Capítulo 36: Vida adolescente... part 2
Gente al leer el capítulo 35:
TeamAzula: Me inclino ante tu grandeza.jpg
TeamToph: ¡Te vamos a carbonizar el ganzo!.jpg
Yo sabiendo lo que escribí en el capítulo 36:
Esto se va poner feo.jpg
¡Disfruten del capítulo!
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Disculpen los errores ortográficos.
"hablar" personaje hablando.
"Hablar" personaje pensando.
"Hablar" nombres de las técnicas.
(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.
############ Cambio de escenario o lugar.
Capítulo 36: Vida adolescente... part 2.
Las citas.
Esos momentos en la vida en que interactúas con el sexo opuesto, en busca de tener una pareja para toda la vida, o solo una noche de sexo sin sentido.
Luego está el tercer escenario, en que no llegas a encontrar tu alma gemela, ni una noche de sexo desenfrenado.
Solo un momento muy incómodo.
Y Naruto está viviendo la tercera opción.
Desde que salió con Azula de su casa, caminaron en un silencio sepulcral por las alegres y brillantes calles de Ba sing se, rodeados de personas que se veían infinitamente más felices y animados que ellos.
En su defensa, el nunca tuvo una cita ni tampoco había visto otra, ni siquiera en películas.
Al menos hubiera aprendido de ellas.
"Así que... ¿Cómo estás?" lo único que tenía ahora era solo los consejos de Katara.
'Empieza rompiendo el hielo'
"Tan bien como se puede estar, en una cita con un enano mono bullicioso" sus palabras venenosas solo se podían comparar con la mordida de una serpiente.
"Eres tan simpática" Aunque Naruto había escuchado peores cosas cuando era un niño, así que hizo lo que siempre hacia, sonreír.
"Gracias" Ella ni siquiera se molestó en sonreír.
Después de todo, está cita era solo una farsa.
Si fuera por ella, tomaría algo afilado para abrir su cuello y verlo morir desangrarse.
Pero no lo haría.
Esto se podría considerar, una especie de compensación de que esté mocoso no la delatara.
Lo había escuchado en la tienda, cuando su hermano mayor le pregunto su los delataría, el miro sus ojos cuando se puso sería y dijo que no, ¿La razón?
"Ustedes parecen ser buenas personas"
"Ese corazón de oro y confianza te llevará a la tumba Naruto" pensó Azula, mientras seguía caminando por las calles, a una distancia prudente del chico ninja, no lo suficientemente lejos para hacerlo parecer obvio que no quería estar ahí.
Pero tampoco lo suficientemente cerca para darle una idea equivocada.
Sin que ella lo supiera, Naruto sabía lo que ella pensaba, o al menos se daba una idea.
Al menos haría que esto fuera breve, para que los dos pudieran irse y continuar sus vidas como si conocieran al otro.
Después de todo, sus caminos solo se cruzaron, jamás fueron en la misma dirección.
El estaba con sus amigos, en una lucha que lo llevaría a enfrentarse al señor del fuego, lidiar y terminar con una guerra de cien años.
Ella tenía su segunda oportunidad con su familia, vivir una vida normal y pacifica que jamás llegó a conocer.
"Bueno, si vamos a seguir al corriente de esta cita, al menos no lo haremos con el estómago vacío" había muchos puestos de comida que ver y probar.
"Me parece bien" tal vez está no era la cita soñada que los dos pensaban que tendrían, pero al menos podían tolerarse lo suficientemente para no querer romperse la cara uno al otro, ya era un buen comienzo.
30 minutos después:
Ambos adolescentes se sentaron en una de las tantas bancas del lugar, mirando como las personas seguían divirtiéndose a su manera, mientras que ellos dos comían en silencio una manzana acaramelada.
"¿Está es la vida que esperabas?" pregunto Naruto de la nada, dándole una última mordida a la manzana.
"..." la chica levantó una de sus delicadas cejas por esa pregunta, pero mantuvo su mirada al frente, "No" murmuró en voz baja.
"¿No te gusta?" pregunto curioso sin mirar a la chica, que solo se encogió de hombros.
"Es más de lo que pensé que tendría"
"..." frunciendo el ceño, Naruto volteó para mirarla unos momentos a la chica, "¿Cómo terminaste aquí?"
"Mi padre me desterró..." el brillo en sus ojos era de furia reprimido.
¿Contra quién? Muchas personas tal vez, o solo contra ella misma.
El Uzumaki noto su mirada y la curiosidad lo hizo hacer una pregunta más, "¿Por qué?"
"Por no haber acabado con tu vida" está vez ella volteó lentamente para mirarlo a los ojos.
Azul y dorado se habían encontrado, en un momento muy tenso y largo, que hizo que la atmósfera entre ambos adolescentes pareciera que estallaría en una batalla.
En qué solo uno quedaría vivo.
Pero unas risas hicieron que su atención fuera a otro lado.
Era una pareja joven, tal vez niños un poco menores que ellos, corriendo uno junto al otro sostenido de sus manos, con sonrisas deslumbrantes en sus rostros.
Tal vez... solo debían de dejar de pensar en el pasado.
Y sorprendentemente fue ella quien dio el primer paso.
"Pero..." Azula sentía que debía de morderse la lengua por lo que diría, varias emociones se arremolinaban en su pecho. "No me arrepiento, de las decisiones que he tomado hasta ahora"
"..."
"Al principio te odiaba y tal vez lo sigo haciendo, pero mientras más pasa el tiempo y lo pienso, que si no hubiera sido por ti..."
"..."
"Jamás hubiera visto el mundo de esta forma, jamás hubiera conocido a tantas personas que me dejaron marcas en mi alma, jamás hubiera conectado con mi familia... yo... jamás hubiera sido tan feliz, si no te hubiera conocido"
"..." Naruto no tenía palabras, el solo se quedó viendo a la chica, que se negó a mirarlo, solo mantuvo la cabeza gacha, mientras una sonrisa pequeña se formaba en sus labios, "Eso... ¿Significa que te agrado?"
"Un poco más que antes"
Naruto no pudo evitar sonreír, levantándose de la banca de un salto, devoro la manzana de la chica en varias mordidas.
No espero a escuchar sus quejas, ni le dio tiempo a la chica, cuando la tomo de la muñeca y la hizo ponerse de pie.
