Capítulo 21

—Al final no sirvió de nada traerla aquí —decia mientras sacaba su espada del estomago de su hermana—. La muy tonta prefirió morir en vez de hablar.—El cuerpo frío de la mujer caía al suelo.

— ¿Qué vamos hacer con ella, señor?

— Llevarla con los perros, seguro que tienen hambre —habló como si el cuerpo de Ruth se tratara de un trozo de carne.

Su sirviente hizo caso a la orden de Lucifer, que camino hasta llegar a su trono.

—No debiste matarla —se quejo Enias —. Casi ya no tenemos ángeles en el cielo, ella hubiera servido.

—Tú mismo sabes que eso no hubiera sido posible... —chasqueó los dedos y otro demonio le llevo una bandeja con un vaso de licor; el cogio el vaso dando un sorbo a su bebida —, esa era una fiel servidora de Castiel. Me hubiera traicionado tarde o temprano.

El demonio que se había llevado el cuerpo de la ex angel regresó a la sala.

—Señor, sus órdenes han sido cumplidas al pie de la letra.

— Como debería de ser —cruzo sus piernas —. Necesito que lleves un mensaje a Gabriel —le aventó un aro de plata —, pero se lo debes dar en la mano, y si es posible grabar la expresión que ponga.

—Sí señor, como usted ordené —el demonio volvió a dejar la sala.

—¿Ese aro no era de... ?

—Sí, era de ella. Pero ahora se lo quiero dar a nuestro hermano como un recuerdo.

—Eres un maldito

—Gracias por el bello cumplido, Enias.

El arcángel observaba con algo de recelo a su hermano; sabia muy bien que era cuestión de tiempo para que le dejara de ser de utilidad al angel caído, pero antes que eso ocurra; debía mover bien sus siguientes fichas.

Lucifer por su parte disfrutaba de la bebida que saboreaba en su boca, le volvía loco ese sabor a madera y canela. El tiempo que fue un simple mortal aprendió que el whisky era un verdadero manjar y que solo un dios como el era apto para beberlo.

Claro que al arcángel le importaba tener a su hijo entre sus manos, sabia que con él podía tenerlo todo, el cielo, la tierra y los múltiples universos; ni siquiera los molestos Winchester serían un problema para él. Solo odiaba tener que esperar, si por el fuera le cortaría el estómago a la perra esa para sacar el bebé, su bebé.

Se quedó tan metido en sus perversos pensamientos que no se dio cuenta de que lo llamaban.

—¡Ey!

—¡Ey! —insisto Enias tronando sus dedos en la cara de su hermano —Tierra llamando a Lucifer.

El mencionado le molestó que le interrumpieran sus hermosos planes que del enojo tomó la mano de su hermano y lo dobló hasta romperlo. Claro que a Enias no le dolió, pero si le asustó, hasta se imaginó que el rubio le iba a mandar al vacío.

—No te enojes, tu tienes la culpa —dijo Enias mientras se acomodaba la muñeca a su lugar—. Te estuve llamando desde hace un buen rato.

—Estaba imaginado como quitaba la vida a alguien.

Enias rodo los ojos

— Eso no es ninguna novedad —se tomo el atrevimiento de coger la botella de licor y beber de pico—. Te decía el porqué de traer a Castiel y ese brujo aquí, de nuestro hermano le entiendo, pero de ese brujo, no, no comprendo tu accionar.

—Es muy sencillo de responder... — se detuvo de hablar para darle otro sorbo a su bebida. Cuando trago el líquido continuo hablando—, los traje para separar al grupo.

El moreno arqueo una ceja por la confusión.

—¿Es enserio? No comprendes, pensé que eres el listo, veo que me equivoqué; pero te lo diré. —Se puso de pie, camino hasta llegar a la ventana; se cruzó de brazos y empezó hablar —. Quise separar a los tortolitos.

Enias seguía sin comprender de lo que hablaba su hermano, hasta que llego la imagen de Castiel mirando de manera diferente al rubio y cayó en cuenta a que se refería Lucifer.

— Así que es por eso, ¿pero no crees que fue una elección arriesgada? Me refiero que Castiel no se dará por vencido y buscará la forma de traer a sus simios mascotas de vuelta.

—Si, pero recuerda que esta mi hijo.

