Capítulo 15: Ser una más... part 2.
¡Boom! Estoy aquí.
Cómo siempre mil gracias a todos por sus comentarios y el apoyo que cada uno.
No cuento con mucho tiempo, así que empecemos de una vez.
Disculpen los errores ortográficos.
"hablar" personaje hablando.
"Hablar" personaje pensando.
"Hablar" nombres de las técnicas.
(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.
############ Cambio de escenario o lugar.
Capítulo 15: Ser una más... part 2.
"¡Oye eso era mío!"
"Si te duermes pierdes~"
"Con razón estás tan gorda"
"¡¿Cómo que gorda?!"
"Alguien tiene que hacer las comprar de esta semana, ganamos bien estos días así que podremos tomarnos algunos lujos"
"¡Por favor Caede! ¡Necesito papel higiénico! ¡Estoy harta de remojar mi trasero en la cubeta!"
"Psss~ Hablas como si fuera que lo haces mucho"
"¿Qué quieres decir?"
"¿Quieres tener tu trasero limpio? Lávalo bien"
"¡Ya cállense! Estoy comiendo y escuchar hablar del trasero de Fomy, me hace querer vomitar"
"¿Disculpa? Todos dicen que tengo el mejor trasero de este lugar"
"Todos los hombres aman los traseros gordos y aguados"
"¡Trasero gordo y aguado el de tu abuela!"
"¡Quítame las manos de encima!"
"¡Retráctate!"
"¡No!"
"¡CÁLLENSE!"
El comedor quedó en completo silencio el grito de Caede, qué hizo que todas las chicas en el comedor guardarán silencio y volvieron a sus respectivos platos, temerosas que la cabecilla de la casa las silenciara ella misma, con los abultados brazos músculos que la morena tenia, era algo que ninguna de ellas quería experimentar.
Mientras continuaban con su desayuno, Azula estaba sentada entre Haru y Rina, está última estaba esperando ansiosa el desayuno, y la castaña mayor esperaba con pereza que lo sirvieran.
"¿Así son todos los días?" pregunto con molestia la princesa por tanto ruido y escándalo entre las prostitutas de este basurero, estaba cuestionado la razón de porque aún seguía aquí.
"¡Si! ¿No es divertido?" La misma respuesta fue la niña del agua, era la única razón por la que no se fue ayer, y ni siquiera sabía por qué.
¿Era porque le agradaba?
¿Por qué le tenía lastima?
¿Sentía una especia de deuda con ella por salvarle la vida?
O solo porque quería estar cerca de ella...
Quería pensar que eran la segunda y tercera.
"Así qué... ¿Quién te enseñó a pelear?" pregunto curiosa Haru queriendo romper el hielo y empezar una conversación.
"Varios maestros y algunas cosas por mí misma" contesto de manera vaga la maestra fuego, mientras recibía su desayuno, arroz con huevo, nada mal para empezar el día.
"Pues solo tengo que decir, que verte pelear fue increíble, seguro nunca has perdido una pelea"
"Lo hice, ya he perdido antes... contra un chico"
"¿Oh~? ¿Un ex novio rudo?"
"..." Azula le dio una mirada extraña a Haru, que tenía una sonrisa juguetona.
"No pongas esa cara, tienes ese brillo en tus ojos, fue alguien que dejó huella en tu corazón ¿Verdad?"
"..."
"Dime ¿Qué vas hacer la próxima vez que lo veas?"
"Le voy a arrancar la cabeza"
Varias de las chicas tuvieron un escalofrío por la mirada tan fría y voz tétrica que tenía la nueva.
"Todas las chicas despechadas lo dicen" Pero al parecer Haru no captó su mirada, en cambio solo le dio unas palmadas en la espalda, "Yo quise cortarle el pito a mi primer novio cuando me engaño... y lo hice"
Si la sonrisa de Azula fue tétrica, la sonrisa de Haru era diabólica, las chicas alejaron sus sillas de ambas y Rina solo ladeo la cabeza, no entendiendo muy bien que quería decir su hermana.
"No estoy enamorada de él" gruño la princesa al entender a quería llegar la castaña, que negó con la cabeza.
"No lo niegues, solo es retrasar lo inevitable, ¿Sabes que aremos? Iremos por el, lo ataremos de manos y pies, y le enseñaremos lo que le conviene, que es que este a tus pies rogando por su amor" la chica saco de su escote una libreta y empezó a planear lo que sea que arrían, "¿Cómo es el? ¿Alto y delgado? ¿Gordo y bajo? ¿Guapo e idiota? ¿Feo e inteligente? ¿Joven o mayor?"
"Tiene doce"
"Oh... no te juzgo, de todas formas, él va a crecer"
"Haru es rara" Rína miro con extrañes a una de sus hermanas, que siempre fue la más peculiar y vengativa del grupo.
"Dime algo que no sepa" con un suspiro Caede se encogió de hombros, sabiendo que era imposible cambiar a esta chica, era una buena mujer, pero su manera de ser dejaba mucho que desear, "Es hora que vayas a la escuela"
"¡Bueno!" Terminando su desayuno, la niña corrió alegre por los pasillos en busca de su mochila para irse a la escuela.