"Eso es todo lo que necesitaba escuchar Azula..."
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Nunca le gustó la fría sensación que el mármol le daba a sus pies.
Le hacía sentir una sensación de soledad, que hacía que quisiera destruir el suelo bajo sus pies.
La madera de la ventana también se sentía reseca y rasposa en sus manos.
Podía escuchar a las personas pasar frente a la casa, todos ellos se escuchaban animados mientras iban al festival, acompañados de sus padres, hijos, hermanos o abuelos, también había parejas que se volvían más cercanos mientras más tiempo pasaba.
Katara estaba muy preocupada, había pasado casi una hora desde que Naruto solo se fue.
El se había ido y ninguna de las dos sabía a dónde.
La maestra agua quería salir y buscarlo, para darle la paliza de su vida, traerlo a rastras para que se disculpara por su imprudencia.
Pero, no quería dejarla sola.
La pequeña maestra tierra seguía solo sentada en el suelo, con sus brazos apoyados en la ventana, con mechones de su cabello moviéndose un poco, dejando ver sus ojos blancos que como siempre no reflejaban nada.
Tomando coraje, Katara de levantó y camino lentamente hasta estar alado de su amiga.
"¿Quieres que te acompañe al festival? Tal vez lo encontremos en el camino" ofreció mientras ponía su mano sobre el hombro de Toph.
Que tan pronto como sintió el toque, se alejó de la maestra agua y se puso de pie.
"Que se pudra..." escupió con furia más que notable por su tono de voz y expresión, con fuerza tomo el listón que ataba su cabello y se lo quito para tirarlo ala suelo, "... de todas formas no quería ir"
"Toph" A katara le dio ver cómo su amigo se desarreglaba, todo ese esfuerzo y cariño en la bonita apariencia que había ganado, fue rota en segundos.
"¿Qué?" gruño la bandida ciega que se contenía, para no destruir la casa y arrojar los escombros a las personas que pasaban frente a la casa.
Todos ellos... sonaban tan felices.
Divirtiéndose.
Jugando.
Dándose cariño.
Escucharlos tan claramente, e incluso sentir sus corazones palpitar con tanta alegría, hizo que ella apretara sus manos hasta dejar sus nudillos en blanco.
Katara sabía que tenía que elegir cuidadosamente lo que diría, tenía que calmarla.
"Tal vez paso algo, sabes que el suele meterse en problemas muy seguido, si solo esperamos un poco más y-"
La maestra agua no tuvo tiempo de seguir hablando, cuando el suelo bajo sus pies se fisuro.
"Yo no voy a esperar"
Con pisadas fuertes la maestra tierra fue a la puerta y salió de la casa, para caminar a una dirección aleatoria, dejando atrás a una afligida Katara, que no se molestó en detenerla, sabía que sería inútil.
"Naruto... no sabes cuánto la estás lastimando"
Cruzándose de brazos, ella trato de buscar consuelo pensando que el chico estaba en alguna pelea o disputa tonta, y que una vez pueda vendría corriendo.
Sin embargó, todo apuntaba a que no sería así.
Abrazándose a si misma, sus ojos se enfocaron en el cielo estrellado, pidiendo en silencio a los espíritus aliviar los nervios que sentía, por alguna razón tenía el presentimiento de que está noche terminaría mal.
Deseaba equivocarse.
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"Tengo que admitirlo, tienes casi tan buena puntería como Mai"
"No sería un buen shinobi, si no supiera arrojar cuchillos"
"Puedo verlo"
"Oye, pude ganar algo para ti, se supone que debes estar feliz" la pareja había pasado por uno de los tantos puestos de atracciones, dónde el desafortunado sujeto que lo atendía, tuvo que ver cómo un mocoso destruyo su juego del tiro al blanco.
Que dios lo perdone, pero vetaría al pilar Naranja de su juego, para siempre.
Para suerte del dueño del puesto, el solo eligió uno de los premios, en vez de llevárselos todos.
"De todos los premios... ¿Elegiste una navaja?"
Azula miro detalladamente la hoja en sus manos, era de los modelos más recientes, retractiles y más gustosos, el manga era negro con detalles rojos y una afilada hoja de unos 15 centímetros de largo, era de calidad, eso no lo negaría.
"No te ofendas, pero no te vez como el tipo de chica que aceptaría un oso de peluche" dijo con el 'suave' tacto y sutileza que lo caracterizaba.
Naruto estaba seguro de que, si hubiera elegido uno de esos animales de felpa, la princesa lo hubiera quemado.
Y no estaba lejos de la realidad.
"Hmmm... eres más listo de lo que creí" con una sonrisa juguetona Azula, acarició la mejilla del chico con sus uñas, mientras que con su otra mano jugaba con la navaja, moviéndola de un lado a otro.
No sé pasaba tanto tiempo con Mai, sin saber cómo usar una navaja.
"No hagas eso" Naruto dio un paso atrás por la forma en que ella acarició su rostro, sus uñas eran muy afiladas y no estaba tan acostumbrada a ser tocado por alguien que tenía una mirada, que la verdad lo tensaba.
Esto fue notado por Azula, que frunció el ceño al comparar la mirada del chico ninja, con una que conocía demasiado bien.
Una mirada de incomodidad.
Una mirada de dudas.
Una mirada cargada de miedo.
La mirada que tuvo su madre la última vez que la vio.
Miedo.
Esa palabra hizo que su agarre sobre la navaja se apretara.
"¡Mira eso!" Azula aflojó su agarre, cuando fue tomada de su mano y arrastrada entre la multitud por Naruto, que tenía una mirada brillante al ver una gran plataforma de piedra en el medio de la ciudad.
Dónde se elevaba una encantadora mujer, que sostenía un altavoz de metal en sus manos.
"¡Conquisten el reto del camino del dolor! ¡Traído a ustedes por mi!" La plataforma entera se sacudió, por varios maestros tierra que rodeaban la plataforma que no dejaba de cambiar de forma y densidad, "¿Quieren respeto? ¿Quieren ser el rey del mundo? ¿Quieren algo caro? ¡Aquí lo tienen!"
La mirada de la multitud se iluminó cuando la mujer mostró una caja de marfil rojo, muy elegante y caro, eso se notaba a leguas, si solamente así era la caja, no se imaginaban como sería lo que había dentro.
