Capítulo 48: ¿De que lado estas?

¡¿Dos capítulos a la semana?!

¡¿Qué está pasando Dr. García?!

Bueno, las vacaciones oficialmente se terminaron, los exámenes se acercan a la vuelta de la esquina.

Si, ya puedo sentir la soga alrededor de mi cuello.

Pero no todo es tan malo, un lector me recomendó ver la casa Búho, y la verdad, ufff, hace tiempo no veo una caricatura que valga la pena.

En fin, muchas gracias a todos por sus comentarios y apoyo, de una historia que espero tenga un final para este año.

Sip, Una llegada inesperada terminara este año.

Ufff, la primera historia que tiene chances de tener un fin.

Buen

Disculpen los errores ortográficos.

"hablar" personaje hablando.

"Hablar" personaje pensando.

"Hablar" nombres de las técnicas.

(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.

############ Cambio de escenario o lugar.

Capítulo 48: ¿De que lado estas?

Toph apenas se estaba despertando, tuvo que levantarse y poner la cabeza de lado para poder vomitar, el mareo y desorientación hizo que tardará varios minutos en dejar de regurgitar y toser, sentía como si su cerebro estuviera palpitando dentro de su cráneo.

"Recuéstate, aún estas en pésimo estado"

La maestra ciega apenas pudo escucharlo, tenía algodones en sus oídos, y el pitido que escuchaba era una molestia, pero era lo de menos, podía sentir su cuerpo envuelto en vendas y pomadas, que trataban las quemaduras más graves.

"Esto aliviada el dolor, estoy seguro que hay maestros agua de dónde vienes, que tratarán mejor tus heridas"

"¿Quién es?" gruño Toph, que agradeció internamente que el la haya ayudado, le dé un poco de agua.

"Alguien que está acostumbrado a tratar con mocosos" Tenzo dejo el vaso de agua de lado, para caminar por la pequeña casa de madera, que usaba como refugió temporal, ya tenía una sopa cocinándose en el fuego de la chimenea, "Es curioso, llevas el mismo collar que el"

"…" por reflejo Toph llevo su mano hasta su cuello, para tomar con cuidado el collar, y acariciarlo entre sus dedos, el efecto de relajación y calma fue inmediato para la niña, que dio un largo suspiro, "¿Lo conocías?"

"¿Conocerlo? Yo lo encontré casi muerto tirado al costado del camino, todo que curarlo y cuidar de él, fue una buena obra que tuvo su recompensa, aunque ahora mismo no sirve de mucho, esta guerra evita que pueda tomar las vacaciones que tanto necesito"

"Hmm" Toph apenas fingía que estaba escuchando, se levantó lentamente para sentarse en la cama, y buscar con sus manos algo de ropa, que fue acercada por el anciano, que encontró algo de ropa civil, de las personas que alguna vez vivieron en esta casa.

"Escuche lo que pasó, es una pena, sentía que ese muchacho iba a cambiar el mundo"

"El lo hizo, lo cambio todo"

Colocándose una camina y pantalones, la bandida ciega rechino los dientes por las vendas que se frotaban por su piel quemada, sabía que Katara podría ayudarla, para volver al campo de batalla en pocos días.

"¿Hay alguien más aquí?" con lo desorientada que estaba y el suelo de madera, no podía detectar a nadie además del anciano.

"No… solo yo" atizando las llamas de la fogata, Tenzo se rascó su larga barba, "Llegue aquí hace algunos días, la nación del fuego manda tropas a todas partes, secuestrando personas de todas partes, asesinando a los maestros tierra o agua, y tomando a los no dobladores como mano de obra, el cambio que han tenido los últimos meses, es algo que jamás ví en los cien años de guerra"

"…" Toph asintió con la cabeza, esa fue la principal razón por la que la rebelión mandaba equipos como ella y Sokka, para limpiar los pueblos, y asegurarse de que las personas lleguen a salvo a la isla kyoshi.

Que aún cuando los maestros tierra, lograban hacer la isla más grande, y los maestros agua limpiar la tierra del agua salada, seguían siendo demasiadas personas.

Cualquier día tendrían que dejar llevar personas, o encontrar islas cercanas que pudieran habitar.

