7.- Combustión
En el comedor, Lisa tararea mientras extraía la sangre de Lyra directo del brazo izquierdo y al mismo tiempo amamanta a su bebé enfrente de las cuatro adolescentes.
— Tía Lisa, no deberías hacer eso mientras me sacas sangre – decía Lyra aún con la aguja en su brazo.
— No es novedad alimentar a mi descendencia durante una investigación, lo hago todo el tiempo – Lisa retiró la aguja y le aplicó un algodón con alcohol. — Luna hizo lo mismo contigo al practicar con sus instrumentos musicales.
Seguido, la científica etiquetó la última muestra de sangre con el nombre de Lyra y después, guardó los cuatro pequeños tubos de vidrio en su bata de laboratorio.
Acto seguido, separó a su bebé de su pecho y bajó con cuidado su suéter delante de Lyra y sus amigas.
— Una duda, ¿No era más fácil usar una muestra de nuestra saliva o cabello?... Digo, es menos doloroso – habló Panther aplicando presión sobre su brazo derecho.
— ¿Qué no eso pasa en las películas? – preguntó Terry sentada a un lado de Lyra.
— Por supuesto que no Terry, Pan tiene razón... La saliva funciona para hacer los análisis de ADN – dijo Sonette bajando la manga izquierda de su haori.
—¿Eso verdad tía Lisa?
— Adiós
Lisa salió del sitio antes que siguieran con más preguntas innecesarias porque ya tenía lo que quería.
•~{ ❁ }~•
Al salir del comedor, Lisa notó que su bebé tenía un poco de su leches materna en la boca. Se detuvo por unos minutos para sacar un pañuelo de bata blanca, limpió con cuidado la boca de Lulú y de paso los mocos que escurrían por su nariz. Seguido, guardó un pañuelo en su bolsillo y le puso uno de los chupetes que llevaba encima. Y por último, le dió un pequeño beso en la mejilla orgullosa de tener a su mejor invento de su vida entre sus brazos.
Antes de salir del sitio, la científica se detuvo al escuchar las risas de un par de niños.
Miró hacia atrás, vió en el sofá a Lemy y Lizy mientras veían "Hora de aventura" comiendo palomitas acarameladas en un tazón de cristal. Y Lincoln se encontraba a su lado de ellos con Lani jugando con unas llaves en su regazo...
Desde que tuvo a su bebé, surgieron varios problemas a la hora de criar a Lulú. Su cuerpo no podía soportar al constante crecimiento de su hija y no tuvo más remedio que hacerse mejoras físicas. Un ejemplo sería su alimentación, Lisa no podía lactar lo suficiente como para satisfacer el hambre de su bebé, y sin más remedio fabricó un medicamento que acelerar el proceso lactancia, sin embargo, esto traería efectos secundarios. El pecho le creció dos copas más grande y también le provocó ligeros dolores espalda. Para solucionar el problema, mejoró las píldoras para que fortaleciera su columna vertebral y también baja en sodio.
Con todo el cariño del mundo por su bebé, Lisa fue a donde estaba su hermano mayor.
— Lincoln... ¿Podrías cuidar nuestra descendencia por mí?, Tengo que hacer una investigación por unas horas y no puedo hacerme cargo de ella. – dijo Lisa extendiendo a su bebé para que él la tomé.
— Seguro... ¿No necesito nada más? – preguntó el albino tomando a su bebé.
— Cuídala como lo haces con Lani.
Ocultando su inseguridad, Lisa se fue dejando a sola a su bebé con su padre y Lincoln la colocó en su regazo a un lado de Lani.
Lulú no dejó de mirar las llaves que tenía su hermana menor en la mano, así que de un movimiento casi imperceptible para el ojo humano se los arrebató para jugar ella sola. Cuando Lani se dió cuenta que ya no tenía las llaves de su papá en la mano, volteó a todos lados hasta que vió su hermana mayor jugando con las llaves.
— ¡Eh! ¡Baba! – Lani señaló a Lulú jalando la camiseta de su papá para que le prestara atención. — ¡Ba! ¡Ba!
— Mmm?? – el albino bajó la mirada.
Observó como Lani lo miraba sin dejar de señalar a Lulú con sus llaves. Con una pequeña sonrisa, sacó de su bolsillo un llavero de un chupete, un biberón y una sonaja de metal con detalles en rojo. Le entregó el colgante a su bebé quedando maravillada porque hacía un sonido distinto al de las llaves.
Cuando hubo comerciales en la televisión, a Lemy y a Lizy se les acabó las palomitas.
— Lemy, quiero más palomitas – decía Lizy bajando del sillón.
— ¡Hai! – decía Lemy imitando lo que vió en la televisión.
— Invisible... – la niña comenzó hacer ruiditos de desaparición y moviendo las manos.
— Flacura Flacura Flacura – dijo Lemy habiendo una pose de manos mientras hacía ruidos distintos a los de Lizy.
Entre risas, ambos niños fueron a la cocina a buscar más palomitas y quizás algunos dulces.