"¡Wooowww! ¡Lo quiero!"
"¿Siquiera sabes lo que es?" se burló Azula por el entusiasmo del chico, que casi saltaba a la plataforma para tomar el reto.
"No, pero apuesto que es increíble" dijo sin pensar, mientras seguía caminando hacia adelante, arrastrando a la chica con el.
"¡El reto es simple!" siguiendo con el espectáculo, la mujer del megáfono llamo la atención de todos, "¡Entren y sobrevivan! ¡Para que sea más divertido este reto es de parejas! ¡Quien sea puede entrar!"
"¡Nosotros!" Naruto camino sobre las personas, cargando a una aturdida Azula sobre su hombro, que antes que lo supiera, ya estaba ante la manejadora del evento.
"Ok, tenemos a la primera pareja" Ella miro interesada a la singular pareja que fueron las primeras victimas, es decir, participantes de su juego, "Unos novios primerizos, que son los suficientemente valientes o tontos para intentarlo"
"Tonta tu madre" gruño Azula que trato acomodar su vestido, el tonto casi lo rompe en su arrebató de cargarla hasta aquí, "Ahora dime cómo ganar, para irme de aquí"
"¡Ah! Una chica ruda, al menos ya se quien lleva los pantalones en la relación"
La mujer del altavoz saco un listón, y antes que alguno de los dos lo supiera, ya habían sido atados por sus muñecas.
"¿Qué se-"
"Si el listón se corta, ustedes pierden automáticamente, ¿Ahora quieren su premio?" Elevando la caja de la mostró una vez más al público, y luego a sus dos participantes, "¡Vayan por el!" arrojando la caja, la hizo caer en el medio de la plataforma, que se sacudió para crear un pilar que lo elevó varios metros sobre el suelo.
Toda la plataforma de tierra se sacudió y varias placas se elevaron, para aplastarse entre ellas en un fuerte estruendo, pilares pequeños muy afilados salían de varias partes, y finalmente una capa de lodo que hacía que el suelo fuera muy resbaladizo.
"Yo me voy"
Azula no se metería a esa trampa mortal, valoraba su vida, girando sobre sus talones ya estaba buscando las escaleras para bajar.
"¿Qué? ¡Espera!" Pero Naruto no la dejara irse tan fácil, sostuvo su mano con fuerza y la hizo quedarse a su lado, "Podemos hacerlo"
"Te recuerdo que no soy una maestra tierra, no voy a arriesgar mi pellejo por lo que haya en esa caja" la chica maldecía la fuerza del mocoso, trataba de librarse de su agarre de hierro, para mejor irse a comer algo.
"Oh vamos"
Uzumaki Naruto nunca le daba la espalda a un reto, y mucho menos uno que le daría un premio sorpresa en una caja misteriosa, la curiosidad era demasiado grande para el hiperactivo adolescente.
"No"
Pero Azula ya dio su respuesta, por nada del mundo se metería ahí.
Para su mala suerte, Naruto tenía una jugada secreta.
"¿No me digas que tienes miedo?"
De inmediato, Azula dejo de forcejear para liberarse y le dio una mirada penetrante al Uzumaki, que mantuvo una sonrisa maliciosa.
"No le tengo miedo a nada" dijo con sequedad, su orgullo nunca le permitiría acobardarse a un reto.
"Yo creo que sí, tienes miedo o no quieres ensuciar tu bonito vestido, princesa" por la cara que puso la chica, Naruto sabía que estaba tocando una fibra sensible.
Ella era una princesa, si.
Pero estaban las princesas y las princesas.
"..."
Y Azula jamás dejaría que alguien la llamara princesa, como si fuera una tonta sumisa, que cantaba y esperaba su príncipe de armadura brillante.
"Buen, no todo se puede, vámon- ¡Oye!" Naruto sintió sus dedos casi romperse por el agarre de la chica, que lo arrastró a él y salto a la plataforma, que de inmediato empezó a sacudirse como si hubiera un terremoto.
"¡Muévete idiota!" Azula se agacha justo a tiempo para evitar una roca lanzada por uno de los maestros, que, ante la señal de su jefa, empezaron a trabajar.
Y vaya que trabajaban con ganas.
"¡Ahg!" Naruto ahogo el grito de dolor, cuando el dedo pequeño de su pie derecho se golpeó contra una piedra que sobresalía del suelo.
Eso había dolido.
El Uzumaki no tuvo tiempo de lamentarse, cuando el suelo tembló y varios pilares empezaron a surgir, el no lo dudo dos veces, tuvo que saltar y llevarse a la princesa con el, evitando las estocadas de esas afiladas piernas.
"¡Derecha!"
Obedeciendo órdenes de Azula, salto hacia la derecha evitando ser aplastados por dos paredes de toca.
Y fue ella la que lo tomo de su chaqueta, para evitar una afilada roca que casi corta los genitales del Uzumaki, que sentía que ahora le debía más que la vida a la chica.
Ambos cayeron en un foso de lodo, en el que se tropezaron y cayeron uno sobre el otro, hasta que Naruto piso fuerte con la princesa en sus brazos salió de la fosa, para rodar por el medio de la plataforma.
"¡La caja!" Azula casi se lanzo a tomarla y por fin terminar con esto, pero jadeo cuando el suelo debajo de ella se hundió a una larga caída, por suerte ella pudo aferrarse a una roca que sobresalía del suelo.
Desafortunadamente Naruto no tuvo esa suerte, ya que el piso bajo sus pies cedió, y termino colgando aferrándose con fuerza de la mano de la chica, que ahora tenía que lidiar con el peso de ambos.
"¡¿Cuánto pesas?!" Gritó enojada la princesa, que no esperaba que el chico fuera una pesado, le estaba costando el sostenerse para no caer.
"Mucho, hoy hice Ramen y me comí como veinte platos"
"¡Eres una pregunta retórica tarado!" Azula tuvo que soltar la roca y clavar sus uñas en pared, cuando de nuevo toda la plataforma empezó a sacudirse.
"¡Suéltate!"
"¡¿Qué?!" ella lo miro incrédula por pedirle eso, ¿Acaso no veía la caída? Y para empeorar las paredes empezaron a cerrarse alrededor de ellos.
"¡Suéltate! ¡Confía en mí!"