—¿Eso que tiene que ver con lo que dije?

—De verdad que si eres un idiota —a Lucifer ya comenzaba a irritarse del moreno —. En este momento Castiel tiene tanto rencor en mi que cuando se entere de mi hijo quedra matarlo antes de traer a sus amigos, pero como Gabriel esta protegiendo a la madre de mi futura fuente de poder, se creará una fuerte discusión y terminará en una pelea. Es simple mi plan, cuando se den cuenta de que pierden el tiempo, el bebé ya abra nacido y lo tendré en mis manos —mostró una sonrisa.

—Un buen plan —hablo de forma irónica, el sabia que no era un buen plan, pero debía seguir la corriente.

—Bien, será mejor que te vayas, recuerda que debes poner el cielo en orden para mi llegada.

—Claro que si —dejo su bebida en la mesa —. Te veré pronto —diciendo eso último desapareció.

Ni bien su hermano se había ido apareció en escena un hombre de cabello rizado y ojos verdes.

—Necesito que vigiles a mi hermano, se que planea algo en mi contra.

El desconocido asintió.

—No se preocupe señor, además el señor Enias desconoce que trabajo encubierto. Le mantendré informado de todo— inclino su cabeza.

—Aja.. ahora lárgate, no quiero verte.

Y como era costumbre para Lucifer, el chico se fue.

                               ****

Enias tenía un problema en el cielo y ese era que los angeles no estaban dispuestos a inclinarse ante Lucifer; eso jamás lo harían. Pero sabia que si quería seguir vivo, debía conseguir que acepten a su hermano caído de regreso en el cielo.

Además que ciertos hermanos suyos seguían a Ruth, incluso se atrevían hacer sus reuniones; ¿cómo lo sabía?, pues tenía sus informantes. Ellos le daban la información que requería de las facciones que se armaban en el cielo.

Justo ahora se encontraba con uno de los que participaba en aquel grupo.

—Debes saber la razón de por qué estás aquí —le hablo el arcángel a su hermano.

El menor solo le volteo el rostro, era claro que no iba a responder a las preguntas.

—Necesito ángeles vivos, pero eso no quiere decir que pueda usar otros métodos para hacerte hablar —amenazo el mayor—. No me gusta llegar a esos extremos, no me hagas perder la poca  paciencia que me queda.—sujeto de la barbilla al joven angel, para que este le mirara; se sorprendió al ver esa mirada desafiante. Enias no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa torcida—. Me gusta, tiene agallas —dijo mientras se alejaba del menor—, pero veamos cuanto le dura ese valor, ya saben a donde llevarlo.

No pasó mucho tiempo para que otros dos ángeles que estaban custodiando a su rebelde hermano lo sacaran fuera de sala para llevarlo a la carteleta.

Un tercer angel que se mantenía firme a un lado de la sala le hablo ni bien sus hermanos habían salido.

—Señor... —inclino su cabeza—, tengo noticias de Castiel —informó—. Lo que he logrado apreciar se ha reunido con Gabriel y la mujer que tiene al nefelim, los tres están en ese lugar de los cazadores.

—Gracias, sigue vigilando —ordeno, el angel hizo una señal de atención y acto seguido salió de la sala. Enias camino hasta la mesa del centro donde estaba la botella de whisky, se sirvió un vaso y miro de reojo atrás suyo —. Se que estas aquí, es mejor que salgas, no me gusta el factor sorpresa.

Una pequeña risa se escucho y la figura de un hombre se hizo presente. Enias volteo a verlo.

—Nunca imagine que te enviaría a ti Nathaniel —dijo mirando fijamente al hombre frente a el.

—Como sabrás, me gusta estar en el bando ganador.

—¿Tienes fe en Lucifer?

—En el no, en sus planes —dijo sentándose en el sillón cruzando las piernas—. Debes admitir que es un buen estratega.

—No lo niego, pero el no es estable.

—Te doy la razón en eso —estiro sus piernas y la apoyo en la pequeña mesa—. Pero tenemos una ventaja y eso es que los Winchester no están presentes.

—Por eso mismo le dije que debía actuar rápido, pero a él le gusta jugar al novio y padre —bufo con desagrado—. Una pérdida total de tiempo.—Hablo tomando asiento —. Ahora tenemos a Castiel ni hablar de ese nefelim que viene en camino.

