Entonces no pierdas tiempo. Comienza hacer el rastreo, pero ya —ordeno el cazador mayor.

Jace comenzó hacer el rastreo de su parabatai, luego de unos segundos dijo:

—Lo tengo ahora si...

Jace no termino de hablar pues el ex diurno entro gritando a la sala.

—¡Chicos! ¡No saben a quién encontré! —Todos se le quedaron viendo.

—¿A quién? —Le pregunto su parabatai.

—Castiel...

(...)

Dean se recostó en la cama con una lata de cerveza en su mano. El ojiverde todavía no asimilaba que Castiel estuviera en ese estado, tampoco se perdonaba el hecho de haberlo dejado encerrado en el bunker mientras que él buscaba al hijo del diablo.

La teoría de Sam era que el nefelim podía tal vez ser la solución de sacar de ese estado al ojiazul. Llevaban casi dos días buscando un rastro que les llevará con el mitad angel, pero no encontraban nada. Su hermano se había ido por comida y el se quedó en la habitación del motel que tenían alquilado. En ningún momento dejaba de pensar en Cas, el dolor lo estaba matando por dentro y la bebida era lo único que lo sacaba de ese estado.

Cuando el sonido de las llaves abriendo la puerta se hizo presente rápidamente oculto su delito debajo de la cama y corrió hasta le pequeña mesa prendiendo el portátil. Sam hizo su ingreso con dos bolsas que depositó en la mesa. Dean que sabia que su hermano se daría cuenta del olor a licor, se levantó de la silla y se metió al baño; el menor noto el nerviosismo del mayor. Al principio no dijo nada luego levanto la pantalla y la encontró apagada.

—¿Encontraste alguna pista? —pregunto el menor tocando la puerta del baño.

—¡No! —contesto el rubio.

—¿Seguro que buscaste información?

—Dije que lo haría ¿no? Busque en varias paginas, pero no encontré nada—El rubio salió del baño y camino hasta su cama, se agachó y puso sobre la cama su maletín de ello sacó una camisa limpia y se lo puso—. Por cierto me trajiste lo que te pedí ¿verdad?

—Dean…

El mencionado se giró.

—¿Qué?

El menor le enseñó la pantalla del portátil y esta lucia negra. Dean se puso a balbucear.

—Yo… este…

—No entiendo el sentido de mentirme—cerro la laptop.

Dean miró a otro lado. Su hermano lo había pillado en su mentira, no es que no haya querido buscar información sobre el nefelim solo que se sentía herido y no estaba de ánimos, por otro lado no le gustaba la idea de buscar al hijo del diablo para ayudar a Castiel.

—¡Dean! ¡Dean! —El rubio no le hacía caso—. Bien, si no vas hablar esta bien, pero piensa en Castiel el no…

—¡No lo menciones!—levantó la voz el rubio—. ¿Qué piense en Cas, dices? Déjame decirte una cosa desde hace dos días es en lo único que pienso.

—Entonces debes entender que el bebé…

—¿Bebé? —interrumpió Dean a su hermano—. Esa cosa no es un bebé, es una abominación.

—No te puedes expresar así de él, recuerda que Castiel tenía esperanzas puestas en el hijo de Kelly.

—Y mira a donde lo llevo, Cas confío en el, le mostró el paraíso en la tierra y para que, esta inconsciente nada lo puede ayudar—camino por la habitación—. Lo peor es que dependemos de un brujo y su novio para movernos, en vez de ayudar son una piedra en el zapato.

—Que tierno, tomare eso como un halago —ambos hermanos giraron al escuchar la voz del brujo.—Hola—saludo el aludido—. Creo que al no querer tenerme aquí tampoco van a querer la información que les traigo.





—¿Información? ¿Qué información? —inquirio el de cabello largo.

—Como dijo mi novio, al no querernos aquí tampoco tendrán lo que hemos averiguado —hablo el arquero.

Sam miro a su hermano buscando que este se disculpara con el brujo, pero el mayor hizo un gesto que negación; pero el menor insistió y puso firme su mirada al cazador no le quedo de otra que ceder.

—Lo siento no quise que se sintieran ofendidos—hablo por lo bajo.

—Perdón ¿qué dijiste? No te escuche.

Sam le hizo una señal a su hermano para que vuelva hablar.

—Dije que lo siento, ok.—Se sentó en la cama y se cruzó de brazos.

—Tu que dices garbancito, le perdonamos o no.

—Por favor chicos, estamos desesperados —suplico Sam.