"¿Puedes acompañarla?" Caede sabía que la pequeña maestra agua tomo cariño por la nueva, no veía el daño en que las dos se volvieran más cercanas, además era una buena manera de asegurarse que Rína fuera segura a la escuela.
"Si" cualquier cosa que la saqué de la incómoda charla con la loca neurótica, Azula se levantó de su silla para acompañar a la niña que ya estaba en la puerta, ansiosa de irse, con un suspiro fue a acompañarla.
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Azula miro como los niños corría a la pequeña escuela local del pueblo, todos ellos sonriendo y jugando entre ellos como amigos, todos emocionados por ir a un lugar donde pueden estar todos juntos aprendiendo y creciendo.
La princesa nunca conoció esa vida, fue educada por los mejores maestros analíticos en su mansión, conocer a Ty Lee y Mai fue solo porque ella las busco como una futura ventaja o pieza de ajedrez en un juego que nunca existió.
¿Alguna vez tuvo amigos?
¿Alguna vez jugo juegos infantiles?
Recordaba cómo en las aburridas fiestas que organizaba su padre, cada padre quería obligar a sus hijos a acercarse a ella, solo para indirectamente tener un acercamiento con el señor del Fuego.
Odiaba que la usarán.
"..." bajando su mirada vio como Rína apretaba su mano alrededor de la suya, siguiendo su mirada vio a un grupo de niñas mayores, que voltearon solo para reírse entre dientes y señalarlas.
"Miren quien llegó"
"Es la rara de ese sucio burdel"
"Papa dice que por monedas ellas aran lo que sea, que asco"
"Mama dice que todas ahí son unas sucias"
"No me sorprendería que Rína acabe siendo una puta"
Sentía su pequeña mano apretar su agarre aún más, Azula podía ver la mirada triste de la pequeña maestra agua, que en silencio soltó su mano para caminar a las puertas de la escuela cuando sonó la campana.
La mirada de la princesa se dirigió de nuevo al grupo de niñas que se atrevían a difamar contra Rína, la ira hervía en sus venas y no le importaba en lo más mínimo que esas mocosas no superarán los 12, quería quemarlas vivas y romper sus débiles cuellos.
Una sonrisa siniestra se forma en su rostro, a paso lento se fue acercando a ellas con intenciones de 'divertirse', se tomaría su tiempo para que nadie lo notará, tal vez uno que otro hueso roto harían las cosas más divertidas.
"¡Nos vemos después Zu!"
Pero antes que pudiera llegar a ellas, Rína había vuelto para rodear sus brazos alrededor de su cintura y abrazarla con todas sus fuerzas, la maestra fuego se quedó rígida por el largo abrazo, acompañada de una sonrisa brillante y pura de la chica, que se separó para correr a su salón.
"..." Azula se quedó de pie, viendo como la niña saludaba alegre a su maestra de clase y otros niños, incluso al grupo de mocosas que blasfemaron contra ella, las saludo con alegría y estás la ignoraron.
¿Por qué se molestaba en siquiera sonreír ante esas personas?
Esa pregunta rondó la cabeza de Azula todo el día, ni siquiera noto que ya había pasado horas deambulando por el pueblo, solo hasta que vio la hora en un reloj de sol, noto que ya era que fuera a buscar a la niña.
El camino de vuelta a la escuela se sintió lento, más de lo normal.
Vio a varios niños con sus padres volviendo a casa, al parecer estaba llegando más tarde de lo que pensó, caminando un poco más rápido llegó a la escuela que ya estaba cerrada, frunciendo el ceño vio a ese grupo de mocosas de antes, salir de un callejón, de inmediato ella fue hasta ahí.
Lo que encontró ahí hizo que Azula apretara sus puños hasta casi hacerlos sangrar.
Una sombría y sucia Rína que juntaba lentamente sus cosas del suelo a su mochila, que estaban dispersas en un sucio charco de agua sucia.
Ella estaba sucia y su ropa desarreglada, parece que fue empujada varias veces y volteada al suelo, haciendo que su ropa y rostro terminen manchadas con suciedad, fue una escena dura de ver.
"Hola Zu..." con una sonrisa amarga la niña se levantó del suelo, con suaves movimientos de sus manos, hizo que el agua sucia saliera de su ropa y útiles escolares, con cuidado paso sus manos por su ropa tratando de desarrugar su ropa, "Por favor no le digas de esto a Caede"
"Voy matarlas..." Azula estaba más dispuesta a ir por cada una de esas mocosas y manchar sus nudillos con su sangre, pocas veces se había sentido tan enojada como ahora.
Quería matarlas, a cada una de ellas.
"No digas tonterías" sonriendo un poco más la niña, peino un poco su cabello.
"¡Esto no es una tontería!" Rína se sorprendió por el grito tan fuerte de la maestra fuego, que tenía una mirada más que furiosa, "¡¿Cómo puedes dejar que te hagan esto?! ¡Ves está agua!" Pisando el charco bajo sus pies hizo que el agua salpicará, "¡Úsala para pelear! ¡Úsala para hacer que paguen por lo que te hicieron!"