"Éramos muchos, tal vez unas cien personas que viajábamos en grupo, cuando llegamos al pueblo, fuimos recibidos por el clan del oso negro"

"¿Clan del oso negro?" Toph escucho de ellos, eran guerreros fuertes, aún siendo no maestros, eran lo suficientemente fuertes para enfrentarse a los maestros fuego, "¿Ellos…"

"Están todos muertos" dijo sin más el anciano, con el reflejo de las llamas de la fogata en sus ojos, continuo, "Un gran combio de maestros fuego armados estaba cerca, Yoko se quedó junto con el resto de los de su clan, para hacer tiempo y hacer que los civiles puedan huir"

"…" Toph se quedó en silencio en la cama, escuchando todo atentamente.

"Yo me quedé, soy doctor, si llegaba el caso de que ellos ganarán, necesitarían uno para atender sus heridas, al menos eso quería, pero todos ellos murieron… Yoko me ordeno que me escondiera en un sótano oculto, me quedé varios días, y salí cuando pensé que todo paso… y me encontré con lo peor…" apretando los dientes, el anciano apretó el agarre en su bastón, haciendo que sus nudillos se pusieran en blanco, "Todos muertos, y cortaron sus cabezas para ponerlo en estacas"

Toph sentía su sangre hervir de furia.

Todos ellos… los maestros fuego, la nación del fuego estaba lleno de monstruos, no tenía que tener piedad de ellos.

"Esos malditos, Azula y todos ellos merecen la muerte"

"¿Azula?" El viejo levantó la cabeza ante ese nombre, "¿Es con quién estabas peleando?"

"Si…"

"Vaya, pensé que ella era diferente"

"¿Diferente?" el crujido de sus dientes hizo que la tensión en la atmósfera de volviera muy pesada, A Toph no le gustó ni poco las palabras del anciano, "Ella es la peor de todos los maestros fuego, ella no es diferente, un monstruo siempre será un monstruo"

"…" Tenzo no respondió a eso, simplemente su apoyo en su bastón y se puso de pie, para dirigirse hacia la puerta, "Sígueme" diciendo eso salió de la casa, seguida de la maestra tierra que no tuvo más opción que seguirlo.

"…" A peso lento, ella lo siguió hasta fuera del pueblo.

"Dame tu mano"

"…"

"Si quieres saber lo que quiero decir, tendrás que confiar en mí"

"…" lentamente la adolescente le tendió la mano al anciano, que la tomo e hizo que ella se pusiera de rodillas, sus dedos tocaron algo reseco y frío, una roca con una especie de inscripción en el, "¿Yoko?"

Esto era una lápida, no solo una, había varias más.

"¿Un monstruo haría esto?" El anciano miro con tristeza todas las lápidas, el mismo pensó en tomarse el tiempo, cuando no haya señales de maestros fuego, darles un entierro digno a sus valientes guerreros, pero la princesa de la nación del fuego lo hizo por el.

"Esto no cambia nada"

"¿Ah no? Entonces porque sigues aquí, ¿Por qué aún respiras? Porque a esa persona que tú la llamas monstruo, te dejo vivir, ¿Qué quiere decir eso para ti?"

"El mato a Naruto, es todo lo que necesito saber"

"¿Así de fácil?"

"Así de fácil" fue la respuesta fría de la maestra tierra, te empezó a caminar esa dirección, el siguiente punto de reunión que tenía con Sokka, que lo llevaría a la base de los rebeldes.

Tenzo la siguió en silencio, hasta que dio un largo suspiro de resignación.

"¿Quieres saber algo niña?"

"…"

"¿Cómo saber que el mundo se fue a la mierda? Cuando todo el mundo, no se molesta en pensar lo que es estar en el lugar del otro y se creen el centro del universo, y que creen que sus objetivos, están por encima de todo, y que nada importa más que cumplirlos"

"…" Toph se detuvo solo un segundo, con una expresión difícil de descifrar, empezó a caminar de nuevo.

#########################

Al otro lado del continente, en el corazón en la nación del fuego, en la gran mansión, en una de las tantas habitaciones, estaba Zuko, sentado en una silla junto a la cama dónde descansaba su hermana menor.

Pudieron tratar sus heridas, algunos huesos rojos, hematomas en su rostro, dos heridas de apuñalada, una en su hombro y otra en su estómago, por suerte esta última herida no tuvo consecuencias graves, al no tocar ninguno órgano importante.

