Capítulo 33: Volver a las raíces...
¡Estamos aquí de nuevo papá!
Ufff
Que semana la puta madre, pero estoy feliz, nada como que tu nombre salga en la lista de aprobados en el semestre, estoy tan feliz la concha de la Lora.
Bueno, ya vamos a ubicarnos, que Mamá Zero no crío a un idiota… bueno, tal vez si, pero no tan idiota.
La verdad la semana se me pasó rápida, más con la finalización de las temporadas animes que estaba viendo.
Adiós Beastars y Shingeki no kyojin, hasta el año que viene.
Los dos únicos animes que me interesaron ver esta temporada.
Aunque como tuve tiempo libre, tuve que ver un anime que hace tiempo me dijeron ver, y como Mirio también me lo recomendó, debe de estar bueno.
Kill la kill.
Que buen anime, que, si las peleas pueden llegar a haber de más y hasta cansar, Incluso siento que el anime pudo ser de 12 capítulos y hubiera estado joya.
Pero no me quejo, hace mucho no veia algo tan entretenido, si puede ser puro fanservice y echi.
Sin embargó, no se negará que es muy entretenido, con tal vez la mejor prota mujer que haya visto en el anime, aunque tampoco es que haya mucha competencia en cuánto anime, ya que Protas mujeres con más del género romance anime, y yo no veo mucho de eso.
Mi vida ya es suficientemente agria, como para ver animes de romance que cuentan historias, que yo, en la puta vida voy a experimentar.
Bueno, ya me alargué demasiado.
Volvamos a lo que nos compete.
Lector: ¿De lo mal que quedaron los Team Kong?
No, bueno un poco, Ay mi precioso gorila gigante, diste lo mejor y por eso te banco.
¡Ya no más vueltas! ¡Disfruten del capítulo!
Disculpen los errores ortográficos.
"hablar" personaje hablando.
"Hablar" personaje pensando.
"Hablar" nombres de las técnicas.
(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.
############ Cambio de escenario o lugar.
Capítulo 33: Volver a las raíces…
Templo aire del Oeste.
Uno de los monasterios solo usados por las maestras aire.
Era una tradición que los hombres y las mujeres vivan en templos diferentes, solo cuando se tenga la edad adecuada tendrán la libertad de salir de los templos y buscar a quien será la pareja de toda la vida.
Y en caso de que tengan descendencia, con habilidades de aire control, se debería de llevar al templo más cercano para su formación, al menos eso era la mayoría de los casos.
El templo del oeste era conocido por su singularidad de estar de cabeza, literalmente, estaba de cabeza colgando a un vacío a una caída mortal.
Naruto no quería imaginarse como construyeron este lugar en primer lugar.
Pero había otro problema que no dejaba de molestarlo.
"¿Por qué uso vestido?"
"No es un vestido, es una túnica"
"Aagn, si es largo y siendo el viento en mis bolas, créeme, es un vestido"
Aang negó con la cabeza, divertido por las quejas de su amigo, que estaba usando unas de las túnicas de las maestras aire, él no tenía que saber que era para mujeres, era lo único que encontraron en el lugar en ruinas.
El Avatar cumplió su palabra, luego de la desagradable noche en Ba sing se y ser obligados a esperar, decidió que era mejor no perder el tiempo y aunque le duela.
Appa tenía que esperar, este entrenamiento era necesario.
Tenía que ayudar a su amigo a ver, si en verdad tenía aire control.
Lo primero era la ropa, las vestimentas sueltas y abiertas de los monjes les hacía aprovechar cada ventisca que pudieran usar a su favor.
Lo segundo, era el significado.
"Ven amigo"
Naruto siguió al chico calvo, que lo guío hasta un risco, dónde había dos pilares de madera, con solo un giro el Avatar voló para aterrizar sobre uno de los pilares de madera y sentarse en clásica posición del loto.
"Emmm" el shinobi no pudo evitar mirar hacia abajo, los pilares de madera colgaban a una caída muy larga, "¿No quieres solo sentarte en una silla y hablar como la gente normal?"
"No, esto es necesario"
"Oh viejo" de un salto el rubio aterrizó en el poste de madera e imito lo mejor que pudo la pose del Avatar, "¡Estoy listo para la primera lección Aang-sensei!"
"¿Aang-sensei? Suena bien" sonriendo el chico sintió una sensación de Nostalgia al mirar a su alrededor, no pudo evitar dar un profundo respiro, el aire frío de las montañas, siempre le recordaba su hogar, "Yo nací en este templo y cuando cumplí los cuatro se me fue asignado un maestro, que luego me llevaría al templo aire del norte, pero no sin antes decirme lo que es ser un maestro aire, el me dio la charla más importante de mi vida y yo espero hacerla contigo"
La imagen por un segundo parpadeo, en dónde estaba sentado Naruto ahora estaba un pequeño Aang de cuatro años, y en el lugar del Avatar estaba el maestro Gyatso, fue una imagen que hizo que el monje se emocionará.