—Mags…

—Ok—el brujo camino hasta la mesa y cogió una silla en la cual se sentó—. Estábamos en el súper cuando escuchamos de un suceso extraño.

—¿Cuál?

—A eso voy guapo, no interrumpas —Alec gruño—. No te pongas celoso cariño, sabes que eres el unico—le guiño el ojo provocando que el ojiazul se avergonzara.—Como decía estábamos en el súper y escuchamos un suceso de la aparición de un joven completamente desnudo a mitad de la calle y al no tener documentación alguna se lo llevaron a la comisaría, hasta ahora sigue ahí.

—¿Cuándo paso eso?

—Hace dos noches. Según escuche el chico dijo que se llamaba Jack.

—¿Jack? Ese no era el nombre que Kelly le iba a poner a su hijo.—ambos cazadores se miraron.

—Creo que debemos ir—El rubio asintió.

En eso tocaron la puerta, era obvio que ninguno esperaba visita. Rápidamente sacaron sus armas y se pusieron tras la puerta. Sam hizo una señal para que hagan silencio; el menor inhalo, exhalo aire y abrió la puerta empuñando su arma. Su sorpresa fue grande al ver a un hombre con traje, de cabellos oscuros y ojos azules; pero lo que llamaba más la atención era las runas que llevaba en el cuello.

—¿Quién es usted? —pregunto el pelo largo sin bajar el arma.

—Soy Robert Ligthwood vengo a buscar a mi hijo, Alexander Ligthwood.

(…)

En la comisaría principal del condado dos hombres de traje y una mujer que caminaban por los pasillos de la estación dejando cuerpos de policías en el camino. El único efectivo en pie que quedaba estaba atrás de un escritorio y apuntaba con su arma de trabajo a la mujer de ropa formal que estaba frente a él.

La mujer acomodó sus mechones sueltos detrás de su oreja y de un movimiento rápido puso a dormir al policía.

—No debiste hacer eso, primero era para que preguntes donde esta el mestizo.

—Eso no va ser necesario el chico esta aquí —dijo el de piel morena.

Los otros caminaron hasta la parte trasera y dentro de una celda vieron a un hombre de apariencia joven que ocultaba su rostro con sus brazos y estaba sentado de cuclillas y con su espalda apoyada en la pared.

—¿Seguro qué él?

—Si, no hay dudas el radar nos hice que es el.

—Recuerden tener cuidado, no sabemos de que es capaz.

La mujer se acercó con cautela a la celda, sin utilizar la llave para abrir, uso sus brazos y doblar los fierros de la celda para poder entrar. Cuando se disponía a poner su mano sobre la cabeza del chico este levanto su cabeza y sus ojos brillaron.






—¡Magnífico…!

—¡Alto! —ordeno una voz. Todos giraron.

—¿Tú? ¿Pero es imposible...?

—Así es, soy yo el arcángel Gabriel y no dejaré que toquen a mi sobrino.

Luego de decir aquellas palabras una pelea inicio, aunque eran simples ángeles le daban pelea al arcángel; pero Gabriel eras astuto no iba a caer tan fácil. El primer angel en caer por la espada de loki fue el que tenía recipiente femenino los otros dos duraron un poco más.
Al final el ex mensajero del cielo terminó con sus hermanos menores, aunque sabia que sus hermanos eran manipulados y actuaban bajo el control de Enias no dejaba de doler el hecho de darles muerte, era una cosa que seguía odiando a pesar de los años.

Entonces Gabriel escondió su espada y observó al nefelim que seguía en la misma posición.

—Hola—saludo amablemente, pero no recibió respuesta—. Ummh. ¿Sabes? Este sitio es apto para niños, que dices si nos vamos de aquí.

—¿Quién eres?

—Lo dije hace rato, soy tu tío Gabriel—Dudo en acercarse, él sabía que si el nefelim se lo proponía podría acabar en polvo cósmico.

—Ya recuerdo—Jack miro a su tío—, tu eres el que le daba esos dulces a mi mamá.

—Si…si ese era yo—sonrio el bromista—. Tengo algunos aquí conmigo ¿quieres? —ofreció sacando una bolsa de gomitas.

Jack dudo en aceptar la bolsita, pero su estómago emitió un sonido y supuso que si comía de esa bolsa se la pasaría esa sensación. Así que tomo la bolsa y lo abrió rápidamente y comenzó a comer los dulces. Gabriel al ver la escena se le hizo adorable, podía parecer un chico ya grande, pero en ese momento solo podía ver a un niño disfrutando de dulces.