Sin embargó, ya llevaba dos días durmiendo, y ahora tenía fiebre, las sirvientas le prometieron al príncipe que hayas la cuidaría, sin embargo, él fue firme y se quedó al lado de su hermana, para cuidarla el misma.

Ahora, solo se tenían uno al otro.

Con un suspiro, Zuko tomo la mano de Azula, y miro su rostro, eran pocas las veces que la había mirada bien, se parecía demasiado a su madre.

"Zuko…" abriendo sus ojos, la princesa devolvió al apretón de manos.

"Azula, descansa, aún estás muy-"

"Zuko…"

"…"

"¿Que hemos hecho?"

####### Salto de tiempo #######

Días.

Semanas.

Meses.

El tiempo siguió transcurriendo, las cosas iban cambiando, cien años de guerra estaban ahora mismo en su momento más caótico, los dos lados que se enfrentaban estaban perdiendo, ya no se trataba de territorio.

Se trataba de la supervivencia de un solo pueblo.

El número de perdidas no dejaba de bajar, tanto del lado militar como los civiles.

Y la mano de obra, ya se estaba sobre saturando.

Azula se quedó en silencio, escuchando todas las explicaciones de los ancianos generales, que ideaban nuevos planes para avanzar.

Cómo lo era el ataque contra la base de los rebeldes.

La isla kyoshi.

El objetivo prioritario de la nación del fuego.

Las ideas eran varias.

Desde un asedio directo.

Hasta envenenamiento.

Varias formas y todas tenían una falla, que hacía que tuvieran que detenerse a pensar.

"Por hoy hemos terminado" la sesión había llegado a su fin, bajo la palabra del señor del fuego, todos se pusiera de pie y esperaron a que líder se retirara.

Cuando de fue, los generales hablaron entre ellos, despedidas, o solo charlas sin sentido.

Azula sintió a su hermano mayor tocar su hombro, y se puso de pie, ambos se retiraron a paso lento, hasta quedar en los pasillos de la mansión.

"¿Cómo va todo con Mai?" Pregunto la princesa.

"Aun no me dirige la palabra, ni siquiera quiere verme"

"Si… se lo que se siente"

La corta charla entre los dos príncipes se vio interrumpida, por la llegada de un soldado, que corrió y de inmediato se arrodillo ante la princesa, para tenderle una carta.

Azula la tomo, la abrió y la leyó.

De inmediato frunció el ceño.

"Tengo que irme, te veré en la cena Zuko"

"…" El príncipe marcado se quedó mirando en silencio, a su hermana menor irse, tomando la carta en el suelo, la leyó y dio un suspiro.

Su tía la llamaba.

Dándose media vuelta, Zuko tomo su propio camino, tenía que ver a su tío.

#########################

Azula avanzo hasta las fábricas de la capital, había soldados en varias partes, todos armados con las armas más recientes y renovadas de su nación, peligrosas incluso para los maestros fuegos más hábiles.

El mecanismo que permitía que solo los maestros fuego pudieran usarla, fue quitado, era obsoleto y lo hacía lento, con el nuevo mecanismo, ahora hasta un civil podría usarlo.

Era algo peligroso, pero necesario para estar en la vanguardia de la cadena armamentista.

Cuando llegó a las grandes puertas de la entrada, los soldados abrieron las puertas, y la adolescente lo vio.

Miles de personas, todos de diferentes naciones y lugares del mundo, usadas como esclavos, para cargar carbón en las fundidoras, cargar metal a los contenedores.

Todo un proceso perpetuo, en qué las personas no podían parar un solo segundo, sin arriesgarse a recibir un castigo que le podría costar la vida.

Ancianos, mujeres, hombres y niños por igual, todos ellos estaban siendo forzados a trabajar hasta desfallecer.

De aquí venía todo, desde sus vehículos, hasta su armamento.

"¡Todos saluden a la princesa de la nación del fuego!"

Azula le dio una mirada penetrante al soldado que grito eso.

Todos los esclavos dejaron de moverse, para dejar caer lo que cargaban, y caer de rodillas con sus cabezas contra el sueldo.

La princesa miro esto con una sensación de pesar en su pecho.