"Hace mucho tiempo, antes que las personas pudieran controlar los elementos, nuestros antepasados vivían en las altas y rocosas montañas que hoy son el lugar de nuestros templos, la vida era difícil, pero ellos eran perseverantes"
"…" Naruto estaba en silencio escuchando atentamente al monje.
"Ellos tenían problemas en conseguir la fruta más deliciosa de la copa de los árboles, de defenderse de los que perturbaban su paz, pero siempre manteniéndose positivos, por qué no importa que obstáculo haya, el viento siempre avanza"
"Es un buen lema"
"Si, lo es… nuestra gente siempre fueron personas que agradecían cada día de vida, y no pedían mucho, más que el pan de cada día y el poder respirar el aire fresco de las montañas, pero… siempre tuvimos un deseo, el deseo de poder volar, de poder ser como los bisontes, que vivían vidas tranquilas y buenas volando, evitando el conflicto… anhelaban la libertad"
"Puedo ver qué la consiguieron" murmuró Naruto sintiendo el frío viento de la montaña correr alrededor de ellos, moviendo su cabello de un lado a otro.
"Lo que tanto quisimos se nos fue dado, nos dieron la libertad de volar como los bisontes y defendernos, es un gran regalo que hoy en día siempre estaremos agradecidos" termino su relajo el monje.
Que hizo un gesto de manos, y pronto de la nada se formó un pequeño remolino de viento rodear su mano derecha.
Este era el elemento que lo representaba, que ahora solo el en el mundo lo tenía, él era el último maestro aire.
O tal vez no.
Naruto atrapó una pequeña hoja, movida por una corriente de aire manipulada por Aang, que también tenía una hoja en sus manos.
"La primera lección, es mover está hoja" explicó levantando la hoja entre sus dedos y con solo moverlos un poco, hizo que una burbuja de aire sacudiera la hoja en todas direcciones.
Hasta que finalmente salió volando hacia arriba, y está fuera arrastrada por las corrientes de vientos de la montaña.
"¿Mover la hoja?" repitió Naruto, que había mirado en silencio, la manipulación del viento, era increíble.
"Si" Atrapando una segunda hoja, traída a el, por una corriente de aire, el la sostuvo entre sus manos e hizo una pequeña pelota de viento, que agitó a la hoja de un lado a otro, "Inténtalo"
Casi de inmediato Naruto creo una esfera.
Pero no de aire, sino de chakra azulado que destruyo la hoja.
Eso no había sido aire control, era un Rasengan a medias.
Al ver el fallo de su amigo, Aagn hablo de nuevo.
"Recuerda que tienes que usar el viento a tu alrededor, no debes destruir la hoja, solo moverla… respira y concéntrate, el meditar es el primer paso para dominar el aire control" aconsejó Aang que tenía sus ojos cerrados y dando un suave suspiro, hizo que la hoja bailará a su alrededor en un perfecto círculo.
Atrapando otra hoja en el aire, Naruto lo intento de nuevo, está vez cerrando los ojos y dejando de usar Chakra, para usar algo más, algo que sabía que tenía, pero aún no sabía cómo usarlo y menos despertarlo.
Fue muy difícil para el intentar meditar, el quedarse completamente quieto.
Solo a los diez minutos, sentía todos sus músculos hormiguear y palpitar.
Fue una sensación desagradable y tediosa.
Pero Uzumaki Naruto no le daría la espalda a un reto.
#########################
Azula bostezo, abriendo los ojos se quedó unos minutos recostada en la cama, en el pasado siempre que habría los ojos, inmediatamente tenía que levantarse, con siempre una molestia que la hacía empezar el día con un ceño fruncido.
Pero ahora, mantenía una expresión tranquila, con sus ojos dorados enfocados en el techo de madera.
Era extraño como una vieja cama como en que la que dormía ahora, era mucho más cómoda que la que tenía en el castillo que alguna vez fue su hogar.
Le costaba levantarse, solo por estar demasiada cómoda, hasta quería volver a cerrar los ojos y dormir un poco más.
Sin embargó, al escuchar el sonido de platos golpear contra la mesa, dirigió su mirada hacia su hermano mayor, que estaba en la mesa de la cocina, preparando el desayuno.
Con todos los clientes nuevos que había traído su tío con su té, les dio el lujo de tener mejor comida.
"Es para ti" Zuko puso aún lado de la mesa un tazón de cereal con leche, mientras se servía el mismo un tazón también.