Al quedarse solo con sus bebés, Lincoln masajeó su cuello en un intento de relajarse por su agobiante día en el trabajo, sin embargo, pudo escuchar unos pasos acercándose hacia él.
Miró al otro en lado del sillón y vió a Leia observándolo con mirada desanimada.
— Leia... ¿Quieres ver la televisión conmigo y tus hermanos? – habló Lincoln en un tono amable.
Tímidamente, la niña de las coletas se acercó sentándose a un lado de su padre mientras que este último la aceptó con gusto. Antes de que Leia pudiera expresar una palabra, Lemy y Lizy regresaron con el tazón de palomitas lleno y con un par de dulces para compartir con su padre, pero él se los daría a Leia.
Al notar tanto escándalo por parte de Lemy, Lizy y por las bebés, Leia no pudo evitar sonreír.
•~{ ❀ }~•
Durante el fin de semana, Lincoln no hizo nada interesante más que jugar con sus hijos menores, sin embargo, intentó acercarse al resto de sus hijas, pero antes que pudiera hablar con alguna ellas, se iban de la habitación de donde estaban dejándolo con la palabra en la boca. Y también evitaba las insinuaciones provocativas de sus hermanas porque quería mantener su inestable castidad por lo menos un año y ya va por una semana.
Lo más importante le pasó a Lemy en escuela en lunes en la mañana.
Lemy comía el sándwich de crema de maní y jalea que Luna le preparó con mucho amor y cariño para su hijo. Se encontraba en el comedor de la primaria en una mesa con varios compañeros de su salón.
Mientras mastica, observó a su alrededor buscando algo interesante y vaya que lo encontró. En una de las mesas vacías de la cafetería vió a Gloom sentada mirándolo fijamente a los sin expresar una emoción.
Lemy tragó el último bocado de su sandwich y se levantó de la mesa para salir con calma del lugar esperando que todo fuera su imaginación, sin embargo, no lo fue.
...
Gloom consiguió acorralar a Lemy en una esquina de un salón de clases vacío.
— Sabes muy bien que no me gusta que huyas de mí... – decía Gloom observándolo desde arriba, ya que el niño se encuentra sentado en el suelo.
— Por favor, ya no quiero – imploró el pobre Lemy.
— Conoces muy bien que eso no pasará...
Con mucho cuidado en no lastimarlo, Gloom se sentó en su regazo sin dejar de verlo a los ojos, mientras que Lemy no paraba de temblar.
— Tienes un poco de porquería en la mejilla – Gloom chupó su propio pulgar y limpió la mancha de comida. — Te hice unas galletas solo para ti, para que veas como me importas...
Ella le mostró una linda envoltura trasparente con media docena de galletas en forma de corazón. Y de forma tímida, Lemy las tomó con cuidado en no romperlas por el miedo de hacerla enojar.
— Gra..gracias – dijo Lemy aceptando las galletas.
— ¿Gracias? Come una.
Despacio, el niño abrió la bolsita desaciendo el pequeño moño de color celeste, tomó una galleta rosa en forma de corazón y se la llevó a la boca.
— Saborea...
Lemy le hizo caso omiso a la petición de Gloom hasta que logró tragarse la galleta. No lo podía creer, el chico había probado las galletas que hacía Leina de vez en cuando creyendo que no podían existir nada mejor, sin embargo, cuando comió las de Gloom, fueron superiores.
— Sabe delicioso ¿Verdad?
El niño asintió con la cabeza.
— Yo misma los preparé pensando en ti... Créeme... Yo jamás te mentiría...
La chica se quitó su mochila de la espalda y la colocó a un lado suya mientras que su amorcito comía otra galleta con mucha pena en su rostro.
Ella sacó una playera y rápidamente se la puso a Lemy sin importar que sus brazos quedaran atrapados por la tela. Lo más impactante en esa camiseta era que tenía escrito en colores pasteles la frase: "Amo a Gloom".
Cuando él notó eso, rápidamente ella se quitó su suéter mostrando una camiseta similar nomás con la frase: "Amo a Lemy".
— Las hice yo misma... Quiero que todo el mundo sepa que tú me amas y estaremos juntos para toda la vida, Jajaja...
— ¿Por..por qué haces esto? – dijo Lemy aguantando las ganas de llorar.
— ¿Por qué?... ¡¿Por qué?!... ¡Tú! – exclamó Gloom. — De las casi mil personas de esta escuela, solo tú me puedes hacer llorar, solo tú me haces sentir cálida con dentro y tú me hacer feliz... No entiendo porqué no lo llegas a comprender mis sentimientos...
Gloom le quitó las manos de la cara a Lemy mostrando sus ojos llorosos. Suavemente, ella usó su propia lengua para humectar sus propios labios con la clara intención de darle su primer beso.
— Gloom...
Al escuchar esa tiemble voz, la niña se quedó paralizada por el temor que infundía esa persona.
Lemy abrió los ojos, el rostro de una niña dominante y controladora había desaparecido para ver una niña sumisa y tímida. El chico volteó a ver quién estaba parada enfrente de ellos y pudo distinguir que esa mujer era nadie más que la misma directora de la escuela...
.
.
.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top