⛅️
La mañana transcurría tranquila, el sol se deja intuir traspasando los ventanales del establecimiento, su alrededor se difumina como cuando un miope no lleva las gafas puestas, todo se hace volátil, nacen luces, sombras y colores conforme la mañana avanza, se pinta un cuadro, la imagen perfecta, personas salían al terminar su café, otras entraban para poder ordenar uno, tal vez un postre, quizá esperando a alguien.
A Yoongi le era entretenido observar a cada persona que atendía, gracias a ello podía darse una idea qué tipo de vida llevaban o qué tipo de persona podría ser, tal vez amable, introvertidas, conservadoras, ciclotímicas, astutas, inteligentes, tal vez con una personalidad promedio, de cierto modo aprendía cosas nuevas de los demás.
Limpiaba el mostrador tranquilamente cuando por inercia llevó la mirada hacia su reloj, era raro que esa chica aún no llegara, más aún cuando era realmente, demasiado puntual. No es como si estuviese preocupado, sólo era...raro.
De pronto la campanilla que daba aviso de un nuevo cliente se escuchó y llamó la atención de todos en el lugar, Min, en la entrada pudo apreciar a la persona en la que hace un momento estaba pensando, pero, al mirarle, inmediatamente supo que algo andaba mal.
—Buenos días—saludo ella con la misma emoción de todos los días.
Yoongi la observo con detenimiento, pero no pudo observar su rostro, pues una gorra y un cubrebocas lo ocultaban, aquella castaña caminó hasta detrás del mostrador, pero al hacerlo cojeaba un poco, realmente se le veía adolorida, quitó su chamarra de cuero y colocó el delantal alrededor de su cintura, para después disponerse a atender la caja registradora.
¿Acaso estaba ignorándolo?
—¿Te encuentras bien?—se atrevió a preguntar tratando de sonar indiferente cuando encontró un momento oportuno.
—¿Yo? Estoy increíble—le respondió, sin embargo, al peli negro le pareció una reacción realmente falsa, aún así no cuestionó nada más
Simplemente asintió indeciso y decidió continuar con su trabajo como anteriormente lo hacía.
El tiempo transcurrió lento y tortuoso, la hora de salida estaba por llegar, así que acomodaban y limpiaban para tener listo todo al día siguiente.
—Muy bien chicos, pueden irse a casa, yo me encargaré del resto—interrumpió el dueño de la cafetería
Aquellos sólo asintieron para confirmar que habían escuchado, tomaron su abrigo y salieron del lugar topándose con la brisa fresca del anochecer.
La castaña quería acercarse pero algo le impedía hacerlo, y Min Yoongi por alguna razón se sentía distante.
—Qué descanses Suga—habló Sol aparentemente tranquila antes de empezar a caminar hacia el lado contrario.
No, no quería que aquella chica se fuera sin decir nada más, tenía muchas preguntas.
¿Por qué caminaba así? ¿Por qué estaba usando aquella gorra y tapabocas? ¿Dónde estaba su moto? ¿Caminaría hasta su casa? ¿Estaba demasiado lejos? ¿No era demasiado peligroso dejarla ir así como así?
—¿Irás caminando hoy?—se atrevió a decir logrando que aquella se detuviese.
—Si, supongo que no estoy en condiciones de manejar esta noche—respondió seguramente sonriendo.
Pero eso frustraba a Yoongi, porque no podía ver su sonrisa y enserio, tenía una inmensas ganas de observarla.
—¿Pasó algo?—preguntó un tanto preocupado.
¿Por qué le preocupaba? ¿Qué le estaba pasando?
¿Desde cuando la vida de esa chica le interesaba tanto.
—¿Quieres saberlo?—dijo un tanto conmovida.
—Bueno, no es como si me importara—soltó llevando su mano hasta su nuca.
Pero era mentira, le importaba, y le importaba mucho, lo cual le fastidiaba porque no sabía exactamente el porqué.
—Ven conmigo—dijo tomando su muñeca y llevándolo casi a rastras a dónde quiera que se dirigiera, y él no puso resistencia.
Caminaron unas cuantas cuadras, y conforme más avanzaban las calles se volvían poco habitadas, las líneas peatonales eran alumbradas por los semáforos, todo realmente era sereno, aquel ambiente se disfrutaba.
No sé negará el hecho de que en ocasiones aquel peli negro quiso detenerse, zafarse de aquel agarre, ignorar todo y simplemente ir de vuelta, encerrarse en su casa por el resto de la noche mientras se ahogaba en recuerdos que lo único que hacían eran torturarlo más, pero esta vez no, esta vez quería permitirse disfrutar, que alguien guiara su caminar, que viera por el, que fuera sus ojos mínimo por una noche, tal vez unos segundos, con eso bastaba, por un momento quería que el mundo, que su alrededor dejara de importar y así poder enfocarse en una, en una sola persona, así que siguió.
Pudo aterrizar nuevamente cuando noto que se habían detenido y el amarre en su muñeca desapareció, observó con detenimiento caminar a la castaña hasta uno de los columpios y tomar asiento.
¿Lo había traído a un parque? ¿Acaso esperaba otra cosa?
YeoSol lo miró y señaló el columpio al lado suyo indicándole que se sentará de igual manera, aquel peli negro no reclamó nada, de hecho hizo lo que aquella chica pidió.
De pronto un suspiro abandono el cuerpo de Sol, y sin dudarlo más quito el tapabocas y la gorra que la hacían parecer sospechosa. Yoongi se mostró desconcertado y absorto al presenciar aquel ojo amoratado, además de su nariz hinchada y labio roto.
—Es mi padre—mencionó con una ligera sonrisa de boca cerrada—Cuando bebe, suele descontrolarse un poco.
¿Cómo incluso en esta situación podía sonreír? Se preguntaba Min sintiendo el calor recorrer cada parte de su cuerpo.
—No quería que el jefe lo notara, además no son buenas condiciones para atender a los clientes—continuó ella—Pudieron haberse espantado, bien pude dejar en mal la cafetería y realmente no quería eso.
—¿Planeas usar esto todos los días?—preguntó meciéndose suavemente.
—Al menos hasta que los golpes sean pasados desapercibidos—mencionó balanceándose de igual manera.
Aquel chico de negros cabellos no lo podía negar, estaba preocupado, enserio lo estaba.
—¿Cómo puedes soportarlo? No es la primera vez qué pasa.
—Es mi padre...
—Es un maldito idiota—espetó cerrando los puños con fuerza—Un tarado de mier...
YeoSol sonrió al ver tal acción.
—Puedo soportarlo—le dijo—Pasaré mi examen y rentaré un departamento cerca de la universidad, hasta entonces sólo...voy a soportarlo.
—No—soltó en seco—No tienes que soportarlo todo. La paciencia del ser humano tiene un límite, y la vida está hecha para ser vivida, no soportada.
—Me parece tan irónico viniendo de ti—se burló ella ganándose una mala mirada.
—¿Te gusta este lugar?—decidió cambiar de tema.
—Es mi lugar favorito en el mundo—se sinceró—Aquí vengó cuando las cosas se ponen difíciles para mi, me ayuda a pensar con claridad, o despejarme, quizá a sincerarme.
—¿Realmente un lugar así te hace ser más sincera contigo misma?—comentó algo divertido.
—No sólo conmigo misma...—dijo acercándose a Suga con lentitud, estaba muy cerca.
El amor se trata de momentos oportunos, sino dices lo que necesitas en ese momento, no importa si estaban destinados a estar juntos, todo se arruinara, incluso si te arrepientes, será demasiado tarde.
—Me gustas, Min—susurró.
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