"Todos de pie, el día de trabajo termino por hoy, pueden irse a descansar"

Nadie había esperado que ella dijera eso, fue desconcertante para los soldados que hacían guardia, y aún más para los esclavos, que seguían sin moverse, dudosos de qué hacer.

"¡Nadie irá a ningún parte!" fue el grito repentino de un gran soldado, que parecía ser el general encargado de la fábrica, "Usted no tiene autoridad aquí princesa"

Con pasos pesados, el maestro fuego camino para estar frente a frente con la princesa, el era grande y fuerte, un soldado que ya sobrevivió en el campo de batalla.

Un hombre… que termino con su cabeza en llamas.

Todos vieron horrorizados, como la princesa disparo una llamarada de fuego azul, que consumió la cabeza del soldado, que había muerto antes que tocar el suelo.

"Mi autoridad va donde yo quiera" murmuró con sequedad la adolescente, que miro al resto de los soldados, que se tensaron, "¿Eh sido clara?"

"¡Escucharon a la princesa! ¡Todos a las barracas! ¡El trabajo termina por hoy! ¡Muévanse! ¡Muévanse!"

Azula se quedó de pie, en medio de la fábrica viendo como todas las personas se empezaban a retirar junto con los soldados, dejándola solo a ella, con la única otra persona que miro todo con diversión.

"Tu temperamento es de temer princesa"

"…" Azula levando la cabeza, para ver a lo alto de unas escaleras, a su tía Siu.

"Me alegra que vinieras, sígueme"

La princesa subió a paso lento por las escaleras, llegando junto a su tía, que la guío por unas escaleras que la llevaban hacia el sótano de la fábrica.

"¿Para que me llamaste?"

"Hace más de un año que no hablamos, ¿Necesito una razón para hablar con mi sobrina favorita?"

"¿Desde cuándo soy tu favorita?"

"Desde que le volaste literalmente el corazón a tu novio, eso fue… increíble" ella sonrió ante la mirada peligrosa de su sobrina, "Veo que toque una fibra sensible, parece que una mujer nunca olvida a su primer amor, que tierno"

"Dime una razón para que no me vaya ahora de aquí"

"Uy que impaciente" ella se detuvo cuando llegaron a una gran puerta blindada, que fue abierta luego de varios giros de engranajes, "Quiero hablar del futuro"

"…" Azula no espero lo que estaba viendo, esto no era como la fábrica de arriba, esto era algo mucho más avanzado.

Había varios hombres y mujeres, moviéndose de un lado otro cargando componentes de armamento y cosas que ella no sabía siquiera que eran, sea quienes sean, ellos no eran solo prisioneros, eran las mentes mas brillantes de la nación.

"Shouko y Naruto, dos personas que nos mostraron que al final del día, manipular fuego, tierra, agua solo es juego de niños para ellos" Siu empezó a caminar seguida de su sobrina, caminando entre las mesas de trabajo.

"¿Qué hacen aquí?"

Azula miro con incredulidad lo que parecía ser varios cañones pequeños, soldados en un círculo unido a un vehículo acorazado, esas personas lo encendieron y la usaron.

El sonido fue estremecedor, fue escuchado en todo el búnker, el como varias balas fueron disparadas en segundos, contra un tronco de madera, que fue destrozado como si fuera papel.

"Lo que la nación del fuego siempre hizo, ir un paso al frente de los demás" Siu sonrió ante lo que presencio, "No solo tuvimos que mejor nuestros barcos, vehículos y globos, no es suficiente para enemigos como lo fueron el pilar Naranja, si Shouku no hubiera estado ahí, ese demonio nos hubiera matado sin que hubiéramos tenido la menor posibilidad"

"…" Azula miro como su tía se detuvo ante una mesa, que tenía algo que se podría parecer a las demás, pero era diferente.

"Esta carrera armamentista empezó por ellos, y terminara con ellos" Siu tomo entre sus manos, una de las armas más recientes creadas, bajo su pedido y con instrucciones muy precisas.

Más de un año de trabajo, para una sola arma.

Azula vio lo que parecía ser un rifle, pero era más largo y grande que cualquier otro que haya visto antes, solo el cañón media un metro y medio, tan grueso que parecía que podría disparar incluso barras de metal.