"¿Por qué lo aria?"
"¡¿Por qué te lo preguntas?!" Azula no comprendía como la mocosa podía hacer una pregunta tan estúpida, tomando a la niña de su vestido, la obligó a mirarla a los ojos, "¡Si te golpean! ¡Devuelves el golpe! ¡Si te atacan! ¡Devuelves el daño diez veces más fuerte! ¡No tengas miedo de pelear!"
"Yo no tengo miedo..." sonriendo de manera suave, Rína se mantuvo relajada mirando a los ojos a la maestra fuego, "¿Por qué debería de tener miedo de esas chicas? Si siento algo es solo... tristeza, estoy triste por ver qué ellas descargan su frustración en mí, molestándome y queriendo hacerme sentir mal, solo porque a ellas tiene sus propios problemas"
"..."
"El padre de Gyro es un maestro tierra que trabaja para el ejército, suele llegar a casa abrió y golpea a su esposa, también a Gyro, que tiene que usar ropa con mangas largas para que no vean sus marcas"
"..."
"Ryama tiene un hermano mayor que abusa de ella, la trata como una sirviente en su propia casa, no tiene padres, murieron hace meses cuando venían por una ruta usada por maestros fuego"
"..."
"Towa... su padre a abusa de ella, varias veces desde que su madre se fue porque ya no soportaba más, yo rezo cada noche para que su madre algún día vuelva y se la lleve lejos de su padre"
"..." Azula soltó a Rína, dejándola caer en el suelo, haciendo que de nuevo sus útiles escolares cayeran al suelo, pero la niña solo se arrodillo para recogerlos, "¿Dejas que te usen para liberar sus frustraciones? ¡¿Es eso lo que haces?!" a ella no le importaba lo que cada chica vivía, lo único que le importaba era Rína.
"No, quiero ayudarlas, por eso siempre intento hablar con ellas, porque quiero ayudar... le he dicho a Gyro que puede denunciar a su padre a la milicia, terminaría en la cárcel y su madre y ella podrían vivir sin temor a ser golpeadas, le dije a Ryoma que puedo enviar algunas cartas a los orfanatos por ella y pedir que le quiten la custodia a su hermano, estoy segura que podría tener una buena familia que la pueda adoptar, también le he dicho a Towa que hable, que diga todo lo que su padre le hace, su madre la ayudaría y sacaría de ahí, serían felices las dos"
Todas las palabras de Rina estaban cargadas de esperanza, de que algún día ellas tal vez se permitan ser ayudadas, pero detrás de esa esperanza también había dolor.
Con su cabello oscureciendo su mirada, pequeñas lágrimas bajarán de sus ojos, al ver las marcas en sus brazos, de los golpes que esas chicas le habían dado, de cómo rompieron parte de su vestidor y ensuciaron sus útiles escolares.
"No lo entiendo... ¿Por qué?" Azula no entendía, ¿Por qué ayudar a alguien que te hacía daño? ¿Por qué ayudar alguien que te rechaza y te aleja con insultos y golpes? ¿Por qué esta niña estaba tan empeñada en ayudar a personas que no lo valían?
"Porque todos a veces necesitamos ayuda, aún si no le pedimos, siempre necesitaremos a alguien que nos dé una mano en nuestros peores momentos" limpiando las lágrimas que se acumulaban en sus ojos, Rina le dio una sonrisa brillante y pura a Azula, extendiendo su mano la tomo con fuerza y empezó a caminar con ella, "¡Y a mí me encanta ayudar a las personas!"
Las dos salieron del callejón, tomadas de las manos, con Rína guiando el camino sonriente arrastrando a Azula con ella, era hora de volver a casa.
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¿Qué debía de hacer para que ellos se acercarán?
¿Tenía algo malo en ella?
¿Era su cabello?
¿Su rostro?
¿Sus ojos?
Había pasado casi treinta minutos mirando fijamente el espejo del escritorio de su madre, curiosa miro todas las cosas que había, desde un cepillo para el cabello, hasta un esmalte de uñas color rojo.
¿Tenía que ser como su madre?
Su madre siempre sonreía y era querida por muchas personas.
Aún si trataba de sonreír como su madre... no era lo mismo.
Tenía que cambiar, tenía que ser otra, ser alguien que puede tener amigos, ser alguien que la haga más feliz, tomando la tijera corto unos mechones de su cabello, tras varios cortes, tomo el lápiz labial y lo paso lentamente en sus labios.
¿Ahora era más bonita?
¿Era como mamá?
"¿Azula?"
La niña rompió el labial en su mano, haciendo que está termine manchada de rojo, de manera apresurada la princesa trato de limpiar su desastre, pero su madre ya estaba a su lado sosteniendo un pañuelo.
"Tranquila cariño" con una sonrisa cálida, que solo una madre podía tener, Ursa limpio las manchas de la mano de su pequeña princesa, "¿Qué haces aquí? La fiesta es abajo"
"No me agradan esas personas"
"Si... a mí tampoco" con cuidado termino de limpiar la mano de su hija, pero se quedó un momento quieta al vez mechones de cabello en el suelo y labios mal pintados de su hija, "¿Qué sucedió cariño?"
