Colette
Estaba ordenando los pines de cada uno de los brawlers mientras Edgar salió con Emz, dice que ella está bastante sensible por un problema amoroso, pero bien, no tengo razón para desconfiar de Edgar... Aunque se halla ido solo... Con Emz... Demonios, mejor ya no pienso en eso...

- Hola, niña -dice una voz algo agúda detrás de mí.

- Mm...? -digo volteando y noto que es Crow- oh, bienvenido a Starr Park! El mejor...

- Ahórrate tu discurso -asentí rascando mi cabeza apenada.

- Y? Qué necesitas? -traté de quitarle una pluma cuando se me acercó, pero no pude.

- Vengo a decirte algo serio -me confundí un poco, pero encogiendo mis hombros asentí- no estoy de acuerdo que sigas saliendo con Edgar -abrí mis ojos sorprendida.

- Por? No tengo razón para terminar con él -le contesté seria.

- La tienes... Bibi también...

- Bibi? (Maldita sea, por qué ella?) -pensé lo último- Bibi ni siquiera sale con Edgar para que ella le termine una supuesta "relación" -hice comillas con mis manos cuando dije lo último.

- Oye, yo no estoy contento con lo que te voy a decir -el pájaro suspiró- él ha estado saliendo con ambas a la vez -mi corazón se detuvo por unos segundos.

- Si... Si fuera verdad... Por qué me lo cuentas? Y cómo sé que no mientes?

- Porque Bibi es una gran amiga mía, además... Trato de protegerla de idiotas -parecía que hablaba con sinceridad, así que suspiré- además... Tengo razón para mentirte?

- Hace cuánto salen? -pregunté sintiendo mis ojos arder.

- No tengo la menor idea, lo único que sé bien es que salen juntos a tus espaldas. Los he visto... Realmente no me agrada -apretó con fuerza sus puños cerrados- ya he hablado con ella y no quiere escucharme, entonces tomé medidas remotas y decidí contarte.

- No tiene en lo más mínimo de sentido, porque si llego a terminar con Edgar, él y Bibi seguirán saliendo... La única que pierde soy yo! -unas lágrimas se hacen presente en mis ojos.

- Si terminas con él, él se dará cuenta que Bibi te contó y terminará con ella. Es así, confía... Además, si no funciona yo me encargaré de Bibi y haré que se aleje del idiota -respiré ondo y solté el aire con fuerza.

- Como quieras, Edgar me va ha escuchar -me limpié las lágrimas y salí de la tienda en rumbo de la casa de Emz.

Unos minutos más tarde...

Edgar
- Es que... Es que... Wahh...! -siguió llorando Emz.

- Ya... Sácalo todo, pero no estoy entendiendo nada. Qué pasó exactamente con Poco? -pregunté por enésima vez.

- Poco y yo... Poco y... Y... Y... Wahh!! -lloró con más fuerza y rodé los ojos.

- Ojalá Colette y yo nunca acabemos así... -murmuré.

De pronto, la puerta se abrió de golpe- Poco...? -preguntó Emz con cierta esperanza. Se puso de pie y fue a ver quién era- ah... Eres tú Colette... Pasa, Edgar está aquí.

- Colette... Gracias por venir -dije sonriente, pero Colette estaba seria y con su ceño fruncido, decidí no prestar atención a eso y continué- no entiendo bien qué fue lo que le pasó a Emz, puedes traducir lo que dice entre lágrimas? -ella empezó a reír con sarcasmo y luego me empujó. Caí al suelo sin entender lo que pasaba.

- Terminamos! -exclamó y abrí mis ojos exageradamente.

- Qué? Por qué? -dije rápido y poniéndome de pie- Colette... Dime que estás bromeando... Por favor... -dije suplicante.

- No! Es en serio! Me engañaste con Bibi! -hice una mueca y ella me dio la espalda saliendo. La seguí y aunque la llamara, no me hacía caso. Estuvimos así por bastante tiempo, hasta que llegamos a nuestra casa. Dentro de ella, sacó de su habitación todas sus cosas y empezó a empacarlas.

- Colette, escúchame. No te he engañado con nadie, de dónde sacaste eso?! Por favor créeme -seguía suplicando.

- Ya no mientas! -ella empezó a sollozar.

- No te estoy mintiendo... Nunca te engañaría -mi bufanda le sostuvo la mano parando así que deje de empacar.

- Suéltame! -exclamó y le sostuve la otra mano con la mía.

- No! Hasta que des una explicación, quién te dijo que yo te engañé? -ella empezó a forcejear intentado zafarse de mi agarre.

- No necesitas saber quién me contó tu secretito, solo debes saber esto: Ter-mi-na-mos -separó las sílabas mientras lo decía.

- Por favor... Debes creerme...

- Antes lo hacía, Edgar... Pero ya no sé.... -miró el piso y se soltó de mi agarre. Continuó empacando hasta que se cansó de mis suplicas y se llevó solo lo que pudo- no me vuelvas a dirigir la palabra nunca más en la vida -fue lo último que dijo antes de irse.

Cuando cerró la puerta, tenía una mezcla de dolor y furia dentro de mí. Quién demonios le dijo eso? Es una total mentira. Pero algo está seguro, el que dijo eso va ha pagármelo bien caro, solo espera idiota... Ya te encontraré...

Fui a ver la habitación de Colette y verla vacía sin sus pósters y dibujos pegados a la pared me hizo sentir miserable... Una lágrima logró salir y suspiré con un dolor en el pecho. Me senté en el piso- alguna idea? -le pregunté a mi bufanda y esta golpeó el piso- tienes razón, hay que encontrar al maldito...