"¡Ahgg!" Con sus uñas poco a poco perdiendo su agarre, Azula bajo la mirada para ver la sonrisa del shinobi, negando con la cabeza, ella no podría creer lo que estaba a punto de hacer.
Soltándose, los dos empezaron a caer.
Solo unos pocos metros, ya que Naruto empezó a girar con una corriente de viento que lo envolvía, pisando la pared lanzo a Azula hacia arriba.
Como ambos seguían tomados de las manos, fueron impulsados hacia arriba saliendo de la trampa, como un cohete que se terminó estrellando contra el suelo.
Golpeando el pilar de tierra donde estaba la caja, el alto pilar empezó a ceder por la ruptura de su base.
Cómo respuesta, toda la plataforma empezó a sacudirse con mucha violencia y fuerza, haciendo que los dos adolescentes terminaran siendo lanzados fuera de la plataforma de un solo movimiento.
La multitud se quedó en silencio, no esperaban que todo se volviera tan intenso para un juego de feria.
Pero toda esa preocupación, se transformó en gritos de júbilo cuando vieron a Naruto levantar la caja de marfil en alto.
"Creo que me rompí algo" se quejó Naruto que fue usado como colchón para amortiguar la caída de Azula, que dio un resoplido.
"Eres un bebé" se bulto la maestra fuego, que se levantó sentándose en el pecho de su cita, que gruño.
"Yo no soy quien está sentado en el pecho del otro" para su alivio y tal vez decepción la chica se levantó, separándose de el.
"Ustedes dos están locos" la encargada del puesto tuvo que admitir que estaba impresionada de que los dos adolescentes estuvieran en una pieza, "Pero un trato es un trato, ganaron no solo la caja"
"¿Hay más?" Naruto ya se había levantado del suelo emocionado pensando que abría otro premio.
"Si, se ganaron un retrato de ustedes mismos, les presento uno de los invitados más recientes de Ba sing se" chasqueando los dedos ella hizo que un anciano apareciera, cargando lo que parecía ser una caja de madera con una lente, y una sábana oscura colgando de ella, "Admiren al ilustrador"
"¿Ilustrador?" Naruto papeado un par de veces, "Eso es una cámara"
Una cámara muy antigua, que si recordaba mal solo se encontraba en tiendas de antigüedades en Konoha.
"¿Cámara? Hmmm suena mejor que 'el ilustrador', Rooh manda una carta a la fábrica, tenemos un mejor nombre para esta cosa" Encantada con la idea, la mujer ya podía saborear el dinero por la patente de este invento de su padre.
"Si, si" aburrido el anciano asintió con la cabeza, ajusto la lente y la enfoco en los dos adolescentes.
"¿Qué se supone que es una cámara?" pregunto confundida Azula, que miro confundida esa caja y antorcha que el anciano sostenía por encima.
"Tu solo sonríe"
Naruto no le dio a la chica tiempo de pensar, cuando la tomo de los hombros e hizo que se acercará a él y la hizo mirar a la 'caja'.
*Flash*
Varios minutos después, vemos a una Azula sostener entre sus manos el dibujo, o mejor llamada fotografía.
Naruto tenía su brazo derecho alrededor de hombro, y una gran sonrisa que podría deslumbrar la lente de la cámara, en cuanto a ella, estaba de pie rígida, con una expresión qué se asemejaba a la de un venado frente a los faros de una carroza.
Los dos estaban cubiertos de pies a cabeza con lodo, despeinados, golpeados y con su ropa arruinada, aún si se levaron un poco en una fuente de agua después de tomarse la foto, seguían siendo un desastre.
"Voy a quemarla" con una expresión sombría, iluminó su mano con fuego azul, lista para quemar tal fotografía.
"¡No!" el chico actuó rápido y evito que ella quemara la fotografía, "No seas aguafiestas, te vez tan tierna"
"Te voy a quemar a ti"
"Si tu no la quieres, entonces yo me quedaré" con una sonrisa divertida el decidió conservar la foto en una de sus tantos bolcillos.
"Haz lo que quieras" resoplo resignada sabiendo que pelear por quemar esa foto sería en vano.
Ambos adolescentes estaban caminando por las silenciosas calles lejos del festival, ya se estaba haciendo tarde y era hora de volver, al menos eso es lo que pensaron en un principio.
"¿Qué haces?" Azula levanto una ceja al ver cómo el chico, rompía las leyes de la gravedad, al caminar por la pared como si fuera el suelo.
"Es una sorpresa" Naruto le tendió su mano derecha para que ella la tomara, "¿Confías en mí?"
"..." la chica se tomó el tiempo de mirar la mano y luego su rostro, lentamente estiró su propia mano y acepto.
De inmediato se arrepintió, cuando fue jalada y puesta en la espalda del shinobi, que corrió para subir hasta el techo del edificio.
Por reflejo Azula se aferró con fuerza envolviendo sus brazos alrededor del cuello del Uzumaki, cuando esté dio un salto que hizo que los dos se elevarán a una gran altura.
"Aire... control" La princesa quedó en shock, por el viento que parecía salir de los pies y espalda del shinobi, que los impulso para que ambos adolescentes se quedarán suspendidos en el aire varios segundos, hasta que empezaron a caer de nuevo.
Pero no sobre el suelo, sino encima de la gran muralla de Ba sing se.
"Este es un buen lugar" Naruto aterrizó con tanto cuidado como pudo y dejo que la chica se pusiera de pie.
Los ojos de la princesa brillaron al ver toda la gigantesca ciudad de Ba sing, con miles de linternas y fogatas que iluminaban la oscura noche para todos.
Nunca pensó que algo tan simple, como lo era subir a un lugar alto y mirar a una ciudad, podría ser algo que podría dejar sin palabras a cualquiera.
"¿Es bonito verdad?" Naruto también tenía la misma línea de pensamiento que la chica, desde la primera vez que escapó por las noches de la mansión en que lo obligaron a vivir, vino aquí.
Le gustaba la paz.
Le gustaba el silencio.
Le gustaba la nostalgia en su pecho.
"Me recuerda a mi hogar"
No podía recordar las veces que había subido por los muros de Konoha por las noches, para apreciarla en su mejor momento, soñando con algún día subir en el futuro y que su rostro este en las montañas de los Hokages.