Saliendo de la cama, Azula se estiró hasta que su espalda tronara, peinando un poco su cabello se levantó para sentarse junto a su hermano en mesa, "Gracias" al menos tenía que agradecer el gesto.
"Es raro escuchar eso de ti" murmuró con sequedad, mientras también se sentaba junto a su hermana menor.
Aún con el paso de las semanas, ninguno de los dos hermanos, podría acostumbrarse a esto, alto tan simple y sencillo como podría ser solo el desayunar juntos.
No podrían recordar la última vez que se sentaron en la misma mesa, para desayunar.
"No te acostumbres" gruño en respuesta Azula, que empezó a comer.
El silencio entre los hermanos fue largo, por primera vez en mucho tiempo estaban solo ellos dos, su tío se había levantado temprano para salir a comprar algunas cosas, aunque ambos se hablarán e interactuaran más de lo que alguna vez lo hicieron de niños, la tensión seguía ahí.
"¿Qué pasó esa noche?"
Y la tensión se volvería mucho más pesada.
"¿Qué noche?" Pregunto curiosa Azula por la mirada penetrante de su hermano.
Que tenía una mirada aún más penetrante que la suya, no podría ser menos así, considerando que estaba sacando a la luz un tema demasiado delicado para ellos dos.
"La noche que ambos nos escabullimos… para ver a nuestro padre ante el abuelo, quiero saber la verdad…" él no estaba pidiendo la verdad, la estaba exigiendo.
"Te dije la verdad" la expresión de la chica se volvió más intensa, "El abuelo estaba enojado por el atrevimiento de nuestro padre, de decir que cuando el tío Iroh perdió a su hijo, se había vuelto débil e ineficiente, que ya no era una opción para el trono"
"¿Era verdad? ¿Qué el abuelo pidió que nuestro padre sacrificara a uno de nosotros?"
"…"
Zuko nunca olvidaría esa noche, en que tal vez vio la peor faceta de su padre.
Azula tampoco al parecer, debido al largo rato que se quedó en silencio sin decir una sola palabra, lentamente dejo su cuchara en el tazón, y giro su cabeza para mirar a los ojos a su hermano mayor.
"Si…" esa sola palabra apenas había escapado de sus labios, e hizo que la tensión fuera como muy densa para ambos adolescentes.
"…" Zuko solo apretó sus puños, sin dejar su expresión dura y fría, mientras seguía mirando a los ojos a Azula.
Que decidió continuar.
"El… el abuelo quería que nuestro padre sintiera el dolor de nuestro tío… el peor dolor imaginable que un padre podría sufrir, como una prueba… una prueba que nuestro padre no dudo en aceptar"
Azula se había quedado esa noche, para escucharlo todo y aun cuando tenía cuatro años, y algunas palabras se habían borrado de sus recuerdos, aún sabía exactamente lo que había sucedido esa noche.
La caja de Pandora fue abierta, y los recuerdos más oscuros entre ambos hermanos salieron a la luz, uno que Zuko a veces deseaba el poder borrar.
"¿Lo que dijiste esa noche… en mi habitación?" su pregunta fue lenta, pero directa, algo que hizo que la mirada de Azula se oscureciera por su cabello.
"Yo…" un nudo se estaba formando en su garganta, las palabras estaban costando salir de ella, pero ignorando los sentimientos de mal estar en su pecho, siguió, "Sé que te dije que deseaba que fueras tú, el que fuera desterrado, pero… también sabes cómo yo, que no iba a ser un destierro"
Lo que se había decidido esa noche, era algo que cambió la vida de ambos hermanos para siempre, algo que los marco hasta ahora, y por sus miradas, era obvio que sabían la verdad
"No… no iba a ser un destierro" murmuró Zuko, casi como si decir eso fuera una blasfemia, algo, aunque fuera doloroso, era la verdad.
Y como siempre, la verdad podría ser peor que la mentira.
Y la verdad era, que su padre iba a sacrificar a uno de ellos, con tal de probar que era digno del trono del señor del fuego.
Ambos hermanos se quedaron en silencio un tiempo, con la mirada gacha.
"Ese chico tenía razón…"
"…" Zuko vio los puños de su hermana temblar, clavando sus largas uñas en la madera de la mesa.
"Soy un monstruo…"
Esas palabras fueron como ácido para Azula, que dejó las marcas de sus uñas en la mesa, y se aferro a su bufanda con todas sus fuerzas, hasta el punto de casi rasgarla.
"…" era la primera vez en mucho tiempo, que Zuko vio a su siempre arrogante, decidida y tranquila hermana menor romper esa máscara que… la caracterizó toda una vida.
Ahora, su postura, sus ojos, parecía una muñeca de cristal a punto de romperse.
"Yo quería que tú murieras… yo quería que tú fueras el sacrificio de padre…"
Finalmente pudo decirlo.