—Él cree que podrás controlar sus poderes, se tiene mucha confianza.

—Ese es el problema, ¿cómo va conseguir eso? Si el bebé está con el tonto de Castiel en ese búnker —dijo enojado.

—No tengo nada que decir sobre eso. Él debió actuar desde el principio, pero todavía hay una posibilidad y robar a ese bebé.

—¿Pero para que esperar? —mostró una sonrisa maliciosa—. Podemos tener al engendro ahora.

—Te refieres adelantar ¿el parto?

—Exacto, ¿quieres ayudarme?

—Sí, vamos por ese nefelim.

                              *****

Dean caminaba de un lado a otro, el cazador de ojos verdes se pasaba las manos cada cierto tiempo de su cintura a la cabeza; su hermano que lo había observado decidió acercarse, pues sabía que el rubio estaba apunto de estallar.

—Dean —mencionó colocando su mano derecha en el hombro de su hermano—. Creo que debes calmarte ni Alec esta así.

El rubio miró de reojo al ojiazul, este lucia tranquilo y sereno, como si no le afectara el hecho que su novio no estaba a su lado.

<<Cada uno lleva su dolor de forma diferente>> pensó.

Sacudió su cabeza para observar a su hermano quien no le había quitado la vista de encima.

—¿Qué? —preguntó con enojo.

—Nada —alzó sus manos en señal de rendición—. Solo...

—Solo qué.. —paso por el lado de su hermano—, no vengas con esas tonterías que me calme —le apunto con su dedo—.Cas esta en algún lugar no se donde y encima con ese brujo que es un farol de traer problemas.

—¿Y nosotros no lo somos? —pregunto arqueando una ceja—. Recuerda que en nuestro mundo somos los causantes de que malditos seres sobrenaturales quieran acabar con el mundo.—Dean no supo cómo refutar por lo dicho por su hermano, claro que Sam tenía algo de razón en lo que decía.

—Aja —dijo simplemente—. Creo que debemos ayudar con el portal.

—Eso no va ser posible, querido —hizo su aparición en escena Rowena.

—¿Por qué? —le pregunto el menor.

—Esa hada no quiere ayuda de nadie— hablo mientras jugaba con su cabello.

—¡Genial! —exclamó el rubio—. Ahora vamos a esperar más tiempo que lo que nos ha echo esperar.

—Dean, la paciencia es una virtud —le dijo su hermano.

—No cuando se trata de Cas.

La bruja río de manera burlona—. Así que esas te traes, aunque eso no es novedad.

—¿A que te refieres con eso, Rowena?

—A que todo el mundo sabe que tu hermanito quiere con el angelito de lindos ojos.

Dean quiso desmentir, pero solo se quedó con la boca abierta.

—Eso querida ardilla me da la razón.

Mientras tanto en el otro lado de la casa Simón echaba un ojo a su cuñado; por la experiencia sabia que el ojiazul se encontraba asustado, más que eso, le faltaba el aire.

—¿Qué tanto miras cielo? —preguntó su esposa.

—A tu hermano, se ve muy mal.

—Sí, tienes razón —apoyo su cabeza en el hombro del cazador—. Siempre oculta sus emociones.

—No siempre, recuerdas el salon de los acuerdos —esbozo una pequeña sonrisa ante los recuerdos que le llegaron a la mente.

—Como olvidar ese día, fue todo un espectáculo. Todavía recuerdo la expresión de mis padres —comenzó a reír.

En eso Clary se acercó a ellos.

—¿De que se ríen, chicos? —pregunto la peliroja sentándose a lado de su parabatai.

—De la guerra, especialmente el salón de los acuerdos—mencionó Simón

—Aaah hablan de la vez que Alexander beso a Magnus ¿cierto?

—Sí—fue Isabella quien contestó.

Los chicos se reían de los recuerdos sin percatarse que Alec los veía de reojo.

—Debes quitarte esa tensión, Alec —le sugiero su parabatai.

—Sabes muy bien por qué estoy así.

—Lo se —respondió Jace —, pero con esa postura y aptitud no vas a ganar nada.

—¿Quieres que este como ellos? —señaló a su grupo —. O como ellos —apuntó a los Winchester cruzándose de brazos.