"Quería ser como tú mamá" Azula mantuvo una mirada rígida y vacía al darse media vuelta y mirarse al espejo, no había mucho parecido entre ella y su madre, su madre era tan hermosa y linda, todas las personas luchaban para ganarse su atención, algo que su padre nunca le importo, pocas cosas le interesaban a su padre.
"¿Ser como yo?" Ursa se inclinó para quedar a la altura de su hija y las dos se mirarán breves segundos en el espejo, "¿Por qué?"
"Quiero que las personas me presten atención... Incluso Mai mira a Zuzu" murmuró molesta por esa chica que siempre miraba a su hermano mayor, que a su punto de vista no era tan interesante como ella, y aun así él tenía la atención de Mai.
En cambio, ella, notaba las miradas de temor e incluso miedo en los ojos de los niños y adultos, eran las mismas miradas que tenían, cuando su padre hacía acto de presencia.
"¿Quieres tener amigos?" Pregunto curiosa.
"¿Por qué quería tener amigos?" Azula a su corta edad de cuatro años, aún con su inteligencia y percepción prodigiosa que tenía, llegaba a tener dificultades en decir lo que en verdad quería, una de ellas era la amistad, no estaba segura de que es la amistad.
¿Era la mismo que la lealtad que los soldados tenían por su padre?
"Por qué los amigos son aquellas personas en quien puedes confiar, quienes te animarán y ayudarán cuando más lo necesites"
"..."
"Y para hacer amigos, no tienes que intentar ser como otros" usando su pañuelo, Ursa limpio el rostro de su hija y tomo un listón rojo de uno de los cajones de su aparador, para atar el cabello mal cortado en una cola de caballo, dejando al descubierto el rostro de su pequeña, "Solo tienes que ser tú... solo quienes serán tus verdaderos amigos, apreciarán tu manera de ser"
"..."
"Eres hermosa y brillante hija, nunca dudes de eso, sé que algún día aras buenas amigas..."
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Ya había pasado tres semanas desde que Azula fue recibida por las chicas del burdel, en que trabajo como 'La que saca la basura' cualquiera que quisiera pasarse de listo o causa problemas, se enfrentaría a la brutal princesa que no dudaría en romper huesos para hacer bien su trabajo.
En los días, recibió un afecto que desconocía, ser tratada como una igual, todas las chicas la apreciaban y trataban como si fuera una de ellas.
Bromeaban con ella, intentándola hacer reír.
Cocinaban con ella, ayudándola y aconsejándola para aprender a cocinar.
La defendían aún si no lo necesitaba, uno de los clientes intento seducirla y querer 'comprar' su servicio, el fue sacada patadas y gritos por las demás chicas, que proclamaban que su 'pureza' no debía de ser yo tocada.
Regalos... tan simples como lo era ropa o invitaciones a comer en alguna zona turística de la cuidad, pero había otros regalos que fueron más especiales.
"Sé que estamos en primavera... ¡Pero espero que te guste!" Azula sentía que su corazón latía a un ritmo extraño, cuando una tímida Rína le extendió una bufanda de lana roja tejida a mano, "Hina me ayudó a hacerla... espero te guste"
Se sentía tan suave en sus manos.
La maestra fuego la tomo como si el solo tocarlo lo rompería, con una mirada difícil de describir, ella envolvió la bufanda alrededor de su cuello, "¿Me queda... bien?" sentía un extraño nudo en el estómago al mirar a las demás chicas, sintiéndose ansiosa de que dirían.
"¿Es una broma? ¡Te queda genial!"
"Si, te hace parecer más delgada y elegante"
"Ya eras hermosa antes, ahora solo estás presumiendo"
"Oye es cierto, nos haces quedar mal"
"Al final todos solo vendrán para ver a la sexy y linda chica guardaespaldas, eso nos sacara del negocio"
Entre alabanza y bromas, Azula se sentía confundida, por los extraños sentimientos que nacían de su pecho, sus manos acariciaron la bufanda algunos segundos, mientras miraba fijamente a Rína, que seguía aún de pie ante ella.
"Gracias..." no sabía que más decir, eso palabra escapo de sus labios, y aún si su expresión era fría y dura, sus ojos eran como una ventana que dejaba ver a la maestra agua lo que sentía, y con una sonrisa radiante, la niña abrazo su cintura.
"De nada Zu..."
La noche siguió su curso, con las demás chicas aun trabajando en la planta baja, sin que supieran que en la azotea, en su habitación temporal estaba Azula, sentada en el marco de la ventana con una mirada indescifrable.
Sus dedos aún seguían rozando la bufanda que colgaba de su cuello, no sabía porque este gesto tranquilizaba su tormentosa mente.
"Hola"
"..." La maestra fuego dio un vistazo sobre su hombro para ver a Caede subir a la azotea, sin decir nada siguió mirando el cielo estrellado.