Palabras que siempre había guardado para ella misma, y que ninguna otra persona en el mundo había escuchado.
Lo había dicho… con una voz casi quebrada.
"…" Zuko sintió su propio pecho dolor, por escuchar lo que siempre pensó, pero que ahora ella lo dijera, su propia hermana menor… era algo difícil de procesar.
Incluso peor que el hecho, de su padre, pudo haberlo hecho.
Azula, ella ya no pudo mirar a su hermano a los ojos, mientras continuaba diciendo uno de los mayores secretos, que pensó que los llevaría a la tumba.
"Yo… yo… pensé… pensé que, si tú no estabas, por fin madre me miraría como lo hacía contigo, que sería la única en la línea al trono… que lo tendría todo" su voz se volvió tan temblorosa como sus manos, que estaban desgarrando la tela roja de su bufanda, que uso para cubrir su rostro.
Vergüenza.
Asco.
Odió hacia si misma.
Tantas emociones oscuras que siempre habían estado ahí.
"Yo… yo… lo siento Zuko"
El silencio se había vuelto ya insoportable, para Azula que no podía dejar de temblar, la imagen que se tenía de sí misma cuando era una niña.
Era todo lo que dijo Jet.
Ella era un monstruo, lastimaba y manipulaba a los demás con tal de conseguir lo que quería.
"Tienes la misma mirada que las personas que me arrebataron todo… mi pueblo… mis amigos… mis padres"
Ella no era diferente a su padre, el mismo hombre que marco a su hermano mayor y desterró para que jamás volviera, cumpliendo una tarea que jamás lograría.
"¡Ustedes nos lo arrebataron todo! ¡Ustedes acabaron con la vida de miles y arruinaron la de millones!"
Había matado personas, muchas de ellas por nada, soldados enemigos, sus propios soldados… civiles que solo se negaron a inclinarse ante alguien como ella.
"¡No me importa por qué están aquí o por qué decidieron dejar su nación! Pero… se que uno maestro fuego siempre será lo que es… un monstruo, ¡¿Qué hemos hecho nosotros para que ustedes nos ataquen?! ¡Nos aplasten y escupan como basura! ¡Ustedes empezaron una guerra que no terminara hasta que todos nosotros estemos muertos y solo ustedes queden de pie!"
Todo lo hizo para lograr su meta, su objetivo.
Ser la líder suprema de la nación del fuego.
"¡Ustedes no merecen una segunda oportunidad y vivir como si no hubieran hecho nada! ¡Ustedes merecen lo mismo que el resto de su gente! ¡Morir!"
Azula dejo de temblar, cuando unas fuertes manos envolvieron las suyas, con el mayor cuidado del mundo, Zuko había bajado la bufanda roja que cubría su rostro, sin nunca dejar de sostener sus manos con todas sus fuerzas.
Pero el agarre en sus manos se fue debilitando, había dejado de ser dura y brusca.
Las manos de Zuko, envolvieron las pequeñas manos de Azula, en un agarre tan gentil y cariñoso, que solo un hermano mayor podría dar.
En el silencio sepulcral, todo para los dos hermanos no importaba, solo se quedaron tomados de las manos, con sus miradas cruzándose.
"Yo… te perdono Azula…"
Las suaves palabras de Zuko, fueron solo un murmuró que solo su hermana menor pudo escuchar.
"…"
"Madre… hubiera querido que nos quedemos juntos, que siempre nos cuidemos… eso, es lo que ella hubiera querido y es lo que vamos a hacer…"
Azula sintió su interior desmoronarse, su visión se estaba nublando por las lágrimas que bajaron de sus ojos, aun así pudo ver la expresión de su hermano mayor.
El… estaba sonriendo.
Ninguno de los hermanos supo cuánto tiempo estuvieron tomados de las manos, disfrutando de su primer momento como hermanos en sus vidas, que termino con Zuko levantándose de su silla.
Para acercarse a ella, y envolver sus brazos alrededor de su hermana menor, que se quebró, devolvió el abrazo con todas, mientras lloraba con fuerza contra su pecho.
No muy lejos de ellos, detrás de una de las paredes de la pequeña casa, estaba Iroh que sostenía entre sus manos un florero con flores.
El rostro del anciano era de solo felicidad, no pudo contener las pequeñas lágrimas que bajaron de sus ojos, lágrimas que cayeron sobre las orquídeas blancas que tenía en el florero.
Se alegraba de haber vuelto un poco antes, para escuchar, tal vez no el fin, pero si el comienzo de la salvación de una relación rota de dos hermanos, que poco a poco iría restaurándose.
Para ser un amor, tan puro cómo podría simbolizar estás flores, que significaban amor puro.
Como el amor y cariño que hay entre hermanos.
