Colette
- Hey! -exclamé llamando la atención de Edgar- desde cuándo te pertenezco? -fruncí mi ceño, pero pude sentir que estaba sonrojada. Él también se sonrojó y ladeó su cabeza evitando mi mirada.

- Olvida eso que dije -él suspiró y me señaló el camino para ir a la tienda de regalos. Veía que algunos brawlers iban por ese camino, lo que significaba que sería un día pesado para ambos. Me limité a asentir dándole a entender que debíamos ir.

No hablamos para nada en todo el camino y en la tienda de regalos. Atendimos a unos cuantos brawlers, entre ellos estaban Emz, Bibi y Crow. Bibi y Crow se fueron a Retropolis a resolver unos cuantos problemas con Bull, algo así escuché cuando ellos hablaban. Emz saludó a Edgar y charlaron por unos minutos, me sentí rara... Un sentimiento me carcomía diciéndome: entra en la charla o también, atiende a Emz y has que se vaya de aquí. Es extraño, nunca me han pasado pensamientos de esos, mucho menos en contra de un brawler.

- Pero bueno Edgar, fue lindo hablar contigo -dijo Emz- pero ya me tengo que ir.

- (Al fin...) -pensé.

- Ah cierto, se me olvidó algo.

- (En serio?)

- Colette, quiero hablar contigo... Pero es a solas -levanté la vista sorprendida.

- Yo? Por qué? -dije confundida.

- Es una cosa de chicas, entiendes? -realmente no entendí nada, pero asentí de todas formas.

- Creo que mejor estaré allá dentro -dijo Edgar caminando hacia la habitación de solo empleados.

- Mmm... Y de qué quieres hablar? -ella tomó mis manos y las apretó mientras reía- ah... No estoy entendiendo nada.

- Lo que pasa... Es que hay alguien que me gusta y... -no la dejé terminar porque solté un chirrillo de emoción.

- Ya sé! Es Poco, verdad?! -exclamé y abrió los ojos con sorpresa.

- Tan evidente soy? -dijo avergonzada.

- No, es solo que cuando te robé tu celular... -me puse algo tensa- digo, digo... Jeje... Mmm... Sí, eres demasiado evidente, perdón es la verdad. El único que no lo a notado es el mismo Poco.

- Hay... Qué vergüenza... -se cubrió la cara con sus manos.

- No te sientas mal, además me sorprende que te guste un mariachi -sonreí tratando de animarla, pero lo único que logré es que rompiera en lágrimas- lo siento, n-no quise ofender...

- N-no llo-lloro por eso... -se limpió los ojos- es que no sé cómo confesarle que me gusta, que estoy enamorada de él... Y pensé que tú me podrías ayudar.

- Yo?!

- Sí, tú! -volvió a tomarme las manos- como tienes novio, pensé que tal vez...

- Alto, alto... Piensas que tengo novio? -levanté mi ceja incrédula y ella asintió.

- Supuse que Edgar y tú lo eran... No lo son? -negué moviendo mi cabeza de izquierda a derecha.

- No, no lo somos... -mi tono sonó como un poco de decepción.

- Pero sientes algo por él? Aunque sea algo mínimo -sentí como me sonrojaba y suspiré.

- Yo... -la puerta donde se encontraba Edgar se abrió y cerré la boca.

- Oigan chicas, tengo aún hambre. No tienen algo de comer? -Emz y yo nos miramos y luego lo miramos a él.

- No -dijimos al mismo tiempo.

- Qué tal si vas a comprar algo? -dijo Emz y me guiñó el ojo para que le siguiera el juego.

- Oh, sí! Ve que nosotras también tenemos hambre -le dije fingiendo una sonrisa- no es como si nosotras te queramos sacar para contar nuestros secretos emocionales, verdad Emz? -Emz se pegó en la frente decepcionada- perdón... -murmuré.

- Mm... Ok? Como quieran -dijo saliendo de la tienda.

- No puedo creer que eso funcionara- dijo Emz.

- Yo tampoco lo creo...

- Como sea, me debes una explicación. Hace unos meses me dijiste que te gustaba Spike, luego Shelly me dice que sospecha que ustedes dos con Edgar mantenían una relación, luego cuando te lo digo me lo niegas y después se te nota a distancia que te gusta Edgar y que Spike se fue a la vístima -se cruzó de brazos y reí nerviosa- decídete mujer.

- Escucha, no es fácil. Estaba segura que me gustaba Spike y luego Edgar me besó.

- Te besó?!

- Sí! Y esa es la mayor confusión que he tenido en estos dos días. No quisiera que nuestra relación de amigos cambiara por absurdos sentimentalismos -me abracé a mí misma y suspiré- pero aún así... Espero que lo haga de nuevo...

- Qué cosa?

- Que me bese de nuevo, presta atención >:U -cerré mis ojos despacio- pensé que me besaría hoy en la mañana, pero no lo hizo. Y si se arrepintió? Y si ya no desea hacerlo nunca más? -Emz empezó a reír y negó con su cabeza.

- Primero lo primero, la relación de amigos que ustedes tienen no cambiará, ustedes se llevan súper bien. Segundo, si no te besó hoy temprano fue porque supo que te incomodó la primera vez o tal vez, simplemente notó la confusión que te causó. Y por lo que estoy notando... Él te gusta mucho, pero no lo quieres admitir -me guiñó el ojo y me abrazó- confiesa lo que sientes, antes... De que te arrepientas por no haberlo hecho antes...

- Emz... -correspondí el abrazo- gracias, esos consejos deberías decírtelos a ti misma -ella suspiró.

- Y qué más da? Si Poco no se interesa ni en lo más mínimo en mí... -se puso de pie- pero eso es historia para otro día, te lo contaré en cuanto lo halla superado -asentí.

- Y qué hago ahora? -pregunté con cierto miedo y emoción.

- Dile lo que sientes -dijo tomándome de los hombros- no esperes nada, díselo ahora. Esperar y pensar mucho no sirve, solo deja que salga de ti y díselo, abre tu corazón -asentí de nuevo muy determinada- no voy a interrumpir en nada, me iré ahora mismo, Edgar no tarda en venir. Lista?

- No.

- Vamos, tengo fe en ti -caminó hasta la salida y me miró una última vez, como diciendo: tú puedes.

Como dijo Emz, en menos de 15 minutos llegó Edgar. Trajo algo de comida rápida que no sé en dónde consiguió, pero así fue- y Emz? -preguntó.

- Y-ya se fue... -tartamudié nerviosa.

- Mm... Ya... Colette, te sientes bien? -esa pregunta me tensó un poco.

- (Qué hago? Se lo digo, o no se lo digo? No! Colette, no pienses mucho, ya te lo dijeron!) -pensé nerviosa. Tomé aire y lo miré de frente- me gusta alguien.

- Oh... -suspiró- ya sé eso... -parecía decepcionado.

- No es Spike! -exclamé.

- Entonces, quién es?

- Es... Es... -mordí mi labio- eres... -lo tomé de la bufanda acercando nuestros rostros. Rocé mi nariz con la de él y parecía bastante sorprendido- tú... -fue lo último que dije antes de besarlo cerrando mis ojos con fuerza.