Con cuidado el chico se dejó caer para sentarse en el borde del muro, no paso mucho para que Azula también hiciera lo mismo.
"Tu hogar... ¿Era algo como esto?" rompiendo el silencio entre ellos, ella le dio una mirada curiosa al chico ninja.
"Si, es una aldea en su mayoría de chozas de madera y varios recintos de clanes, nos rodea una gran muralla como esta, en una montaña hay varios rostros de nuestros anteriores líderes, grandes héroes..."
"..." Sonaba como un lugar interesante para la princesa, "¿Tienes familia?" esa fue una duda que siempre le dio curiosidad, y por la expresión del adolescente, ya se daba una idea de cuál sería su respuesta.
"No, soy huérfano desde pequeño"
"¿Y nadie quiso adoptarte?" ella no era sutil con sus preguntas, pero ahora que tenía la oportunidad, quería saber más, quería saberlo todo.
"Supongo que nadie podía soportar el estilo Uzumaki"
"¿Por qué haces eso?" ella lo veía.
Su sonrisa forzada, ocultando cosas que ella tal vez no llegaría a saber.
"¿Me dirás la verdad?"
Naruto se sentía atravesado por la mirada de la chica, que podía ver fácilmente a través de su fachada.
Dudoso el adolescente le devolvió la mirada a la princesa, que esperaba una respuesta y no lo dejaría hasta que se la de.
"Había personas en mi aldea, que me odiaban, mucho" lentamente Naruto fue abriendo su chaqueta y levantó su camisa, ante la mirada atenta de la maestra fuego, "Algo que hizo que fuera visto como un monstruo..."
"¿Monstruo?" Azula parecía estremecerse solo por esa palabra.
"Recuerdo sus miradas, odió, frialdad, furia, sus susurros... me llamaban monstruo... demonio... me querían muerto"
¿Por qué?
Azula se lo pregunto uno y otra vez.
¿Por qué?
¿Por qué un pueblo pediría la muerte a un niño que llamaban monstruo?
El era... todo lo que ella alguna vez odio en una persona.
Feliz.
Despreocupado.
Alegre.
Optimista.
Y más que nada amado.
El equipo Avatar, y quién sabe cuántos más habían formado un lazo tan estrecho con el.
Ty Lee y Mai, también lo hicieron, con el poco tiempo que estuvieron con el.
Uzumaki Naruto... era una persona, que tenía un aura de confianza, pasión, optimismo y alegría, que simplemente hacia que sea imposible odiarlo, te hacía querer seguirlo en su camino.
"¿Por qué te llamaban monstruo?" murmuró en voz baja, chocando miradas con el.
Su respuesta fue, empezar abrir su chaqueta y dejar mostrar su estómago.
"¿Qué es eso?" Azula lo vio, un extraño dibujo en el estómago del shinobi, que se veía muy detallado y complejo, con lo que parecía ser un espiral en el medio y varias ranuras que ella no podría leer, aunque lo intentara.
Recordaba haberlo visto, aquella vez que estuvieron atrapados en esa cueva, pero ahora.
La curiosidad fue grande, sea lo que sea sentía, que era algo muy peligroso, muy poderoso.
Naruto no impidió que la chica pasará sus dedos por el sello, no era como si sintiera cosquillas, cuando enfocaba chakra en su estómago, por alguna razón la sensibilidad en esa zona era casi nula.
"Tengo una carga" por primera vez en la noche, la voz de Naruto se volvió casi un susurro, carecía de toda esa alegría y despreocupación que lo caracterizaba.
"..." Azula observó en silencio, como el paso su mano por el sello.
"Es una carga... que hizo mi vida difícil, complicada... y blanco del resentimiento y odio de muchas personas"
"¿Qué es?" ella quería saber que era, lo que significaba este dibujo.
¿Que podría hacer? Que toda una aldea odiara y temiera a un niño.
Debía de ser algo peligroso... y muy poderoso.
"Espero nunca tengas que saberlo"
Naruto bajo su camisa y abotono su chaqueta, ocultando el sello ante la mirada de decepción de la maestra fuego.
"..." con un suspiro de resignación, dejo de pensar en eso, si el no quería decirle lo que significaba ese dibujo, que así sea, no iba a pelear con él, solo para saber la verdad.
Pero... monstruo.
¿Acaso el sabía lo que era ser mirada por temor?
Tal vez...
"¿Tu que recuerdas de tu hogar Azula?" la pregunta de Naruto, hizo un cambio de 180°, en que ahora se concentraron en ella.
Ella frunció sus labios por esa pregunta, cualquier otro día se hubiera negado a decir una palabra, pero ahora, podía darse el lujo abrirse a el.
"Me crie en la mansión más grande y fortificada del país, con cientos de pasillos y habitación que nunca fueron usadas, sino fuera porque nuestra madre siempre nos acompaña a Zuzu y a mí de niños, nos hubiéramos perdido muchas veces"
Sus palabras eran vacías y carente de emociones como la expresión de su rostro, con sus ojos enfocados solo en las infinitas estrellas en el oscuro cielo.
"Suena como un dolor de cabeza, es una suerte que siempre hayan tenido a su madre"
"Si... madre nos cuidaba siempre" esa máscara de frialdad se rompió, tan pronto como se habló de su madre, dejándola con una expresión ensombrecida.
"¿Cuidaba?" Naruto no pudo evitar hacer hincapié en esa palabra.
Azula miro unos momentos al chico, para lentamente levantar su mano derecha y que de esta naciera una pequeña llamarada de fuego azul, que iluminó el rostro de ambos,
"Antes de despertar mis llamas, Madre siempre pasaba tiempo con nosotros, siempre jugaba y reía, era... divertido" dijo con una sonrisa triste en sus labios.
"..." Naruto vio curioso como la llama dejo de ser armonía, para crecer y agitarse con furia.
"Cuando cumplí 4 años, mis llamas se encendieron y mi padre, a quien veíamos solo pocas veces a la semana, quiso que pasara todo el tiempo con el, con la excusa de que me enseñaría a dominar mi don" la expresión de la chica era solo de melancolía, mientras seguía mirando la pequeña llama en sus manos, "No me había dado cuenta de cuánto, me distancie de madre hasta que fue tarde"
"Debió ser duro para ti"
"No, yo quería que sea así, mi padre decía que el apagó emocional solo era una carga que nos impedía explotar todo nuestro potencial, yo quería ser como padre, quería... que se sintiera orgulloso de mi" con una sonrisa amarga, podía ver aquella niña en el corazón de las llamas azules.