#########################
"Ahggg…"
"Las bananas ayudarán a tus calambres"
El día había pasado demasiado rápido, o demasiado lento.
Diferentes puntos de vistas para Aang y Naruto, el primero apenas se había dado cuenta de que había pasado varias horas meditando, mientras que el segundo, apenas podía moverse ahora luego de pasar horas inmóvil tratando de meditar y sacar a flote su chakra elemental.
Cabe decir que no lo logró, pero al menos le ponía empeñó.
Tirado en el suelo y mirando la fogata, Naruto continúo comiendo las bananas traídas por el monje, todo sea para aliviar sus adoloridos músculos, no sabía que quedarse completamente quieto meditando, podría ser más agotador que un entrenamiento físico extenuante.
Siempre se aprende algo nuevo.
Algo nuevo que dolía.
"Para tu primer intento de meditación, lo hiciste bien" dijo Aang, en un intento de levantar el ánimo a su amigo, que gruño adolorido aún en el suelo.
"¿Cuánto tardaste en dominar este ejercicio?" cuestionó levantando la cabeza del suelo.
"Una hora" El monje sonrió de forma tímida por la mirada en blanco del rubio, que se dejó caer con pesadez.
"Y yo ni siquiera e avanzado" pensó mirando una de las tantas hojas volar sobre ellos, en este lugar el viento siempre corría y como había muchos árboles, las hojas no dejaban de volar en el aire.
"Naruto…" llamado la atención del Uzumaki, el monje lo miro a los ojos, "Lo que dijiste a Long Feng, fue… fue lo correcto"
"Eso espero, aunque no puedo negar que tal vez tenga razón, si tuviera el valor iría ahora mismo a terminar esta guerra, podría hacerlo, pero…"
"Un genocidio no es un buen final para una guerra de 100 años ¿Verdad?"
"Si… y de serte sincero nunca mate a nadie, aunque sé que algún día tendré que hacerlo, tarde o temprano, después de todo soy un shinobi" dijo con resignación.
"Yo fui criado con la idea de que todas las vidas son preciosas, aún con todos los pecados que uno puede tener… la idea de terminar con una vida…"
"¿Crees que podrás matar al señor del fuego cuando llegue el momento Aang?"
Naruto no necesitaba escuchar una respuesta, podía ver la duda en los ojos de su amigo, no podía culparlo por hacerlo, lo que acababa de preguntar iba en contra de todas sus creencias.
Era como alguien le pidiera que destruya Konoha, para salvar al resto del mundo, no podría hacer eso al lugar que él consideraba su hogar, aún con toda la mierda que vivió ahí, su lealtad estaba en su aldea.
"De serte sincero, no sé qué haré cuando llegue el momento de enfrentarme al señor del fuego, ¿Quién me garantiza que derrotarlo termine la guerra? ¿qué me dice que no habrá más soldados que seguirán peleando aún con su líder caído? ¿Qué pasa… si fallo?"
Naruto no tenía la respuesta, pero ninguna de esas preguntas, ni siquiera sabía qué decir para hacer sentir mejor al Avatar, pensar que toda esa responsabilidad y peso del mundo caía en los hombros de una sola persona.
"No vas a fallar Aang"
"…" el monje levantó la mirada de la fogata, para encontrarse con la sonrisa brillante del Uzumaki, que lentamente se levantó para sentarse y estar frente a frente con el.
"Porque estaré ahí, todos estaremos ahí para terminar con esta tonta guerra, de una vez por todas y que las personas vivan en paz, te doy mi palabra que lo haremos, todos juntos"
"…" sin poder evitarlo el chico sonrió agradecido por las palabras de aliento, tenía suerte de tener un buen amigo.
"Y luego solo te concentradas en tener muchos hijos con Katara, estos templos no se van a llenar solos ¿Sabes?" La sonrisa del rubio creció, al ver lo rojo que se puso el Avatar.
"¡¿Tu-u sabes que me gusta-a?!"
"Vamos amigó, puedo parecer un tarado, pero sé cuándo hay amor en el aire"
Por alguna razón el sentía que el mundo le estaba gritando hipócrita en la cara, pero ignoro esa sensación.
"Bueno… eh… supongo que hay que repoblar ¿no?" dijo con una sonrisa tímida el calvo, que no podía evitar imaginar, como serían sus hijos en el futuro, "¿Tú crees que tienes a alguien especial?"
"Mhe, las chicas me detestan, no creo que hay una chica lo suficientemente loca como para que yo le guste"
Otra vez Naruto sintió la rara sensación de que el mundo quería darle un golpe en la cara por lo que acababa de decir, pero de nuevo la ignoro.