"Se me hizo raro que desaparecieras, Rína estuvo preguntando por ti" lentamente la alta mujer morena se acercó a la ventana, para apoyarse en ella junto a la princesa, que seguía manteniendo esa dura máscara fría y amenazante, "Ya se cumplió tu deuda, ya estamos a mano"
"Me ira mañana temprano" La cantinera frunció sus labios por una respuesta tan rápida, pero no dijo nada al respecto.
Azula junto sus manos y uso toda su concentración para formar al menos una pequeña llama de fuego, pero nada, no pudo evitar sentirse frustrada y mirar de nuevo el cielo.
Se estaba volviendo suave, y lo odiaba cada segundo.
¿Bromas?
¿Cocinar?
¿Regalos?
¿Amistad?
¿Cuándo se dejó arrastrar en este juego estúpido? En un principio pensó que estaba haciendo esto solo para devolverle el favor a la niña, se supone que solo era eso, nunca espero tener que lidiar con esto, con los raros sentimientos que no le dejaban pensar de manera clara.
"Puedes quedarte" esa frase saco a la maestra fuego de sus pensamientos, que se quedó rígida. Con una sonrisa suave Caede se acercó un poco más a la princesa y dio un golpe juguetón en su hombro, "Tengo pensado en unos meses irme con mis chicas a un pueblo lejano de toda esta guerra, empezar de nuevo con un restaurante, hable con las chicas y todas están entusiasmada por la idea, Rína... estaría más que feliz en que nos acompañarás"
"..."
"Le caes bien, créeme pocas veces ha visto a esa chiquilla tan pegadiza con alguien..."
"Es... una buena niña"
"Vaya que si... se parece demasiado a su madre" con un aura más sombría Caede, sus ojos reflejaron las estrellas del cielo.
"Su madre... ¿Cómo era?" Azula se mantuvo callada mientras escuchaba la historia, y vio de reojo como Caede abrió su chaqueta mostrando una quemadura de tercer grado que se cicatrizaba en toda la zona pectoral y parte de su pecho.
"Unos soldados de la nación del fuego, atacaron la aldea en que Haru y yo crecimos, nuestros padres murieron y apenas logramos huir, fui afortunada de solo recibir está marca, otros ni siquiera lograron huir"
"..."
"Fuimos sin rumbo hasta que nos encontramos con Rima, ella... la primera vez que la ví... venía cargando a una pequeña Rína con pocos días de haber nacido, esa mujer estaba exhausta, desnutrida y al borde del desmayó, aún en su estado seguía sonriente" negando con la cabeza bajo la mirada, "Dijo que huyó de una de las tantas prisiones de la nación del fuego, ella hizo... algo que se arrepiente, algo que juro jamás aria"
¿Qué era lo que podía hacer una maestra agua? Para que jure no volver a hacerlo.
"Solo lo hizo para que Rína no fuera arrebatada de sus manos por maestros fuego, que seguro la matarían, fue una gran mujer que nos acompañó a Haru y a mí, junto varias chicas más que sobrevivimos de los ataques de la nación del fuego, para llegar a este pueblo y establecernos, para vivir... de una manera poca ética"
"..." Azula no dijo nada, solo se mantuvo en silencio escuchando la historia, que dejaba un punto claro, morir de hambre como un animal, o arriesgarte a robar y sobrevivir, que no sería fácil para un grupo grande, y que ninguna a excepción de una fuera un maestro elemental, dejaba pocas opciones de que hacer.
"Gane este bar de un perdedor, juntábamos lo poco que teníamos para comprarla, y hacerla lo que es ahora, Rima fue un gran apoyo para nosotras, que nos defendía de maestros que buscaban aprovecharse, nunca queras ver a esa mujer enojada, era como ver al mismo demonio" sonriendo froto su cuello, con una sonrisa más amarga, "Fue dura perderla hace unos meses, solo un día se enfermó y no se recuperó"
"¿Por qué me dices todo esto?"
"Porque quiero que vengas con nosotras, no sé porque cosas malas hayas pasado y de que estás huyendo, pero me gustaría que vengas... a empezar de nuevo"
"..."
"Te dejaré pensarlo" diciendo eso Caede, se levantó para dejar sola a Azula, que se mantuvo inmóvil mirando el cielo.
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"Ya se está haciendo tarde, tienes que irte a dormir" Haru estaba sacando a los últimos clientes, algunos ebrios, pero sonrientes se retiraron despidiéndose de las chicas.
"Ya casi término" Rína estaba usando un trapeador para limpiar detrás de la barra, siempre se alegraba de ayudar a sus hermanas al menos en la limpieza.
"Nada de eso, mañana tienes escuela" pero la castaña le quitó el trapeador para empezar a empujarla a las escaleras, estaba seguro que Caede le patearía el culo si sabía que dejó a Rína despierta hasta tarde.
Pero antes que pudiera subir, la puerta de la entrada fue abierta de manera brusca, "¡Ya llegó papá!" el recién llegado era un hombre enorme corpulento de cabeza rapada, detrás de el lo acompañaban dos personas más, un hombre armado con un bastón Bo y una mujer equipada con arco y flecha.