Una niña fría.
Burlona y maliciosa.
Pero sobre todo... egoísta y con una eterna sonrisa oscura en sus labios.
"El tiempo fue pasando, me fui volviendo más lejana de mi madre y hermano, solo tenía ojos para mí padre, mi razón de vivir fue solo seguir sus pasos para cumplir esas expectativas, que el tenía en mi"
"..." Naruto le dio una mirada triste a la chica, por pensar como los niños nacían buenos, pero al final terminan torcidos, por sus padres y el mundo que los hacía cambiar.
"Fue hace diez años... cuando cometí un pecado que jamás olvidare"
"..."
"Mi primo había muerto, lo recuerdo, era el hijo de mi tío Iroh, siempre sonreía y hacia bromas, extrañamente... me recuerdas a el, al menos un poco"
"..." Naruto se mantuvo en silencio escuchando, mientras ella seguía mirando el cielo, sacando de su pecho recuerdos, que había querido olvidar hace mucho.
"Su muerte fue significativa para la familia de la realeza de la nación del fuego, no tanto por el cariño que nos teníamos, sino por el hueco que dejó en la línea del trono"
"¿Línea del trono?"
"El había muerto, el único hijo del legendario dragón del oeste, e hijo mayor del señor del fuego, y era más que obvio que nuestro Tío no tendría más hijo, el que tenía era lo que más amaba en el mundo, eso lo dejo destrozado"
"¿Qué tiene que ver esto con la línea del trono?"
"Iroh perdió la voluntad y fortaleza para ser un sucesor digno para el trono, al menos eso era lo que decía nuestro padre... que decía que perder su hijo, lo hizo débil y blando"
"..." El Uzumaki no pudo evitar apretar sus dientes con furia por escuchar eso.
¿Era debilidad llorar por la perdida de un hijo?
Nunca deseo tanto tener al señor del fuego ante el, solo para romperle la cara y cada hueso de su cuerpo.
"Incluso nuestro abuelo vio con malos ojos tales palabras de mi padre, diciendo que no tenía el derecho de decir algo así, sin saber lo que se sentía saber, el profundo dolor de perder un hijo"
"..."
"Yo recuerdo esa noche... estábamos en una de las tantas prácticas con mi padre, lo veía molesto por lo que le dijo el abuelo, yo..." los labios de la chica parecían temblar, dudando en seguir hablando, tragando el nudo en su garganta, pudo seguir, "Yo... misma le dije a mi padre, lo que el me enseñó..."
Naruto tenía miedo de preguntar, pero tuvo que hacerlo, "¿Qué te enseño?"
"'No temas tomar la oportunidad si nadie más lo hace, no importa que sea'"
Ella repitió al pie de la letra, unas de las primeras enseñanzas de su padre.
Azula se sentía enferma.
¿Cuántas vidas habían arruinado esas palabras?
No lo sabía.
"Yo... yo solo quería ver a mi padre feliz y le di una idea, ¿Por qué no tomar el poder? Quería que mi padre estuviera ahí arriba, conquistando el mundo y yo ser su mano derecha, para algún día ser la que tome el poder..."
Ella le dio la idea de matar a Zuko.
Ella le dio ese empujón a su padre, a tomar una decisión que destruyo su familia.
Que trajo la muerte de su abuelo, la coronación de su padre y la muerte de su madre.
Todo... fue su culpa.
"Yo era un monstruo"
Aún con todo lo que hizo, y había hecho a lo largo de los años, aun con su viaje de expiación, sin importar que tanto intente escapar de su pasado y vivir una nueva vida, en que ahora ayude a las personas.
Seguía siendo ese monstruo que destruyó tantas vidas.
El corazón de la chica casi se detuvo, cuando sintió una mano tomar la suya, y otra en su rostro.
Su mejilla fue tomada por el Uzumaki, que la hizo ladear la cabeza y mirarla a los ojos, no pudo moverse, no pudo escapar de él, ni de unas claras palabras.
"No eres un monstruo"
Fueron las fuertes y claras palabras de Naruto, que sostuvo con fuerza la mano de la chica, mientras apoyaba su mano en su mejilla, no dejándola desviar la mirada.
"Tu..." Los ojos de la chica luchaban por contener sus lágrimas, emociones extrañas remolinaban en su pecho, haciendo que le costará respirar, y su corazón parecía que estallaría en su pecho, "No... no has visto lo peor de mi..."
Ella quería apartarse de él, no merecía su preocupación.
No merecía su bondad.
No merecía sus dulces palabras.
El no merecía alguien como ella.
"Tal vez..." la expresión del Uzumaki era suave y confortante, acariciando con su pulgar la mejilla de la chica, para evitar que las lágrimas se derramen por su rostro, "Tal vez no..."
"..."
El no la dejaría ir.
No la dejaría sola.
"Yo se que los monstruos no sienten culpa...y al escucharte, se que la sientes Azula, se que, si tú pudieras viajar al pasado, si pudieras, sé que tú lo hubieras cambiado todo" dijo con calma, con seguridad, y más que nada fe en sus propias palabras.
El no veía un monstruo... solo alguien que todo muchas malas decisiones.
Azula lo miro a los ojos, "¿Por qué creerías eso?" murmuró confundida.
"Porque yo creo en ti, creo... no, estoy seguro de que eres una buena persona"
Esas palabras.
Cada una de esas palabras se colaron profundamente en el corazón de Azula, que sintió su interior romperse.
Sus palabras... sus brillantes ojos azules... esa sonrisa.
Bondad.
Felicidad.
Fe.
Confianza.
Cariño...
El tenía una sonrisa hermosa.
Azula casi cayó, cuando de forma inesperada unos brazos la rodearon, su corazón latía como loco cuando sintió el cálido cuerpo de Naruto, choco con el suyo en un fuerte abrazo.
Su cabello dorado hacia cosquillas su nariz, el aún era un poco más bajo que ella.
Sus brazos eran fuertes y la apretaban contra él, no se zafaría de él, aun si luchara con todas sus fuerzas para hacerlo.