<<No te pareces en nada a tu padre>>, dijo en su mente.

—¿De verdad? Esa pregunta descolocó al arcángel.

—¿Perdón?

—Dijiste que no me parezco a mi padre ¿es verdad eso? —su expresión era de tristeza.

—¿Puedes leer mentes?—El nefelim asintió—¡Sorprendente! Eres toda una joyita. Lo que dije es verdad, tu padre es… bueno inestable, si se podría decir.

—Mi madre me dijo otra cosa, ella dijo que el me protegería. Debo buscarlo ¿me ayudas?

—Espera, espera. Lucifer no suele hacer eso él…

—¿Lucifer? No, el no es mi padre, mi padre es Castiel.

—¿Qué?

—Mi madre me dijo que no podía ser un bebé porque todo este mundo era peligroso…por eso decidí tener esta apariencia; además me dijo que Castiel me iba a proteger ¿Dónde esta?

—El está inconsciente desde hace dos días, mejor dicho tu lo dejaste así.
—Llévame con el.

—Eso mismo iba hacer, vamos.

Tío y sobrino salieron de la comisaría con destino a veinte minutos de ahí.

(...)

En el búnker se quedaron Simón y Isabella, la cazadora se quedó muy molesta por la decisión de su padre ella quería ver a su hermano, asegurarse que de verdad estuviera bien, pero no se lo permitieron. Ahora debía cuidar a un inconsciente Castiel que yacía en la cama. La cazadora junto a su novio habían probado de todo para despertarlo, después de del quinto intento supieron que algo andaba mal.

—¿Encontraste algo amor?—Simón nego—. Sigue leyendo, debemos encontrar un método o al menos saber porque esta así.
—Me pregunto si fueron los Winchester que dejaron así a Castiel.

—No creo que hayan sido ellos, menos Dean, él ama al ángel.

—Te doy la razón en eso—Cerro el libro que estaba leyendo—. No entiendo porque lo niega, me hace recordar a Alec ¿recuerdas?

—Como olvidarlo. Tal vez pueda decirle a mi hermano que hable con el Winchester.

—¿Ellos dos juntos? Es mala idea amor. Ellos tienen casi el mismo temperamento, ya me imagino a ellos dos sentados en una barra de algún bar hablando de “sentimientos”—hablo haciendo comillas en la palabras sentimientos.

La cazadora río:—Tienes toda la razón, eso nunca va ocurrir. Tengo hambre, ¿tú tienes hambre cariño?

—La verdad que si. Hay que comer y después seguimos investigando, además hay cientos de libros por donde buscar.

—Si, ademas tenemos una runa que nos ayudará en eso.

Justo en ese momento las alarmas se encendieron, las luces rojas comenzaron a parpadear, los novios se miraron y la cazadora gritó.

—¡Castiel!

Ambos corrieron a la habitación donde estaba el de ojos azules. Al llegar a la puerta notaron que esta estaba destrozada; Simon sacó su espada al igual que lo hizo Izzy. Entraron armados a la habitación y vieron parado a un lado de la cama a un hombre que tenía una espada apuntando al ángel.

—¡¿Tú?! —grito Simon—¿Qué haces aquí?

—Vengo haber a mi hermano.

—No tiene sentido lo que dices, menos con el arma en tus manos. Así que mejor aléjate de el—El ex vampiro alzo su espada contra el hombre.

—¡Uy que miedo! —hizo un gesto con sus manos—. Ja, ja, ja —río a carcajadas—, solo me causan risa, mirense se creen héroes, pero no son nada no pueden conmigo.

—Eso es lo que tu crees —La cazadora se lanzó contra Lucifer; pero el angel caído utilizó su telequinesis lanzando a la cazadora a otro lado de la habitación, dejándola inconsciente.

—¡Maldito! —grito Simón haciendo lo mismo que su novia. Pero el término de la misma manera aunque consciente.

—Mi querido Cass —puso su rostro frente a angel—, nos vamos a divertir mucho.

—¡Dejalo en paz! —exclamó el nefelim intentando ponerse de pie, pero no pudo.

—Dile a los Winchester que tienen 24 horas para entregarme a mi hijo sino que se despidan de su amigo.—Lucifer desapareció. Eso fue lo último que vio Simón antes de perder la conciencia.


Hola, si se que ha pasado mucho tiempo; de verdad lo siento.

Pero la demora será recompensada, se los prometo.

Díganme que les pareció el capitulo, espero sus comentarios y votos. También contestó mensajes, solo escriban.

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