Cap. 6 Celoso...?
Edgar
Cuando sentí que Colette me correspondía, no pude hacer más que sentirme bastante feliz. Aunque de pronto se separó de mí- esa... Esa es la verdad -dije para romper el hielo.
- Edgar... Yo... -miró el piso- hay, no puedo con esto!! -gritó y salió corriendo del lugar.
- Co-colette! Perdón! Vuelve! -grité de la misma manera, pero fue en vano no regresó- argh... Ahora sí lo arruiné todo con Colette... -cubrí mi cara con mis manos y mi bufanda me jaló el cabello llamando mi atención. Levanté la vista y ella señaló la puerta de salida- no puedo ir con ella ahora, de seguro me odia... Tal vez debería quedarme en el turno nocturno hoy... - mi bufanda empezó a golpearme la cabeza y por ello, traté de pararla. Estuvo unos segundos así hasta que al parecer se cansó.
Decidí no ser un cobarde e ir a casa y darle la cara a Colette. Cuando llegué, Colette ya estaba como siempre y miraba su libro, no podía verle la cara porque el mismo libro se la cubría. Así que me senté a su lado y aclaré mi garganta para empezar a hablar.
- Entonces... Conseguiste ya la firma de Ámber? -ella no me contestó y siguió viendo su libro- bueno... Perdón... No debí haber hecho eso, pensaba decírtelo...
- No hace falta pedir disculpas -me sonrió de lado- creo que iré a dormir temprano hoy -asentí y ella prosiguió a entrar a la habitación.
- Demonios... -me dije a mí mismo frustrado- ahora sí lo arruiné de verdad... -me encerré en mi habitación y mirando el techo respiré profundamente- si se lo hubiera dicho... Tal vez de una mejor manera, no me sentiría tan incómodo ahora.
Colette
Excelente, ahora tengo un típico problema emocional. Nunca pensé que tendría uno, ya que lo único que me interesa es coleccionar cosas de los brawlers. Alto, tengo una página de Edgar? Creo que no.
Busqué en mi diario y como pensé, nada de nada, Edgar no estaba en mi diario. Empecé a hacer una para tal vez distraerme un poco.
Busqué fotos y hallé varias. En una, Edgar estaba dormido en el trabajo, me dio risa el hecho que estuviera babeando todo el espacio en el que estaba y por ello, le tomé la foto. Todas las demás eran de nosotros dos en el trabajo o en la casa. Había una que otra en donde estábamos con otros brawlers, por ejemplo una con Byron. Me ofreció una poción de puntería para nunca fallar con mi ulti o básicos, pero Edgar me dijo que trataba de estafarme, aún así compré la pócima y Edgar tenía razón, no debí ignorarlo... Como sea, pegué la foto en donde él estaba dormido y también una en donde los dos estábamos con Ámber.
También pinté las orillas por adornar un poco, luego le puse más fotos, pero seguía sintiendo que algo más le hacía falta... Y es cuando me di cuenta que lo que me hacía falta era su firma. Suspiré agotada y mejor me fui a la cama quedando profundamente dormida.
Edgar
Desperté con un fuerte dolor de cabeza como si tuviera una resaca, bastante raro porque no bebí nada ayer. Me puse de pie y caminé a la cocina para ver si con alguna pastilla se me quitaba ese dolor infernal.
Iba con los ojos entrecerrados por el mismo sueño y por eso, me choqué con Colette, quien dejó caer su libro al piso. Empezamos "genial" este día...
- Perdón... -murmuró sonrojada y recogiendo su libro.
- No... Fue mi culpa -dije sonriendo de lado, le extendí la mano para que se pusiera de pie, pero miró hacia un lado sin querer recibírmela-. Sigues enojada conmigo por lo de ayer? -ella negó con un movimiento de cabeza- entonces... Qué pasa? -me arrodillé frente a ella y pasé mi mano sobre la suya.
- Es solo... Que quería... -quitó su mano y apretó más libro con los ojos cerrados- que tú me firmaras mi diario! -abrí mis ojos con sorpresa y luego me puse de pie buscando una pluma. Cuando la hallé me volví a arrodillar y sonriendo asentí.
- Dónde firmo? -sonrió mostrando sus colmillos y abrió su diario. Buscó algunas páginas, pero la que más me llamó atención la de Spike que tenía unos cuantos corazones haciendo que maldiga por dentro. Hasta que llegó a lo que le interesaba, me señaló en dónde la quería y al notar todas esas fotos mías que ella guardaba, me hizo sonrojar, aún así firmé y a ella se le iluminaron los ojos.
- Gracias, Edgar -dijo abrazando su diario y riendo algo maniática, pero mi mirada estaba centrada en su sonrisa. Al parecer ella lo notó porque dejó de reír, y su sonrisa desapareció. Acerqué mi cara a la de ella para intentar besarla, pero ella ni se inmutó, así que regresé a mi posición anterior.
- Tengo hambre... Quieres ir al bar de Barley? -ella asintió- pues vámonos -Por qué no la besé? Pues bien, yo no la quiero obligar de nuevo a que me bese, lo que hice ayer no estuvo bien, tal vez las cosas hubieran estado mejor si yo le hubiera dicho mis sentimientos antes. Como sea, salimos y fuimos a nuestro destino, quien estaba ahí me hizo fruncir el ceño... Spike... Arhg! Por qué aparece ahora? Diablos.
Gruñí y miraba fulminante al cactus mientras Colette hablaba con Shelly y Colt, hasta que Colette me preguntó:
- Verdad que sí Edgar? -levanté las cejas tratando de recordar de lo que estaban hablando.
- Mmm... Disculpa? -Colt y Shelly empezaron a reír mientras que Colette, me miraba confundida.
- No estabas escuchando? -preguntó aún confundida.
- No, perdona... Estaba... Mm... -buscaba una excusa, pero no se me venía nada a la mente.
- Yo sí sé lo que estaba haciendo el niño -dijo Colt sonriendo de manera engreída- estabas mirando a Spike... Shelly también lo notó -miré a Shelly y asintió.
- Qué tienes contra el pobre Spike? Es muy amable -dijo Shelly.
- Es que no sé, no me agrada es todo -traté de evadir el tema.
- Aja, sí claro. Pero dime, Colette -agregó Shelly- hablando de Spike, ya conseguiste que te diera un beso? -Colette se sonrojó y yo me levanté de golpe.
- No! Él no la ha besado, y no lo hará! -exclamé sin pensarlo dos veces y nuestros acompañantes seguían sonriendo, ambos nos sonrojamos y volví a mi lugar.
- Soy yo niño o tú estás celoso? -dijo Colt guiñándole el ojo a Shelly.
- No... -susurré moviendo mis manos de un lado a otro.
- Edgar, estás celoso? -dijo Colette tomando mi brazo. Me levanté y tomé a Colette de la mano.
- Bueno, creo que ya es hora de irnos.
- Pero ni siquiera hemos comido... -dijo Colette rascándose la cabeza.
- Ya no tengo hambre, mejor nos vamos -no dejé que me contestara y la llevé a la salida.
- Celoso... -murmuró ella mientras caminábamos.
- No soy celoso, -le aclaré- solo quiero proteger lo que me pertenece....
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