"Bueno, tu y Toph parecen muy unidos"
"Somos amigos, es así como es"
"Yo creo que le puedes gustar más que como un amigo" incluso Aang se había dado cuenta de cómo a veces la bandida ciega, actuaba de forma extraña o era muy apegada al shinobi, definitivamente había algo.
"Bueno… creo que ella tiene un bonito rostro" admitió con un suave sonrojo en sus mejillas, no podía evitar tener la imagen de una sonriente Toph en su mente, haciendo que su sonrojó se volviera más intenso.
"¿Te estás sonrojando?" pregunto con picardía el monje, haciendo que su amigo solo mirada aún lado.
"Es el calor"
"Como digas"
Sonriendo ambos adolescentes disfrutaron del momento de paz, mientras veían como las papas hervían en la pequeña hoya junto al fuego, que acompañarían por una buena ensalada.
No sería la mejor comida de todos los tiempos, pero llenaría sus estómagos está noche.
"¿Cómo era tu hogar?" Naruto tenía curiosidad de saber cómo hubiera sido este lugar más lleno de vida y limpio, parecía un buen lugar para crecer.
"Bueno, los niños pequeños se quedan en los monasterios del Oeste y el Este, que son dirigidos solo por mujeres, ellas eran buenas a la hora de cuidar a los niños pequeños, y cuando cumples los 4 años eres llevado a los otros monasterios, Norte y Sur para los varones, y Este y Oeste para las chicas"
"¿Por qué hacían que las chicos y chicas vivieran por separado?"
"Es una forma de evitar las tentaciones carnales hasta que tengamos la edad adecuada, para pensar de forma más razonable"
"Uy, es explica por qué eres a veces tan denso"
"No creo que seas el adecuado para decir eso"
"Cierto"
"Bueno, antes de irnos de los monasterios dónde nacimos, se nos permite tener un compañero, un guía, alguien que siempre estará con nosotros cuando lo necesitemos, un bisonte"
"Tu elegiste a Appa ¿verdad?" la mención del bisonte desánimo al monje, pero no lo mostró, solo continuo con su historia.
"No, el me eligió a mi… cuando fuimos llevados al templo aire del Norte, fuimos recibidos por uno de los más grandes dobladores del aire de todos los tiempos, también el que sería mi maestro, el maestro Gyatso, el me enseñó todo lo que se"
"Suena como un gran sujeto"
"Si, lo fue, el personificada lo que era ser un maestro aire, alegre, divertido, libre y siempre en movimiento, el siempre decía que 'El secreto de ser un buen maestro aire, es solo dejar de pensar, por qué una vez estás volando en el cielo, solo importa ese momento, y debes de valorarlo'"
"Me hubiera gustado conocerlo"
"Hubieran sido amigos, le hubieras agrado mucho… en fin, cada día en el templo era divertido, todos éramos amigos, siempre hacíamos que todo fuera divertido, incluso limpiar los templos… fue bueno mientras duró"
"…"
"Se supone que la revelación del Avatar es a los 16 años, para que el siguiente Avatar pueda vivir una vida normal y humilde, que valore la vida de ser solo uno más, antes de tomar la responsabilidad de ser el nuevo Avatar… a mí me revelaron que era el Avatar a los 12"
"Seguro fue un momento difícil"
"Yo… tenía miedo, nunca quise la responsabilidad, pero nunca son las cosas como uno quiere, cuando fui nombrado Avatar sentí que todo había cambiado, mis amigos ya no me veían como uno de ellos, sino como alguien superior, ya no pudo volver a jugar con ellos, no sabía que lo disfrutaba tanto hasta que dejé de hacerlo"
"…"
"Al final llegó el día, el concejo de maestros dijeron que lo mejor sería enviarme al templo del Sur, dónde mi entrenamiento continuaría, para poco después ya empezar mi viaje para controlar los demás elementos, yo… la idea de tener que irme y dejar todo atrás, dejar al maestro Gyatso, que era la única persona que aún me trataba como siempre, me asuste y hui…"
"…"
"Ni siquiera sé a dónde quise huir, solo sé que fui atrapado en una tormenta y caí al mar, y… ya conoces es resto de la historia" Con cuidado avivo las llamas con una ráfaga de viento, haciendo que el fuego creciera, "¿Cuál es tu historia?"
"Mi historia…"
"…"
"Nací el mismo día en que mi hogar fue atacado… muchos murieron, creo que mis padres también, al menos eso era lo que siempre me dijo… el viejo" Naruto sintió un sabor amargo al llamarlo así, pero mientras más lo pensaba, más le costaba ver al anciano con cariño.
"Lamento la perdida de tus padres"
"Gracias… eh, bueno, crecí hasta los 5 en un orfanato, hasta que me echaron"
"¿Cómo que te echaron?" Aang no espero que el dijera algo como eso.