—No uses ese tono conmigo, no te hecho nada para que me hables así —casi grito llamando la atención de todos.

Alec que no le gustaba ser el centro de atención, soltó un gruñido; se alejó de su hermano para pararse en la puerta.

Jace que sabia que el ojiazul no daría su brazo a torcer decidió no ir con el, así que se fue a lado de su esposa y hermana.

Pasaron así otras dos horas de insoportable espera de los dos cazadores y por fin escucharon las palabras que tanto querían oír.

—Disculpen la demora —Aylin se paró en medio de la sala —, pero ya se donde están sus amigos, así que podré hacer su portal.

Tanto el ojiazul como el rubio se acercaron a ella.

—¿Entonces ya nos podemos ir?

—Sí, pero recuerden tienen solo una semana para volver —dijo mirando al joven Lightwood—. Si no lo hacen se quedaran atrapados para siempre en ese mundo.

—No me interesa si es este o otro mundo, a mi solo me importa Cas, solo el.

Todos los presentes sonrieron ante lo dicho por el rubio.

—Eso es amor —menciono la hada sonriendo —. Si me disculpan Romeos, daré inicio.

Se alejó de los dos hombres para posicionarse a lado de su estand de libros, hizo un movimiento con sus manos y la casa empezó a vibrar; algunas cosas por el movimiento cayeron; en segundos un círculo de energía se formó en el aire más pasaba los segundos y ese remolino creció formando un portal.

—Recuerden lo que les dije, solo puedo tenerlo abierto por una semana —la hada no bajaba sus manos.

—Ok, no vamos a demorar— dijo Dean mirando a su hermano quien llevaba su maleta.

Alec quien estaba con todos sus implementos y armas avanzó, detrás de él le seguían sus amigos.

Los primeros en cruzar fueron los Winchester seguidos de Rowena y su hijo. Luego lo hizo Alec que antes de pasar por el portal cruzó una mirada con la hada y entre líneas le dijo "gracias" para luego desaparecer dentro del portal; pero antes que sus amigos cruzaran el portal una energía invisible hizo volar a todos por el aire, tanto así que Aylin no controlo la su fuerza y el portal se cerró.

Todos se quedaron en shock.

                              *****

El asfalto de la carretera se le hacía familiar sin contar el enorme cartel que decía: "Bienvenidos al Estado de Kansas".

Dean y Sam compartieron una pequeña mirada; ambos no pudieron evitar sonreír pues sabían que estaban en casa.

Fue en ese instante que una luz muy potente llamó su atención miraron hacia atrás y encontraron el cuerpo tendido del cazador de ojos azules en el suelo, pero lo que les dejo sin palabra fue el hecho que el portal ya no estaba. Sam se acerco al nefelim para verificar sus signos vitales, después de unos segundos soltó un suspiro.

—Esta vivo —informo.

—Debemos llevarlo al búnker —sugerio el rubio—. Así podemos averiguar que paso y por qué el portal se ha cerrado.

—Esa es una buena idea, ardilla —él demonio recibió una reprimenda mirada del cazador —. No te tengo miedo Winchester.

—Haber ustedes dos —el castaño se puso de pie —, pueden dejar de pelear. Tenemos asuntos importantes.

—Eso mismo iba a decir yo —hablo levantando la mano Rowena.

—Entonces no hay que perder más tiempo.— Crowley chasqueó los dedos y todos aparecieron en la sala del búnker.

Sam se quedó mirando las sillas, la gran mesa y las paredes; se encontraban en casa. Se aseguró que Alec seguirá con signos vitales, él castaño quiso cruzar algunas palabras con su hermano, pero al buscarlo con la mirada este no estaba.

Dean ni bien se dio cuenta donde estaba pisando, se fue a buscar a Cas; el sentía que su amigo estaba aquí, directamente camino hasta la habitación del ojiazul dándose cuenta que la puerta se hallaba entre abierta; por unos segundos dudo en entrar al cuarto, pero se decidió hacerlo, debía ver si Cas se encontraba ahí.

El cazador abrió la puerta se alegró tanto de ver a su amigo, pero pronto la expresión de felicidad se borró de su rostro por la escena que estaba presenciando; Castiel inclinado besando la frente de una mujer.










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