Sentía su cálido aliento rozar su cuello, le hacía tener un agradable escalofrió en la espalda.
Lentamente ella levantó sus brazos, que se sentían como plomo, casi parecía temblar en duda de que hacer, al final sus brazos se movieron solo, para devolver el abrazo.
El tiempo... fue extraño.
La realidad... fue extraña.
Ninguno de los dos adolescentes se aparto, en lo que fue el abrazo más largo que alguna vez cualquiera de los dos, dio en sus vidas.
Y Azula lo disfruto cada segundo.
No podía evitar devolver el abrazo con más fuerza.
Aspirar hondo, el singular aroma a flores, bosque, tierra y también a comida, que el tenía.
Pero más que nada, ella disfrutaba de su calidez.
Esto... era lo que ella necesitaba.
Alguien que la mirara con cariño, que sin importar lo desequilibrada, manchada y sucia que este su alma.
Alguien que la abrazara y le diera un cariño especial.
Esto no era como con su tío y hermano.
Era algo que quizá no comprendía.
Esto... era... ¿Amor?
Azula casi clavo sus uñas en la espalda de Naruto, y una mirada de pánico vino a su rostro por un solo segundo, cuando el empezó a alejarse de ella.
No quería que se alejara, no quería perder esta sensación de calidez.
Volviendo a centrarse, la maestra fuego soltó lentamente al chico ninja
Naruto parecía ignorar la forma de comportarse de ella cuando se separaron, el solo estaba feliz por haber hecho sentir mejor a la chica consigo misma.
"Creo que es hora de ver qué hay aquí"
El ahora otra cosa en que centrarse, como el revisar la caja por la que terminaron golpeados y bañados en lodo,
"¿Eh?" el ladeo la cabeza cuando se dio cuenta que no podría abrir la caja, tal vez era tan vieja que ya se trabó.
Frunciendo el ceño, empezó a forcejear con la caja, sorprendentemente él marcial era más duro de lo que creyó en un principio.
Cuánto estaba a punto de romper la caja con fuerza bruta, escucho un sonido.
*Click*
Con una mirada en blanco, Azula giro la manecilla que mantenía la caja cerrado, y no pudo contener una sonrisa al ver el sonrojo de vergüenza por parte de Naruto, que tosió incomodo luego de ese penoso momento.
"Ya la había aflojado" murmuró entre dientes desviando la mirada.
"Claro que si"
Naruto en un principio miro raro por la forma de reír, tan sorprendentemente femenina de Azula, no pudo evitar contagiarse de su risa y terminar haciéndolo también.
Luego de las cortas risas, volvieron a centrar su atención en la caja.
Los dos adolescentes miraron curiosos el contenido del pequeño cofre.
Eran dos brazaletes negros como la noche en cada esquina de la caja, se veían muy elegantes y delicados, se miraron entre ellos y luego volvieron a mirar la caja.
Azula tomo la tarjeta que estaba entre los dos brazaletes y la leyó en voz alta.
'Separados en la dicha, unidos en el amor, alejados no son nada, pero juntos iluminaran el oscuro camino que los espera...'
"¿Qué se supone que significa eso?" se preguntó la adolescente, que miro la tarjeta al derecho y al revés.
Está tarjeta parecía como algo que su tío escribiría.
"No sé" Naruto tomo ambos brazales y se dio cuanta que tenían tamaños un poco diferentes.
No tardo mucho en darse cuenta que en realidad uno era para mujer y el otro era para hombre.
Tomando el que era para el, lo puso en su muñeca derecha, le quedaba un poco grande, para al menos se le iba a caer.
Mirando el más pequeño, tomo la mano izquierda de Azula y se lo coloco.
"¿Qué estás haciendo?" la pregunta de la princesa, se respondió sola en un curioso suceso.
Las manos de ambos adolescentes estaban cerca, lo que provocó que ambos brazaletes hicieran algo curioso, de un momento a otro empezaron a brillar en dorado, con líneas azules que dibujaban la mitad de un corazón en cada brazalete.
Inconscientemente acercaron más sus manos, hasta que sus brazaletes se tocaron, y el brillo se volviera mucho más intenso.
La luz de los brazaletes contrarresto la oscuridad que los rodeaba, iluminando con una luz blanca el rostro de Naruto y Azula.
Ninguno de los dos espero que eso pasara, y no pudieron evitar, mirar a los ojos del otro, bajo esa luz celestial, sin que lo supusieran se fueron acercando más y más.
El tiempo para ambos se fue ralentizando, sin nunca desapartar la mirada del otro se acercaba más y más hasta que inevitablemente, sintieron el cálido aliento del otro.
El beso fue... gentil.
Los labios de ambos apenas se tocaron de forma tímida, como si temieran quemarse con el mero contacto.
El segundo beso... fue especial.
Naruto apoyo con cuidado su mano en la mejilla de Azula, acercándose aún más a ella para besarla de la nuevo.
Fue torpe y brusco, pero ninguno se quejaría de eso, porque fue el mejor momento de sus vidas.
No Konoha.
No nación del fuego.
No guerra.
Solo eran el y ella.
Este era su momento, donde nada más importaba, que el suave beso que los dos compartían.
Naruto se sintió extraño y feliz, este era oficialmente el primer beso en los labios con una chica, uno muy especial que hizo que cerrará los ojos y disfrutará el dulce sabor de sus labios.
Azulo rodeo sus manos alrededor del cuello del chico y lo acerco más, temiendo que se separara.
Temiendo que se alejara y se perdiera la maravillosa sensación en su pecho, que nunca había sentido en su vida.
Disfrutaba de sus labios.
Disfrutaba la forma en sus narices se rozaban.
Disfrutaba del suave toque en su mejilla.
Disfrutaba cada cosa de este momento mágico, que hizo que no quisiera que nunca terminará.
Ellos eran dos personas... muy dañadas.
Tan parecidos, como diferentes.
Una lo tuvo todo, padres, hermano, un hogar, nunca sintió lo que era el hambre ni frío en su infancia, odiados por muchos y amada por pocos.
Otro no tuvo nada, padres, un hogar, noches sin poder dormir por el hambre o frío, odiado por muchos y amado por pocos.