"Lo siento, estamos cerrando"
"¡Oh vamos! Tenemos mucho que gastar" el más grande saco una bolsa llena de monedas, seguro de oro por la sonrisa arrogante que él tenía.
"Pues tendrá que ser en otro lado" Haru sabía que personas como estás solo traían problemas, no valía la pena lidiar con ellos por ninguna cantidad de oro, "Tienen que irse"
"Nuestro dinero vale tanto como el de cualquiera" la mujer del arco entro y lo primero que hizo fue caminar hasta la barra para tomar varias botellas, "Además, odió cuando me dicen que hacer"
Las chicas se tensaron cuando la mercenaria arrojó las botellas contra el suelo rompiéndolas.
"¿Qué debo de hacer para recibir un buen servicio?" el mercenario del bastón clavo su mirada en el cuerpo de Haru, desnudándola con la mirada, acercándose a ella le dio una dura bofetada en su trasero.
"..." Haru mantuvo una expresión de piedra, mirando a los ojos al mercenario, tras varios segundos bajo la mirada para inclinarse ante ellos, "¿En qué les puedo servir?"
"Al parecer recapacitaste, pues bueno mis hermanos y yo queremos su mejor debida, ¿No? ¿Wang? ¿Ryuka?"
"Tienes razón Ko" los recién nombrados como Wang y Ryuka, sonrieron como su hermano mayor, que al sentarse en una de las sillas la hizo crujir, los tres se sentaron en la misma mesa, con sonrisas arrogantes y maliciosas.
Haru y las demás chicas no tuvieron más opción, que atenderlos.
"¿Cuánto por la niña?"
Haru se quedó petrificada cuando el más grande de ellos, dirigió su mirada Rína, que estaba en las escaleras, mirando todo con preocupación.
"Rina sube y enciérrate en tu cuarto"
"Nadie se irá a ningún lado" con una sonrisa repulsiva, saco una bolsa tan grande como su puño, y la dejo sobre la mesa desparramando cientos de monedas de oro, "Dame a la niña el resto de la noche y el oro es tuyo"
"¡Largo de aquí!" Haru pocas veces se sintió tan asqueada, en un estallido de rabia tiro las monedas contra el rostro del mercenario.
La sonrisa de Ko desapareció y sus hermanos menores miraron con pesar a la puta, que se atrevió a hacer enojar a su hermano mayor.
Levantándose Ko, tomo del cuello a Haru y la levantó del suelo, solo para soltarla cuando una silla se rompió en su espalda, todas las miradas se dirigieron a una furiosa Caede que soltó los restos de la silla.
"¡Dijo que se vayan!" la mujer morena tuvo que retroceder cuando una flecha casi se clavó en su cabeza, en su descuido recibió un demoledor golpe en su cabeza por parte del mercenario del bastón Bo.
"¡Caede!" Rína bajo por las escaleras corriendo, cuando su hermana mayor fue derivada, con sangre bajando de su cabeza, "¡Caede! ¡Levántate!"
"Vaya... esto se fue a la mierda" Ko palmeo las espaldas de sus hermanos menores, sonriente por el desastre que estaba viendo, mirando a su alrededor vio a las demás chicas, que tenían miradas asesinas en sus rostros, "¡Vamos! ¿Quién sigue?"
"Yo"
Los tres hermanos apenas pudieron notar a una silueta que salto desde las escaleras y callo entre ellos, Wang recibió una dura patada entre sus piernas, Ryuka un golpe seco en su garganta y para el final, Ko un golpe en su mandíbula que lo termino derribando.
"¡Zu!" Rína no pudo evitar gritar su nombre con alegría, al ver a su guardiana llegar a salvarlas, Caede que estaba a su lado se empezó a levantar lentamente aturdida, pero sonriente al ver que la llegada de la princesa.
"¿Tu de nuevo?" Ko se levantó con calma, seguido de sus hermanos, "¿Aún vives? Al parecer tendré que asegurarme esta vez de dejarte muerta"
"Inténtalo" Azula tomo posición de ataque, levantando sus puños y separando sus piernas, esto no sería como la última vez, disfrutaría el matarlos a cada uno de ellos.
"¡Ja! ¡La perra cree que puede ganar!" Ko iba a tomar el hacha de su espalda, pero en vez de eso, movió sus brazos y dio un fuerte pisotón.
Azula no pudo prevenir que el suelo de madera se destrozaría, cuando surgió un pilar de tierra que la golpeo en el centro de su estómago y la termino arrogando a través de la ventana, con brusquedad ella termino cayendo a media calle.
Levantándose, pudo reaccionar para rodar y evitar la lluvia de flechas disparada por la arquera, solo para que un trozo de tierra golpeara su espalda y la derribara.
"¡No me digas que eso es todo!"
Los tres hermanos salieron del burdel, para seguir con la pelea afuera, varias personas que aún andaban por las calles, se quedaron para ver cómo se desenvolverían las cosas, lo que nadie espero fue que una botella se quebrara en la cabeza de Ko.
"¡Deja Zu en paz maldito bastardo!" Caede con el trozo de botella iba a cortar el cuello del maestro tierra, pero este con solo una pisada, hizo que una placa de tierra elevará todo el burdel al menos unos diez metros.