"La directora del orfanato y varios de los que trabajaban ahí, amenazaron con renunciar sino me encontraba en otro lugar para vivir, decían que… mi presencia los molestaba y que no me soportarían un segundo más"
"Pero… solo eras un niño, ¿Cómo pueden hacer eso?" Aang no creía que pudiera haber personas tan crueles, expulsar a un niño así sólo porque lo consideraban molestó, no tenía sentido para el.
"Todos me odiaban Aang, todo mi pueblo lo hacía, yo… en verdad me esforzaba para mostrar que no me afectará, hacer bromas, molestar a los demás, era la única forma de tener atención, aunque fuera de la mala" a decir verdad no quería hablar mucho de su pasado, más cuando era niño.
No tenía buenos recuerdos, la mayoría de ellos eran malos, aunque había otros que atesoraba.
"¿En verdad quieres volver al lugar que te trato así?"
"Yo…"
La verdad no sabía que decir ahora, de una pregunta que a veces rodaba por su cabeza, pero nunca lo había escuchado en voz alta hasta que el Avatar lo dijo.
¿En verdad quería volver al lugar que lo trato como basura tantos años?
¿Por qué?
"Aún hay personas que quiero Aang…" el sabía que su aldea no era perfecta, "Ayame-nee… el viejo Teuchi, la abuela Tsunade, Shizune-nee, Ero-sennin y más personas, a veces un puñado de personas es suficiente para volver" dijo con determinación.
Era cierto, el no estaba volviendo por la aldea, estaba volviendo por las pocas personas que lo hacían un hogar, todos ellos… representaban y valían tanto para él.
Que no sabría decir que sería la vida sin ellos.
"No"
Sin embargó, Aang no pensaba de la misma forma.
"¿Qué?" Naruto no espero que el monje dijera eso, que parecía muy enojado.
"Tú eres una de las mejores personas que he conocido, no tienes que soportar el odió de muchos por unos pocos" Aagn no le gustaba la idea de saber, que si su amigo volvía a su hogar, siga siendo tratado como basura por los pobladores de ese pueblo.
Un pueblo así, no merecían a una persona como el.
"Pero… en estos últimos años, las cosas han cambiado"
Naruto tenía esperanza.
Tenía la esperanza de que todo podría ser diferente, su corazón se lo decía.
El mismo tercer Hokage le dijo que tenía que ganarse la aceptación del pueblo con sus acciones, para algún día ser Hokage que tendría el amor y respeto de todo el pueblo.
Era lo que más anhelaba.
"Yo puedo hacerlo, puede hacer que-"
"Naruto…" Aang hizo que su amigo se detuviera, la desesperación y esperanza en sus ojos respaldadas de palabras tan puras, "No te hagas esto…"
"…"
"Los maestros aire crecimos con una creencia simple 'Trata a aquellos como quieres que te traten', te visto en estos meses… tu eres amable, apasionado, y siempre dispuesto a ayudar a las personas que lo necesitan, si tu hogar no te trata con el respeto que mereces… entonces ellos no te merecen"
"…"
"Y las personas que tú consideras amigos… lo siento, pero yo no dejaría que te tratarán así, si alguien ve como tratan a uno como basura y no dice nada, es tan mala persona como los demás"
El silencio entre ambos adolescentes fue largo, solo se podía escuchar el soplar del viento y el reventar de las brasas de la fogata.
Aang por un momento se sintió mal, tal vez había hablado de más, pero no pudo evitarlo luego de lo que escucho, Naruto tal vez era un guerrero poderoso, muy hábil y con momentos de brillantes que salvaban el día.
Pero, tenía un gran problema.
Era demasiado bueno para su propio bien, buscaba demasiado la aprobación y cariño de las personas equivocadas.
Por fuera era una de las personas más fuertes que había conocido, pero por dentro seguía siendo un niño, que no tuvo nada y estaba desesperado por tener algo.
Lo que fuera.
"Yo… lo siento, no debí decir eso"
"No Aang, tienes razón… tú tienes razón" Naruto tenía mucho que pensar, quería negar lo que dijo su amigo, quería decir que si se esforzaba lo suficiente, demostrar con sus hazañas, que todos esos aldeanos, shinobis, las personas que lo tacharon de basura y perdedor.
Se equivocaban.
Quería ganarse su respeto.
Quería hacerlos tragar sus palabras hirientes.
Quería… quería… solo quería que alguien lo quisiera.
¿Y si se estaba equivocado?
¿y si todo lo que estaba haciendo al final era por nada?
¿En realidad valía la pena?
"Tengo miedo Aang…"
"¿…?"