"Ahora mismo el único enemigo que me interesa acabar, no es el Avatar ni sus amigos, ni siquiera es alguien de la resistencia"

Abriendo una caja metálica, Siu saco con cuidado unas balas que fácilmente podrían parecer cilindros con punta, una punta que tenía un brillo intenso.

Cargando el arma, la levantó, incluso ella mostró esfuerzo en levantar un arma que pesaba treinta kilos.

Apuntando a un muro de puro acero, ella dio un largo suspiro y apretó el gatillo.

Los presentes casi sintieron que los tímpanos de sus oídos, se rompieron por el estallido del disparo, que tuvo tanta fuerza que el arma salió disparada hacia atrás y casi derribo a Siu, que arrastró sus pies por el suelo.

Su hombro dónde apoyo el arma, estaba dislocado.

Pero eso poco le importaba, ella avanzo hacia el muro de acero, Azula la siguió de cerca, y se quedó en shock al ver el agujero del tamaño de un puño en el bloque de acero.

La bala perforó un bloque sólido de acero de cinco metros de grueso, y por el agujero en la pared, la bala siguió avanzando.

La sonrisa de la general era grande.

"Quiero que empiecen con la fabricación de más balas, quiero cinco de ellas para el día del sol negro"

"Pero-o, General nos costó dos meses en hacer solo una, y el sol negro será en un mese"

"Pues será mejor que empiecen ahora, o la próxima bala que dispare irá al cráneo de sus hijos, ¿Entendido?"

Los científicos no tuvieron más opción que asentir con la cabeza, y de inmediato empezar a trabajar.

Azula se quedó mirando el agujero en el muro de acero, "¿Esa arma… es para el?"

"Si" Siu afirmo con calma, mientras tomaba su hombro y con un tronido lo volvió a poner en su lugar, poniendo mala cara, tomo una bolsa de hielo, que uno de los soldados le dio, "Créeme, con tiempo y recursos, se puede hacer lo que sea, incluso la forma de matar alguien como Shouku"

"…" Azula tuvo que hacer una pregunta que pasaba por su mente, desde que entró en este lugar, "¿Qué quieres de mi?"

"Sígueme" saliendo del búnker, Tía y sobrina fueron directo a la mansión, ninguna dijo una sola palabra en todo el camino, no es como si lo necesitaran, ellas sabían a dónde iría está charla, al menos eso es lo que Azula quería pensar.

Llegando hasta la habitación de su tía, se detuvieron en la puerta.

Azula no pudo reaccionar, cuando tenía el cañón de un arma apuntando a su rostro.

Con una mirada penetrante y oscura, Siu tenía su dedo en el gatillo de la pistola, que apuntaba directo a la frente de la hija de su hermana.

Ante el menor movimiento, ella le volaría la cabeza de un disparo.

La princesa sintió el sudor bajar por su frente.

"Es hora… de que tú y yo tengamos una pequeña charla… Azula"

#########################

Toph abrió sus ojos, al escuchar unos pasos venir del pasillo.

Parpadeando, se movió en su cama, aún era temprano.

"Hola" Katara abrió suavemente la puerta, y le dio una sonrisa de disculpa a la bandida ciega, "Lamento si te desperté"

"¿Qué hora es?"

"Pronto va a amanecer, solo quería verte ante que te vayas"

"…" Toph se sentó en la cama y dio un bostezó, moviendo sus brazos y arqueara su espalda los hizo tronar, cuando sus dedos rozaron algo caliente, tomo la taza de café, "Gracias" murmuró agradecía por el tener algo que la despierte.

"De nada" Katara se sentó en la cama junto a ella, bebiendo de su propia taza, "Ya dieron el aviso, en un mes será el ataque contra la nación del fuego"

"…"

"Estamos en la primera línea de ataque, iremos directo al corazón de la nación, la guerra terminara"

"Suena como un buen plan"

"Sokka mando un mensaje, está con Aang en el templo aire del Norte, llegarán aquí un día antes del ataque, ¿Qué te parece? El equipo Avatar estará junto de nuevo"

"Nunca estará junto de nuevo" pensó para si misma, Toph sentía que no podía huir del pasado, a veces escuchaba su vos, en sueños o incluso cuando estaba despierta.

También pensaba lo que paso hace algunos meses.

¿por qué ella no la remato?