"Sin interrupciones" Ko volvió su mirada a la princesa, que se arrastraba por el suelo alejándose de ellos, con pasos pesados los hermanos se fueron acercando a ella, "Aun me debes lo que hiciste perra" gruño levantando su mano derecha y la falta de algunos dedos.
"..." Azula se mantuvo quieta cuando los tres hermanos estuvieron lo suficiente cerca, girando le arrojó tierra a la altura de los ojos, impulsándose con sus manos se levantó y le dio un duro golpe al gigante, pero su golpe no llego a conectar cuando una pared de tierra se interpuso.
La pared se movió para estrellarse de lleno contra la adolescente, que termino chocando contra una tienda cercana, aturdida cayó en el frío suelo de tierra, al intentar levantarse, su cabeza fue pisada contra el suelo.
"Esto es demasiado fácil" Wang apretó su pie contra el cráneo la princesa, queriendo escuchar sus gritos de dolor, pero este se negó a gritar, haciendo que las cosas sean menos divertidas, "Termina con ella" ordena a su hermana menor, que saco una flecha y apunto a la cabeza de su objetivo.
Cuando iba a disparar, se detuvo cuando escucho un extraño sonido, todos vieron como un chorro de agua a presión dio de lleno contra la arquera, que termino golpeándose contra un carro de madera.
Todas las miradas se dirigieron a Rína, que descendió en una plataforma de hielo, toda fuente de agua, desde los bebederos para animales, hasta las mismas bebidas alcohólicas explotaron las botellas que las contenían, todas giraron alrededor de la pequeña maestra agua.
"¡Dejen a Zu en paz!" en un grito de furia, la niña disparo un látigo de agua que dio de lleno en Wang, que termino siendo arrojado junto a su hermana, que apenas pudo levantarse, solo para caer de nuevo cuando su hermano mayor aterrizó sobre ella.
"¿Una maestra agua?" frunciendo el ceño, al obeso maestro tierra golpe sus pies contra el suelo, levantando una pared de tierra que lo protegió de un vortex que fue tan fuerte que apenas la pared pudo resistir el golpe.
Formando una ola bajo sus pies, la niña se deslizó por la calle evitando las estacas de roca que surgieron del suelo, pasando junto al maestro tierra, llegó hasta Azula, de inmediato la pequeña maestra agua se arrodilló y rodeo sus manos de agua para empezar a curarla.
Esto fue visto por malos ojos del Maestro tierra, "¡Estás peleando del lado equivocado mocosa!" con un rugido de furia, elevó una gran pared de roca y la golpeo, haciendo que esta se rompiera en cientos de pedazos, que fueron disparados contra la niña.
La reacción de la niña fue inmediata, con movimiento suaves y rápidos, creo un domo de agua que la protegería a ella y a Azula, al menos eso fue su intención, de las rocas lanzadas algunas llegaron a atravesar el escudo acuático.
"¡Rina!" Caede no dudo en saltar de la plataforma de tierra, aún con la caída de diez metros, cayó rodando por el suelo golpeándose en la caída, y se levantó de inmediato solo para ver cómo las rocas golpearon el pequeño cuerpo de Rína.
La niña termina cayendo de espalda aturdida y adolorida, con sangre bajando de su frente.
"Maldita niña" Atrás de ella, estaban los dos hermanos menores del maestro tierra, que miraron más que enojados a la niña, "Los maestros fuego nos darán una bueno recompensa por ti"
"¿Para qué molestarse? Mejor hay que matarla" La arquera estaba furiosa y solo la muerte de la niña saciaría su ego.
"Tienes razón, será una pena, pero que muere junto con la desterrada" el maestro tierra una vez más volvió a levantar una pared de roca sólida, para romperla en pedazos y hacer que levitaran a su alrededor, un ataque frenético más y dejaría a la niña hecha pedazos junto a la perra de fuego.
"¡No la tocaran!" Rina se había puesto de pie una vez más e intento volver a atacar, pero un tronido en su hombro la hizo caer de rodilla, casi rompiendo en llanto por el agudo dolor en hombro derecho, pero su mirada se mantuvo ardiente de determinación, "¡No van a lastimar a Zu!"
"..." Azula levantó la cabeza poco a poco del suelo, sintiéndose inútil e indefensa, sentía asco de sí misma, "Dejan a la niña en paz... es a mi quien quieren"
Los tres hermanos escucharon eso y se quedaron mirando entre ellos unos segundos, solo para que sonreír de manera malévola de nuevo.
"Bien, lo aremos, será divertido tomarnos nuestro tiempo para hacerte sufrir cada segundo, hasta que ruegues la muerte" Ko levanto su mano derecha haciendo que sus hermanos bajen sus armas, sería más divertido para el romper a la perra de fuego, que la mocosa del agua, aún tenía que devolver el favor de sus dedos.
"¡No!" pero el trato no se daría, Rína usando su brazo bueno, disparo un chorro de agua que se volvió hielo, la estaca fue directo a la cabeza del maestro tierra, que son solo ladea la cabeza evito ese ataque, "¡No dejara que le hagas daño a mi amiga! ¡Si te atreves a tocarla! ¡Te mato!"