Al final, los dos solo querían a alguien, que recibiera todo ese cariño que siempre tuvieron que dar, alguien que valore ese amor que querían dar.
Al parecer lo habían encontrado.
Fue casi un minuto después, en que los dos se separaron lentamente, aún mirándose a los ojos, sus cerebros tardarían en volver a encenderse y saber lo que acaba de pasar.
Apoyando sus frentes contra el otro, disfrutaron de la cercanía, con sonrisas felices en sus rostros.
"Wow..." fue la única palabra que Naruto, podría usar para describir lo que sentía.
"Si... wow" Azula sentía exactamente lo mismo, con un rubor ardiente en sus mejillas, y su corazón latiendo como martillo contra un yunque.
Ella quería besarlo de nuevo, uno y otra vez.
Quería darle su corazón, y quería el suyo.
Los dos se acercaron lentamente, para poder besarse de nuevo.
"¿Naruto?"
El bello momento fue roto en pedazos por una pequeña baja voz, que hizo que Naruto se quedará rígido, y lentamente mirara sobre su hombro, para ver a una callada Toph, que estaba de pie a pocos metros de ellos.
"Toph..." susurro incrédulo por verla ahí.
"¿Qué estás haciendo?" la voz de la chica ciega en un principio era confusa y perpleja, hasta que volvió a reimplantarse todo lo que 'vio' a través de sus pies.
Toda esa confusión de transformo me furia al saber quién era la chica que la acompañaba, la misma perra que había amenazada la vida de sus amigos, nunca olvidaría esos latidos.
Y tampoco olvidaría lo que estaba presenciando, y lo que ellos dos estaban haciendo.
"Yo..." Naruto tenía su mente en blanco, no sabía que decir o que hacer, "¡Espera!" Solo reaccionó cuando vio a la bandida ciega correr lejos de ellos.
El muro entero de Ba sing parecía sacudirse, cuando la chica ciega rompió una parte de el muro y descendió hasta abajo.
Naruto no lo pensó y tomo a Azula para saltar del muro, en una larga caída, qué terminó con el golpeando con fuerza del suelo, hundiendo sus pies en la tierra, y soltando a la princesa, la miro una última vez.
"Tengo que irme"
"..." Azula no tuvo la oportunidad de decir algo, cuando el chico ya se había ido corriendo.
Aturdida se quedó de pie, con la mirada baja, para ver su brazalete, dando media vuelta se fue a su hogar, con una gran sonrisa en sus labios.
No pudo evitar tocar sus labios con la punta de sus dedos, y sentir su corazón latir con alegría.
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Le dolía el pecho.
Sus ojos se nublaban de lágrimas.
Su garganta se cerraba.
Y no podía dejar de correr.
"¡Toph! ¡Detente!"
La bandida ciega ni siquiera se molesto en escucharlo.
Sólo siguió corriendo, pasando entre las pocas personas que aún estaban en la calle.
Nada la detuvo, hasta que llegó a la casa y derribo la puerta.
Ignoro a una sombría Katara que estaba junto a la ventana, viendo a Naruto tratar seguir a la chica ciega y pararla.
Pero está, sin decir nada, se dirigió directo a su habitación, cerrando la puerta en la cara del chico ninja, que escucho el levantar de un bloque de mármol bloqueado la puerta.
Naruto trato de abrir inútilmente la puerta, quería entrar y sólo decirle...
¿Decir que?
El no sabía, pero podía escuchar al otro lado de la puerta, como Toph parecía golpear y derriba todo lo que había en la habitación.
"Toph, por favor déjame entrar" pidió rogando, mientras trataba de abrir la puerta, pero la única forma de entrar sería rompiéndola.
"¡Púdrete!" El fuerte grito de la bandida ciega se escucho en toda la casa, "¡No entraras maldito marica de mierda!" sus gritos venían acompañados de el ruido de destrozos.
Ella trataba de apaciguar su furia y dolor rompiendo todo lo que estuviera a su alcance, al final nada de eso serviría para aliviar el dolor en su pecho.
"Toph, no hagas esto, solo quiero hablar"
El solo quería entrar y tranquilizarla, se sentía muy mal el escuchar la voz casi quebrada de la niña ciega.
Que había dejado de romper cosas, para sentarse en el medio del desastre de su habitación, abrazando sus piernas y haciéndose lo más pequeña que pudo.
Katara se mantuvo al margen de todo, lo más indicado sería esperar que las cosas se calmen para averiguar que estaba pasando, aunque tampoco tendría que pensarlo mucho.
"Toph..." Naruto no dejo de golpear la puerta varias veces.
"¡Lárgate Naruto!"
"..." en silencio el shinobi apoyo su cabeza contra la puerta, podía escuchar el suave sonido que hacia la niña.
Ella estaba llorando.
Solo pudo dejarse caer contra la puerta, y sentarse a espera que ella la abriera.
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Al otro lado de la ciudad amurallada.
Una callada Azula se sentó en su cama, con una mirada que solo reflejaba felicidad, cerro los ojos para que la escena de ese beso se repitiera una y otra vez en su mente.
"Parece que tuviste una buena noche"
Comento Zuko, que estaba en la cama de arriba, viendo con una sonrisa la expresión soñadora y feliz de su hermana menor, que acariciaba en silencio un brazalete en su muñeca.
Ante la pregunta de su hermano mayor, ella levantó la cabeza y le devolvió la mirada con una sonrisa suave en sus labios.
"Fue... perfecta"
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Chan
Channnnnn
Channnnnnnnnn
Channnnnnnnnnnnnn
Team Toph: ZERO HIJO JUETUMALDITA MADRE!!!!!!!
Zero: NIGERUNDAYOOOOO SMOKEYYYYYYYYYY!!!!
Broly/José: Que bueno que no soy el autor - andaba escondido dentro de un bunker.
Team Toph: Tu publicas el fic, así que prepara el culo!!!!
José: MANOS LES VAN A FALTAR PARA PELARME LA VERGA!!!!! >:V
Asi empezó una batalla infernal, contra los del team Toph.
En cambio, los del Team Azula estaban más que felices... Pero igual sentían un chingo de dolor por lo de Toph.
Pero como no, si ella era una de las best waifus de los lectores.
F por la Toph.
Empecenos con el debate para tratar de al menos bajar un poco la tensión caballeros.
Ahora sí, chau.
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