¿Por qué Azula no acabo con ella?

Si hubiera sido ella, lo hubiera hecho sin dudar, aún quería hacerlo, quería aplastar su cráneo contra el suelo, el sentir su sangre en sus manos.

Pero, algo dentro de ella, le decía que pensara, que piense bien lo que estaba sucediendo a su alrededor.

"¿Cómo saber que el mundo se fue a la mierda? Cuando todo el mundo, no se molesta en pensar lo que es estar en el lugar del otro y se creen el centro del universo, y que creen que sus objetivos, están por encima de todo, y que nada importa más que cumplirlos"

Con un suspiro, Toph se dejó caer en la cama, todo esto le estaba dando un dolor de cabeza fatal.

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Azula no tuvo ni una sola pisca de miedo en sus ojos, por el arma que apuntaba a su rostro, nunca mostraría miedo ante una de las personas que más odiaba en el planeta.

"Has cambiado Azula, lo noté desde el día que mataste a ese pequeño demonio, ¿Matar a un soldado que hacía su trabajo? ¿Hacer que los esclavos vayan a descansar? ¿No matar a esa mocosa ciega?"

El dedo de la general roso peligrosamente el gatillo.

"¿Me vigilas?"

"Tengo que hacerlo, siempre pensé que tú eras la hija que nunca tuve, tenías… tanta determinación y voluntad, el hacer lo que sea con tal de ganar, ví tanto de mi en ti, pero al final eres como tú madre… tan débil"

"¿Por qué no sueltas eso y tienes una pelea de verdad? Te voy a demostrar que tan débil soy"

La princesa apoyo su frente contra el cañón del arma, con ojos dorados chocaron contra los ojos oscuros de su tía, que se quedó un momento en silencio.

"Te tomaré la palabra, pero quiero que me escuches, da un solo paso en falso, y te juro que tu cabeza y la de tu hermano rodaran a mis pies" quitando el arma del rostro de su sobrina, la guardo y levantó sus manos, como forma de decir que ya no había peligro.

Algo que Azula no creería ni por un segundo.

"Si puedo preguntar tía… Nunca fuiste alguien que obedece órdenes, se que odias a mi padre y aún así peleas por el, ¿Te de que lado estas?"

La sonrisa de la general se volvió oscura, mientras lentamente abría la puerta de su habitación.

"Yo solo estoy del lado ganador Azula"

La sonrisa de la general era siniestra, cuando abrió la puerta detrás de ella, y dejo que su sobrina entrara.

Azula se quedó paralizada, al escuchar unos suaves quejidos, sus ojos estaban fijos en la cuna que había en la esquina de la habitación, que era vigilada por las gemelas ancianas, que se pusieron de pie y salieron de la habitación.

"Mi querida sobrina, ¿No te lo decía siempre? Siempre tienes que tener un plan B" la sonrisa de la general era maligna, mientras se acercaba en la cuna, para tomar al pequeño bulto envuelto en telas que había ahí, "La nación del fuego nunca morirá"

Ella lo dejo ver, era un bebé de pocas semanas de nacida, tal vez un mes, era pequeña, de piel blanca como su madre, y una brillante cabellera roja en su cabeza.

"Azula… te presento a tu prima Izumi Uzumaki"

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Chan

Channnnnn

Channnnnnnnnn

Channnnnnnnnnnnnn

Joder, que Seinen.

¡Esperó sus comentarios y hasta la semana que viene!

CHAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!

Y que las vaya bien.

Josef: Si, en cambio yo tengo una tarea de inglés que terminar y evitar cagarle el palo a cualquier pendejo por el puto estres acumulado durante toda la semana. Todo porque desde hace unos días mi primo que va conmigo en la misma universidad, me ha estado pidiendo que le ayude con su trabajo de inglés y le llevo explicando desde hace días lo que debe hacer.

Zero: Y que pasó?

Josef: Y lo único que he recibido de respuesta de su parte fue:

Primo: No le entendí wey que debemos hacer?

Josef: HIJO DE SU PUTA MADRE, YA ME TIENE HARTO ESTE HIJO DE LA CHIMGADA!!!!!! *Empieza a romper cosas*

Zero:..... Bueno, ahora si cha- *Josef le mete un putazo cegado por la ira*

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