"De que cuando llegue el momento de volver, ya no pueda volver…"
"…"
"Estar con ustedes… fueron los mejores meses de mi vida, me gusta mucho el divertirme con ustedes, comer, decir tonterías, me he divertido tanto con ustedes… que siento que lo que viví en mi hogar, poco a poco se va borrando… como si ya no fuera tan importante"
"…" el monje podía ver el conflicto en la mirada del shinobi.
"¿Sabes que es gracioso? Que, si encontrará la forma de volver, si tuviera ahora mismo la llave que me llevaría a mi hogar… no creo que quiera volver" riendo con pocas ganas, el chico paso su mano por su cabello, casi podría arrancárselo por las fuertes emociones que martillaban su pecho.
"…"
"…"
"Naruto…"
El Uzumaki levanto su mano para atrapar una hoja movida por una suave ventisca, confuso levantó la mirada para ver la sonrisa del monje.
"El corazón de un maestro aire debe de estar libre de ataduras y preocupación, que tú me hayas dicho todo esto… Lo has guardado por mucho tiempo ¿Verdad?"
"…" lentamente el shinobi asintió con la cabeza.
"Entonces ahora puedes hacerlo, solo recuerda… 'El secreto de ser un buen maestro aire, es solo dejar de pensar, por qué una vez estás volando en el cielo, solo importa ese momento, y debes de valorarlo'"
Naruto acarició con cuidado la hoja entre sus dedos, la mirada del monje reflejaba la confianza que tenía en el.
Dando un suave suspiro, tomo la misma postura de antes y cerro sus ojos.
Calma tu respiración.
Relájate.
Y deja de pensar.
No sabía cuánto tiempo debía de haber pasado, tal vez solo unos pocos minutos, o varias horas, pero el shinobi se concentró dejando de pensar en todo lo que le afligía.
No pensar en Konoha.
No en sus amigos.
Solo… tenía vivir el momento.
El shinobi abrió lentamente los ojos, al sentir una extraña sensación entre sus dedos, era una corriente de aire muy diferente a lo que era el Rasengan.
Esta era mucha más liviana, pura y tranquila.
Mirando a Aang, vio la gran sonrisa que tenía en su rostro, ambos bajaron la mirada para ver la hoja en sus manos partida a la mitad, y flotando por una delicada corriente de aire, que hizo que las partes de la hoja.
Se alejarán a la distancia, por una suave brisa.
Por un largo rato, los dos amigos se miraron.
"Aang… lo estoy haciendo… amigo… ¡En verdad lo estoy haciendo!"
Naruto tenía una sonrisa que casi dividía su rostro, ante uno de los mayores logros de su vida, que le dio una sensación de paz en su pecho, que jamás en la vida espero sentir.
"¡Yosh!" poniéndose de pie, el Uzumaki golpe su puño contra la palma de su mano, con una mirada llena de determinación y voluntad, miro al Avatar, "¡Ahora podemos empezar el verdadero entrenamiento!"
"¡Wow! Tranquilo, apenas lograste desperté el elemento que manipulas" Aang no quería echa agua fría al fuego de entusiasmo que ardía en el shinobi, que casi parecía saltar de ansias, "Esto lleva tiempo, es imposible que aprendas todo en poco tiempo"
"¿Imposible?" Naruto se rio de esa palabra, que choco sus manos en un fuerte aplauso que se escuchó en todo el templo, formando el sello de manos que lo caracterizaba.
Aang tuvo que cubrirse del estallido masivo de humo blanco, que llegó hasta cada punto del enorme templó, sus ojos se abrieron con incredulidad, cuándo todo lo que vio fue naranja y amarillo.
Cientos.
Tal vez mil clones, que estaban en todas partes, con esas sonrisas y miradas que solo Uzumaki Naruto podría tener.
"¡No hay nada imposible para Uzumaki Naruto! ¡Dattebayo!
El grito colectivo de todos los clones, hizo que Aang sonriera y se levantará, tomando su bastón lo golpeó contra el suelo, haciendo que una fuerte corriente de aire dispersara el humo blanco.
"¡Espero tengas razón! ¡Por qué no saldremos de este templó hasta que seas un gran maestro aire!"
.
.
.
.
.
.
Chan
Channnnnn
Channnnnnnnnn
Channnnnnnnnnnnnn
¿Qué les parece?
Déjenme en los comentarios que les pareció, como siempre les deseo la mejor de la suerte y salud a ustedes y sus familias, recuerden como siempre, mientras más comentarios, más rápido será la publicación del siguiente capítulo.
Y tú tienen alguna pregunta o idea, no duden en darla, después de todo nunca está de más algo de ayuda.
Sin más CHAAAAAAUUUUUUUUU y que les vaya bien.
Psdt: Si llegamos a los 80 comentarios, le traeré el siguiente capítulo para el domingo 4 de abril ¿Qué me dicen?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top