"..." Los dos hermanos menores miraron a su hermano mayor, que con una mirada sombría hizo que las rocas a su alrededor volvieran a girar a su alrededor, "¡Muere con ella niña estúpida!"
Su grito fue el detonador para que sus hermanos atacaran, Wang al pisar y lanzar una gran roca del doble de su tamaño, varias flechas disparadas por Ryoka y finalmente estacas de piedra lanzadas por Ko, todos los ataques fueron a quemarropa.
"¡Rina!" Caede tuvo que ver junto a sus demás 'hermanas', como los ataques daban de lleno, fue una apuñalada en el corazón que hizo que todas quedarán destrozadas.
Pero hubo una chispa de esperanza.
Una luz que ilumina el rostro de Caede, que vio como una noche fue iluminada por una luz azulada, todos vieron un remolino de fuego azulado que se elevaba varios metros al cielo.
"Imposible..." Ko no podía crecer como su ataque y el de sus hermanos se redujo a cenizas, por ese indomable y poderoso fuego que parecía tener vida propia.
Las llamas poco a poco fueron apagándose, dejando ver a una silueta de pie, Azula tenía pequeñas llamas bailaran alrededor de sus manos y una mirada relajada, dando un suave suspiro la chica se mantuvo de pie.
Detrás de ella estaba Rína, que estaba en shock por el fuego que rodeada a la princesa.
"¡Muere basura del fuego!" Ryuka disparo flechas dirigidas a la cabeza de la maestra fuego, pero estás se incineraron al tener contacto con una gran llamarada de fuego, que no solo quemaron las flechas.
"¡Ryoka!" Los dos hermanos tuvieron que ver cómo su hermana fue consumida por las llamas, por solo breve segundos se escucharon gritos de agonía, para que luego el cuerpo calcinado callera en un golpe seco inmóvil.
"¡Maldita!" con furia ciego y queriendo vengar a su hermana, Wang quiso atacar a la maestra fuego, pero no tuvo la oportunidad, cuando una llamarada delgada atravesó su pecho, dejando una gran perforación de carne quemada, el había muerto antes de tocar el suelo.
"Tu..." el suelo en toda la calle empezó a temblar y quebrar, cuando Ko dio un rugido de furia y golpe sus manos contra el suelo, "¡Muere!" levantando una roca tan grande como una casa, la lanzo contra Azula queriendo aplastarla y manchar las calles con su sangre.
La maestra fuego al ver la gran roca, hizo que las llamas que cubrían su mano derecha, se extinguieran para ser reemplazas por electricidad.
Todos escucharon el estremecedor estruendo de la barrera del sonido ser rota, cuando un gran relámpago fue disparado y atravesó como nada la gran roca, el ataque siguió para dar justo en la cabeza al maestro tierra.
Su cabeza estalló en pedazos, dejando que de su cuerpo mutilado saliera un geiser de sangre, todos vieron como el rayo termino perdiéndose en los cielos, dejando que la oscuridad de la noche volviera.
Todo fue silencio en el lugar, nadie dijo nada, como si todavía no pudiera procesar lo que acaban de ver.
"..." Azula bajo su mano y lo primero que hizo fue mirar a la niña, para asegurarse de que estuviera bien.
Sin embargó, la niña retrocedió arrastrándose de espalda por el suelo, con una mirada de horror en sus ojos llorosos, Caede fue la primera en moverse y corrió para tomar a la niña.
Solo para también retroceder, alejándose de Azula, que solo se mantuvo de pie dónde estaba, en el centro de las miradas de todos los presentes.
"¡Es una maestra fuego!"
"¡Llamen a los maestros tierra!"
"¡Largo de aquí!"
"¡Basura de la nación del fuego!"
"¡Ojalá te hubieran matado!"
Los humanos son crueles.
Azula no se molestó en protegerse de las cosas que empezaron a arrojarle las personas a su alrededor, su atención solo estaba en las chicas que la acogieron como una de ellas, y de la niña que la saco de un callejón media muerta, para luego cuidarla hasta que se recuperara.
"Tienes que irte" la mirada de Caede lo decía todo, mientras consolaba a destrozada Rína que lloraba sin consuelo en su pecho.
Parecía que el mundo a su alrededor se oscurecía, Azula apretó con fuerza la bufanda roja alrededor de su cuello, bajando la mirada se dio la vuelva para irse a paso lento entre las personas, que la seguían abucheando e insultado, Incluso arrojando cosas que la golpearon.
Ningún golpe dolía tanto, como el frío hueco que sentía en su pecho.
Sin mirar atrás, solo se fue.
Chan
Channnnnn
Channnnnnnnnn
Channnnnnnnnnnnnn
¿Qué les parece?
Déjenme en los comentarios que les pareció, como siempre les deseo la mejor de la suerte y salud a ustedes y sus familias, recuerden como siempre, mientras más comentarios, más rápido será la publicación del siguiente capítulo.
Sin más CHAAAAAAUUUUUUUUU y que les vaya bien.
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